Teatro

Dos musicales más triunfan…sin Ley Nacional de Mecenazgo

Tanto Joyce Roy, de Studio Theater, (que montó La Familia Addams) como Amaury Sánchez, de AFA Academy, (La Tiendita del Horror), – ambas exitosas como presentaciones que evidenciaron la calidad del talento criollo frente a un género tan demandante-  debieron hacer esfuerzos extraordinarios para  sus montajes, apelando a patrocinadores privados,   a pesar de que, en la Cámara de Diputados, reposa un sueño de cinco años ya, Ley Nacional de Mcenazgo…sin aprobar.
Tanto Joyce Roy, de Studio Theater, (que montó La Familia Addams)  como Amaury Sánchez, de AFA Academy, (La Tiendita del Horror), – ambas exitosas como presentaciones que evidenciaron la calidad del talento criollo frente a un género tan demandante-  debieron hacer esfuerzos extraordinarios para  sus montajes, apelando a patrocinadores privados,  mientras, en la Cámara de Diputados,  descansa un sueño de cinco años ya, Ley Nacional de Mercenazgo.
El musical es uno de los géneros teatrales de mayor demanda de recursos por la cantidad y calidad de recursos y talentos que exige, frente a lo cual, los productores siguen operando sin un apoyo legal.
La legislación, que no ha sido aprobada por falta de una unificada postura del sector escénico interesado y la ausencia de una voluntad política desde Palacio Nacional (como ocurrió con Leonel Fernández respecto de la Ley Nacional de Cine).

La Familia Addams, FOTO CORTESIA DE JOYCE ROY/STUDIO THEATER


Los dos musicales
El montaje de La Familia Addams, de Studio Theater y que triunfó en el nuevo espacio escénico de Acrópolis Center y el montaje de La tiendita del Horror, del maestro Amaury Sánchez en el Palacio de Bellas Artes, también con enorme impacto, pone a pensar las razones por las cuales el país no cuenta todavía con la Ley Nacional de Mecenazgo, presentada por el diputado Manuel Jiménez, hace cinco años (2012) se ha quedado entrampada en la Cámara Baja, donde fue aprobada en primera lectura.

La tiendita del horror. FOTO CORTESIA DE AMAURY SANCHEZ


Amaury Sánchez volvió a ratificar su experiencia y dominio del género, con el impacto de sus talentos en La Tiendita del Horror, montaje que se mantendrá en el Palacio de Bellas Artes hasta el próximo fin de semana. Javier Grullón, Frank Ceara y Judith Rodríguez, fueron, entre otras, las estrellas que se lucieron en el teatro Máximo Avilés Blonda.
Sin una ley de este tipo que sustente el arte, artistas y productores, tienen que seguir dependiendo para hacer su trabajo del ansiado “sí” de patrocinadores ubicados en el extenso y tortuoso pasillo claroscuro, de las antesalas y despachos a visitar con el proyecto bajo el brazo.
Muchos productores se han arruinado por su deseo de presentar buen arte. ¿Quién se apiada de quienes quieren hacer buen arte, sin preocuparse por los lastimeros e imprescindibles, factores de financiación?
Lo que dispone
La ley de Mecenazgo tiene por objeto definir “…un régimen de fomento e incentivo a las iniciativas y aportes económicos y de otra índole de mecenazgo del sector privado, sea de personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras, para que contribuyan al financiamiento, total o parcialmente, de programas y proyectos para el desarrollo cultural de la nación que beneficien a entidades públicas y privadas de la República Dominicana”.
La legislación establecerá incentivos fiscales para las personas físicas o jurídicas que sean benefactoras, donantes y patrocinadoras de proyectos y propuestas declarados de interés cultural por el Consejo de Mecenazgo, a fin de lograr  hasta un  (5%) del impuesto sobre los ingresos brutos al final de cada año fiscal y crea el Fondo Solidario de Apoyo a la Cultura, con recursos provenientes de los aportes financieros y donaciones voluntarias..

Ley contempla una Dirección General de Mecenazgo como organismo técnico que se encargará de coordinar, supervisar y evaluar los proyectos que serán financiados con el Fondo Solidario de Apoyo a la Cultura, y su órgano rector, el Consejo Nacional de Mecenazgo, que tendrá por misión establecer las políticas públicas para el incentivo del mecenazgo cultural entre otras atribuciones.
ENLACE RELACIONADO
Proyecto de Ley presentado por Manuel Jiménez en 2012:
https://www.camaradediputados.gov.do/masterlex/mlx/docs/2e/2/4d6e/4D6F.pdf

¿Qué usted no vió El Camaleón? (Bueno… es cómo para no creerlo)

Waddys Jáquez convocó al cabaret El Camaleón, imaginario antro mala muerte que tiene su última función, antes de ser clausurado por lo que ubica al público ante una cohorte de personajes tristes y escandalosos tiene su chance final para evidenciar sus miserias y sus talentos.

TODAS LAS FOTOS DE JOSE BETANCOURT


La función, navega entre el  burlesque, el vaudeville, la extravaganza, ofrece un recital de  actuaciones administadas con la genialidad de un Waddy Jáquez, opera como el último deseo del condenado., en el cual el arte es punta de lanza para atraer clientes, exponer vidas y miserias, mostrar sorprendentes cualidades de las almas que transitan en ese espacio y de paso, proporcionar una lúdica experiencia que impacta tiene una ventaja singular: es vitrina para disfrutar de talentos en baile, danza, caracterización, interpretación actoral.  Siete personajes en destrezas técnicas casi milagrosas, lucidas  en  maquillaje, accesorios y vestuario.
Galería de personajes
Waddy (El Camaleón), dueño y señor del antro. Cabeza visible del negocio y el hilo conductor de todo el espectáculo. Se disfruta su entrega y expresividad en los tonos de humor y de drama, al describir las artistas, a modo de introducción a escena. El libreto, tremendamente cuidadoso y bien escrito, se adecua a su expresividad y la estética “Waddy” que ya ha establecido como una marca en los escenarios que frecuenta.
Josué Guerrero: (El Terror, Rompe Olas y Carlitín). La intervención de este artista es la gran sorpresa, en el marco un conjunto de las actuaciones para ser atesoradas esta producción que de ninguna forma debe pasar por alto.
Josué Guerrero se revela múltiple, expresivo, fresco, desacralizador y transformado integralmente, sobre todo en su primer personaje (Rompeola), en un ejemplo de lo que podría ofrecer cuando nuestro cine se decida a dejar el recato y la extrema moderación moral que lo moldea.
Su interpretación de El Terror cala profundo por lo dramático y lo actual: un paciente que ve escapar la vida por el SIDA y se sabe ante su última actuación.

Cheddy García (Bola de Fuego) muestra cuan artista es y saca su polivalencia cuando no se encuentra ante el facilismo de la cámara para hacer una comedia. Chispeante y aguda, solo con algunas deudas en las notas agudas del canto, sale bastante bien librada del encargo de hacer creíble esta bola de fuego.

Delta Soto (Sarandunga). El más noble de los retornos a las cámaras, Dueña de su personaje, con una expresión facial penetrante y un personaje al parecer diseñado para su desempeño particular, la veterana actriz rememora toda la tradición que le ha llevado al lugar cimero que ocupa. Deliciosa. Vivible. Agridulce, ella es como la historia del teatro moderno, hecha mujer en un solo haz de imagen. Ella sola paga todo el empeño de acudir al cabaret de marras.
Diomaris La Mala (Deseo). Talento que le brota por doquier, más allá de una voz portentosa y un estilo que vocal que llena todo espacio y que deja sentir una artista integral de la escena. Esta mujer supo desde siempre que lo suyo no se limitaba a la canción de restaurante en los pasillos perdidos de un Nueva York que le queda pequeño. Su historia cruel es una de las más dramáticas.
Fiume Michel Bertita). Una que sabe abrir su espacio y romper los esquemas de la estética que limita la belleza a absurdas medidas. Nada la ha detenido ni en el cine ni en el teatro. Delicioso narradora de su historia, es un ser para quedarse con él para siempre.
 
Ana Rivas (La veterana). Figura que llega para validar la tradición de un apellido de artistas y creatividad. Su rol, el más extendido en escena, la única con cinco números, fue transformación y derrota. Inolvidable.
 
Pie de foto
El camaleón y las siete puertas, (Cabaret y Circo) es uno de esos espectáculos que nunca se olvida.
 
 

Crónica de Teatro: Frankenstein, de Teatro Guloya

El teatro, siempre el teatro. Presente como recreación de vida, como reiteración de los hechos y la gente, sus sucesos y retorcimientos. Un teatro que avanza paralelo a la historia y que nos recrea la argumentación que la literatura aporta.
Volver de nuevo al ahora ampliado Teatro Guloya, es siempre venturoso. Cuando al año que le quedan dos meses y se pensaba que en teatro, que este año ha sido mucho y muy bueno, ya había pasado todo lo trascendente, tan solo para decirnos que el teatro termina cuando haga mutis el último de sus personajes. Y nos sorprende con Frankenstein, tomando por completo la perspectiva inesperada.
Frankenstein es la tropicalización de la historia clásica combina drama, comedia, danza y títeres en una formula fresca e impecable.
La historia
Cuando comenzó a circular en Londres en 1918, la novela de ciencia ficción Frankenstein,  de Mary Shelley que sugería el poder humano de crear vida cual moderno Prometeo, la autora no tenía la menor idea de la plataforma que estaba sirviendo para que una compañía teatral independiente de República Dominicana, casi doscientos años más tarde,  utilizara mediante su trama inicial,  para llevan un mensaje existencial y social, utilizando simultáneamente el drama, el humor, el baile, el teatro del objeto, el acrobático, actuación de farsa, canción  y los títeres  y marionetas.
La pieza discurre escénicamente con pasajes variados de expresión y logra llevar un mensaje que abarca desde la perennidad de la vida humana hasta la corrupción en un imaginario país del Caribe.

Frankenstein tiene su principal atractivo en la combinación de expresiones y modos teatrales que alucina la percepción de quienes llenaron, función tras función, el Teatro Guloya.
Teatro Guloya, bajo la dirección de Claudio Rivera, ubicó con precisión como última presentación de su temporada, a Frankenstein, seleccionó con buen criterio a Orestes Amador, que había representado este papel hace 17 años, (y que luego fue hecho por Vicente Santos), sorprendió el ambiente escénico local, al lograr una producción intensa, divertida y dramática, en la cual adquieren un valor especial recursos técnicos como el maquillaje realista y la escenografía.
Es este un Frankenstein discurren te, nuevo, socialmente valiente y realizado con una impecabilidad teatral, por la que debe quedar en el buen recuerdo del público que asistió a sus nueve funciones en el remodelado escenario (gracias a Ministerio de Turismo que ha remozado ésta y otras salas de teatro de la zona colonial).
Un montaje para ser tomado en cuenta al momento de evaluar lo mejor que escénicamente ha ocurrido en 2017.
SINOPSIS:
Creación del teatro Guloya basada en la novela original de Mary Shelley donde una monstruosa criatura trató de hacer el bien y sólo recibió rechazo y castigo. Cuál Prometeo moderno, nuestro Frankenstein grita su ira indomable y aferrado al espíritu del rock nos recuerda que todos somos el monstruo.
¿Por qué Frankenstein?: El sueño tiene su reverso, la pesadilla: el descubrirse como una media isla que flota sobre cuerpos mutilados, almas desmemoriadas y derechos negados. Los doctores que operan desde los quirófanos de nuestra economía experimentan con la vida sin autorización de los muertos que aún no descansan. Nos niegan el derecho a ser felices hoy, por lo que la urgencia nos acorrala. La violencia, no es el medio, no es el fin, es simplemente la respuesta. Nada ha cambiado, solo que estamos más viejos. La resistencia también es recordar. Por eso Frankenstein.
FICHA TECNICA
Título: Frankenstein
Dramaturgia y dirección: Claudio Rivera
Asistente dirección: Mary Paniagua
Basada en la novela homónima de Mary Shelley
Banda Sonora. Josué Santana (EPD), Pavel Núñez y Víctor Contreras
Producción Ejecutiva: Viena González
Música Original; Josué Santana
Utilería: Lenín Paulino
Iluminación: Ernesto López
Escenografía: Miguel Ramírez
Vestuario: José Miura y Veras Vertuzzi
Maquillaje: Ana María Andrickson y Yeifri Ramírez
Coreografía: Orestes Amador
Fotografía: Luis Dantes Castillo
Diseño Gráfico: Olga Valdez
Talentos: Orestes Amador, Claudio Rivera y Viena González.
 
Enlaces relacionados:
http://elcaribe.com.do/2017/09/08/teatro-guloya-26-anos-fomentando-la-dramaturgia-dominicana/

 
 
 

Cyrano, hacer un teatro excepcional y exquisito con simplez de recursos

La tragedia del amor ofrece en el arte un millón de senderos distintos y de rutas del más variado tono.  Una artista  de la escena recrea amor y tragedia del Cyrano de Bergerac, a partir de las técnicas de clown y teatro del objeto.
La de Cyrano de Bergerac, es una especial ruta  desde que este drama en  cinco actos y en verso del poeta y dramaturgo francés Edmond Rostand, fuera estrenado en el teatro de la Porte-Saint-Martin,  el 27 de diciembre de 1897, hasta hoy, cuando hasta el cine ha recreado el amor del personaje por su prima, Roxane,  una mujer hermosa,  quien a su vez de quien está enamorada es del cadete Christian de Neuvilette.
Este conjunto de condiciones emotivas, establecidas en la literatura dramatúrgica clásica,  es retomado por  una  actriz, en el tono de la comedia del arte y al son juglar de su atmósfera  y tono escénico, para producir uno de los montajes más interesantes del presente año, dirigido por Manuel Chapuseaux y con la producción de Teatro Alternativo, de Lorena Oliva.

LORENA OLIVA, es Cryano,.FOTO JOSE RAFAEL SOSA


Utilizando las máscaras  creadas por Miguel Ramírez y Maya Oviedo y  aplicando un aire argentino y sus parlamento y cantar, la Oliva  se adueña del espacio escénico para producir una experiencia que deleita con su humor entre líneas, que se burla de la fealdad del narizudo personaje, víctima de los caprichos del amor fuera de su lugar.
El monólogo trascurre entre la diversidad de los personajes que adapta la directora argentina que ha hecho vida personal, familiar y profesional en la República Dominicana, transmitiendo la fuerza de una tragedia que cuenta la muerte de Cristian en la guerra y la tardía lecturas de las cartas que dejó para Roxane, de parte del ya envejecido Cyrano.
Una tremenda labor la de divulgar los clásicos,  en una tarea que debería  recibir mucho mayor apoyo en patrocinios por la trascendencia de su impacto en la formación estético-teatral de quienes reciben su mensaje.
Teatro en su expresión más pura, la que se apoya en entrenamiento, en la fuerza del espacio en negro, para ser llenado de fuerza expresiva, de variación en los tonos de voz y la multiplicación, a vista del público, de los cuatro personajes que desfilan, cada cual con su personalidad y textos definidos.
Chapuseaux, con este y otros montajes, ve reforzada su postura como director teatral de consistencia. La escena dominicana tiene la capacidad de asimilar para sus tablas, todo el empeño que sea capaz de elevar sus dones.
Si la vuelven a reponer en Teatro Alternativo o en Teatro Guloya, o donde sea, no se pierda. Por nada.

Quiero un cuento muestra el arte de la escena en todo su valor

El  relato escénico-musical Quiero un cuento, trasciende las expectativas de un proyecto más que se monta como parte del incremento de producciones de este tipo, por las características  y objetivos que persigue, parte de una estrategia que involucra más que lo establecido para una cartelera artística. Para este caso, el espectador y el crítico, están frente a toda un proyecto que excede las buenas intenciones y el deseo de dar un papelito a una niñez normalmente marginada. No hay tal. Hay arte. Y hay arte consistente y llamado a trascender.
Orientado su argumento por los valores familiares y personales, Quiero un cuento tiene el valor de ser arte escénico bien logrado, responsabilidad que se debe atribuir a la educadora María E. Haché (creadora de la Fundación Yo también puedo) y Wendy Quéliz (dirección artística y teatral), que pusieron el empeño en el proyecto y trabajaron, junto a un cuerpo de directores sectoriales y el elenco, para entregar este resultado, el mismo que cosechó extendidos y emocionados aplausos en su función de gala, este pasado viernes.

Este proyecto permite una conjunción de talentos profesionales y vocacionales que se configuran en torno a una historia original, derivada de varios cuentos universales (El Flautista de Hamelín, El gato con botas, Blanca Nieves y los 7 enanitos, El Lobo y los cerdos, y la Caperucita Roja) para desembocar en el triunfo de los valores positivo, produciendo en el público una notable identificación emotiva.
Continuación de dos montajes similares anteriores, Escucha mi sueño (2011) y  el candoroso montaje Gliburbit, una aventura del otro mundo (2013),  que permitió a los medios de prensa unas fotos inolvidable, Quiero un Cuento, se replantea un elenco mixto en el cual se lucen artistas de ejercicio extendido, junto a chicos y chicas de habilidades especiales (sobre todo Síndrome de Down), para consagrar una experiencia  poco comparable a cualquier otro espectáculo que cursa este fin de semana en el auditorio Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes.
Probablemente un poco más extenso (dos horas y cinco minutos) de lo aconsejable por la naturaleza infantil tanto de intérpretes como de público, la circunstancia palidece cuando el espectador se levanta para dar el aplauso final a estos artistas. En cuanto a la extensión, sin dudas que se excedieron.
Si un patrimonio particular aporta la Fundación Yo también puedo (parte de cuyas figuras aparecerán en la película Mañana no te Olvides) es que ha mostrado un camino: el que reivindica sociablemente por medio del arte a seres especiales.

Elenco:
Resaltante la luz propia con la que brilla Javier Grullón (El Lobo) , eje de toda la historia, personaje al que imprime una belleza expresiva propia, apoyado en su talento expresivo y con el sostén de elementos de vestuario, peinado y maquillaje que no deja duda de la perfección técnica con que se concibió el trabajo.
Carolina Rivas está magnífica como la Reina del cuento Blanca Niegas, belleza escénica que se completa con un buen criterio de vestuario y accesorios.
Bianca García, que se aleja de la conocida imagen de Sofía Globitos y crea un personaje realmente nuevo, como  Caperucita Roja, valida cada una de sus líneas.
El resto del elenco, amplio y de diversas edades, completan el cuadro de una experiencia artística que no requiere de paternalismos para apoyar “buenas iniciativas”.
Criterio de producción
Quiero un cuento es una empresa escénica bien plantada y cuidadosamente elaborada, desde el uso de sus recursos técnicos: música, maquillaje, vestuario, escenografía y diseño de luces, tan bien usados, con todo y la economía de recursos que se notan en algunos aspectos, como para no usar evasivas justificatorias en función de la nobleza de una causa.

Anchoitas, descubre una extraordinaria Mabel Paulino

Si en el musical Anchoitas, que se estrena a partir de hoy jueves en Blue Room de Blue Mall, se destaca una figura novísima,  ella es Mabel Paulino, con una  estelaridad basada en su gracia, su dominio de la expresión corporal, la técnica del tono vocal, y una imagen atrayente y amigable.
Dotada de una discurrencia expresiva muy notable y una fuerza escénica, la Paulino nos resulta un descubrimiento más que agradable, valioso.

Mabel Paulino, primera desde la derecha, es una revelación en el musical Anchoitas.. FOTO DE JOSE RAFAEL SOSA


Esta mujer en escena tiene la fuerza de algunos otros talentos femeninos de otras generaciones. Ella, junto a la labor que rinden sus compañeros de elenco, hacen totalmente recomendable este musical que inicia su temporada recién ahora.
Un elenco bien seleccionado, en el que se destacan, además de la Mavel Paulino –que sin dudas es el personaje que queda luminosamente instalado en la memoria emotiva del público- se lucen: Gabi Desangles, Jean Villanueva, Gracielina Olivero, (directora Coreógrafa) Rosa Aurora López, Chabela Estrella de Bisonó, Diego Vicos, Luis Minervino, Miguel del Villar, Jared Gómez, Ismael Almonte, Gabriela Gómez.
Mención aparte hacemos de  Katyuska Licairac,  a quien disfrutamos en el monólogo Que no se culpe a nadie de mi muerte (Humberto Robles, México) en Teatro Guloya – dirección de Viena González- por adecuarse con profesionalidad a un montaje de actuación coral, en el que cumple y excede lo que de ella podría esperarse.
Al momento de escribir la historia del musical dominicano, el nombre de Luis Marcel Ricard, deberá estar muy a la mano.
Talentoso y trabajador, el director ha desarrollado una trayectoria que ha aportado títulos fundamentales al género con variedad de temas, desde lo religioso y litúrgico, iniciando con un montaje rompedor como fue en el Teatro Nacional, en 2009, El Milagro de Fátima,  una obra escrita en 1998 por Bárbara Oleynick y Cantata 7 Palabras – 2016, hasta proyectos de divertimento de alta estética, como es el caso de  Tilín Tilón , el inolvidable Oliver (ambas de 2014) Madagascar (2016) , uno de sus trabajos más complejos y demandantes y el único que nos quedamos con el deseo de verlo dos veces.

Los musicals de Anchoitas son evocadores y con una alta carga de recuerdos de la música de los 80´s y los 90´s.


La función premiere fue anoche (un ensayo general bien terminado) dotado de la ligereza aparente de un salón de belleza,  evidencia que el espectador está frente a un proyecto profesional y  demandante del rendimiento al extremo de los talentos y recursos técnicos.
Musicalmente, evocador de los éxitos musicales populares de los años 80 y 90, el trabajo tiene en estos números su mejor atractivo.
Argumentalmente está bien, muy bien al recrear el ambiente del salón. Solo objetamos algunos chistes en los que las mujeres aparecen seducidas y desesperadas por un hombre musculoso. Esas partes debieron ser material editable.
Anchoitas es una pieza teatral musical que recomendamos con entusiasmo.
 
Sinopsis: Sábado en un salón de belleza, entre rolos, shampoos, tintes y esmaltes se tejen historias de encuentros y desencuentros. Las canciones románticas de amor y desamor de los años 890´s y 90´s prestan sus palabras y melodías a las vivencias de una trulla  bastante dispajera. Lo que que resulta es un universo divertido y animoso.
Ficha Técnica:
Anchoitas
Director general y artístico: Luis Marcel Ricart Grullón
Producción ejecutiva: Chavela Estrella de Bisonó y Rosa Aurora López.
Coreografía y Estilo: Gracielina Olivero
Música: Ambiorix Francisco
Libreto: Ramón Guzmán
Escenografía: Carlos Ortega
Vestuario: Magdalena Gutiérrez
Iluminación: Lux Art
Maquillaje;: Teatro Musical Theamus

Gianni Paulino en uno de sus mejores montajes: Le Prenóm

El año teatral ha sido rico en presentaciones memorables y, en ese marco, El nombre (Le Preñom, Matthieu Delaporte y Alexandre de la Petelliere, 2010) se inscribe ya como uno de proyectos teatrales de mayor trascendencia de este año, al concretar una versión bastante cuidada en sus aspectos artísticos y técnicos y que, en ejercicio de buen juicio crítico, debe inscribirse en el listado de lo escénicamente más importante.
Esta comedia dramática francesa, y de la cual se hizo una película en 2010 que replicó el éxito que había alcanzado el trabajo montado en tablas, cuenta con un sarcástico, bien escrito y fino humor, que expone, ridiculizándoles, los pre-conceptos discriminatorios, y prejuicios develando la miseriosa concepción que se tiene en torno a una serie de temas de la cotidianidad, doble moral incluida.
Resalta en esta producción de Atrévete SRL (cuya primera función se hizo a beneficio de la Fundación Manos Arrugadas y la instalación de sistemas de seguridad de su hogar para personas de la Generación Consistente y de pocos recursos), el libreto, escrito con absoluta inteligencia, con agudísima visión crítica de una sociedad apoyara para sus juicios definitivos en lo efímero de la apariencia y en al facilismo de prejuicio vivido de la peor forma.
La obra es renombradísima en Europa y que arrasó con cantidad de premios tanto en París como entre los galardones de naciones vecinas. Gianni Paulino, (Atrévete SRL), que ya es adorablemente   reincidente en su criterio para el montaje de obras de enorme trascendencia con buena selección de elencos, tal cual ocurrió con su aventura anterior (Tic, tac, toc, 2015).
Es una comedia escrita con inteligencia, que evita el itinerario de la sucesión continua de chistes, y administra tan adecuadamente su carga de humor e ironía. Evita ser fiesta que evita el chiste por el chiste. Es teatro de la inteligencia que se inscribe en la onda de la recientemente exhibida película Perfectos Desconocidos (Pablo Genovesse, 2015) .que tuvo una versión española dirigida por Alex de la Iglesia) y la obra teatral Amigas Desgraciadas (dirigida por Niurka Mota sobre libreto de Hugo Daniel Marcos): una reunión de amigos/familiares, en cuyo desarrollo afloran miserias sorpresivas y falencias afectivas innombrables, revelando la vida secreta que nadie osa mencionar por su nombre, parafrasenado a Oscar Wilde, en De Profundis, su obra epistolar más intensa.
Actuaciones
Richard Douglas (Pierre) que retornó a la escena local tras 14 años de ausencia y que evidencia su veteranía en el manejo de la voz y el desempeño gestual. Su personaje es rico en matices y con la responsabilidad de un co-protagónico en contrapunto. Sus textos y los apuntes de los autores y la orientación del director, le dan oportunidad de redescubrirlo. Es exquisito en escena. Actúa como pez en sus aguas
Elizabeth Chaín (Anna) que nos resulta una agradable revelación con notable desempeño (aun cuando se dejó atrapar por la risa en un instante). Alta y decidida, esta mujer tiene mucho que dar pare el teatro. Es muy buena, tiene consistencia escénica. La disfrutamos. Sabe ser intensa, domina en su voz los matices. Es la novata del grupo de talentos.
Pepe Sierra (Pierre), que ha ratificado su condición de una estrella escénica para teatro y cine en claro ascenso, esta vez en un rol de carácter, alejado de su papel de “tiguerazo”, parecido al personaje barrial que hizo en Puéto pa Mi (Iván Herrera 2016), en la que hizo un secundario que le robó todas las candilejas al resto del elenco de la producción de David Collado y Entrepeneur Films. Este papel “serio” lo revela como un profesional capaz de afrontar grandes desafíos. A la luz de su actuación ya debe dejar de ser considerado como “promesa” o “revelación”. Es un profesional en capacidad de dar lo que sus papeles le demanden.
Gianni Paulino, productora y actriz, que tiene menos tablas que sus colegas y que logra una actuación acertada mantiene el clima y porta la verdad más permanente de las expresadas a lo largo del trabajo. Es una parte crucial y emotiva, con parte de los principales mensajes de la pieza. Lo hace bien, se desempeña pero hubiéramos deseado tuviera un “in crescendo” escénico más sostenido.
José Roberto Díaz (Vincent) es la gran figura actoral. Se crece a nivel sobresaliente. Su personaje, que pauta el ritmo y el argumento al proponer el nombre para la criatura por llegar. Si un personaje será inolvidable en este montaje, ese es el de José Roberto.
Lo técnico
Resalta el buen gusto de la escenografía de un apartamento parisino, con vista a la Torre Eiffel y sus amenidades con nivel para ser creíble; el diseño de luces es crucial para resaltar momentos de la producción y el recurso de la “cámara lenta”, muy pocas veces usado, sale con naturalidad en coordinación con el uso de la voz en off para apuntar elementos narrativos que completan el marco de la historia.
El efecto especial cuando se produce una pelea (que implica rotura de muebles y sangrado) está tan bien logrado que alguna gente en el público creyó que fue un accidente real.
Completamente recomendable para quienes gustan de un teatro que se respete.
Ficha Técnica:
Dirección: Antonio Melenciano
Producción: Gianni Paulino / -Atrévete SRL
Autores: Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patelliere
Versión española: Fernando Masllorens y Federico Del Pino
Talentos: José Roberto Díaz, Gianni Paulino, Richard Douglas, Elizabeth Chaín, Pepe Sierra,
Escenografía: Darío Vélez
Estilismo: Melissa Valdez
Sinopsis:
Vincent, cuarentón y triunfador, va a ser padre por primera vez. Invitado a cenar a la casa de Élisabeth y Pierre, su hermana y su marido, se encuentra con Claude, un amigo de la infancia. Mientras Vincent espera a Anna, su joven esposa, los demás le hacen preguntas sobre su próxima paternidad. Pero cuando le preguntan si ya ha elegido un nombre para el niño, su respuesta sume a la familia en un caos.

Amigas Desgraciadas… de regreso la magia del teatro

El principal error de interpretación de un montaje como éste, es suponer que se trata de una comedia de carcajada continua y se la pasa uno…bien, se puede disfrutar como tal, pero no debe escapar su gran virtud: exponer la vida, alegría, fantasía, angustias y deseos de ser una mujer auténtica, sin trazos culturales que condicionan y sin las trabas que impiden disfrutar de cada día como una jornada de gozo pleno. Esa es su realidad última, que hay que saber ver, más allá de la carcajada y el aplauso. Esta pieza tiene hoy domingo a las 6:30 en Sala Ravelo, su última función de temporada. No se le ocurra dudar. Asista si puede.
Amigas Desgraciadas está distante de ser una pieza más que se apoyan en la relación de pareja, para vender boletas, congraciarse con la crítica y tener un título interpretativo más en el curriculum de cada una de sus cinco intérpretes. Verlo así es simplista.
Se trata de la magia del teatro, esa  maque sólo surge cuando se encuentran el conjunto de condiciones imprescindibles para la trascendencia: el texto de un dramaturgo que, siendo hombre, escribe con garras afiladas desde la subjetividad femenina, un público infinitamente agradecido de la experiencia, una exhibición de estilos interpretativos que pocas veces suben juntos a escena, una química inter-talentos producto de la buena onda, la amistad y el influjo de una directora a la cual, un éxito artístico y de público tal cual ha tenido, le resultaba más vital y reconfortante que el agua a tiempo para el caminador sediento en las dunas del desierto.
A Amigas Desgraciadas, concluida con una de las expresiones masivas del público más hermosas que hemos visto, sólo le faltó respaldo empresarial que le diera sustento material a un montaje costoso y digno, Hay que saber vender el teatro, tal cual logró el montaje de Pareja Abierta, que consideramos uno de los mejores modelos de mercadeo artístico de este tiempo.
El  autor
Sin un excelente concepto escrito, no hay posibilidad de teatro digno. Hugo Daniel Marcos es un  dramaturgo, actor, director argentino, residente en Beer Sheva, Israel, desde diciembre del 99, y creador del primer grupo profesional de teatro de habla hispana en Israel y luego funda otro en otro en Arad, que tiene la creatividad ácida de los creadores capaces de reflejar en sus textos, la vida en sus detalles, superando lo superficial y sacando el mejor provecho para el escenario, empleando la risa como atractivo, para insistir en conceptos de vida, en la validez de los sentimientos, en la autenticidad de las actitudes y lograr todo eso en el marco del humor…he ahí la magia del teatro.
Las actuaciones
Amigas desgraciadas es la expresión coral de cinco protagonistas,  un derroche de  buenas y excelentes actuaciones de cinco actrices de generaciones sino distintas, diferenciadas un poco por escuelas, trayectorias y el tiempo en escenarios.
 
Lidia Ariza, la más veterana, hace de hilo conductor interpretativo de la singular reunión semanal de otras cuatro de sus amigas. Convincente, puntillosa y efectiva, marca el ritmo picado de diálogos e interjecciones, que alcanzan sus más altos niveles de eficacia histriónica. Una maestra que deja sentir su impronta. Gracia y un ejercicio extendido que es ya historia.
Patricia Muñoz, en un papel que parece haber sido escrito para ella, es centro de las acciones más hilarantes. Dominante de la escena, sabe emplear todo: expresión facial, voz, traslados y se sabe claramente en dominio de su importancia para que el engranaje opere a perfección. Muñoz tiene una gracia natural, afortunadamente instruida con acierto con talleres y práctica. Su enorme ventaja es una imagen de señora provocativa a la risa con su sola mirada. No le sobra una sola libra de peso.  Tiene la elegancia y la gracia justas.Vale lo que pesa.
Giamilka Román, increíblemente entregada, diestra en sus habilidades, lleva consigo esos dones que el público agradece: entrega y profesionalidad a su rol de pivote de humor, con una historia personal particular y, sin embargo, similar a la de sus compañeras. Adicionalmente fue la creadora de la escenografía, dotando de un ambiente amigable, cómodo y funcional para las acciones. Se sabe, desde que se le ve, que estamos en presencia de una figura de peso, pese a lo esbelto y cuidado de su figura.
Pamela de León, uno de los aciertos interpretativos y origen de la primera de las incidencias que dan un giro dramático al curso, tiene menos trayectoria, pero que nadie se equivoque: tiene empuje y fuerza. Se sabe responsable del giro argumental y lo sostiene en crecimiento.
María Angélica es una que ha sabido hacer diferencia entre su labor como comunicadora y sus responsabilidades como actriz, pese a una carrera escénica menos nutrida, sabe ponerse a la altura de las “todas estrellas” que son sus compañeras.
En esta obra se produce con naturalidad el Síndrome de la Risa Coincidente: hay situaciones tan hilarantes que hasta las propias ejecutantes tienden a reír, pero como el mandato del texto las dispone riendo, no se nota la diferencia. Se ríen de la situación, pero lo hacen sin dejar sus personajes, en ese instante riendo de buena gana.
La directora
Niurka Mota recoge con este montaje, el éxito que merece. Pasa de las tablas al exigente asiento de la directora, que con un elenco de este nivel y sobre un libreto inteligente y sensible de Hugo Daniel Marcos, tiene la recompensa que merece. Eleva su cualificación artística y siente una profunda y sublime satisfacción al sentir una sala colmada de gente, aplaudiendo al delirio del acto artístico bien logrado.
Amigas desgraciadas debe ser evaluada en todo su valor, ese especial status que reivindica el quehacer teatral como expresión de una magia que deja más que la explosión de la risa y la resonancia de la carcajada.
 

En Pareja Abierta, Raeldo y Georgina, logran química y respeto al buen teatro

Pareja Abierta es uno de los tantos brillantes libretos que le generaron a Dario Fo el Premio Nobel de Literatura en 1997, es , como muchos otros trabajos, producto de experiencias personales.
Este surgipocuando impera la monotonía conyugal y la pareja decide romper con viejos moldes culturales y lo que llega es un desastre peor que lo dispuesto por la tradición para la pareja.

Pareja Abierta es trascendente por su concepto generado por la aguda y radical creatividad intelectual de Darío Fó, Premio Nobel de Literatura 1997, y que en el caso de Pareja Abierta, recoge experiencias que tuvieron el y la dramaturga, directora y actriz Franca Rame, como tal y que les generó el mismo problema que se deja sentir en la trama expuesta con humor y sarcasmo.
Rame fue secuestrada el 9 de marzo de 1973, por un grupo de cinco delincuentes que la violó durante cuatro horas en una furgoneta cerrada, hecho al que finalmente sobrevivió y a partir del cual escribió Le Stupro (La Violación) dos años más tarde.
Esta comedia dramática, con más malas palabras de las necesarias, trasciende por sus actuaciones de Raeldo López y Georgina Duluc, que dejan sentir que ciertamente se prepararon para la intensidad histriónica que demandaban las acciones apuntadas en el libreto.
En
Pareja Abierta, el espectador se encuentra ante una propuesta teatral muy valiosa y que debe ser vista y disfrutada en el resto de sus funciones en Bellas Artes.
Raeldo evidencia sus garras para adueñarse de su personaje y lo hace con seriedad, Georgina muestra su entrega y profesionalidad, a pesar de no ser una artista escénica de carrera.
La conexión que logran con la gente es total. En algunos momentos, ella no se entiende bien pero deberá superar esa falla con las bondades que aportan las siguientes presentaciones. La primera función, nunca deja de ser un ensayo general.
Raeldo debe evitar que se note tanto el sudor en su chacabana. Un cambio de pieza de vestir, con un color más discreto y disimulador, no estaría nada mal.

Georgina, a pesar de no ser talento académico, logra en el inicio de la pieza, un interesante y creíble desdoblamiento como la esposa aburrida, sufrida, simplista y casi al borde del suicidio. Luego en su proceso de actuación, será más una mujer parecida a lo que ella tiene como ideal imaginario de mujer activa y dispuesta a todo.

El trabajo vale mucho por el desempeño de su joven y capaz director, de una de las escenografías más revolucionarias que ha producido Fidel López (al exponer seis locaciones ambientes en un multiplano, con diseño simplista y especialmente efectivo).
Su curriculum relata la trayectoria de un joven aplicado al estudio y desarrollado creativamente. Es un nombre en la dirección teatral a ser tomado en cuenta.
El El montaje divierte. Y lo hace a granel. La conexión brillante entre artistas y público (éste tomado como una especie de terapeuta colectivo), tiene instantes inolvidables.
Pero lo trascendente es su mensaje, que esperamos prenda en la conciencia de quienes se reirán de buena gana. Suma de factores positivos, y pese a fallas menores, recomendable totalmente.

Bodas de Sangre: teatro y poesía en un efectivo Juego de Navajas

Montar a Lorca no es juego. Y, hasta cierto punto, es una locura respecto de la cual, poquísima gente está en disposición de aceptar cuando se agazapan en el horizonte cotidiano la falta de recursos y la traumática apatía generalizada contra el arte verdadero.
Montar a Lorca es un desafío inmenso y para intentarlo no basta el deseo. Se imponen un respeto a la alta literatura y una devoción incondicional a la poesía, pero además implica disponerse a desarrollar un esfuerzo los promedios interpretativos.

Isabel Spencer, tenía claro lo que pretendía hace cinco años, cuando fundó el Colectivo Maleducadas, siendo como es una profesional no dispuesta a hacer complacencia del mercado escénico,
Federico García Lorca sigue naciendo una y otra vez por la vigencia y creatividad de su obra para el teatro, porque siempre habrá quienes, como Isabel Spencer, preferirán abandonar el camino facilista de las modas y los autores de alto consumo masivo, para  volver a recrear la feliz unión de poesía con la escena.
Es claro que se han superado prejuicios y paradigmas: No existen ni teatro rico y teatro pobre, construcciones relativas y sobradamente  ideológicas. Hay teatro, mucho. De muchas formas y coberturas y proyecciones, en sus más variadas expresiones y, como ahora, teatro que trasciende a partir del genio humano, de la entrega, de la pasión hecha paradigma. Todo teatro es válido y aporta, de una parte, trabajo a los artistas y, por otra,  fantasías, alegrías o penas al público.
Pero no todo el teatro permanecerá en la historia del quehacer de las tablas. No siempre se es capaz de recoger el enorme desafío de montar un autor trascendente e inabarcable, como ciertamente resulta ser Federico García Lorca
Cuando se anunció el montaje de Juego de Navajas, versión libre de Maleducadas de Bodas de Sangre, experimentamos la misma sensación de cuando se adelantó que Casa de Teatro, pondría en su escenario  en mayo del 2014 La casa de Bernarda Alba del mismo  García Lorca, con un elenco enteramente femenino y que en su momento nos satisfizo.
En esta oportunidad, la convocatoria al escenario, justificó todas las verdades dichas: artistas entregados a un objetivo, lo alcanzan sobradamente al entregar una pieza demandante y exquisita, en la cual el querer se hace víctima de las pasiones  y el egoísmo del querer.
Cuando Lorca publicó en 1931, su poema trágico Bodas de sangre escrita en verso y en prosa, sabía que producía un texto universal sobre la pasión, el deseo, la vida y la muerte, pero no imaginó que la pieza, estrenada  el 8 de marzo de 1933 en el Teatro Beatriz de Madrid por la Compañía de Josefina Díaz y Manuel Collado, tendría la consistencia de un clásico, tentando siempre a los teatristas de muchas generaciones, como al efecto.
Juego de Navajas es un trabajo escénico que sobrepasa su propia dignidad y en  cual hay una entrega integral a lo interpretativo, pero en medio de la cual resaltan los roles de Manuel Raposo (Leonardo), Ana Oviedo (La criada)  Paloma Palacios (La novia) y la propia directora Isabel Spencer (La madre).
Con una marcada economía de recursos escénicos, que se enfrenta con un efectivo  simbolismo  y algunos elementos de utilería simples, el proyecto teatral resulta admirable.

Su  bien desarrollado diseño de sonido,  su acierto en el vestuario  ecléctico, que sugiere, mas no reproduce el signo de su tiempo, hacen de esta pieza, una de las más significativas del presente año y de algunos de sus intérpretes, candidatos a los premios más reconocidos  al teatro ,incluyendo el dorado galardón del Soberano 2018.
Maleducadas es un colectivo de teatro fundado en el año 2012 por Isabel Spencer, actriz egresada de la Escuela Nacional de Arte Dramático, ganadora del Soberano 2017 como mejor directora de teatro.
En los cinco años del colectivo, este es su tercer montaje, el primero fue La casa de Bernarda Alba, propuesta que fue bien acogido por el público, el segundo fue Hasta el Abismo, con el que obtuvieron tres nominaciones al soberano y con el que Spencer ganó como mejor directora.
Los acontecimientos trágicos y reales en los que se basa la obra, se produjeron el 22 de julio de 1928 en el Cortijo del Fraile, de Nijar, en Almería y delos cuales se enteró por la prensa.

Jennie Guzmán se hizo Frida y da un ¡Viva a la Vida!

Jennie Guzmán, una artista y productora muy joven, nos asalta y sorprende, al encarnar el texto dramático del guionista, actor , director y gestor de derechos Humanos Humberto Robles de León, logrando, por segunda vez
Destaca el elemento actoral por encima de recursos técnicos, aun cuando se debe reconocer el aporte de vestuario, maquillaje y peinado, el punto brillante es la capacidad de esta joven actriz para conducir al público por las percepciones, sentidos profundos y sentencias de la Kalo, y que permite sentir que el teatro dominicano se renueva, se perfuma de una juventud dispuesta a seguir con dignidad el trayecto de las tablas.

Jennie Guzmán da vida a Frida Kalo por segunda vez, luego de hacerlo en 2010 dirigida por Ángel Haché, en ambas oportunidades con la dramaturgia del mexicano Humberto Robles de León. Ahora la dirige Ruth Emeterio.


Guzmán no tiene la altura ni el porte de Kalo, pero sabe compensar sus ausencias con un cuidadoso proceso de entrega a la responsabilidad de hacer creíble y vivible su personaje.
Ella nos conduce a los símbolos, encuentros y desencuentras que marcaron la vida de  Kalo: viajes, personajes distantes y cercanos, percepciones de naciones que como Francia y Estados Unidos, fueron parte de un itinerario en que se desplegó su talento.
La artista domina sobre todo la gestualidad de una semiparalizada paciente, presionada por prendas de yeso y correas de cuero; se remonta al accidente vial, terrible por el que perdió de modo sangriento, la virginidad y, sobre todo, deja sentir el amor incondicional, pero opresivo y excesivamente abierto, desde un Diego Rivera, que hace innecesario acto de presencia, tanto como La Catrina, de la que hubiéramos deseado una mayor plasticidad en sus procesos corporales.
Jennie Guzmán, apoyada por su directora, Ruth Emeterio, también aborda un variado universo vocal, con acento mexicano, que desde expresiones cotidianas hasta imprecaciones, dejan ver a la dueña de La Casa Azul, tal cual se pronunciaba.

Nueva vez, Robles
La obra dramaturgia de Humberto Robles de León, se ha ido transformando en tradicional para el quehacer local.
Hace siete años (2010) se montó  este mismo trabajo unipersonal (Viva la Vida) con la misma figura central, Jennie Guzmán, dirigida por el maestro Ángel Haché, a quien se hace homenaje póstumo ahora. Posteriormente, en 2016 se montó en  sala Ravelo, del Teatro Nacional, dirigidas por Iván Mejía «7 Mujeres»,  una obra escrita junto con
Juan Ríos Cantú y que fue aquí actuada por  Yanela Hernández, Rosa Aurora López, Katyuska Licairac, Johanny García, Chabela Estrella, Susy Aquino Gautreau, Elizabeth Chahín, y Patricio León.
Humberto Robles de León es autor de 7mujeres, Que no se culpe a nadie de mi muerte – actualmente en montaje en –Teatro Guyola a cargo de Karina Licairac,  ratificando su condición de ser el dramaturgo mexicano vivo más representando en América Latina y España.
Robles de León es un creador de conceptos teatrales de una notable incidencia local.
Ficha Técnica:
Frida, Viva la Vida
Autor: Humberto Robles de León
Dirección: Ruth Emeterio
Producción: Jennie Guzmán
Maquillaje: Claudia González
Vestuario: Maskarella y Nicole Jiménez
Escenografía; Ángela Bernal
Línea Gráfica: Samuel Esteban
Frida: Jennie Guzmán
Personajes accesorios:

  • Mario Núñez (Diego Rivera)
  • Esthefany Vargas Pérez (La catrina)

Que no se culpe a nadie de la noble calidad de Katiuska

La mujer que encarna este monólogo  nos hace vivir la pasión y la fantasía del teatro. No se trata únicamente de su capacidad de memorizar un texto intenso y extenso, no es solo dominar el perfil fronterizo de una mujer que decide si vive o muere. Ella logra recuperar el público para una dimensión en la que se hace pareja del espectador, al que conduce por sus pasillos de humor y drama.
Estamos ante una artista decidida, atrevida, desinhibida, graciosa y fuerte, dotada de una agilidad  sorprendente y amigable. El chispeante y dramático monólogo se desdobla en cuatro personajes  en los pasillos de una existencia  femenina condicionada y sin aparente salida.

El monólogo es, actoralmente hablando, el desafío más serio con que se puede enfrentar un talento y respecto del cual hay que recurrir a todos los recursos interpretativos para mantener el público interesado y pendiente de las acciones en escena.
Para que un monólogo tenga éxito, necesita tres condiciones: un buen concepto en su dramaturgia, una capacidad histriónica con capacidad para dar con los colores y tonos interpretativos y una dirección adecuada y atrevida.
Las tres condiciones concurren en Qué no se culpe a nadie de mi muerte, debido a que se apoya en un texto del mexicano Humberto Robles (7 mujeres) y probablemente el dramaturgo azteca más representando en el mundo y particularmente en América Latina, por el acierto de sus textos con la problemática social de hoy y muy especialmente en torno a situación de la mujer.

Katiuska Licariac ofrece un recital actoral en Qué no se culpe a nadie de mi muerte, en Teatro Guloya.. FOTO DE JOSE RAFAEL SOSA


La representación, que se mantiene en Teatro Guloya hasta el próximo fin de semana,  tiene la dirección de Viena González, una de las artistas que ha consagrado su vida al teatro en cada una de sus expresiones y que, en este caso, se mantiene desde el puesto de directora para orientar las acciones de la artista en escena, logrando uno de los niveles teatrales más altos de los trabajos individuales presentados en este año.
Finalmente, Qué no se culpe a nadie de mi muerte, cuenta con una artista que habíamos visto en algunos roles de cine (Una breve historia de amor, Alan Nadal, 2015 y Quiero Ser fiel, Joe Menéndez, 2014) y en teatro (7 Mujeres y Radio Bemba), pero en ninguna de esas oportunidades,  Licariac tiene, como ahora, la oportunidad de desplegar sus habilidades y desarrollar su pasión, esa que parte de una inclinación por comunicación artística trascendente.
Lo que logra Katiuska al interpretar cuatro personajes (la madre, la abuela, la hermana y la protagonista dispuesta a suicidarse si no llega una llamada) es un recital de actuaciones que adereza con un dominio morfo-gestuaL a lo que agrega la expresión oral con registros convincentes, graciosos y firmemente testimoniales.
El autor
Licairac nos permite el gusto de estar de nuevo en contacto con los conceptos de Humberto Robles  de León (Premio Nacional de Dramaturgia, Mexico 2010) destacado activista de los derechos humanos en México y América Latina,  el autor de:

Robles de León, mexicano y latinoamericano  es  en si mismo un fenómeno artístico y social.

Bachata, teatro del pensamiento

Una pareja escénica como ésta, un Orestes Amador, ya tan nuestro y tan caribe y una Yanela Hernández, más orientadas a la gestión  y a la comunicación cultural, que casi olvidamos sus lances a escena desde Gayumba, nos asalta. Y
Y lo hace desde una propuesta teatralmente íntegra, sin facilismos, con desafíos y complejidad, sin ánimos de divertimento. Teatro en el más crudo expresión del ser.

Una pareja teatral inusual nos prodoce emociones inusuales. FOTO JOSE RAFAEL SOSA


La Sala Julio Ravelo de la Fuente, nombre completo de este tan nuestro espacio, ha acogido una propuesta de teatro de pensamiento escénicamente a cargo de estos dos artistas, apoyados en texto dramático de Hamlet Bodden, (A.D.I.O.S.
Resonancias y Dadidá), ratifica con esta entrega un oficio de entrega  y respeto al arte y la gente.  Nuestra reseña, entonces, de ADIOS, fue ésta.
Con notable economía de personajes y elementos escenográficos, Bachata  sirve para mostrar la profundidad de la nueva dramaturgia, una bien lograda, ahondando en los pasillos de una expresión detallada, cuidada y cautivante
Textos que a trazos circulares, dejan ver el abismo de una unidad y las distancias existenciales relativas y generalmente tácitas. Un documento artístico para repensar las relaciones, sus intereses y sus metas.
En resumen: El y ella, un vivir por perspectivas paralelas y prisioneros de la aplastante y rítmica cotidianidad, danzarán a ritmo de bachata, procurando que una circunstancia les una. Un éxito de la fuerza del texto creativo y del empeño interpretativo.

Yanale nos sorprende grátamente en Bachata, de Hamlet Bodden. FOTO JOSE RAFAEL SOSA


Actoralmente
La selección de Amador y Hernández, probablemente la primera vez que se expresan solos en un montaje, muestra el criterio sorprendente de Bodden, quien pudo optar por marcas, sobre todo en el caso de Yanela, mucho más reconocidas y en vigencia mediática o escénica Pero no.
El trabajo de ambos, su seguimiento a las sinuosas existencias y el apego a un amor de desencuentros, de orientación que no se ajusta al deseo legítimo de una entrega sin escapes, es un modelo.
Bachata es un trabajo escénico recomendable para disfrutarlo y pensarlo.
Un montaje que ayuda a  pensar  cuál de nuestras vidas no ha transcurrido por las mismas galerías de Él y de Ella.

Bachata, escenográficamente, tiene una alta expresividad plástica. FOTO JOSE RAFAEL SOSA


Ficha técnica:
Dirección y dramaturgia: Hamlet Bodden
Producción: Yanela Hernández
Elenco: El (Orestes Amador), Ella (Yanela Hernández)
Asistente dirección: Ana Laura Oviedo
Maquillaje: Cruz  Pineda
Vestuario: Hilton Elegant
Escenografía: Miguel Ramírez
Tramoya, utilería, asistencia técnica: José Enrique Rodríguez
Diseño gráfico y video: Samuel Esteban.
Banda Sonora y manipulación de audio: Hamlet Bodden (Basada en grabaciones originales de Radio Guarachita)

Teatro Las Máscaras remozado al tono de toda la Zona Colonial

Para quienes hemos asistido por los 15 años que tiene el Teatro Las Máscaras, quienes hemos conocido de su ambiente intimista, familia y escénicamente seductor, llegar ahora a esta sala y encontrar que sus butacas son de un teatral color rojo, que sus superficies están pintadas y los cables eléctricos son ahora invisibles y  que el escenario es más amplio, tanto como nunca había sido antes, es una conquista del alma.

Lidia Ariza y Germana Quintana estrenan las butacas rojas del renovacio espacio teatral Las Máscaras.


La sala, en la cual centenares de seguidores del teatro han estado por años, es prácticamente otra, renovada en sus instalaciones, mucho más cómoda y mucho más adecuada al quehacer profesional que desde su escenario se habrá de seguir desarrollando.
Una acertada decisión del Clúster Turístico de Zona Colonial, de renovar Las Máscaras,  tiene una significación singular porque fortalece uno de los espacios teatrales de mayor arraigo, junto con Casa de Teatro y Teatro  Guloya.

Germana Quintana y Lidia Ariza estrenan el nuevo escenario de Las Máscaras.


Las dos directoras de Las Máscaras, Germana Quintana y Lidia Ariza,  celebraron con una reinauguración, agradecieron al Clúster y al respaldo del Banco Mundial, por este renacimiento de las instalaciones, que ahora tienen un aire especial y unas instalaciones que ahora resultarán mucho más adecuadas a cuanto acontece allí cada fin de semana, comenzando con el se ahora en que se remonta el Nosotras que nos queremos tanto un humorístico encuentro de cuatro hermanas tras 20 años de haber tomado cada cual su camino, y que son interpretadas por Dolly Martínez, Montessori Ventura, Marisol Marión Landais y Paola Ramos.
La oportunidad que implico la reinauguración de Las Máscaras fue  aprovechada para hacer reconocimiento a una serie de personas que han aportado su talento artístico y técnicos para el éxito de las funciones.
A la gente que por años ha colaborado con Las Máscaras, se les entregaron pergaminos de reconocimiento y flores, muchos ramilletes. Eran rosas rojas.
La remodelación
Cuando se entra a Las Máscaras, el cambio embarga la vista: todas las butacas (42 en total) tienen ahora un tono de rojo teatral, hay un escenario mucho más amplio, toda la instalación eléctrica se ha reinstalado fuera de la vista del público, el cielo raso  y las paredes han sido pintadas y el ambiente que se ofrece ahora al público se siente mucho más amistoso y mucho más atractivo.

Exmin Carvajal observa el nuevo espacio teatral Las Máscaras.


La fundación
Una noche, Lidia Ariza, Germana Quintana y el actor Exmin Carvajal se reunieron para pensar cómo hacerse de una sala de teatro propia. Desde ese momento, comenzaron a trabajar para hacer realidad ese sueño.
Luego de un año, consiguieron el local, que está ubicado en la Zona Colonial, en la calle Arzobispo Portes, número 56.
El artista Bismark Yermenos se encargó de la ardua labor de transformar esa casa en lo que es hoy: el teatro Las Máscaras, un espacio que cada semana nutre las tablas dominicanas con un menú de exquisitas obras.

Impecable el nuevo espacio teatral Las Máscaras-

​Colorín Colorado, tres actuaciones memorables

Karina Noble, María Castillo y Karina Noble, bajo la dirección de Guillermo Cordero, ofrecen  una joya  actoral del teatro burlesque, tomando como tema sobre la lucha de los géneros.
Guillermo Cordero, productor de espectáculos y más recientemente director teatral (El Último Instante, 2016, Sala Ravelo) regresa a las tablas en un tono escénico claramente distinto y haciendo apropio del sub-género burlesque.

Con el monólogo de Franklin Domínguez (al cual le realizó adaptaciones argumentales distintas a las del texto original, para sobre el tono del drama existencial profundo), permitió a Carlota Carretero ganar el Premio Soberano 2916 a Mejor Actriz.
En  su segundo proyecto  Cordero transita  otro camino es  la comedia ridiculizante de personajes y situaciones, por medio de tres de las indiscutiblemente mejores actrices con que cuenta el país, las cuales ofrecen un recital impecable de actuaciones, dignas del estudio de nuestras escuelas y talleres de teatro.

Lo que logran María Castillo (Popa), Karina Noble (Pupa) y Carlota Carretero (Pepa) es una impecable construcción de personajes de una supra-realidad: tres entrenadoras  de crecimiento  femenino respecto de poder masculino, la soledad, el compromiso, la entrega, la sexualidad, la edad y otros temas.
Cordero se apoya en una dramaturgia adaptada por  sus talentos, en tres libros: ¿Por qué los hombres prefieren las cabronas? Y “¿Por qué los hombres aman a las cabronas? –   de la escritora norteamericana Sherry Argov,  transformados en un fenómeno editorial de grandes proporciones y que ha sido traducido a más de treinta idiomas, al que se agrega “Confesiones de mujeres de 50, de un grupo de autoras.

Conceptualmente, nada nuevo porque el discurso de la lucha de géneros ha sido tratado en infinidad de oportunidad por igual infinidad de autores y autoras, montadas y remontadas en cantidad de escenarios. El detalle está  en la originalidad del tratamiento en esta oportunidad, y en la cantidad de experiencia histriónica de sus tres trayectorias.
No se trata de una actuación teatral de conjunto dado que la interacción de las tres estrellas se produce en escenario  solo al inicio y al final, sino de tres monólogos,  para cuya realización al parecer se ha acudido a lo mejor del talento actoral de estas tres luminarias.
María Castillo, (Popa) abre por los caminos  interpretativos sorprendentes: uso de sus tonos graves de voz,  un mirar incisivo y un dominio corporal de la escena, todo para sustentar un discurso que se apropia de la concurrencia femenina.
Karina Noble, (Pupa) ocupa el parlamento intermedio, llena la escena con una utilería/escenografía simple y efectista, sobre la cual desarrolla una intervención matizada por la ironía, el sarcasmo y el peso de las verdades que,  con un ritmo incesante va desglosando. Las risas, los aplausos y  el imperio de las verdades que teje, hacen el resto.
Carlota Carretero (Pepa) entra con la responsabilidad de dejar en alto el rictus escénico iniciado por sus dos compañeras. Y mire que si lo logra. De hecho, es la participación de mayor impacto por la apropiación tan fina que hace de esa mujer a cargo de lo que ocurre cuando los 50 años, en la vida de la mujer, lo tumban todo.
El acento cibaeño, el trabajo de maquillaje,  la peluquería y los aditamentos en colcha espuma que le adicionan pechos impresionantes, junto a una extraordinariamente bien lograda gestualidad, produce los momentos más memorables de Colorín Colorado. El vínculo que crea es tan bien logrado
El desdoblamiento de Pepa, que en principio recuerda a la psiquiatra Fior Solis, en realidad se trata de una recreación cuidadosamente trabajada.
Lo técnico
El montaje de Colorín Colorado alcanza el tono burlesque por lo bien trabajado de sus  recursos técnicos: vestuario, (de Michelle Reynoso) peluquería (de Xiomara García), maquillaje (de Ken López)  y aditamentos cuidadosamente aplicados para crear este universo colorido, escénicamente radical.
La escenografía del fondo (apoyada en concepto de Cordero, diseñada por Guiselle Madera y construida por Carlos Ortega), la sentimos simplista y marcadamente  televisiva, pero cumple con su papel de soporte que marca el espacio. Pudo haber sido mejor. A ello se añade el diseño de luces a cargo de Bienvenido Miranda.
Colorín Colorado transita, como texto, caminos conocidos y re.montados decenas de veces. La diferencia la hace ahora el tratamiento singular de Cordero y la versatilidad de estas tres divas del teatro dominicano.Mar

Pepe Sierra, la gran sorpresa en El hijo de P…del Sombrerero

El teatro…!oh…el teatro! que  vuelve a establecer sus puentes vivos  matizados de  sentimientos en una amplia paleta que va desde la risa irrefrenable y generada a partir de la vitalidad histriónica del elenco  seleccionado, hasta el dolor que generan la infelicidad con todos sus garfios crispados, incluyendo el drama miserioso , y casi sin salidas, de las adicciones y la esfera de falsías de la infidelidad cuando o con quien menos se espera.
El hijo de puta del sombrerero, más que el sórdido resonar  de las “malas palabras” como atractivo comercial,   es una pieza sobre sentimientos dramáticos  extremos, cuidadosamente escrita y admirablemente presentada en un ritmo histriónico ejemplar por cinco talentos de la escena criolla, en el marco de los cuales sobresale la emergencia de un talento a ser tomada en cuenta, la de Pepe Sierra.

Pepe Sierra se revela como el gran descubrimiento teatral de la escena en el presente 2017


El montaje de El hijo de puta del sombrerero, original del dramaturgo neoyorkino Stephen Adly Guirgis, ganador en   2015 del  Premio Pullitzer en teatro con la pieza «Between Riverside and Crazy», es un acontecimiento que hay que festejar.
El texto de la pieza no fue pensado por su autor como el gran montaje que ha sido y que ha triunfado en diversos paises
Primero por la acertada selección del texto dramático de humor negro y la labor de producción  (responsabilidad de Raúl Méndez y Lino Hernández), de ordinario poco reconocida.
Segundo por la cuidada dirección (sobre todo en lo referente al ritmo y tiempo teatrales (Manuel Chapuseaux) que cuenta con una experiencia en el arte de proporcionar al nivel profesional mas alto que ha sido posible.
Tercero, el triunfo escenográfico (Miguel Ramírez),   al lograr  tres  ambientes interiores de apartamentos de Washington Heights, sobre un gran mural de grafittis callejeros y definidos a partir de rápidos movimientos de las masas escénicas.
Su diseño lumínico que ha corrido por cargo de Bienvenido Miranda, ofrece el sustento tan fundamental para actuaciones, entradas y salidas.

El conjunto ha sido armónico. Han evitado la sobreactuación tan incidente cuando se trata de procesos parlamentarios tan intensos y en ascenso.


Las actuaciones
Y cuarto, el factor más trascendente: las  cinco actuaciones, enfiladas en una coordinación que logra una vida expresiva que genera risa, admiración y silencios dramáticos a partir de la gama de sentimientos que desfilan de modo incesante, sin pausa alguna.
El conjunto ha sido armónico. Han evitado la sobreactuación tan incidente cuando se trata de procesos parlamentarios tan intensos y en ascenso.
 
 

Kenny Grullón (Ralph,  “asesor-consejero”) reitera su veteranía y se procesa como un pez en aguas conocidas, dando las tonalidades precisas de voz. Su actuación confiere la fuerza y veteranía que se puede esperar de su trayectoria.


Hony Estrella (Victoria, la mujer de Ralfh),  con un papel no estelar, lograr transmitir el drama de la mujer abusada por la preconcebida dominancia masculina con todos sus efectos deletéreos de género. Resalta el manejo de su voz, que transmite esa angustia reprimida. Entregada a sus líneas, la Estrella, se deja disfrutar intensamente.


Irving Alberti vuelve a evidenciar una versatilidad digna del escenario teatral latinoamericano. Grácil, agudo, sensitivo y auténtico, este talento nos fascina con sus giros en escena y le va bien la responsabilidad en la vertiente del humor negro que destila a lo largo del montaje.
Naslha Bogaert, (Verónica), es la actriz con un proceso que ha ido perfeccionándola cada vez más,  pone toda la sensualidad y belleza y armonía de sus  proporciones físicas, para trascender en la capacidad histriónica. Se le vive con intensidad para el espectador que se sabe ante una artista irrenunciable a sus faenas.

Pepe Sierra es un diamante en desarrollo del escenario dominicano, dueño de una capacidad para el desarrollo del ritmo parlamentario


El Sierra
El caso de actuación sobresaliente es que  nos representa José (Pepe) Sierra,  (Johnny,), actor que nos sorprendió por el nivel que alcanzó al ser revelado en Pueto pa mí,  drama barrial  en que hizo de Cacheo, bajo la dirección de Iván Herrera en 2015.
Pepe Sierra es un diamante en desarrollo del escenario dominicano, dueño de una capacidad para el desarrollo del ritmo parlamentario, con acertadísimos movimientos escénicos, estampa muy propia bajo las candilejas. Reactivo y vivo al instante, es un regalo al espectador. Sabe provocar la risa   y permanecer en el momentum dramático, tiene un registro vocal limpio y a tono.
Sierra es responsable del punto interpretativo más alto del montaje y hay que ponerle atención y darle seguimiento. Tiene potencial para llegar a niveles insospechados de la interpretación tanto en cine como en teatro.
La actuación ha sido su pasión. Estudió teatro en la Escuela Nacional de Arte Escénico y hasta hace unos años era un desconocido de las grandes masas. Proyectos artísticos e menos incidencia y escala nos había ocultado este valor histriónico. Su papel en este montaje, es el punto más intenso que le hayamos visto, dramática con esa tonalidad de agridulce humor negrísimo. Hay que celebrar, con auténtica alegría, el descubrimiento.
Ficha Técnica
Título: El hijo de puta del sombrerero
Autor: Stephen Adly Guirgis
Producción: Raúl Méndez y Lino Hernández
Dirección: Manuel Chapuseaux
Diseño de sonido: Bienvenido Miranda
Escenografía: Miguel Ramírez
Talentos: Naslha Bogaert (Verónica); Pepe Sierra (Johnny); Kenny Grullón (Ralfh); Hony Estrella (Victoria) e Irving Alberti (Julio).

Raúl Méndez pone en escena El hijo de Puta del Sombrero 

​El hijo de puta del sombrero,  compuesta por un gran elenco conformado por Nashla Bogaert, Hony Estrella, Irving Alberti, Pepe Sierra y Kenny Grullón, dirigidos por Manuel Chapuseaux y producida por Raúl Méndez, serán los encargados de dar vida a la obra “El hijo de puta del sombrero”, que se presentará del 12 al 14 y 19 al 21 de mayo en el Palacio de Bellas Artes de Santo Domingo.
Durante un encuentro con la prensa celebrado la noche del miércoles en Meridian Events Center, el productor de la obra, Raúl Méndez, destacó que reunir los actores mencionados es formar un “elenco de ensueño con un gran director como Chapuseaux”, que de seguro se traducirá en disfrute para el público que asista. “Con El hijo de puta del sombrero el público gozará de un drama salpicado de humor negro. 
Es una pieza que aborda temas como el amor, el desamor, la droga, entre otros. Pero una cosa quiero aclarar: no se asusten por el nombre de la obra porque a veces queremos ser tan moralistas y hay palabras peores que puta y nosotros vamos a hablar las cosas como son, es una obra contemporánea”, expresó Méndez.
De su lado, el director Manuel Chapuseaux resaltó la calidad del texto escrito por Stephen Adly Guirgis:
“Cuando yo digo esto, hay gente que piensa que estoy exagerando, pero en mi opinión este texto teatral es el mejor que yo he leído en los últimos diez años.
Un escrito excelente, que he unido con esta cosecha de talentos que van a encarnar cada personaje, aseguramos que tendremos en escena un gran espectáculo”.
Mientras que los actores destacaron sentirse privilegiados y agradecidos de compartir juntos en “El hijo de puta del sombrero” y de ser dirigidos por Manuel Chapuseaux.

Lilli Jolie: formación y talento montan su más hermosa fiesta

Con el montaje de Un pedazo de muñeca Lilli Jolie, escrita y dirigida por  Licelotte Nin  Mojica en Sala Ravelo del Teatro Nacional,  la escena nacional  se felicita a si misma por el reconocimiento de un talento creativo  femenino sustentado en una formación internacional y un reconocimiento  académico parisino, condiciones que deben obligar una mirada a fondo de lo que representa.
Nadie que pueda hacerlo, debe dejar de ser testigo de este fenómeno teatral que respira aliento, fantasía y fuerza novísimas, para un escenario criollo.
Nos sorprende, desde la entrada a la sala, antes de iniciar las acciones,  la atmósfera  micótica y opresiva del sub-mundo laboral planteado, el de una fábrica de muñecas,  portador  de un lenguaje simbólico  y universal, al cual se la ha impreso un diseño de arte que se acerca, por sus vuelos de imagen, a lo apetecible para la pantalla grande, quehacer que en cine  fantástico,  que nadie se ha atrevido a acometer.
Lili Jolie es un teatro  que desafía las  facilidades  escénicas, marcadas por la previsible visión de explotar lo conocido y traquilleramente efectivo,  para mostrar un universo nuevo, con una impronta que no veíamos desde los principales trabajos de Waddy Jáquez, y de entre ellos, Perfectus Quórum.

Licelotte Nin  Mojica se  erige ahora como una figura alta y definida en la dramaturgia dominicana, junto a su juventud, al lado de la experiencia que logró en las aulas dela Escuela Nacional de Arte Escénico y lo que le representó haber sido dirigida por Haffe Serulle en  montajes, que le enseñaron a romper con moldes estrictos de la tradición teatral acartonada y limitante. Si alguien debe estar contento al extremo…es Haffe: !su semilla ha fructificado y de qué forma! Hay garantía de un relevo artistico generacional que agrega su propia marca al teatro por llegar.
En Lilly Jolie se disfrutan notables aportes teatrales que se inician por un texto escrito con alienante circularidad a conciencia y una caracterización de personajes, cinco femeninos y uno masculino, ofreciendo un universo interpretativo caracterizado por el trabajo histriónico logrado a fondo, con notable criterio .

El elenco completo de Lilli Jolie recibe el aplauso del público en Sala Ravelo. FOTO DE JOSE RAFAEL SOSA


Desde antes del inicio de la obra, con esta escena se va introduciendo al público el ambiente de la pieza. impresionista


La mano de la directora/autora  se  desliza  con enorme sentido y responsabilidad para lograr la entrega  actoral de sus seis personajes (las tres  obreras, el capataz y la “otra” obrera y la ejecutiva estilizada,  respaldada por los recursos  de vestuario, diseño de luces, universo sonoro (desarrollado con acierto excepto al final, en que hay tramos  ensordecedores.
Sobre la escenografía, que recuerda de trasluz la diseñada por Guillermo Cordero para El Último Instante (Carlota Carretero) por el rompimiento del espacio rectangular tradicional, pero usado con en el trabajo de  Nin Paniagua, con criterio propio.
Indiana Brito,  (inolvidable en La Casa de Bernarda Alba y Hasta el Abismo);  Johanna González; Clara Benoit Casanova; Cindy Galán, y Karina Valdez y Juan Manuel Gautier, todos con una impresionante interpretación de sus papeles.
La buena fortuna precede este montaje dado que el Centro Nacional de Teatro Francés, una de las principales instituciones francesas para la difusión del teatro contemporáneo, le otorgó a Licelotte Nin,  en mayo de 2015 el Premio Encouragements por su obra «Un morceau de poupée» de Lilli Jolie (Un pedazo de muñeca de Lilli Jolie), a través de su Comisión Nacional de Apoyo a la Creación de Textos Dramáticos con el propósito de dar a conocer a las casas editoras de la nación los nuevos talentos en la escritura teatral, Este certamen, de carácter abierto para toda Francia, cuenta con las categorías Texto Dramático, Traducción, Dramaturgias Plurales y Estímulo. La dramaturga dominicana ganó  en  esta última.
Ficha técnica
Puesta en escena y dramaturgia: Licelotte Nin – Cia. SangFauve.
Actuaciones: Cindy Galán, Johanna González, Indiana Brito, Karina Valdez, Juan Manuel Gautier y Clara Benoit-Casanova.
Escenografía, diseño de luces y creación sonora: Juan Manuel Gautier.
Diseño de vestuario: Margarita Mojica y Licelotte Nin.
Fotografía y diseño gráfico: Lizette Nin – Cia. Sin Plomo.
Video promocional: Iván Aybar.
Producción: Otro Teatro.
Sinopsis
Tres obreras que trabajan en una fábrica de muñecas, en el departamento de recolección y conteo de cabellos, quienes ante la sospecha de que “la nueva” en la fábrica ha tenido un accidente, se mantienen inmutables. Y es que les tienen prohibido moverse de su zona de trabajo antes de la hora de descanso. Cuando deciden ver qué sucede, ya es demasiado tarde.

Yago, un suceso teatral

El montaje bien celebra  71 años de actuación de la Compañía Nacional de Teatro. Imperdible en toda la extensión del adjetivo.
Desde que se anunció la presentación de Yago, yo no soy el que soy, el cartel hablaba de novedad y creación, de caminos distintos y específicos del escenario dominicano en el cual muchos talentos se han congregado para celebrar, tal cual se debe, el 71 aniversario de la fundación de la Compañía Nacional de Teatro.

La imagen gráfica de Yago, yo no soy el que soy, tenia implícito un discurso de impecabilidad,  por el diseño y la augusta armonía de colores y figuras, sobre aquel fondo negro y la sugerencia de un parcial rosto masculino que invitaba a descubrir que venía tras el anuncio. Y al efecto, el público vio que lo presentado, era bueno.
Era una historia larga e iniciada en 1946, cuando, por instrucciones de la dictadura trujillista (a nadie le agrada recordar ese crédito)  se creó  el Teatro Escuela de Arte Nacional, la Compañía Nacional de Teatro  y escuela oficial, dirigida por Emilio Aparicio,  un actor y director español, totalmente republicano que había escapado a las crueldades de la represión franquista, para exiliarse en el país.

La primera obra presentada por este grupo fue Prohibido suicidarse en Primavera, de Alejandro Casona, el 9 de octubre de 1946 en el Teatro Olimpia.
Lejos está hoy ese pasado, pese a lo cual sus fines se siguen reivindicando con trabajos de altísimo perfil escénico para celebrar tantos años de jornadas en el entablado.

Tras haber disfrutado con un deleite especial, la primera presentación de Yago, yo no soy el que soy (basada en el drama de fidelidad y pasión por el poder de Otelo, el Moro de Venecia (William Shakespeare), estrenada  1 de noviembre de 1604 en el Palacio de Whitehall, de Londres,  tiene sus éxitos en tres cuatro factores:

  1. La precisa  adaptación a la cultura dominicana (en la que solo sobran las alusiones innecesarias a la Sentencia 168, del Tribunal Constitucional).
  2. Las actuaciones del elenco que vimos (son dos cuerpos actorales), encabezado un sorprendente y juvenil  Wilson Ureña y  la veteranía de Johnnie Mercedes, junto al sustento interpretativo de  Wilson Ureña, Yorlla Lina Castillo, Wilson Ureña y Miguel Bucarelly.
  3. La dirección fiera y originalísima de Fausto Rojas, quien reafirma su consistente trayectoria, que hace tiempo dejó de ser una promesa.
  1. El espacio escénico (una gallera y otros rincones en varios planos) de Fidel López, a los que hay que agregar el estilísmo del vestuario imaginativo de Gromcín Domínguez y las luces de Bienvenido Miranda.

Haciendo un “teatro del gesto y el cuerpo”, revalidando los ritmos y cánticos populares del campo adentro, con una estructura musical simple y muy válida, actuando cara a cara con el público, Yago, yo soy el que no soy, arroja una certidumbre: la de lograr que nuestro quehacer en escena, adquiera el valor de lo montable en cualquier entablado del mundo.
El montaje tiene vida breve: del 21 al 26 de este mes de marzo en la sala Máximo Avilés Blonda, del Palacio de Bellas Artes, a un precio de entrada (sólo 150 personas por función) de 100 pesos, de martes a sábado a las 8:30 p.m.,  y el domingo 26 a las 6:30 p.m.
No leyó mal.  Son 100 pesos.
Peleen – hablo ahora a quienes optan por un quehacer teatral de primer orden- por sus boletas, porque se está frente a una de las más altas expresiones del teatro dominicano con vocación universal.
 
Ficha técnica
Yago, yo soy el que no soy
Adaptación dominicana de Othelo, el Moro de Venecia (W. Shakespeare)
Dirección: Fausto Rojas
Producción: Hensy Pichardo
Espacio escénico: Fidel López
Universo lumínico: Bienvenido Miranda
Vestuario y estilismo: Cromcin Domínguez
Dirección vocal: Nadia Nicola
Dirección Técnica: Nancy Vizcaíno,
Henssy Pichardo en la producción.
Elenco: Wilson Ureña, Orestes Amador, Johnnié Mercedes, Yorlla Lina Castillo Nileny Dipton, Wilson Ureña Cristela Gómez, Gilberto Hernández, Miguel Bucarrelly, Yaimilé Scheker, Pachy Méndez, Alejandro Moscoco y Maggy Liranzo.
Personajes originales: Othello, Desdémona, Yago, Michael Cassio, Brabazio, Graciano. Ludovico, Rodrigo, Montano, Emilia y Blanca.
 
 

Hotel Burlesque ofrece una generación artística nueva y atrevida

¿De qué forma agradecer a un  iluminado grupo  de jóvenes que, desde el arte y la producción, nos han hecho el regalo en escenario de un montaje de musical voudeville, del  que emanan suaves las oleadas de seducción, la  coreografías rítmica y precisa y  las actuaciones que nos dejan ver cuán grande es el universo que el talento criollo puede crear?
El paraíso tropical del Hotel Burlesque adopta sus más recientes jornadas en un espacio escénico nuevo y a cargo de un grupo de jóvenes productores, de talentos interpretativos que cantan con afinadísima tonalidades, bailan apoyados por un cuerpo de ocho bailarines (cuatro por cada sexo) y actúan interpretando de modo que resulta simultáneamente, sensual, seductor y de un nivel profesional que adorna el carácter de este espectáculo de cabaret, pensado para gente adulta.
Los responsables
El musical de variedades que inicia su temporada desde este viernes hasta el sábado 8 de abril próximo, es  idea y concepto de Marcos Malespín, la dramaturgia, montaje y dirección teatral de María Castillo, producción ejecutiva es  José Llanos, arreglos de Gustavo Rodríguez y María del Mar, quien hace además de productora general. La chispeante coreografía es de Natalie Borsos.

Lo que es


Hotel Burlesque es un espectáculo de una elevadísima facturación artística en lo musical, lo interpretativo, lo coreográfico, su vestuario bien logrado y en el cual resalta de forma rotunda, Tony Almont (la “conductora”  Madame Sahara Lamotte) quien impresiona desde su  monólogo inicial sobre el ser humano y la necesidad o fascinación de la pasión por el sexto.
Ver a este artista, a quien se le asocia con su enorme y admirable estatura de rockero, como compositor y vocalista de Toque Profundo, ataviado de mujer, sin relajar su personaje, produce al público una enorme sensación que oscila entre la admiración incondicional y el respeto merecido por un talento que da tantas muestras de diversidad.

Placer de escena
Tras la introducción de Almont, desfilarán ante el público puros talentos terminados en las actuaciones de  Estrella Tió, Cristal Jiménez, Javier Grullón, Techy Fatule, Carolina Rivas, Laura Lecrerc, Gabi Desangles, Rosene Jerez y Elena Castro.
Todas estas figuras se lucen, llamándonos la atención lo que logran: Carolina Rivas (Chiquita Havana),  por la sensualidad de su ritmo cubano, la precisión insinuante   de su cuerpo, a lo que agrega un manejo vocal que conocemos y disfrutamos desde hace tiempo.

Techy Fatule (la masoquista Uma Von Trappen)  se consagra por la dramática apariencia que logra de su personaje, apoyada por un diseño de luces pensado para tal efecto.
Javier Grullón, como figura  masculina, dignifica escenario expresivamente tímido, pero posteriormente se crece, sobre todo cuando actúa con Carolina, otro de los valores sobresalientes del Burlesque.

Lo mismo puede considerarse del resto del elenco: Gabi Desangles (Trixie Malone), Laura Leclerc (Dola Charity), Estrella Tió (Rocco Barroco), Rosene Jerez (Candi Coquette) y Elena Castro se lucen  en sus  solos o interactúan con los otros talentos y se apoyan en ese grupo danzario con una coreografía que  de Natalie Borsos, quien parece tener experiencia en esta especialidad escénica.
Hotel Burlesque, Tropical Paraise, proclamado por Almont en la introducción no hay límites para nuestras fantasías”, corriente en la que enmarcan el respeto da la diversidad sexual y a la expresividad del afecto íntimo.  Tras un bien interpretado monólogo, presenta la primera figura femenina del Hotel Burlesque: Crystal Jiménez Vicens (Vivienne Ingénue, una aritsta francesa embarazada), en un alucinante número en el cual el espectador se divierte ante lo inusual.

A esta le siguió un Javier Grullón colmado de actitud altanera encarnando a Sinatra Rubirosa, un típico mujeriego, quien dejo el escenario listo para Umma Von Trappen, una Techy Fatule dominatriz, sensual y amante de los placeres carnales.
Madamme Zahara interpreta “Bésame Mucho”, Doña Charity presenta su monólogo sobre flores y Sinarea Rubirosa reivindica el merengue de Wilfrido Vargas, “El jardinero” .

El trabajo es una puesta a la diversidad y libertad sexual se suma el show tropical de la cubana Chiquita Habana, en la piel de Carolina Rivas a cuya presentación se sumó la actriz Laura Leclerc como Doña Charity con sus ganas de aprender los ritmos tropicales de Cuba hasta que Trixie Malone decide imponerse y presentar su propuesta, una de las más sexuales de la noche.


Trixie, encarnada por Gaby Desangles, aparece con su vestimenta color piel y deslumbra con sus pasos acompañados de cuatro bailarines para luego enfrentarse con la cubana en un duelo de baile que involucró al público y puso  a bailar a más de uno.