Centro Cultural Banreservas

¿Cómo cambió culturalmente el país con la intervención militar de 1916-1924?

Las tropas norteamericanas de ocupación de 1916 a 1924  promovieron la idea, creída y celebrada por muchos, de que ellos venían a poner el orden y a convertir a los nacionales en “personas más civilizadas”,  para lo cual era fundamental transformar la cultura local y la forma de ser  de los habitantes de la Republica, afirma un historiador especializado en ese período de la vida de país.
Alejandro Paulino Ramos dijo que la República Dominicana sufrió significativas transformaciones económicas,  demográficas, tecnológicas, políticas y culturales a partir del último cuarto del siglo XIX, fruto del surgimiento de la industria azucarera, la inversión de capitales foráneos, consideró e historiador Alejandro Paulino Ramos.
El sub-director del Archivo General de la Nación, durante una conferencia en el Centro Cultural Banreservas, dijo que  la ocupación generó que miles de inmigrantes llegaran al país , lo que incidió en la aparición de un sector poblacional que comenzó a abandonar la faena campesina para convertirse en el embrión de lo que sería la clase obrara dominicana.
“La vida en las ciudades comenzó a ser diferente a la que se practicaba en los campos dominicanos. Los cambios de finales del siglo XIX trajeron aparejados la existencia de gobiernos liberales, la presencia de la inversión extranjera norteamericana, y la consiguiente apertura para la promoción de lo que se entendía como el progreso nacional: modernización del transporte con la construcción de líneas férreas, la inmigración “deseada” y la iluminación eléctrica en Puerto Plata y Santo Domingo” dijo Ramos.
 

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El tennis fue uno de los deportes introducidos por la intervención noteamericana entre la clase económicamente más pudiente.FOTO DE AGN


Resaltó el conferencista que  la instalación de los primeros puentes, dinamización de la economía y transformaciones culturales buscaban alejar las herencias española, indígena y africana para, en su lugar, estrechar lazos económicos, políticos y culturales con los  Estados Unidos de Norteamérica”.
Dijo que a partir de 1916,  aparecieron  nuevas formas y modalidades que hasta entonces habían sido desconocidas, expresadas en una reforma radical de la estructura del Estado; una legislación para romper con la propiedad de los terrenos comuneros; cambios en el sistema educativo, tanto escolar como universitario; un plan intensivo de construcción de puentes y carreteras, asfaltado de carreteras y calles y la construcción de edificios gubernamentales.
A partir de la ocupación militar americana de 1916, la población urbana y la campesina iniciaron un proceso de acercamiento y de integración cultural y o extraño se fue haciendo parte de la identidad nacional, afirma el investigador.
(1057)Recordó a Bienvenido Gimbernard, director de la revista Cosmopolita, llegó a decir  que “Antes (de la intervención militar) nos ofendíamos por lo que ofendía a la moral, ahora la moral es la que ofende a nuestros libertinajes”,
Gimbernard, dijo Paulino,  trató de mostrar la incidencia de los Estados Unidos, que a su juicio prometió “civilizar” a los dominicanos, cuando lo que provocó—dice él—fue  retrotraer la sociedad a una época de barbarie,  lamentando la forma en que sucumbieron los valores morales del pasado, desarraigados por la presencia extranjera.
Entre los cambios que se evidenciaron entre los dominicanos es que comenzaron a deleitarse tomando copas de “crema de menta”, y competían en algunos juegos para obtener besos como premios, y comían “pickleys” y carne en latas, brindaban el té, jugaban “take and put”, bailan “fox trots” y “one-step”, al compás de una pianola eléctrica o una victrola, mientras tomaban whisky y se contorsionaban al ritmo del baile conocido como “shimmy”.
Resaltó que el país en 1916 todavía era extremadamente atrasado, reminiscencia de la sociedad hatera que recién comenzaba a cambiar a partir de 1870, con el inicio de la industria azucarera.
Refirió que Ramón Marrero Aristy en el volumen tres de su obra histórica “La República Dominicana”, al decir que “con la presencia de los norteamericanos perecieron muchas costumbres sanas y numerosos mitos.
“La gente joven y las mujeres adquirieron costumbres más independientes y la obsesión del dinero como elemento determinante del valor del individuo se apoderó no sólo de las clases encumbradas sino de gran parte de las otras radicadas en las zonas urbanas” dijo.
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La intervencion norteamericana construyó la vialidad moderna del pais, Fototeca AGN.


Paulino Ramos resaltó que la sociedad se hizo más liberal y se inició el rompimiento con el conservadurismo social. Como consecuencia de esto, comenzaron a publicarse revistas, como El Grafico y Cromos, en las que aparecían a páginas completas imágenes de mujeres totalmente desnudas, fotografías que hoy podrían ser tenidas como pornográficas, mientras que lugares exclusivos, como  el “Club Unión”, centro de diversión  por excelencia de la aristocracia dominicana, abrió sus puertas al merengue y el bongó, al güiro, la maraca, la rumba y la guaracha, que a decir de Gimbernard “acechaban en espera de la oportunidad de su invasión”.
Indicó en su conferencia que durante los ocho años en que el país fue dirigido por un gobierno extranjero,  se dificultaron sobremanera las actividades políticas y culturales y la expresión del libre pensamiento; pero las medidas dictatoriales de los gobernantes americanos no impidieron el surgimiento de agrupaciones literarias y la circulación de interesantes publicaciones, voceros de los más jóvenes intelectuales de la época.
Por otro lado, y en relación con la cotidianidad de los habitantes de la ciudad de Santo Domingo, que tuvo un importante ensanchamiento durante los años de ocupación, las diversiones y el pasatiempo fueron cambiando rápidamente con la proliferación de nuevos espacios urbanos, tanto en la zona colonial como en los barrios que se iban formando: en la “ciudad colonial” existían  el “Teatro Colón”, el cine  “Rialto”, el “Teatro Independencia” y el “Capitolio”.
En ese sector eran muy populares el café “Mis Amores” y el “Hotel Colón” con un ambiente de “riqueza inestimable”, pero el lugar público por excelencia para ser visitado por las clases altas lo era el “Restaurant Fausto”, ubicado en la calle Arzobispo Meriño, frente al Parque Colón,  próximo al “Teatro Capitolio”;  sitio escogido por muchos intelectuales y poetas de clase media para la celebración de tertulias y eventos especiales.
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El Santo Domingo Country Club


Dijo que en 1924 el ayuntamiento de la Capital prohibiera que se tocara en la zona urbana el instrumento de origen africano llamado balcié, por considerarlo “desmoralizante, molestoso y nocivo”, y sin embargo no se hacía de la misma manera con la música extranjerizante y se fomentaron deportes como de tenis, el juego conocido como Rogly, el béisbol y el boxeo.
Entre los jovenes de fomentó el consumo de  “confites” y otros tipos de golosinas importadas desde los Estados Unidos.
En otros clubes, la juventud bailaba al ritmos de los desconocidos  “fox trot”, “shimmy”,  “onestep”   y ““charleston”.
En cuanto a la religión, hasta muy entrado el siglo XIX, el pueblo dominicano fue de tradición cristiana católica, pero, dijo Ramos,  con la presencia americana se incrementaron las religiones protestantes.
En 1922 fue instalada  la primera iglesia adventista de la República Dominicana, ubicada en la ciudad de Santo Domingo en la intersección de las calles Mercedes con Sánchez.
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Israel, India y Líbano coinciden ofreciendo su cine en Santo Domingo

Las marcas nacionales del cine de Israel, El Líbano, diferenciadas en por sus culturas, pero asimiladas al criterio de facturación de un cine de calidad basado en la calidad de sus guiones  y sin millonarios  presupuestos, coinciden en estos días en Santo Domingo, con tres  muestras  o ciclos con una selección de lo mejor de sus filmes.
Israel ha ofrecido, en Funglode, los pasados  jueves y viernes Salsa Tel Aviv (Jorge Weller,) y Bonjour Monsieur Shlomi (Shemi Zarhin).
La producción tiene un sabor latino por apoyarse en la salsa y los inmigrantes mexicanos a la capital de Israel y que se resuelve en  co-producción con México, en la que se destacan Ángela Vale y  su madre Angélica María y el actor israelí Shemi Zarhin. Es una comedia de situaciones  en las que la duplicidad de identidades torna exquisita e inteligentemente provocadora de la risa.
Bonjour Monsieur Shlomi fue ganadora del Premio del Público a la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Valladolid en 2000, la película narra la historia de Shlomi (Oshri Cohen), y estudiante adolescente  quien se ocupa de toda su familia: da de comer y baña a su abuelo, recuerda a su hermano mayor que se tome la medicación, actúa como mediador entre sus padres, cuida de los gemelos de su hermana mayor.
Bonjour Monsieur Shlomi  muestra cómo hacer una película de calidad excepcional, apoyándose en un guión sensible e inteligente, actuaciones sobresalientes de un elenco joven y veterano y locaciones sencillas con una dirección de arte no recargada y apoyada en lo disponible.
El Centro Cultural Banreservas está presentando un ciclo de cuatro filmes  de El Líbano, iniciado el pasado  martes pasado  con la cinta animada El Profeta, producida por Salma Hayek y dirigida por Roger Allers.
El ciclo sigue mañana lunes 15 con la joya emblemática del cine Libanés ¿Y ahora dónde vamos? (Nadime Labaki), basada en una actuación coral femenina y que simbólicamente marchan juntas por parajes y ciudades. Visualmente es una joya del cine.
El ciclo Libanés, que se monta en coordinación con la Unión Mundial de la Cultura Libanesa y el Centro Libanés-Sirio-Palestino, restan el martes 23 , Bajo las bombas, (Phillippe Aractingi) y finaliza el martes 29 con Herencias, del mismo director, todas de muchos lauros en festivales internacionales de primer nivel.
La Cinemateca Dominicana, el ciclo Esencias de la India, con motivo del aniversario de su Independencia, con nueve filmes de enorme prestigio, incluyendo varias nominadas al Oscar como película extranjera. Se inició con El buen nombre. Un viaje, dos mundos (2006), de la directora Mira Nair. 
Del Ciclo Esencias de la India pueden verse aún:
Domingo 14 de agosto / 6:00 PM
MOHABBATEIN (2000)
216 min. / Dir. Aditya Chopra:
Miércoles 17 de agosto / 7:00 PM
NEAL ‘N’ NIKKI (2005): / Dir. Arjun Sablok
Jueves 18 de agosto / 7:00 PM
FANAA (2006)
168 min. / Dir. Kunal Kohli
Viernes 19 de agosto / 7:30 PM
TA RA RUM PUM (2007)
153 min. / Dir. Siddharth Anand
Sábado 20 de agosto / 5:30 PM
MOHABBATEIN (2000)
216 min. / Dir. Aditya Chopra
Domingo 21 de agosto / 5:30 PM
LAGAAN: ONCE UPON A TIME IN INDIA (2001)
224 min. / Dir. Ashutosh Gowariker
Martes 23 de agosto / 7:00 PM
GURÚ (2007) 166 min. / Dir. Mani Ratnam

Musicóloga EU pide valorar el congo, la sarandunga y la salve.

Una investigadora musical y pianista norteamericana advirtió que  ritmos fundamentales del afro-dominicano, como el congo, la sarandunga y la salve,  corren el peligro de ser culturalmente  ignorados, por el discrimen social a que s ven sometidos sus intérpretes.
La pianista estadounidense Sarah Plovnick presentó en el Centro Cultural Banreservas y con el auspicio de la Embajada de los Estados Unidos en el país y la colaboración de la Dirección Nacional de Folklore (Dinafolk), los resultados de su investigación sobre la fusión del jazz y la música afro dominicana,
Plovonick destacó que estos ritmos carecen de reconocimiento social y del impulso del mercadeo de la industria del disco, debido a que s intérpretes viven en zonas rurales y son ritmos que se enseñan de oído.
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Sarah Plovnick expone los resultados de su investigación sobre fusión del jazz y la música folclórica dominicana en el Centro Cultural Banreservas
“La  importancia del congo, la sarandunga y la salve es subvalorada por la clase social de la que se originan, lo que impide su difusión a otras regiones del mundo” afirma la investigadora.
La experta afirmó que  estas corrientes musicales son fruto de la expresión de pueblos marginados, por lo que comparten el mismo sentir y justifica su combinación creativa por los artistas dominicanos.

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El trio de jazz de Sarah Plovnick y el conjunto de percusionistas de música folclórica tocan jazz-congo en el Centro Cultural Banreservas.


Plovnick, egresada de la carrera de Música y Artes Comparadas de Washington University en Saint Louis, desarrolló sus investigaciones mediante entrevistas a músicos nacionales, los cuales consideran que hay que conocer en profundidad las expresiones folclóricas como para no caer en la desculturización de los pueblos.
Sin embargo, explicó que alcanzar ese cometido El trabajo que realizó Plovnick se debe al programa Fulbright-MtvU, un proyecto del Buró de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado de los EE.UU., junto con  la red universitaria de la  cadena de televisión MTV para fortalecer, expandir y desarrollar las relaciones entre culturas y alcanzar un mayor entendimiento entre ellas.
Durante la conferencia, los asistentes escucharon una muestra de piezas que plasman la combinación de esas dos culturas, como “Te toca a ti” de The Dominican Jazz Project; “From across the street”, de Sócrates García; “Caña brava” de Tavito Vázquez; “Pambiche guerrero” del Proyecto Piña Duluc; y “Spirits” de Isaac Hernández Quintet, entre otras.
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El público disfrutó de la fusión musical en vivo de jazz-gagá y jazz-congo interpretados por el trio de Sarah Plovnick y un conjunto de percusionistas bajo la dirección de Edis Sánchez, director nacional de Dinafolk del Ministerio de Cultura, así como una demostración de jazz clásico y de salve.

José Cestero, pincel de la Ciudad Primada

José Cestero es un fantasma con vida propia. El pasado mes de abril, cuando el Centro Cultural Banreservas inauguró la mas completa retrospectiva de su obra, el unico que no estaba en el ceremonial de apertura, era él. Una razón de salud le retuvo en casa pero no impidió que se le rindiera el homenaje que merece la trayectoria vital de este pincel de la Zona Colonial.
a67-696x441 El dueño pleno de los   rincones de Ciudad Colonial, es el mayor escrutador con el pincel  de este patrimonio mundial.
Inició su carrera pintando y dibujando cómo pudo, cuando tenía 14 años y hasta el presente no ha parado nunca. Nació en Santo Domingo, en 1937 y estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde se graduó en 1954.

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Es un hombre de larga trayectoria. El maestro Ramón Oviedo llegó siendo un “muchachón” a su taller  y se motivó tanto que dejó la publicidad para abrazar el pincel y el lienzo, cuenta Cestero.
Acaba de concluir una exposición retrospectiva de su obra, montada por el Centro Cultural Banreservas, titulada Cestero, Memoria Visual de la Ciudad Primada, y que se constituyó en la más completa muestra integral del arte de este hombre., cuyo imagen  es parte del universo de la “zona”, sentado bajo la sombra, libreta de dibujo a la mano, siempre en ristre, observando y haciendo trazos para el próximo cuadro.
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Cestero es cultor de la imagen del pasado. Procesador del conjunto colonial y al que se debe reconocer y apreciar en vida,  tal cual lo ha hecho el año pasado, el Ministerio de Cultura, al premiarlo en el tono más alto de la plástica.
Por iniciativa del poeta Juan Freddy Armando, a cuya apertura asistió una enorme cantidad de pintores y estudiantes de artes plásticas, pero el maestro no estuvo, por razones de salud.
Juan Freddy Armando, en la presentación  de la exposición en el C. C. Banreservas, lo establece con trazos literarios, listos para ubicar esta obra en la eternidad: El maestro Cestero es el más emblemático y valioso superviviente entre los personajes que conforman esta informal corte de creadores nostálgicos, de noctámbulos viandantes sin destino. Como si estuviera muerto, Cestero pasea vivo  (con su pintoresco sombrero de Quijote, como yelmo de Mambrino), entre espíritus que habitaron, con quienes comparte un café y conversa”.