«Sol en el Agua», (Francisco Adolfo Valdez), que inicia sus proyecciones este jueves, es uno de esos proyectos dominicanos llamados a separarse del montón fílmico promedio y que hacen que el público común se pregunte “?Eso se hizo aquí?
Valdez es un director que conoce el oficio y ejerce su responsabilidad como contador de historias, encamina obra y sus calidades hacia una cinematografía con identidad propia, producto de un esfuerzo profesional memorable. Sol en el agua es una muestra precisa de un cine pensado en su concepto con profundidad, realizado con criterio.
Valdez, quien nos entregara uno de los mejores proyectos fílmicos de 2014 (De pez en cuando), lastimeramente despreciada por la boletería popular y ubicada en su sitial por la crítica, vuelve a dejar constancia de una visión estética propia y de su aporte a la dignidad del arte cinematográfico.
Sol en el Agua, rodada en 2018 en los estudios de Pinewood de Juan Dolio, es prueba de enorme resistencia de sus gestores que debieron enfrentar las condiciones que generó la pandemia.
El guion
La cinta destaca por su agudo manejo de los paralelismos del tiempo, el bucle temporal y la circularidad espacial, se adentra en un universo de fantasías y realidades, ante el cual el espectador tendrá que estar muy pendiente para diferenciar cual es cual.
El ritmo basado en la superposición de trayectorias escénica que avanzan paralelamente, es trepidante aun cuando en el tercio final se repite ya innecesariamente el ritmo de los sucesos. Pero esto no desmerita ni la novedad del concepto ni la debilidad que se observa en la estructuración de sus diálogos, muchos de los cuales recurren modismos verbales y lugares comunes.
Actoramente
Con un elenco “small cast” (equipo pequeño) reúne a talentos de notable experiencia: Judith Rodríguez, Frank Perozo, Josué Guerrero, Stephany Liriano y María del Mar, que despliegan un trabajo excelente.
Alejado el fantasma de la sobreactuación, tan presente en las comedias comerciales, los talentos tienen dominio de sus personajes, manejan el tono y volumen de su voz, su expresión corporal les complementa.
Resalta interpretativamente Camila Santana, una actriz quien llena la pantalla con una presencia fuerte y que irradia energía. Ella es, al parecer musa del director, quien la había puesto a debutar con «De Pez en Cuando» (2014).
Entre sus actuaciones más recientes se encuentra la producción de HBO sin aliento, con José María Cabral (Hotel Copelia), con Leticia Tonos (Mis 500 locos).
Camila Santana con este rol central, se reubica en el medio fílmico dominicano, sustentada en su versatilidad, la intensidad que es capaz de lograr y la imagen casi perfecta de mujer mulata del Caribe.
Técnicamente
Sol en el agua tiene en sus recursos técnicos, uno de sus tesoros más resaltantes, incluyendo su lo impecable de su universo sonoro, su fotografía (una de las mejor logradas de los últimos anos) , su edición y su dirección de arte, con unos aportes escenográficos hechos por Lántica que nos ponen pensar dónde están esos ambiente a lo cual añade sus tomas submarinas y sus efectos especiales.
Sus lauros
Sol en el Agua fue selección oficial para el Buenos Aires Film Festival 2019, 37th Chicago Latino Film Festival, Prague Film Awards 2020 y el Dominican Film Festival in New York 2020. La recomendamos con entusiasmo como forma adecuada para reencontrarnos con las fuerzas que inician estiramiento: las del cine dominicano.
Le corresponde ahora al público, responder al empeño de estos artistas que han logrado una obra memorable.
Ficha Técnica:
Título: Sol en el agua
País: RD
Idioma: Español
Duración; 90 minutos
DIRECTOR: Francisco Valdez
PRODUCTORES: Humberto Castellanos y Rafael Eias Munoz Jr.
Productores ejecutivos : Albert Martínez Martín, Francisco Valdez
Productora: Lantica Media
Guión: Francisco Valdez
ELENCO: Camila Santana, Frank Perozo, Josué Guerrero, Stephany Liriano, María del Mar, Judith Rodríguez.
SINOPSIS: Sol despierta esposada a la cama de un siniestro hospital sin recordar quién es ni cómo llegó allí. Ni siquiera sus médicos le responden sus preguntas más básicas. La verdad, o algo parecido a ella, parece estar escondida en aquellos rincones de la mente que nunca ha explorado. Adentrándose en los paisajes surrealistas que producen su imaginación, la línea entre la realidad y la fantasía comienza a desvanecerse. Pero la única forma para Sol recuperar su propia identidad será dejarse caer a lo más profundo de su subconsciente.