(Lic. Angelina Sosa) En ocasiones, vemos como las personas con enfermedad mental deambulan por las calles, sucios, descalzos, en situación de peligro para sí mismo o los demás.
También encontramos personas con enfermedades mentales encerrados en sus hogares, sin recibir atención médica adecuada, con condiciones de insalubridad evidentes y sin poder participar de una vida pública como lo haría cualquier persona.
Ver una imagen de un ser humano encerrado en condiciones inhóspitas e infrahumanas es una muestra evidente de la necesidad de proteger los derechos de todas las personas, en especial de los más desprotegidos, que son las personas con enfermedad mental.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada en 1948, señala que toda persona debe tener oportunidad de acceso a los servicios de salud, a tener una vida digna y a recibir un trato propio de un ser humano.
VIDEO ILUSTRATIVO . TOMADO DE YOUTUBE:
Basado en la Declaración de los Derechos Humanos, desde el enfoque de salud, se debe gestionar para que las personas con enfermedad mental puedan tener acceso a los servicios sanitario, pero también que puedan desarrollar actividades tan cotidianas de la vida como cualquier otra persona, ejemplo de esto es el derecho a votar o a transitar libremente por las calles como cualquier otro ciudadano.
Algunas de las prácticas exitosas en otros países de la región incluyen el desarrollo de servicios comunitarios de salud mental, acercando la asistencia a las personas y disminuyendo los gastos de las familias, e incrementando las posibilidades de que las personas con enfermedad mental puedan tener una vida digna en sus comunidades.
Las ventajas de mejorar los servicios de atención a la salud mental desde la misma comunidad son enormes, pues acerca el bienestar de las personas a sus espacios comunitarios disminuye los grandes costos de salud por asuntos de hospitalización, disminuye los gastos de bolsillo de las personas, se fortalece la red de atención primaria, se promueven las acciones de salud colectiva, se incentiva el liderazgo local, la capacidad de las instituciones locales, y se fortalece el marco legislativo nacional con el cumplimiento de los Derechos Humanos de todos los ciudadanos.
Es el momento de implementar acciones que reflejen una sociedad que respeta y se preocupa por su gente, que se desarrollen acciones para promover y proteger los derechos de las personas con trastornos mentales, y que ya sus derechos no sean más violados.
Angelina Sosa (1) Psicóloga clínica, salubrista. Directora del Instituto de Salud Mental y Telepsicología. Miembro del Grupo Viviendo en Bienestar