Musical

Voluntariado Banreservas presenta en Teatro Nacional el musical Into The Woods

El Voluntariado Banreservas trajo al país el musical Into The Woods (Dentro del Bosque), que concitó aplausos y risas de los espectadores en el Teatro Nacional. La obra, traída desde Broadway bajo la dirección general y artística de Luis Marcell Ricart, contó con un toque de humor dominicano que hizo disfrutar a adultos y niños presentes en la sala principal Carlos Piantini.

La presidenta del Voluntariado de Banreservas, Noelia García de Pereyra, expresó su gratitud a los que se unieron en esta iniciativa creada para apoyar a fundaciones que buscan mejorar la vida de miles de personas. «Hoy los acompaño junto a mi equipo con un corazón agradecido, porque con este pequeño gesto, estamos haciendo historia juntos», sostuvo.

Los fondos recaudados en la venta de las boletas son destinados, por día de la función, a una organización sin fines de lucro. En su primer día, jueves seis, fue a favor de la Fundación La Merced.

El espectáculo seguirá en escena este viernes a la 8:30 p.m., a favor de la Fundación Amigos Contra el Cáncer Infantil; y el sábado y domingo a las 5:30 p.m. por las fundaciones St. Jude y Yo También Puedo, respectivamente.

Las boletas están disponibles en la boletería del Teatro Nacional y en cada institución sin fines de lucro participante.

A la premier asistieron la presidenta del Voluntariado, Noelia García de Pereyra; el administrador general de la entidad financiera, Samuel Pereyra, y sus hijos, ejecutivos del banco y sus empresas filiales, el padre Tomás García, director de la fundación La Merced; integrantes del equipo de trabajo y niños de esta institución, invitados especiales y público general.

Into The Wood (Dentro del Bosque)

El musical Into The Woods (Dentro del bosque) es una historia escrita por James Lapine. Está llena de hechizos, ilusión y aventura. Se estrenó en el Old Globe Theatre de San Diego, Estados Unidos, en 1986, y luego en Broadway el cinco de noviembre de 1987.

La trama principal es entre un panadero y su esposa, quienes buscan romper el hechizo que les conjuró una bruja, dejándoles estériles. Para la solución se dirigen al bosque a encontrar todos los elementos, lugar donde se mezcla la historia con los afamados cuentos de Caperucita Roja, Jack y las habichuelas mágicas, Rapunzel y Cenicienta. Es una obra con enseñanzas sobre la codicia, la familia y la muerte.

La obra es interpretada totalmente en español con la participación de 17 actores en escena. En los papeles principales: Laura Leclerc como la esposa del panadero;  Roger Manzano como el panadero, Francesca Yurull Ureña como la Bruja, Axel Mansilla como Narrador y Hombre Misterioso, Sofía Reyes Delance como la Cenicienta, Alejandro González como Jack, Nabila Isaías Alma y Gabriela Bonarelli como Caperucita Roja.

En las actuaciones secundarias interpretan Luis Marcell Ricart, al Lobo Feroz, Ana María Jiménez a Aiguish, Ameris Cepeda a la madre de Jack, Laura Alcántara a la madrastra, Ángela Bernal a Florinda; Clara Contreras, a Lucinda; María Victoria Domínguez a la abuelita; Camila Tejada Alvino a Rapunzel; Edwin Rivera al príncipe de Cenicienta; Luis Armando Rivera al príncipe de Rapunzel y Alexander Díaz al lacayo.

 

Madagascar, un musical que encumbra el género en el país

El musical Madagascar, fenómeno que encumbró en el gusto del público, desde la gran pantalla,  DreamWorks Animatión en base a libro de Kevín del Águila y música y letra  originales de George Noriega y Joen Someillan, se está presentando en el Teatro Nacional. Y la experiencia que queda, tras verlo, es de que el país cuenta con los talentos para una encomienda tal alta y difícil.
Jam Academy, en las personas de Elizabeth Lenhart, Luis Marcel Ricard, aportan al ritmo de la vida dominicana, un enorme respiro de arte verdadero que nos permite desplazar – por dos horas- todo el ambiente social, cargado y agitado, que nos estremece. Y eso hay que agradecerlo.
El musical es el género de mayor demanda de entrega y esfuerzo. Es suma  su exigencia de muchos otros géneros: danza, teatro, canto, mimo, por lo que siempre nacen expectativas sobre el éxito, dominio o corrección, cada vez que una compañía nacional, anuncia su compromiso con el musical. ¿Será bueno? Será digno? ¿Cómo se logrará el proyecto cuando quienes tienen la resposnabilidad de ejecutarlo es talento local?

Cada una de estas inquietudes, las hicimos antes de llegar a Teatro Nacional, nueva vez, para enfrentar lo que ofrecía la cartelera; el musical Madagascar,  para disfrutar de las aventuras de Alex, el León, Marty, la Cebra, Melman, la Kirafa y Gloria, la Hipopótama.
Elizabeth Lenhart, Luis Marcel Ricard y un exquisito elenco entregaron la magia y el encanto fascinador de los cuatro animales protagonistas de la inspiradora historia que inicia en el zoológico de NY y concluye moviendo el bote en la playa exótica de Madagascar, junto al Rey Julién y su cohorte de lémures adoradores.
Lo que disfrutamos fue una aventura que nos conquistó con su fluida destreza artística, reforzada por un uso tan fino de los recursos técnicos, entre los cuales resaltan: la espectacular escenografía (de seis ambientes distintos) y su terminación en diseño; el vestuario de notable realización y que era un elemento clave para hacer creíble y disfrutable la historia; la coreografía coordinada, agudamente cuidada (con excepción de algunos gestos exagerados de algunos personajes con deseos de resaltar por encima del trabajo del equipo; la calidad de las voces y la interpretación actoral (afectada tan solo por momentos en los que no se entendía bien los parlamentos).

La coreografía merece ser tocada aparte. Gracielina Olivero y  Elizabeth Lenhart y Luis Marcel Ricary, hicieron una atinada selección de talentos, en los que resaltan a quienes hacen los personajes protagónicos; José Alexander Díaz (Alex, el Ñeón); Priscila Maltés (Marthy, la Cebra); Cinthia  Céspedes Brens (Gloria, la Hipopótama) y Rafael Ravelo (Melman, la Jirafa) y Paulina Cuadra, quien logra impregnar al Rey Julián, del chispeante espíritu humorístico y grácil danzar, legado por la producción de cine.
La parte danzaria,  a pesar de la presencia de masas de bailarines integradas por infantes, revela un trabajo de dirección coreográfica realizado con entrega.
El nivel profesional alcanzado por Madagascar debe dar origen a un orgullo, ese que nace del encuentro con el talento verdadero, el atrevimiento necesario para marcar la historia escenográfico dominicano.
Una pena que un trabajo de esta magnitud, luego de tantos meses de preparación y desvelos,  sus funciones queden limitadas a dos o tres fines de semana, como mucho. Nos hacen falta salas con condiciones para alojar por meses, trabajos como este, tal y como ocurre en otros países,  en los cuales, los musicales duran meses y años en cartelera.