Cuentas por Cobrar, calidad actoral y técnica y deudas en el concepto

Para quienes aún piensan que el cine dominicano es expresión casi exclusiva de comedia, Ronni Castillo,  responsable de dos de los títulos más exitosos en el género se ha  genera un positivo cambio de género que aporta a un  perfil dominicano exportable en nuestro cine. Irving resalta con nueva dimensión interpretativa.
Ronni Castillo, con Cuentas por Cobrar, otorga al cine dominicano es un pase de privilegio al corredor por el cual la industria iberoamericana necesita transitar: un rostro nacional propio, un perfil temático de interés en cualquier parte de mundo y una facturación técnica y musical incuestionables.
Tiene mucho valor que Castillo, en lugar de acomodarse a un género que le reditúa ganancias seguras, tal cual ha sido el giro singular que dio a la comedia “Made in RD” (¿Quién Manda? y  2013, y  El que mucho abarca, 2014), para acoger ahora un drama social, terriblemente bien logrado, con sus tiempos de maduración (el guion se escribió hace seis años), y procurando – pese al escaso presupuesto con que contaba-  un elenco artístico de primer nivel, junto a una selección de técnicos impecables, que inician por la fotografía de Peyi Guzmán y la edición de Juan Jose Cid.

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La cinta que habíamos visto en una proyección “en pequeño”  – intima-  la hemos visualizado en gran pantalla, con la fuerza de su universo de sonido y particularmente de la música compuesta para este efecto. Hemos quedado impactados. Las actuaciones resaltan y ubican este producto con dignidad en cualquier pantalla del mundo.
Como trabajo cinematográfico, hay que destacar el trabajo de dirección de fotografía, que saca la mejor tonalidad de los paisajes del sur, la vitalidad e intensidad en las expresiones de rostros  y la inusual  captación de escenas de acción.
No es perfecta
Cuentas por Cobrar adolece de un aspecto que se ha haciendo cada vez más claro que su trascendencia, pese a ser el factor de producción relativamente más barato de producir, no se ha dominado….y tampoco se acude a cuadros profesionales con la experiencia para producir un concepto integral y completo, que resulte completamente incuestionable.
En el guion de Cuentas por Cobrar hay desigualdades de nivel y desencuentros de información ofrecida. Por ejemplo: ¿por qué una mesa de mercado puede necesitar 100 mil pesos de préstamo y a la vuelta de tres horas, haber vendido esa cantidad…y un poco más?
Los diálogos entre Aquiles y Efraim, que inician con una relación de secuestro a punta de cuchillo, pasan a ser una vinculación casi cómplice, sin un proceso de intermedio que proporcione la lógica en el cambio.
Hay aciertos en los parlamentos, evidenciando un dominio del lenguaje popular de ese mundo que se cree con “los bajos fondos”, pero es claro que – a pesar del tiempo de maduración- el guion pudo haber salido de horno en el punto de cocción justo y adecuado.
La deuda de El Francés con el coronel policial, y la misma relación entre el mafioso y el oficial, se presenta de modo incompleto
No obstante, el balance de la labor creativa, permite un perfume nuevo, esperanzador y comprometido con la  inspiración y las altas metas de un quehacer cinematográfico hecho a conciencia.-
Un aporte fundamental al resultado de Cuentas por Cobrar, es la colaboración de los Estudios Quitasueño, que contribuye con un aporte técnico fundamental y la actitud personal de apoyo al joven talento, de un Ángel Muñiz, figura crucial y generosa del cine dominicano, como pocos, se le reconozca o no.
Jalsel Santana (Aquiles) carga con el peso protagónico junto a un exquisito Richard Douglas, (teniente Efraim), Jean Jean (El francés) hace uno de los mejores antagónicos del cine local.
Jalsen alcanza su mejor protagónico en cine dominicano y Douglas ratifica la estrella de su trayectoria. Es bueno, tiene consistencia y peso actoral resaltante.
Pero donde las aguas detienen su agitado curso es con la interpretación de Irving Alberty, quien se mete en la piel de un sicario despiadado, logrando tonos vocales, gestuales y psicológicos que apuntan lo que es capaz de dar este artista, muy limitado en las comedias cuando tiene que hacer papeles de perfiles pre-establecidos.
Yasser Michelén muestra que su poder trasciende un rostro comercialmente aceptado y pone fuerza a su interpretación de aquel delincuentito enajenado por los valores de la calle. No necesita ser “cara bonita” y lo que ofrece es actuación sincera.
Bolívar Valera, uno de los importados de la televisión y la radio, evidencia potencial que debe afinar estudiando con mayor profundidad la actuación.
Cuentas por Cobrar es una reivindicación del buen cine, cargada de un vigoroso mensaje familiar y social, es la película que hay que ver ahora.  Con todo y sus fallas de guion, se impner verla sin dilación alguna.
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FICHA TECNICA
TITULO: Cuentas por cobrar
AÑO: 2016
PAIS: República Dominicana
DIRECTOR Y GUION: Ronni Castillo
PRODUCCION: Ángel Muñiz/ Estudios Quitasueño
DIRECTOR FOTOGRAFIA: Peyi Guzmán
GENERO: Drama.
DISTRIBUCION: Caribbean Cinemas Distributions
DURACION: 1:20
ELENCO: Jalsen Santana, Irving Alberti, Bolívar Valera, RICHARD DOUGLAS, Jean Jean, Yasser Michellen.
SINOPSIS
Luego de cumplir una condena de 10 años, Aquiles debe elegir entre salvar la vida de su pequeño hijo o comenzar un nuevo camino lejos de su pasado delictivo.

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