¿Es bueno, sirve de algo útil decir siempre toda la verdad? ¿No es la “verdad total”, a veces, un peso que producirá un daño irreparable a quien se ama? ¿Es defendible la mentira? ¿Es válida la manipulación de la verdad?
Tras reír muy de buena gana y continuamente durante una hora y 27 minutos, ante la comedia La verdad, el espectador tiene una alternativa con dos opciones: salir satisfecho a plenitud de la sala por la excelencia de la experiencia y la desconexión de nuestra realidad o pensar en serio y a profundidad lo que el tema de la comedia, ha planteado:
¿Es positivo decir siempre toda la verdad? ¿No es la “verdad total” a veces un castigo proporcionado con buena intención? ¿Hay que tener sinceridad total todo el tiempo, aun sabiendo que se producirá un daño irreparable a quien se ama? ¿Es defendible la mentira? ¿Es válida la manipulación de la verdad?