Teatro musical

Hoy no me quiero levantar, top del musical 2022. Es inclusión y reflexión social

Hermosa y quien sabe si no casual, la coincidencia del remontaje de Hoy no me quiero levantar, producción local de José Llano, con el musical Dolly Parton Navidad en la Plaza,  por la  presencia en ambos del tema de la inclusión, la denuncia de la injusticia social y el uso común de la danza y la canción como vías para expresión.

Hermosa la coincidencia del criterio estético de este montaje musical, Hoy no me puedo levantar, con la base del programa Quiéreme como soy, una de las iniciativas creativas de José Llano, productor de este trabajo.

Y, lo que llama la atención, con el mismo nivel de perfección del  montaje local, con la del show de streaming de Netflix , producida en 2020.

En los dos trabajos pase al mismo discurso de inclusión racial, de imagen corporal, de orientación sexual diversa. Ambos son himno artístico a la diversidad humana, al rechazo al prejuicio, a la integralidad de la variedad como factor de unicidad humana.

Cuando se disfruta un musical como Hoy no me puedo levantar, que recrea, más que la discografía del paradigmático grupo de balada rock español Mecano, la historia, drama y gloria de sus integrantes, podría el espectador quedarse en el universo de los aportes artísticos e inadvertir su  positiva impronta ideológica y de inclusión que permite dar espacio al sentido de justicia, contra los estereotipos, al exponer con una perspectiva sin prejuicios, el respeto por las diversas formas de ser y sentir.

El manejo de la diversidad y la inclusión añaden un valor singular a Hoy no me quiero levantar. ?Quien dijo que las bailarinas todas deben ser delgadas? ?Quien refirió que en un escenario están prohibidos los besos entre parejas del mismo sexo, si el teatro es reflejo de la vida? ?Quien ordenó que los artistas en escena solo deben ser blancos o heterosexuales?

Técnica y artísticamente se ratifica el criterio del crecimiento del musical en el país como dueño de su máxima expresión artística y técnica, desde el punto en que comenzó a ser representado, hace ya 35 años, en nuestros escenarios. Ha sido un camino largo y una ruta que ha demandado esfuerzos, creatividad, entrenamiento, tecnología.

Repuesto el montaje por su productor José Llano, el musical produce una sensación de máximo respeto al público por el amor y cuidado en cada uno de los factores que lo integran.

FOTOS DE LA PRODUCCION HOY NO ME QUIERO LEVANTAR

Se han dado cita una serie de elementos de excelencia: el amor por el montaje por el productor José Llano, su dirección vocal (Paola González), la dirección teatral (María Castillo), la dirección técnica de un Fidel López que no se cansa de sorprendernos por la forma en que se ha establecido como una de las marcas de la escena dominicana, la dirección musical de Junior Basurto Lomba y el trabajo extraordinario, sincrónico e inspirador de la coreografía a cargo de Nathalie Borsos.

A esto se agrega una actuación coral a cargo de José Guillermo Cortines, Akari Endo, Javier Grullón, Karla Fatule, Irving Alberti, Pamela Sued, JJ Sánchez, Zeny Leiva, Juan Espinal, Luis Pérez, Pablo Pérez y Alexander Duval, de entre los cuales Duval se nos lleva las palmas por su indescriptible integración al resultado final desde sus roles en Las Pepas y como maestro de danza, afanado en esta coreografía contemporánea.

Los temas musicales recreados con fuerza y fidelidad, fueron: “Hoy no Me Puedo Levantar” hace un repaso por las más exitosas canciones de Mecano entre las que figuran “Quiero Vivir en la Capital”, “Maquillaje”, “Quédate en Madrid”, “Mujer contra Mujer”, “Me Colé en una Fiesta” y “Cruz de Navaja”.

Uno de los aciertos del libreto es cruzar el trayecto de Mecano con las coyunturas sociales que vivió España en esos  tiempos cruciales, lo cual se refleja como grito de rebeldía iconoclasta.

Hoy no me puedo levantar nos robó hasta el último suspiro, junto al resultado de la danza coreografiada, los desempeños actorales y la escenografía física, el desempeño de la escenografía digital, su interacción y sincronía con las actuaciones en vivo y la terminación de sus diseños.

Habíamos realizado una evaluación del arte escénico de 2022 en el cual consideramos como musical del año Mariposas de Acero, pero al ver esto, lo menos que podemos hacer es compartir el lauro, siendo como resultan, dos trabajos resultados de vocación, talento, empuje y perfección en niveles que el genero no había alcanzado.

Fue una injusticia no haberlo incluido en nuestra selección de lo mejor del arte popular y clásico de 2022, pero cuando se estrenó, no lo vimos. Estábamos fuera del país.

Este musical producido por Llano, requirió de un esfuerzo humano y técnico, considerablemente mayor, sin desdecir para nada lo dicho del trabajo de Waddy Jáquez y Pablo García. Ambos musicales nos llenan de orgullo. Ambos adoptando caminos expresivos distintos y válidos.

¿Por qué Mecano?

El grupo Mecano se conserva en el recuerdo por haber sido, entre 1981 y 1992, el  grupo español de género pop, pioneros del tecno-pop, new wave y wave en España e Iberoamérica, integrado por Ana Torroja y los hermanos  Nacho y José María Cano

Refiere Wikipedia que Mecano realizaba un pop que evolucionó desde una sonoridad puramente tecno, durante su primera etapa (entre 1981 y 1985), hasta el eclecticismo de la que es considerada como su segunda época artística (entre 1986 y 1992), en la que el grupo demostró gran versatilidad a través de grandes producciones y de la incursión en diferentes estilos, siempre desde un planteamiento unificador logrado especialmente a través de la sonoridad pop de su vocalista, que sirvió como tamiz nivelador de las muy diferentes concepciones artísticas de sus dos autores, los hermanos Cano.

La jaula de las locas, excelente musical, más allá del tabú gay

La representación de La Jaula de las Locas ha constituido el restablecimiento de dos figuras teatrales significadísimas: Cecilia García y Carlos Espinal, chispas inspiradoras que aceptaron el reto, convocaron a talentos artísticos y técnicos para protagonizar una jornada que hace justicia a esta pieza,  representada cientos de veces en Broadway.

La Jaula de las locas, original del dramaturgo francés  Jean Poiret, quien la escribe en 1973 y  que es retomada en Estados Unidos por Broadway, iniciando una trayectoria de éxitos y premios para  finalmente coleccionar trofeos y méritos, aplausos del público y la rendición de la crítica, ha llegado al escenario dominicano, dejándonos una clara lección de profesionalismo  y buen criterio’.

Esta versión caribeña, producción de general de Cecilia García, quien reitera su afinado criterio a la hora de seleccionar un proyecto escénico de gran formato, pasa la prueba tras su estreno anoche y desde este jueves se establece como el espectáculo líder del fin de semana. Y probablemente a propósito¸ seleccionó  para ella un papel de soporte en el reparte, lo que no le impide lucirse a fondo cuando el protagonismo toca a sus puertas.

La jaula de las locas, versión dominicana, compendia la  fuerza escénica compuesta por la veteranía y la frescura de una juventud que sienta cartas credenciales, apuntando que hay valores nuevos a ser tomados en cuenta.

Es particularmente llamativa la actuación de Alejandro Moss (Jean Michell) y Laura Isabel Fernández (Ann Dindón) y Mario Arturo ((Francis y regidor de escena de La Jaula).

A estos se une el brillante rol cumplido por una generación con experiencia, pero que ahora despliega talentos y una actuación sobresaliente en una producción de este nivel.

En este universo actoral está  Raeldo López, con una capacidad de meternos en su mundo y sentir auténticos y fascinantes sus personajes, la espectacular Sabrina Gómez (Hanna) que delineó un personaje muy propio que brilla por si mismo.

De entre los veteranos: Cecilia García (quien se dio a sí misma una persona de soporte en el cual vuelve a ser reina de escenario en su momento, Carlos Espinal, soberbio en su manejo actoral y expresión corporal, (no tanto en las canciones, sobre todo en los finales), Richard Douglas, maestro en la caracterización y reitera su calidad aun cuando su salida final pudo haber sido mejor aprovechada.

Nos dio la impresión de que algunas fallas que vimos, son producto del fantasma de “la noche inaugural” por lo cual, no dudamos en establecer que La jaula de las locas es un fenómeno teatral musical que nadie debería perderse.

Los créditos

Título: La jaula de las locas.

Genero; Teatro musical

Jerry Herman (Música y letras de las canciones),

Harvey Fiersteim (autor del libreto),

Carlos Espinal (Producción General y “Albin y Zaza) Cecilia García (Producción artística y “Jackeline”

Dante Cucurulo (director musical)

Iván Tejada (coreografía),

José Lora (Georges),

Raeldo López (Jacob),

Alejando Moss (Jean Michell),

Richard Douglas (Señor Dindón) ,

Ana Rivas (Señora Dindón)

Laura Isabel Fernández (Ann Dindón),

Mario Arturo (Francis y regidor de escena de La Jaula).

 

Mariposas de acero: 10 aportes que deja un musical impecable

Aclaración oportuna: Sobre este trabajo, el autor se confiesa desarmado de la impasible actitud del critico inexorable que acude a procurar fallos y aciertos con la misma óptica de ofrecer a sus lectores un “enfoque imparcial” en lo estético. No es posible impedir que la identificación tanto con el arte como con la reevaluación histórica que supone, máxime cuando de nuestra parte analizamos el anuncio de que el musical de montaría. Ver acá.

Con Mariposas de Acero se produce un caso excepcional en la evaluación del arte escénico en la República Dominicana.

La crítica, frente a una producción de estas características, puede enjuiciar como montaje escénico y pasarla con notas excelentes, la revisión de lo que fue aquello, pero sería penoso que su rol fuera solo ese y que al final todos vuelvan a sus quehaceres cotidianos, como si nada extraordinario y desbordante, hubiera pasado.

¿Sería justo que solo se le evaluara, como se ha hecho con decenas de producciones similares, en la misma Sala Carlos Piantini del mismo Teatro Nacional, Eduardo Brito del mismo Teatro Nacional?

Son notables la consistencia creativa de sus gestores, la entrega de quienes aportaron cada uno de los recursos artísticos y técnicos, la trascendencia del tema y su abordaje inusual, sorprendente que, pese a lo novedoso y urbano, resultó digno, expresivo y respetuoso… pero Mariposas de Acero es ¿solo un musical destacado? No.

Es un acontecimiento que reta, que desafía, que aporta diez lecciones que son su gran desafío y que, de ninguna forma, pueden ser pasados por alto.

Mariposas de acero es uno de los mejores musicales producidos por talento dominicano en la historia del género, considerarlo impecable y complacer el ego de sus responsables al tiempo de engrosar una carpeta de publicaciones elogiosas. Pero no se trata solo de eso.

El montaje deja diez lecciones

La presentación de «Mariposas de Acero» supone mucho más que la obligación de su análisis, obedeciendo a un ritual en esas veleidosas variables y traumáticas relaciones de la crítica con los artistas.

Primero. Un género de arte audiovisual que sugiere otro proyecto. Entre los aportes no previsibles de Mariposas de Acero, el primero da origen a una pregunta tan importante como inesperada: ¿Por qué razón el país no ha hecho cine musical, si contamos con talentos de este nivel, con una tradición caribeña tan rítmica y las condiciones objetivas (jurídicas y sociales) para emprender proyectos audiovisuales? Las experiencias de cine dominicano que tocan la música, no tienen la música como género sino como recurso y apelan tangencialmente a esta sonora expresión de la cultura y el arte.  A partir de este musical teatral, bastaría retrabajar el libreto teatral para llevarlo a guion de cine (reforzando algunos aspectos históricos que deben ser mejor trabajados) y recorrer el conocido camino de los mecanismos que establece la Ley Nacional de Cine, procurando ampliar la base de sus patrocinadores. Abogamos por la inmortalización del montaje.

Segundo.  Un trabajo premiable…sin premio. Las funciones (su temporada oficial y su reposición el fin de semana del 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre) hace que el crítico se pregunte, ¿Cómo es posible que el año 2022, pase y un proyecto de este nivel, no encuentre una premiación de arte que le haga justicia? Una pena que diversas circunstancias hayan dado al traste con la posibilidad de reconocer como merecería, este y otros proyectos de arte popular dominicano. Una pena que no existan otras formas (públicas o privadas) de reconocer el talento, ubicadas por encima del circunstancial.

Tercero.  Queda demostrada la capacidad nacional de producción para el musical. Desde 1987 fecha en que se inició la carrera del personaje La Pinky – factor determinante en el nacimiento del musical teatral, con su primero de los 23 musicales que presentó en el Teatro Nacional y el aporte subsiguiente de Amaury Sánchez que perfeccionó el género desde su técnica, su música y lo enriqueció formando nuevos talentos desde su Academia AFA,  no había tenido un proyecto tan fundamentado en nuestra historia, con una perspectiva de reversión de la crónica tradicional que relata. Hay que agregar otros nombres nacionales al género musical, pero el riesgo a extendernos aconseja prudencia con el lector.

Cuarto. Queda consagrada la fuerza de la idea creativa. Las ideas transforman el mundo. El resto es trabajar por ellas. La iniciativa de Waddys Jáquez, aportó al país la posibilidad de ofrecer tanto un tratamiento completamente nuevo a un tema harto conocido y objeto de homenajes y reconocimientos cada año. Jáquez y Pablo García logran reinterpretar un proceso histórico nacional, dotándolo artísticamente de nuevos significados, logrando eso con la más alta expresión del musical.

La diferencia la aporta esta vez, la multiplicidad del tratamiento artístico que nos ha dejado una huella que marca el alma y fija muy alta la barra del desempeño artístico para hacer el tributo que merecían estas Mariposas de Acero.

Quinto. Un artista excepcional ha tenido su gran oportunidad de expresarse: Pablo García. Se trata de un, poeta, cantante, músico, productor dominicano radicado en Tampa, ha sido junto a Jáquez, la gran plataforma conceptual de este proyecto. Un aspecto destacable de su aporte al montaje, es la imagen gráfica del espectáculo.

Ese logo lo dice todo. Mucha es la gente que no tiene una idea precisa de su talento.  Intérprete de una penetrante y amigable voz de tenor, compositor de temas que enfocan el amor de forma única y responsable de una de las canciones corales (en ritmo balada pop de tintes épicos) que mejor ha retratado la voluntad del mundo de sobre imponerse a la pandemia Covid 19: Me Levantaré, (inspirada en la muerte por esta razón, de su padre) en una pieza musical para la historia que unió talentos latinos y caribeños en un llamado de garras emotivas que inspiró a millones de personas. Me levantaré es uno de los himnos corales más hermosos escritos en nuestro idioma y de mejor realización audiovisual.

Sexto. Confirmada la fuerza de los temas históricos nacionales como eje del musical. El encuentro del público con el tema patriótico, humano y social de las Hermanas Mirabal y el contexto implícito, ha resultado una condición que nuestra historia es tan digna de llevarse a extremos de excelencia escénica con tal trascendencia que los temas de otros proyectos que apelan a obras de Broadway, a cuentos de la literatura universal. Un fallo advertido se anota al no destacar a Rufino de la Cruz en la medida de su sacrificio. No fue el invisible chofer de las Mirabal.  No fue el que aparece al final de una búsqueda, Fue el personaje que sabía a qué se exponía al apoyarlas y lo hizo. Fue el que aportó, igual que ellas, su vida. La referencia a De la Cruz es lastimeramente tangencial. En cambio, el criterio histórico hace justicia al plantear que hubo otras mariposas de acero. (siete y no tres), que hubo una cuarta (Doña Dedé).

Séptimo. Evidenciada la especialización técnica para un género exigente. El montaje ha demando resolver demandas técnicas muy especializadas: vestuario, zapatos de época, iluminación y en especial la transformación escenográfica digital abrió paso a una agilidad instantánea en cambios de escenarios sin tener que mover masas de escenografía física, con una capacidad de verosimilitud y de impacto visual, que lastimosamente pocos han resaltado. Los más de 60 cambios de ambientes escénicos que habrían sido virtualmente imposible sin la efectividad del recurso digital.

Octavo.  ¡La música…! ¡Oh la música! La base musical es justo, la música. Un arte que trasciende por sus textos inspirados, por sus arreglos, por la interpretación de sus diversos talentos. 34 canciones para contar una historia, el haberle llenado de dignidad ritmos urbanos que de ordinario sirven a la vaciedad de concepto, sentir la fuerza, la ternura y la intensidad de aquellas interpretaciones, ese manejo de los agudos, de los tonos graves, de los falsetes (especialmente el de Trujillo (Frank Ceara) y descubrir la capacidad de Nairoby Duarte (Tonó) que nos robó el alma con la ternura de la Canción de cuna (a nuestro modo de ver la joven más trascendente de todo el montaje). Sorprendente por desconocida. Sorprendente por su ternura. Ese patrimonio musical debe ser editado, difundido, comercializado.

Noveno. La danza es poesía sincronizada en movimiento. La coreografía es un elemento radicalmente diferenciador, apoyada en una masa de bailarines y danzantes que sin ser demasiados, logra una sincronía perfecta, en base a un diseño ágil, puntualmente preciso.

Décimo: Actuar es vivir con intensidad otras vidas. El compromiso de las y los intérpretes es tal que el espectador no logra escapar de un estado de expectativa en que desfilan actuaciones que han de quedar en la memoria colectiva y en especial destacamos: Naslha Bogaert (quien revitaliza el ejemplo de Minerva),  la multi expresiva Judith Rodríguez (Sina Cabral, Sagrario, Sor Inés y Secretaria), Hony Estrella (Patria, cuyo desarrollo en la actuación y la producción la aparta desde hace tiempo de su imagen de “diva”), Adalgisa Pantaleón (crucial como  Dedé), Diana Ramos (Dedé), Paola Zayas Bazan, Coral González (María Teresa, sorprendente esa artista) , (Dulce Tejada y La Coja) y Ana Rivas (Mamá Chea, La Jarocha y Martha). Entre los hombres, apreciamos a Nico Clínico (que otorga una nueva personalidad a Manolo), Gnómico (El comandante y Johnny Abbes García), Frank Ceara (un Trujillo tan despreciable por lo bien hecho) y Acentoh (El calié # 1 y El Verdugo)

Mariposas de Acero es un trabajo tan completo, de tanta impecabilidad que resulta imposible que se quede limitado al público que pudo pagar entrada en el Teatro Nacional. Debe ser grabado y editado para su difusión en televisión y su uso en escuelas y colegios y otros espacios comunitarios, debe editarse como libro físico y digital, en fin, no debe quedar en el último aplauso a sus funciones en el exquisito y exclusivo ambiente del Teatro Nacional.

Mariposas de acero es la demostración del dominio impecable del talento dominicano, de un género escénico supremamente exigente, logrando una interpretación novedosa, respetuosa y fiel, en general, de la realidad del acontecimiento expuesto.

Ficha Técnica (resumida)

Mariposas de Acero

Producción general: Waddy Jáquez

Director musical y productor: Pablo García

Producción ejecutiva: Frank Ceara, Yanira Ferry y Hony Estrella.

Productores musicales asociados: Gnómico, Ambiorix Francisco

Directora vocal: Paola González

Curadurías e instructora de actuación: Bethania Rivera

Diseño de luces: Ernesto López

Vestuario: Bride To Be, Leonardo Third Avenue y Mirla Álvarez

Zapatos de carácter: So Danza

Peluquería: Xiomara García, Jenny Pérez y Reyna D’Oleo.

Diseño de escenografía: Fidel López (Skene)

Proyección visual tecno-sonido: Salvador Espinal y Alejandro Rincón

Diseño de producción y animación electrónica: Makako Studio

Equipo digital (directora creativa): Mazie Michelli

Diseñadora gráfica: Sarah Rojas

Regiduría: Diana Valk

Relaciones públicas: Severo Rivera