Malpaso (Héctor Manuel Valdez) ratifica la fe cierta en la ruta ascendente de una calidad cinematográfica de alta estética, una impecable terminación técnica, sustentada en un guion inteligente. Es una de esas películas, no importa del país que procedan, que se puede ver más de una vez.
El drama humano de raíces sociales realizado es muestra de la valentía e impronta de un joven director que desde antes estaba ubicado ya entre los mejor preparados y con mayor visión a la hora de seleccionar que hacer.
Malpaso representa ese presente bienvenido de alta calidad del cine nacional, ejecutado ahora cuando es más necesaria la persistencia de la fe en la marca del cine nacional, con nuestras identidades, nuestros acentos y el reto se que sean entendible y asimilables por el mundo cinematográfico global.
El concepto
Partiendo de un guion realizado a diez manos, circula sobre sí mismo, ubicado en una zona del país respecto de la cual hemos estado de espaldas, renueva las esperanzas de un auténtico cine nacional que traza una marca y evita los pasillos del facilismo fílmico. Se debe dar crédito a los creadores de la trama: Héctor Valdez, David Maler, José R. Alamá, Ángel de la Cruz y José Pastor.
Báez ejerció esa particular libertad de los artistas para seleccionar un tema propicio para la condena y el prejuicio, la relación dominico-haitiana, en tanto una realidad social tentadora.
No es la primera vez que la frontera, ni será la última, que esta locación es tomada para un filme dominicano. Ya antes tuvimos a Flor de Azúcar, (2017, Fernando Báez) y La Isla rota – (2019, Félix Germán), ambas caracterizadas por tanto por la belleza formal como por los conceptos sobre los que se desarrollan.
Las actuaciones
Héctor Manuel capta la realidad alucinante del mercado binacional en toda su crudeza y dinámica comercial, a sus vendedores de ambos países, a la red de delincuencia y corrupción de las gangas de menor escala, en medio de la cual ubica unos personajes centrales, los hermanos protagónicos, representados Ariel Díaz; Luis Bryan Mesa,( Cándido y Braulio), actores iniciantes y sin formación académica, pese a lo cual son lo mejor interpretativamente hablando, de Malpaso, un éxito histriónico cuya razón de ser ha de estar en la asesoría actoral.
Ellos, desde sus roles, nos exponer la soledad familiar, el desarraigo social y la lucha por una supervivencia obligada
Vicente Santos, inmenso y ya un referente actoral, asume un rol casi silente pero dramático y efectivo.
Pepe Sierra, ducho en papeles de este tipo (nos recordó el policía corrupto que hace en Cocote (Nelson Carlo de los Santos) pero con una renovación de sus dotes interpretativas.
El personal actoral de reparto aporta un valor de conjunto, en especial el de nacionalidad haitiana.
Lo técnico
La precisa impecabilidad del blanco y negro, responsabilidad de Juan Carlos Gómez, era la mejor decisión técnica para describir la desolación del paisaje y la abrumadora realidad social de ese mercado de naciones.
Ficha Técnica
Director – Héctor Valdez
Guión – Héctor Valdez, David Maler, José R. Alamá, Ángel de la Cruz y José Pastor
Director de Fotografía – Juan Carlos Gómez
Productor – José R. Alamá
Productores Ejecutivos – Héctor Valdez, José R. Alamá, Vicente Alamá, Juan Carlos Gómez, Fior D’Aliza de Valdez
Casa Productora: Bou Group
Compositor – Pascal Gaigne
Edición – Rocío Gattinoni, Gilberto Amado
Elenco: Ariel Díaz; Luis Bryan Mesa, Vicente Santos, Pepe Sierra, Wigberto Deschamps, Marie Michele Bazile Peter Jean Baptiste y Ramón Candelario –
Sinopsis:
Cándido y Braulio son huérfanos creciendo en las afueras del mercado fronterizo de Malpaso, Jimaní justo en la frontera de República Dominicana y Haití. La vida de ambos torna un giro inesperado luego de la muerte de su abuelo.