Es una oportunidad excepcional de apreciar piezas que regularmente no están disponibles para el público amante de arte porque pertenecen a colecciones privadas. Fue un éxito el convencer a sus propietarios para compartir por un tiempo, sus patrimonios de arte visual.
Nuevo coleccionismo en República Dominicana, es la nueva exposición en el Centro Cultural Banreservas, y que permanecerá abierta hasta el 1 de diciembre en su Sala Ada Balcácer, con 20 obras cedidas en préstamo por 19 coleccionistas dominicanos.
Mijail Peralta Rodríguez, gerente de cultura del Banreservas y director del Centro Cultural, indica que la muestra se gestó desde las trincheras de la obsesión y la valentía.
“Se trata de una muestra que descubre la visión del arte que se teje cuidadosamente en el mundo interior de sus entusiastas” apunta.
Los coleccionistas participantes en esta muestra son:
Alberto Cruz, Carlos Martí, Ciro Cascella, Francisco Elías, Gamal Haché, Héctor José Rizek, Isaac Rudman, Jacinto Howley, Jaime Balle, Javier Tejada, León Levy, Mariam Haché, Omar Elías, Piero Bonarelli, Práxedes Castillo Bellapart, Ramón E. Morales, Roberto Bonetti, Samir Rizek y Víctor Levy.
20 piezas, entre ellas pinturas, objetos y fotografías, están hoy “a la vista”, gracias a una idea que acarició hace cuatro años Francisco Elías, vicepresidente ejecutivo senior de Empresas Subsidiarias, y que tuvo eco en Peralta Rodríguez.
La exposición puede ser visitada de lunes a viernes de 9:00 a. m. a 9:00 p. m. Los sábados, domingos y días feriados, desde las 10:00 a. m. hasta las 7:00 p. m.
Para presentar esta muestra se presentaron factores: la resistencia de los coleccionistas a prestar sus obras y la agitada dinámica creativa del Centro Cultural, el proyecto se fue postergando.
Pero se puso lograr porque “como todo tiene su hora debajo del sol, llegó el tiempo de mostrar “la riqueza, diversidad y visión del coleccionismo de arte en nuestro país”.
El gerente del CCB, en su discurso la noche de la apertura de la exhibición, reveló que la misma fue curada por Margarita González Auffant, museóloga, investigadora y maestra.
“El coleccionismo, de cualquier índole, sigue siendo (hoy) un gran misterio”, dice González Auffant, y se pregunta, extendiendo su inquietud a quienes llenaron los salones de la galería Ada Balcácer: “¿Qué nos mueve a coleccionar? “Ese interés”, describe, “la pasión que se despierta en nuestro interior muchas veces incontrolable y obsesiva”.
Auffant define el coleccionismo de arte contemporáneo en el país como “privado-tardío, pero sólido, de crecimiento vertiginoso”. Es su esencia la que el público podrá apreciar en esta colectiva, en la que figuran los artistas dominicanos Hulda Guzmán y José García Cordero.
Si bien es cierto que las colecciones son para el disfrute, la valoración y el aporte al devenir de las artes plásticas, tanto Margarita González Auffant como Peralta Rodríguez coinciden en que las obras tienen la manía de poner en evidencia la identidad de sus propietarios, de desnudarles el alma.
“¿Qué dice de los coleccionistas lo que veremos en la Sala Ada Balcácer?” es la pregunta que se hace Mijaíl Peralta y que lanza cuidadosamente su inquietud al público, como queriéndolo decir para sí mismo. Y lo dijo en una noche en que ha llovido copiosamente, pero que se proyectó finalmente como fresca y tranquila.
“Es como si el escenario nos indicara que está listo para iniciar la función. Quien tenga curiosidad de conocer íntimamente a los autores del nuevo coleccionismo, que vaya al Centro Cultural Banreservas, abra bien los ojos y escuche” afirma el ejecutivo cultural de BR.
La convocatoria está hecha: un festín visual está disponible en el CBR hasta el hasta el 1 de diciembre en su Sala Ada Balcácer, con 20 obras cedidas en préstamo por 19 coleccionistas dominicanos.
Reflexiones sobre coleccionismo
(Consideraciones extraídas de la fuente citada. No es parte de la información dispensada por Centro Cultural Banreservas)
El crítico de arte Gerardo Mosquera, en su ensayo El coleccionismo de arte en un mundo global (1), sostiene: ¿Estamos ahora en la era del coleccionista privado?
Para bien y para mal, los coleccionistas privados están adquiriendo un poder de liderazgo en el mundo del arte, al punto de derrotar a los curadores como legitimadores, promotores y “porteros”. Los coleccionistas privados ejercen su influencia a través de la acción de comprar –que es un acto de curar– y también debido al creciente papel público de los coleccionistas y sus acervos.
Y agrega: “¿Estamos ahora en la era del coleccionista privado?
Para bien y para mal, los coleccionistas privados están adquiriendo un poder de liderazgo en el mundo del arte, al punto de derrotar a los curadores como legitimadores, promotores y “porteros”. Los coleccionistas privados ejercen su influencia a través de la acción de comprar –que es un acto de curar– y también debido al creciente papel público de los coleccionistas y sus acervos.
Subyace una contradicción entre la acumulación privada de obras de arte importantes y la responsabilidad pública que esas posesiones implican desde el punto de vista deontológico.
Por fortuna, algunos coleccionistas privados han liderado esfuerzos públicos muy activos y de peso, más allá de participar en las juntas directivas de los museos, apoyar sus presupuestos, prestar obras de arte para exposiciones o darlas en concesión y donarlas. En cuanto a esto, es una paradoja que los coleccionistas tiendan a aportar donaciones y préstamos sustanciales a museos ricos, en lugar de apoyar a instituciones menos prósperas.
Por supuesto, una cantidad de estas instituciones no puede brindar las condiciones que la conservación del arte exige, pero en muchos otros casos sí pueden o se les puede estimular para que las creen. Los coleccionistas privados tendrían que descentralizar su generosidad en busca de un alcance social más amplio para sus bienes, buscando actuar donde están las necesidades cruciales”.