Teatro Musical

Crítica de teatro: Matilda, el musical

Este espectáculo, se repite este jueves, sábado y domingo. Es una experiencia que establece varios precedentes. Es singular proeza artística, pese a algunos fallos técnicos y de manejo del tiempo.

Matilda, el musical, fuera de toda duda, es, como versión nacional, la proeza teatral más extraordinaria de 2024 y de muchos de los años transcurridos. Los precedentes que deja esta representación son muchos, pero por encima de todo, lo que se obtiene es una representación escénica que deja sentir en escena el presente y futuro inmediato teatral/musical dominicano, mediante un desborde de talento y energía que trasciende la fuerza estética de sus dos cierres, a cargo de toda la compañía.

Fotos de la Produccion Matilda, el musical (RD)

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Crítica de teatro musical: Grease, en versión Amaury Sánchez

Grease es uno de los dos grandes proyectos teatrales dominicanos de 2023, junto con Juana la Loca (Guillermo Cordero) pero este proyecto no es un musical como tal, por lo que tienen que ser considerados como expresiones diferentes al momento de su evaluación.

Este musical pudo haber sido solo un impecable y novedoso proyecto escénico de teatro musical que ocuparía en su momento la atención de los cronistas de arte para reconocer su montaje.

Pero ese enfoque es limitado y perecedero. Cualquiera de las formas del arte, evoluciona el mirar esencial, permite perspectivas que superan la necesidad de entretenimiento, porque en algún punto se entroncan con fuerza, capacidad de trabajo, talento y sentido de trascendencia artística.

Han pasado ya muchos años desde el 2026 cuando que el director y productor musical, Amaury Sánchez, se decidió a presentar el primer musical franquicia internacional (La Bella y la Bestia), que vimos en la sala principal del Teatro Nacional y que desarrolló una temporada de 21 funciones a casa llena. Desde entonces ha producido, con éste, 25 musicales, todos de notable perfil artístico.

Fotos: Pedro Bonilla

El proyecto supone mucho más en función de que ha mostrado el dominio técnico y artístico del género teatral, que demanda mayor esfuerzo, preparación logística, de notables objetivos técnicos, de su sentido de respetar la historia original, de reproducción fiel, de época.

El montaje logra eso y aporta el sello de la creatividad local en función tanto de los talentos actuantes como de sus elementos que sustentan técnicamente lo presentado: universo de sonido, escenografía digital, sus efectos especiales, utilería que establece precedentes, carisma personal de los intérpretes.

Grease nos recupera por la fortaleza de la música en vivo, desde la batuta de Sánchez, nitidez de sonido que se mantuvo sin fallos en toda la presentación, el balance de las voces de los solistas, el increíble ritmo y dinamismo de las coreografías, de pasos gráciles, oportunos y penetrantes a la mirada del espectador, el respeto por la historia general (que fue variada por la conocida versión de cine (Vaselina, 1978, Randan Kleiser).

Fotos de Pedro Bonilla.

Actuaciones y dirección

La visión general del trabajo la imprime Sánchez, quien se asegura de contar con un equipo especializado en coordinación de voces, dirección teatral, coreografía La entrega histriónica de los protagonistas se agradece por la carga de gracia, acierto, sincronización en sus canciones, solos y coreografías: Javier Grullón, Tenchy Fatule, Gabriela Gómez, JJ Sánchez, Karla Fatule, Juan Luis Espinal, Luis Armando, Sofía Reyes, Máximo Martínez (espectacular con sus dos breves actuaciones), Roger Manzano, Francesca Yarull, la intervención cargadas de gracia y acierto escénico de la maestra María Castillo (con foto que no le hace justicia), Kenny Grullón, la relativamente facilista participación de Juan Carlos Pichardo, Juanma García (sorprendente) y María del Mar.

El rol de la dirección teatral, a cargo de una Indiana Brito que no se agota en su capacidad de sorprendernos, es en este proyecto mayor, admirable: sabe manejar sus recursos, apunta el movimiento escénico oportuno, aun cuando debió controlar algunas (no muchas y controlables) sobreactuaciones.

Técnica audiovisual, utilerías y efectos

Grease, en el plano técnico, está basado en un manejo de luz, en un universo de iluminación y sombras que bien merece el estudio de los que se dedican a al montaje escénico de alto formato.

Era un desafío enorme, asumir una versión local de un espectáculo que expone tantos ambientes (el escolar en sus diversos aspectos, guardadores de útiles, oficinas, salas, cancha, además del ambiente de playa, el nocturno de las casas, y en especial, la carrera de vehículos, la cuidada utilería de apoyo, además de su dirección de arte, la reproducción de la época (vestuario, peinados, accesorios), se pueden dar como una prueba altamente superada.

Paola González fue responsable y atenta al proceso de conducir, afinar y adecuar las voces a las canciones interpretadas y sale con el orgullo de haberlo hecho con criterio. Estuvo en los controles en la parte final de la platea, supervisando cada detalle de acuerdo a su plan de desarrollo vocal.

Yeimy Diaz, en tanto escenógrafo, en coordinación con la dirección teatral de Brito, vuelve a sorprendernos al apuntar uno de los aspectos mejor manejados es la gestión del espacio escénico, aprovechado con inteligencia, extendiendo los parámetros formales para entrar en el juego de la imaginación rompiendo las referencias limitadas del ámbito.

Las oportunidades en que se rompe la lógica del espacio, se logra llevar la gente a la percepción de ámbitos nuevos.  Apuntar el valor del aporte de Camilo Landestoy, codirector y regiduría, que muchas veces opera bajo una presión incluso superior a la de otros roles ejecutivos.

Pablo Pérez, coreógrafo de amplia experiencia y sentido de lo que tiene entre manos, aporta uno de sus mejores proyectos danzarios al imprimir fuerza, colorido, precisión y sentido contagioso y preciso de sus bailarines.

El rol del patrocinio

El tratado es un proyecto logísticamente caro, carísimo, por lo que ha sido fundamental el apoyo de empresas públicas, privadas e instituciones que dieron el respaldo tratando de cubrir las demandas de recursos para una aventura logística de este nivel. Un proyecto de este nivel, no llega a escena sin ayuda especial desde ejecutivos sensibles al tema de cultural y sus necesidades.

Para el caso de Greasse, el patrocinio principal parece estar compartido entre Banreservas e Industrias San Miguel (Kola Real y otras marcas), además del copatrocinio de otras empresas que gustosamente dijeron “sí” a la propuesta: Taco Bell, Pizarelly, So Danca, Rico, Drink Hunters, Importadora JJ, Milex, Coimtra y La Coqueta.

El programa de mano, a nuestro gusto, lo encontramos pequeño e ilegible en partes en que los textos pequeños sobre fondos  negros, tornan incómoda y casi imposible la lectura. El tamaño debió ser el doble del editado.

Ficha Técnica

Título: Grease

Libreto, música y letras de: Jim Jacobs y Waren Casey

Adaptación, libreto y canciones: Indiana Brito

Género: Teatro Musical

País: RD

Director, productor, director musical: Amaury Sánchez

Sistema de pantallas: Sonido: Ariel Ramos, Lux /Art Animadores digitales: Kelvin Rosario y Yoel Sánchez Dirección teatral: Indiana Brito Dirección vocal: Paola González

Libreto: Javier Grullón e Indiana Brito

Escenografía y diseño de audiovisuales: Yeimi Díaz Codirección y regiduría: Camilo Landestoy

Coreografía: Pablo Pérez:

Produccion en línea: Rafael Beato

Vestuario: María Elisa Franco

Elenco: (No completo) Javier Grullón, Tenchy Fatule, Gabriela Gómez, JJ Sánchez, Karla Fatule, Juan Luis Espinal, Luis Armando, Sofía Reyes, Máximo Martínez, Roger Manzano, Francesca Yarull, María Castillo, Kenny Grullón, Juan Carlos Pichardo, Juanma García y María del Mar.

Sinopsis El rebelde Danny Zuko y la inocente australiana Sandy mantienen un romance durante las vacaciones, creyendo que no se volverán a ver; sin embargo, para sorpresa de ambos, se reencuentran en la escuela secundaria al empezar el nuevo curso.

 

Hoy no me quiero levantar, top del musical 2022. Es inclusión y reflexión social

Hermosa y quien sabe si no casual, la coincidencia del remontaje de Hoy no me quiero levantar, producción local de José Llano, con el musical Dolly Parton Navidad en la Plaza,  por la  presencia en ambos del tema de la inclusión, la denuncia de la injusticia social y el uso común de la danza y la canción como vías para expresión.

Hermosa la coincidencia del criterio estético de este montaje musical, Hoy no me puedo levantar, con la base del programa Quiéreme como soy, una de las iniciativas creativas de José Llano, productor de este trabajo.

Y, lo que llama la atención, con el mismo nivel de perfección del  montaje local, con la del show de streaming de Netflix , producida en 2020.

En los dos trabajos pase al mismo discurso de inclusión racial, de imagen corporal, de orientación sexual diversa. Ambos son himno artístico a la diversidad humana, al rechazo al prejuicio, a la integralidad de la variedad como factor de unicidad humana.

Cuando se disfruta un musical como Hoy no me puedo levantar, que recrea, más que la discografía del paradigmático grupo de balada rock español Mecano, la historia, drama y gloria de sus integrantes, podría el espectador quedarse en el universo de los aportes artísticos e inadvertir su  positiva impronta ideológica y de inclusión que permite dar espacio al sentido de justicia, contra los estereotipos, al exponer con una perspectiva sin prejuicios, el respeto por las diversas formas de ser y sentir.

El manejo de la diversidad y la inclusión añaden un valor singular a Hoy no me quiero levantar. ?Quien dijo que las bailarinas todas deben ser delgadas? ?Quien refirió que en un escenario están prohibidos los besos entre parejas del mismo sexo, si el teatro es reflejo de la vida? ?Quien ordenó que los artistas en escena solo deben ser blancos o heterosexuales?

Técnica y artísticamente se ratifica el criterio del crecimiento del musical en el país como dueño de su máxima expresión artística y técnica, desde el punto en que comenzó a ser representado, hace ya 35 años, en nuestros escenarios. Ha sido un camino largo y una ruta que ha demandado esfuerzos, creatividad, entrenamiento, tecnología.

Repuesto el montaje por su productor José Llano, el musical produce una sensación de máximo respeto al público por el amor y cuidado en cada uno de los factores que lo integran.

FOTOS DE LA PRODUCCION HOY NO ME QUIERO LEVANTAR

Se han dado cita una serie de elementos de excelencia: el amor por el montaje por el productor José Llano, su dirección vocal (Paola González), la dirección teatral (María Castillo), la dirección técnica de un Fidel López que no se cansa de sorprendernos por la forma en que se ha establecido como una de las marcas de la escena dominicana, la dirección musical de Junior Basurto Lomba y el trabajo extraordinario, sincrónico e inspirador de la coreografía a cargo de Nathalie Borsos.

A esto se agrega una actuación coral a cargo de José Guillermo Cortines, Akari Endo, Javier Grullón, Karla Fatule, Irving Alberti, Pamela Sued, JJ Sánchez, Zeny Leiva, Juan Espinal, Luis Pérez, Pablo Pérez y Alexander Duval, de entre los cuales Duval se nos lleva las palmas por su indescriptible integración al resultado final desde sus roles en Las Pepas y como maestro de danza, afanado en esta coreografía contemporánea.

Los temas musicales recreados con fuerza y fidelidad, fueron: “Hoy no Me Puedo Levantar” hace un repaso por las más exitosas canciones de Mecano entre las que figuran “Quiero Vivir en la Capital”, “Maquillaje”, “Quédate en Madrid”, “Mujer contra Mujer”, “Me Colé en una Fiesta” y “Cruz de Navaja”.

Uno de los aciertos del libreto es cruzar el trayecto de Mecano con las coyunturas sociales que vivió España en esos  tiempos cruciales, lo cual se refleja como grito de rebeldía iconoclasta.

Hoy no me puedo levantar nos robó hasta el último suspiro, junto al resultado de la danza coreografiada, los desempeños actorales y la escenografía física, el desempeño de la escenografía digital, su interacción y sincronía con las actuaciones en vivo y la terminación de sus diseños.

Habíamos realizado una evaluación del arte escénico de 2022 en el cual consideramos como musical del año Mariposas de Acero, pero al ver esto, lo menos que podemos hacer es compartir el lauro, siendo como resultan, dos trabajos resultados de vocación, talento, empuje y perfección en niveles que el genero no había alcanzado.

Fue una injusticia no haberlo incluido en nuestra selección de lo mejor del arte popular y clásico de 2022, pero cuando se estrenó, no lo vimos. Estábamos fuera del país.

Este musical producido por Llano, requirió de un esfuerzo humano y técnico, considerablemente mayor, sin desdecir para nada lo dicho del trabajo de Waddy Jáquez y Pablo García. Ambos musicales nos llenan de orgullo. Ambos adoptando caminos expresivos distintos y válidos.

¿Por qué Mecano?

El grupo Mecano se conserva en el recuerdo por haber sido, entre 1981 y 1992, el  grupo español de género pop, pioneros del tecno-pop, new wave y wave en España e Iberoamérica, integrado por Ana Torroja y los hermanos  Nacho y José María Cano

Refiere Wikipedia que Mecano realizaba un pop que evolucionó desde una sonoridad puramente tecno, durante su primera etapa (entre 1981 y 1985), hasta el eclecticismo de la que es considerada como su segunda época artística (entre 1986 y 1992), en la que el grupo demostró gran versatilidad a través de grandes producciones y de la incursión en diferentes estilos, siempre desde un planteamiento unificador logrado especialmente a través de la sonoridad pop de su vocalista, que sirvió como tamiz nivelador de las muy diferentes concepciones artísticas de sus dos autores, los hermanos Cano.

Mariposas de Acero, justo y emotivo homenaje, une arte e historia nacional

José Rafael Sosa y Grisbell Medina

Llevar la historia al escenario, comporta de riesgos. Muchos y variados peligros. Desde luego que desde el arte, se pueden tomar hechos reales del pasado, pero si la adaptación no corresponde a lo que fue, si no se apegan a los acontecimientos, si no se enfocan con el respeto y no se logra una óptica que logre la combinación aceptable o perfecta entre lo artístico con los hechos, exponen a los creadores al rechazo, la reprimenda social o la burla.

Una historia dominicana que conocemos, por su consagración nacional e internacional, es el asesinato de las Hermanas Mirabal, suceso que se ha elevado a símbolo de la violencia contra la mujer y del que se ha tomado como fecha de conmemoración mundial, el 25 de noviembre.

Esta historia que desde el arte y la literatura se ha contado varias veces y con resultados disímiles, a veces cuestionados, rechazados y reconocidos socialmente cuando han sido válidos, que es el caso de Mariposas de Acero, musical dirigido por Waddy Jáquez junto a Pablo García en la producción general.

TODAS LAS FOTOS SON SUMINISTRADAS POR LA PRODUCCION MARIPOSAS DE ACERO.

Más que martirio femenino

Ver este musical, inicia por desmitificar la celebración oficial de la fecha en que son sacrificadas las Heroínas de Ojo de Agua, la conmemoración del Día Internacional de la Violencia contra la Mujer, que no es una iniciativa de las Naciones Unidas como parecería.

Cuando se investiga su origen de la fecha todo apunta a que fue obra de ONU lo cual es positivo, pero la fecha fue propuesta inicialmente por la delegación dominicana ante el I Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que se realizó en Cartagena -Colombia en 1981, a partir de una propuesta de por Magalí Pineda, Mirta Rodríguez y Ángela Hernández, quien la presentó al plenario (1).

Línea de tiempo

La historia de las Hermanas Mirabal se ha contado antes, pero más de una vez con versiones alejadas de los hechos y divorciadas de nuestra realidad, por lo que han sido intentos fallidos o francamente incompletos y parciales, cuando no han resultado una franca distorsión de los hechos:

  • En año 2.000, Mario Vargas Llosa, presenta su novela histórica La fiesta del Chivo, logrando un rechazo casi absoluto por parte de sectores nacionales que se entendieron insultados por la relación de hechos, muy a pesar de que en la portada llevaba la definición de su género de ficción: novela.  Cierto que novela es ficción que puede tener parte de realidad, pero sin dudas que la visión que en general transmitió el autor peruano, desagradó a más de uno de los propios entrevistados y consultados dominicanos en el proceso previo a escribir su fiesta caprina.
  • 2001. La película En el tiempo de las mariposas, producida por la actriz Salma Hayek,dirigida por Mariano Barroso, rodada en inglés y estrenada el 21 de octubre de 2001.A pesar de estar basada en la novela de Julia Álvarez, resultó notoria la distancia entre la historia y los hechos el divorcio entre la idiosincrasia nacional y el prisma interpretativo de los hechos. No fue una versión asimilable.
  • 3 de marzo de 2006, se estrenó la versión fílmica de la novela de Vargas Llosa, dirigida por su sobrino, Luis Llosa,con la cual se reeditó el rechazo a la misma versión literaria. El desagrado en el autor de La fiesta del chivo fue tal que su presencia fue criticada en el país tras anunciarse como ganador del Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña, otorgado por el Ministerio de Cultura, en 2016.
  • 2010, se produce un acercamiento mucho más sincero y auténtico, históricamente hablando, con el drama fílmico Trópico de Sangre, dirigido por Juan Deláncer, aun cuando – probablemente de forma injusta- la crítica no fue muy complaciente, entendemos nosotros que más por un rechazo a Deláncer, que a su obra.
  • En años de las últimas dos décadas, en oportunidad de los aniversarios del 25 de noviembre, se montaron espectáculos con el tema, pero sin lograr, por razones logísticas y de tiempo, informar e inspirar  realmente a quienes los vieron

Mariposas de Acero

Tras estos precedentes, es que se enmarca el estreno del musical Mariposas de Acero, del director y productor Waddy Jáquez apoyado por un excelente equipo de producción y con talentos que, al parecer, han hecho la diferencia y elevado artísticamente el tema de las Mirabal.

Grisbell Medina, experimentadas cronista de arte, nos ofrece sus pareceres:

Waddy Jáquez y Pablo García se atrevieron a contar esta historia nacional que trasciende el heroísmo y el martirio, como nunca antes se había hecho, y ahora, tras su primera función en el Teatro Nacional, a beneficio de la Fundación Hermanas Mirabal y el Museo Ojo de Agua en Salcedo, crucial como jamás se había logrado.

Este hombre de la escena logra el concurso de artistas y técnicos, la buena voluntad de quienes entendían que era un riesgo, asumir una historia así, con los rituales musicales de este tiempo, jugar con simbolismos que al final engarzan el ánimo del público y ha aportado a la historia del arte del teatro musical, una experiencia que se presenta ahora como referencial.

Una mirada cercana

Había emoción y expectativas altas flotando en el ambiente del Teatro Nacional. Al llegar, el público quedaba envuelto en la magia del símbolo. En el lobby, la venta de mariposas artesanales de jícara de coco y otros materiales (incluyendo dos libros en torno a la historia contada).

Primero un discurso medidamente breve y emotivo, a cargo de Manolito Mirabal, a nombre de la Fundación Hermanas Mirabal, en que se agradece el montaje y se anuncia que la primera función ha sido donada a la Fundación.

Inicia el montaje:

Adalgisa Pantaleón, transformada en Dedé, con respeto y solemnidad desde el vestuario, maquillaje, peluquería y actitud, hace de narradora y será el hilo conductor, para dejar abierto un discurso escénico en el cual cada actor y actriz tendrá su momento de lucimiento.

Mención especial para la camaleónica e intensa Judith Rodríguez, quien ha reafirmado sus múltiples recursos al integrarse a este trabajo y sorprendernos como lo hizo.

Honny Estrella, como Patria, en una representación lo más exacta posible a la real del vestido negro con broche en garganta, desarrolla su parlamento observando la casa incendiada por la ira del tirano a la que deposito tanto amor desde sus jardines.

Nairoby Duarte, una actriz que nos impresiono por su desenvuelta y sensible interpretación de la ama de llaves de la casa de las Mirabal, Tonó, una de las heroínas de la historia y de las que menos espacio y prestigio reciben en las versiones oficiales, es una de las sorpresas en las cuales la historia hace salones con el arte de la gran escena.

Escenográficamente, Jáquez coordinó con su equipo para lograr la representación de muchas de las locaciones (la cárcel de La 40, La casa de las Mirabal y otros ambientes) a partir del uso de materiales modulares a los que se aplica proyección digital para definir los ámbitos. Buen recurso.

Musicalmente, lo magistral hizo coro con la perfección de las voces. – Muchos talentos con voces magistrales, destacándose el uso de los códigos musicales de este tiempo: rap, merengue, salsa, hip hop, para hacer una indescriptible conexión de los hechos relatados con una juventud de hoy que en general los desconoce.

Un momento estelar fue el monólogo de Nashla Bogaert. como Minerva, con una trascendencia en sus textos y un final de abrazo colectivo con los demás talentos en torno a la bandera dominicana. Fue el momento para llorar retenido, para las lágrimas que no podrían ya ser detenidas. Emoción líquida medible en los rostros. No hay forma de describirlo.

El código musical (rap, salsa, hip hop, merengue) conecta con la juventud con los de hoy que no vivieron ese tiempo. Código de actualidad genera interés con mirada a la historia.

La sucesión de las escenas fue fluida, sin atropellar el ritmo o la esencia, dejando sentir una impecabilidad escénica que debía ser objeto de estudio, al menos, en las escuelas de teatro musical de América Latina. Resalta el manejo, en los diálogos, del hablar del dominicano.

Para ver el musical

Las funciones de Mariposas de Acero se mantienen en el Teatro Nacional hasta el domingo 21 de ese mismo mes, en la sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes. Se llevará a cabo los días 2 y 3 de septiembre en el Gran Teatro del Cibao.

En fin, un espectáculo que es más que otro montaje de teatro musical: es historia respetada, viva y actual. Hay oportunidad de verlo aun en el Teatro Nacional. Ojalá se repita.

Ojalá se pueda grabar y difundir posteriormente a quienes no pueden pagar esa boleta, que vale cada centavo.

Ficha técnica

(Resumida)

Idea, producción y dirección: Waddy Jáquez

Director musical y producción: Waddy Jáquez y Pablo García

Producción ejecutiva: Frank Ceara, Yanira Ferry, Pablo García y Hony Estrella.

Productor Musical Asociado: Wilson Polanco Gnomiko

Directora vocal: Paola González

Coreógrafos: Pablo Pérez y Erik Guzmán

Diseño de Escenografía: Fidel López

Diseño de luces: Ernesto López

Regiduría de escena: Diana Valk

Elenco:

Adalgisa Pantaleón (Dedé Mirabal); Nashla Bogaert (Minerva); Hony Estrella, (Patria); Coral González (María Teresa); Diana Ramos (Dedé Mirabal joven); Frank Ceara (Rafael Trujillo) y Judith Rodríguez (Tomasina Cabral), Ana Rivas (Mercedes Reyes, Mamá Chea). Nairoby Duarte (Tonó), el cantante Gnómico (Johnny Abbes); Nico Clínico (Manólo Tavárez Justo); Ivanna Rodríguez (Miriam Morales); Paola Zayas-Bazán (Dulce Tejada); Alejandro Moss (Leandro Guzmán); Cruz Monty (Senador Juan Bautista Rojas Gómez); Benny Pérez (Enrique Mirabal); y el cantante urbano AcentOh, en el rol de (Navajita).

Enlace de interés:

(1)    https://ffyh.unc.edu.ar/femges/25-de-noviembre-dia-de-lucha-por-la-no-violencia-hacia-las-mujeres/

(2) https://lumbrehistoria.wordpress.com/2017/11/25/hoy-25-de-noviembre-rescatando-a-las-hermanas-mirabal/

 

 

Company, el musical que ha devuelto sentido a la escena

SANTO DOMIGO. Company es un musical sorprendente.

Lo es por su estratégico rol precursor de restablecer la escena teatral/musical. El musical se constituyó el fin de semana un fenómeno estético y reflexivo de un valor singular, temática y expresivamente hablando.

El trabajo resume: calidad interpretativa, un universo de ideas cuestionadoras sobre soltería, matrimonio, diversidad y comportamientos existenciales, conforman la cartelera ofrecida a partir de la unión de tres jóvenes creadores: Joyce Royce, Camilo Then y José Rafael Reyes.

Todo el elenco de Company, y los productores.

Los tres, y su equipo de trabajo técnico y artístico, se atrevieron a definir el proyecto, nada menos que un musical con doce Premios Tony (que ahora está reiniciando temporada de Broadway) para lograr las condiciones de montaje: desde los ensayos complicados por la pandemia, la búsqueda de los imprescindibles patrocinios y las labores conexas: promoción, mercadeo y ventas.

Company es una pieza escénica que nos asalta con sorpresa. Este proyecto permitió, con tan solo tres días de presentaciones, constituirse en el  reencuentro del público y la escena, restituyendo la magia del teatro con poderoso y amoroso  mensaje de diversidad, todo a partir de la responsabilidad de montar un musical con doce premios Emmy (incluyendo Mejor Musical, Mejor Libreto y Mejor Música y Letra), a partir de libreto original de Stephen Sondheim y George Furth) y que  reestreno en Broadway su nueva temporada conjuntamente con el estreno en el país con un elenco dominicano.

Todo al final se enfiló en una ruta exitosa que concluyó con tres presentaciones que han devuelto  vida a las tablas sobre las cuales cursan sueños y actuaciones, al ámbito dominicano.

Company nos llegó con su tema, su montaje, su rompimiento de esquemas estéticos de sus talentos para integrar talentos con sentido de diversidad, contrariando los cañones de la belleza tradicional.

La pieza habla de diversidad, autenticidad y atrevimientos vitales. Reflexiona sobre lo existencial y de vivir en paz de acuerdo a la armonía interna. Ese es su llamado y esa su ternura.

A ello agrega los acertados criterios de su música, gama de ritmos, que incluyen afinados cortes de interpretación coral, apoyados en lo pop-rock y la balada, la creatividad para recrear el vestuario de época y, por encima de todo, la vigencia oportuna de su mensaje que cuestiona con humor y un fino estilete crítico, los acartonados roles sociales.

Company privilegia el canto y la música sobre la coreografía, planteando temas humanos con intensidad, sarcasmo humorístico y dudas que llevan a repensar los perfiles que cada quien tiene y mantiene sobre el amor, la amistad, la soltería, el matrimonio en las más diversas expresiones de la vida en pareja.

Chavela Estrella de Bisonó  (a nuestro juicio lo más destacado) durante su actuación en solitario.

Las actuaciones

Las interpretaciones corales se sienten con afinada fuerza, con excelencia en su coordinación vocal, mientras que las individuales estremecieron, en especial las del protagónico de Alejandro Espino, el impactante número sobre los prejuicios sociales a cargo de Chavela Estrella de Bisonó  (a nuestro juicio lo más destacado) y Claudia González, afinada y auténtica.

Hay que destacar la gracia de los solos de Vladimir Rodríguez y Laura Guzmán, sin dudas, clase aparte. A ellos se unen los números de Jean Villanueva, la extraordinaria y versátil Cristal Navarro, la entrega al compromiso escénico de Vicki Della-Peruta y lo que hizo Stacy Cordero. Todos tienen experiencia en otros musicales, generalmente con la dupla creativa de Royce y Reyes.

Mención especial para el desempeño de Cristian Pérez, actor, cantante, bailarín y productor. Cada uno de los 18 talentos en escena, merecen lo que recibieron: ese aplauso homenaje del público, lo mejor que puede premiar el empeño de meses de trabajo y que, sin dudas, debería ser repetido.

El musical, apartada toda la promoción y mercadeo que rodea su lanzamiento, ha permitido constatar la necesidad que tienen público y talentos de crear ese vínculo común en el cual arte escénico y emociones de quienes acuden al llamado, representan más que los aplausos y más que la emoción de quienes con sus recursos desde el entablado, tras meses de ensayos esforzados por las condiciones de pandemia, se entregan a sus roles para llevar simultáneamente emoción y reflexión.

Los patrocinios

Apoyaron el montaje: Banco Popular Dominicano, Plaza Lama, Maeno, Producciones Espectáculos y Eventos Corporativos Vinos Ramon Bilbao, Stoly, Hendricks, Alianza Francesa, Vape, Laboratorio Amadita, Corsorcio Desings, Brimela , Colegio Mundo Alegre y CMYK .

Los créditos

Producción general: Camilo Then (Producciones Espectáculos y Eventos Corporativos) y Joyce Royce; Dirección: Joyce Roice, Dirección vocal: Claudia González; Vestuario: Miguel Ángel Rodríguez; Coordinación de Producción: José Rafael Reyes; Coordinación vestuario: Vladimir Rodríguez; Coreografia: Patrick Caraballo; Diseño lumínico: Julio Núñez; Recursos Audiovisuales/Led: Fray Cuevas y Coordinación musical: Harl Solano.

Todo el material necesario para el montaje fue proporcionado por Music Theatre International, propietaria de los derechos.

Sinopsis

La historia se desarrolla en la víspera de cumplir sus 35 años, cuando Bobby empieza a pensar en sus amigos casados, con relaciones tan particulares, y en sus tres novias, y esto lo lleva a cuestionarse sobre la vida en pareja, la amistad, el matrimonio y el sentido mismo de la vida.