BALLET

Con espectáculo A-isla-2, Centro Cultural Banreservas celebra Día de la Danza

El Centro Cultural Banreservas conmemoró el Día Internacional de la Danza con el espectáculo A-isla-2 (Aislado), ante un público impactado por la estética expresiva de los artistas, con un mensaje en torno del dolor, la incomodidad del proceso de maduración y la búsqueda de la libertad y la autorrealización.

A-Isla-2 es un espectáculo escrito y dirigido por Robert González, artista multidisciplinario independiente, quien integra expresiones de teatro, la música y el canto en sus coreografías, para llevar un mensaje reflexivo.

La presentación, realizada en el auditorio del Centro Cultural Banreservas, fue montada con motivo del Día Internacional de la Danza, declarado por UNESCO en1982, por sugerencia del Comité Internacional de Danza, a partir de una propuesta del maestro ruso Piepor Gusev.

Mijail Peralta, gerente de cultura de Banreservas, explicó que por esa petición Unesco eligió el 29 de abril como fecha de esta celebración, en conmemoración al natalicio de Jean-Georges Noverre, un destacado bailarín francés que estableció con su estilo nuevas perspectivas de la interpretación danzarían.

La UNESCO indica que la conmemoración fomenta la participación y la atención de la opinión pública sobre la importancia del arte y la cultura de la danza.  Con la jornada se busca masificar los eventos a nivel mundial, superando barreras políticas, geográficas y culturales.

Los artistas

Robert González dijo que A-Isla-2 presenta un enfoque minimalista y neoclásico, que busca conectar con el público a través de sentimientos profundos y de esa manera fomentar la reflexión, la crítica social y el autoconocimiento.

El espectáculo, que duró 25 minutos, cuenta con las actuaciones de: Robert González, Ana Espino, Lianny Rincón y Penélope Paulino, con visuales de Angy de la Rosa y Ana Espino y diseño gráfico del Taller Randú.

González dijo que el montaje se orienta a exponer la incidencia de la inteligencia emocional, buscando crear conciencia y elevar la sensibilidad del espectador a través de una danza que trasciende los límites de lo estético y se convierte en una experiencia emocional profunda y transformadora.

La producción presenta la historia de Carlos y su lucha interna contra las emociones negativas que lo acosan, mostrando cómo estas y sus pensamientos pueden afectar la vida cotidiana, y al mismo tiempo aceptar y aprender de ellas. El lenguaje coreográfico fusiona elementos de diferentes estilos de danza, generando una experiencia artística única y emocionalmente impactante. Los bailarines son fundamentales en la obra, no solo como ejecutores, sino que también como intérpretes la han enriquecido inmensamente, detalla el director González.

Día Internacional de la Danza

La UNESCO sostiene que la danza, como disciplina de arte universal y diversa, homenajea a los artistas que han elegido esta forma de expresión sin barreras culturales, políticas y éticas.

Dice el organismo cultural de la ONU que, a través de movimientos corporales, los seres humanos se han expresado y comunicado desde tiempos ancestrales. La danza es, entonces, una forma de expresión y de interacción social acompañada de ritmos acústicos, con fines de entretenimiento, artísticos, culturales y religiosos Es igualmente conocida como el “lenguaje del cuerpo”, siendo una expresión de emociones que comunican sentimientos a través de los movimientos.

En las últimas horas de 2022…

En horas ultimas del 2022, pasa a la historia reciente y con sus jornadas agotadas nos deja la oportunidad de ver la utilidad, oportunidad y sentido de justicia de cada quien.

Horas que nos han de servir a cuales qué valores aportamos y a cuáles verdades dejamos honrar.

Con la partida del 2022 queda en suspenso de juicio individual a cuanto valoramos.

Si hemos colocado el Yo en el justo lugar merecido.

Si hemos destinado cada minuto al amor y la justicia. Si hemos empleado cada jornada para hacer mejor la vida de otros.

Para evaluar cuan sería es la contaminación que hemos generando sobre nuestra particular huella de carbono.

Este es el tiempo para valorar si hicimos lo necesario para que las otros vivieran mejor o si nos sumamos al colectivo que da, de lado, el empujoncito final para que se derrique el otro o la otra.

El 2022 que se va sirve para medir si servimos de algo.

¿Será suficiente el enviar mensajitos digitales prefabricados, deseando todo lo bueno cuando al final del camino, no nos trasciende eso en realidad y no deja de ser un ritual de costumbres?

Existen quienes lo desean en verdad.

Si. Pero.. ¿Cuántos son?

Este en realidad es un tiempo de Soledad.

Una palabra sea dicha: nos hace falta autentificar el afecto.

En este fin e inicio del año.

Todo el tiempo. Nada de etiquetarnos como aguafiestas.

Todos nos sabemos conscientes.

Cada quien es grandecito.

Quien desee mirar al otro lado, ahora hay facilidades.

Yo me quedo acá.

Y me bajo de ese barco.

Prefiero la yola ínfima de loa autenticidad.

Esa no se ahoga con alcohol en ninguna de sus etiquetas.

(La foto extraordinaria de David Soto, es referencia de belleza de Navidad, inadvertida por tantos.)

Cascanueces, la matemática del cuerpo (CRÍTICA DE ARTE)

Pocas artes escénicas están tan medidas y programadas como el ballet que,​ en una palabra, es la matemática del cuerpo.

En ballet todo movimiento, todo giro, todo piruette todo está milimetrado y memorizado, ensayado en decenas de jornadas para producir finalmente el espectáculo de poesía visual en se resuelve.

Cuando cae el telón de Cascanueces y el Rey de los Ratones, en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, Eduardo Brito, se mantiene el mejor de los homenajes de un público agradecido de tanto talento armónicamente presentado.

FOTOS DE DAVID SOTO

Una pena que haya terminado un derroche exquisito de talento y que debía ser grabado y post producido para televisión a fin de que llegara a las dos mil personas que aproximadamente lo presenciaron en sus cuatro funciones del fin de semana pasado.

Cascanueces es un ballet tradicional navideño que en el mundo montan decenas de compañías de primer nivel y que, en el país, afortunadamente, ha establecido una tradición de diciembre.

De Cascanueces, se recuerdan, las producciones igualmente memorables desde la Dirección del Teatro Nacional por parte de Carmen Heredia, Nini Cáffaro y Catana Pérez (EPD), a quien se dedicó póstumamente este montaje. Cada montaje de Cascanueces en el país y el mundo tiene su magia y su encanto.

Ahora se ha repetido y ampliado esa sensación que permite celebrar lo que es posible lograr con la formación exigente y la vocación irrenunciable de quienes entendieron la capacidad de hacer poesía visual con sus cuerpos, lo cual comporta una exigencia disciplinaria que solo ellos saben.

Para el público, el espectáculo de ballet puede ocupar una o dos horas, visto desde un cómodo y mullido asiento. Y la única obligación es aplaudir al final de cada acto.

Para cada artista, es distinto: centenares de horas de ensayos, sudor, dolor, sacrificio, mentalización, olvidarse del mundo, y centrarse solo en la necesidad de hacer de su capacidad motora, un expresivo inolvidable desde el escenario.

Esta producción agotó el fin de semana cuatro funaciones a casa llena, ofreciendo un increíblemente bien coordinado danzar por parte de niños, jóvenes y profesionales, provenientes de tres escuelas: Ballet Nacional Dominicano, Ballet Concierto Dominicano y la Escuela Nacional de Danza.​ ​

Esta vez, el éxito de Cascanueces fue el resultado de la unión de estas tres academias para entregar en escena un discurso estético de los cuerpos, con su despliegue de energías.

​​Las actuaciones

​El rol en escena de quienes danzaron fue entregado, intenso, tierno ​ y ​cuando debió serlo, acertadamente acrobático, sincronizado y con notables giros emotivos, produciendo una seducción perceptiva, sustentada en la validez de sus partituras clásicas, ubicadas entre las más conocidas y populares de todos los tiempos.

A esto se agrega la música de Piotr Ilich Chaikovski uno de los músicos más importantes y creativos (el mismo que sostuvo ““Si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco”), de quien se disfrutan los arreglos que, siendo clásicos, tienen, además de su fortaleza y creatividad compositiva, la condición de populares por su uso en el cine y la televisión. Esos danzantes hicieron vivir momentos de ensueño.

Se impone reconocer el aporte al espectáculo a las directoras  Sthepanie Bauger (Ballet Nacional Dominicano), Sara Esteva Paniagua (Academia Ballet Concierto Dominicano) y Marianela Sallent (Escuela Nacional de Danza), ellas , junto a todo su personal de respaldo, trabajaron durante cuatro meses en ensayos en los cuales se daba hasta la última gota de sudor y el máximo esfuerzo para lograr un montaje en el cual cada uno de los pasos y movimientos están predeterminados, medidos en cada postura, en cada giro.

El desempeño de los danzantes fue lucido en sus pasos, sobre todo Arabesque (cuando se eleva completamente por detrás) y los Piroutte (giros completos de todo el cuerpo, manteniendo el equilibrio sobre una pierna), extraordinarios los Fouette en tourmant (los giros consecutivos de todo el cuerpo) y los Pas de deux (que quiere decir paso a paso, realizado por una pareja con una entrada, adagio, un alero y una coda)​.

FOTO DE DAVID SOTO

Los aportes técnicos​

La escenografía de Fidel López, que nos transporta con enorme sentido sintético de sus masas escenográficas, cuidadas en su terminación para cada uno de los seis ambientes que se suceden.

Hay que hacer un reconocimiento aparte a la concepción y realización del vestuario, responsabilidad de Magaly Rodríguez, Patricia Huertas, Sergia Arias, Juan Carlo y Adolfina Lluberes, quienes alcanzan el que probablemente sea el logro más alto en indumentaria artística en escena de 2022.

Uno de los logros técnicos fue la impecabilidad y representatividad del vestuario de época: desde los uniformes de los soldados, los atuendos de los roles  protagónicos del Cascanueces, el mago, los ratones y en las  de las bailarinas en el bosque encantado, el manejo del color, el entalle y diseño del Tutú (falda varias capas en gasa o tul), dejando sentir el gusto por lo bien logrado.

Los efectos especiales sorprendieron aun cuando hubo un descontrol inesperado en la última vuelta del ratón  a las salida pero un brazo oportuno (que llegó a verse) lo saco  discretamentede escena.

Lo que acaba de ocurrir, por su calidad, es un espectáculo que  debía ser grabado y post producido para televisión y ser puesto por el Canal Oficial (Cuatro RD) y  difundido también por  los canales privados como contribución social para el democrático disfrute de una expresión tan alta, tan final, tan intensa y tan ensoñadora como este ballet.

El diseño de luces de Félix Cabral, aporta una dimensión que destaca momentos de expresiva danza masiva y los de centrada intimidad en los símbolos en torno a los cuales gira la historia.

Apoyos apreciados

Es de justicia acreditar el apoyo institucional del Ministerio de Cultura y de la Fundación Amigos del Teatro Nacional.

Es justo reconocer el patrocinio que hizo posible un espectáculo cultural de este costo:  Banreservas, MercaSID y Distribuidora Corripio, Propagas, Banco Popular, Viamar, Central Romana, Hageco, Acero Estrella, So Danca, Industrias Bisonó y Excel, responsabilidad social de esas empresas que no deberían quedar consignadas en un programa de mano.

Carlos Veitía, coreógrafo irrenunciable, por los afortunados avatares de la existencia era ahora anfitrión desde la Dirección Artística del Teatro Nacional. Sus palabras, al final del montaje, respiraban emoción estética pura junto al beneplácito de sentir que su labor de maestro e inspirador, tenía ya su sucesión asegurada.