Maria Castillo

Teatro Dominicano: la crónica insuficiente

Canek Denis y José Rafael Sosa

A propósito de la celebración del pasado Día Mundial del Teatro, el  sábado 27 de marzo, la historia, el presente y el futuro del teatro dominicano son siempre realidades dignas de estudio y análisis.

La propuesta para establecer ese Día Mundial, fue del poeta, dramaturgo y cineasta francés Jean Cocteau, en  1962 quien pronunció el famoso Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro. Unos días más tarde, recibió el respaldo de Arthur Miller, Laurence Olivier, Pablo Neruda, Richard Burton, Antonio Gala, Humberto Orsini, John Malkovich y Darío Fo.

La celebración nacional

El hecho positivo: El estreno  mundial de Omar y los otros, (Franklin Domínguez) fue el hecho más trascendente en la celebración dominicana de esta conmemoración, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro, (dirigida por Fausto Rojas) en la sala principal  Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, un derroche de talento artístico y técnico, presenciada por un público limitado por el distanciamiento social.

El hecho negativo: La ausencia de un mensaje del presidente Abinader. No se explica cómo se pasó inadvertida la fecha para Palacio Nacional. Aún hoy, los teatristas se lo preguntan.

Mirando lo local.

¿Cómo nace y se desarrolla el teatro dominicano? ¿Cuáles son los dramaturgos fundamentales que han conformado con sus obras parte del trayecto escénico nacional? ¿Quiénes han sido los directores y directoras que han asumido la responsabilidad de la escena ofrecida al público dominicano?  ¿Cuáles son las obras más representadas? ¿Cuáles las más significativas?

No se trata de incursionar en la engañosa práctica de elaborar un “top” definitivo y hasta atrevido, de celebridades o sucesos teatrales. Es solo una mirada basada en documentación y recuerdos, del andar en la memoria, las publicaciones y cuanto proporciona como dato, la red.

No se procura ni consagrar ni condenar a nadie. No se busca ni hacer amigos, ni generar enemistades, a pesar de publicarse ante un universo de egos artísticos en el cual, cada quien considera su obra o su trabajo como el ubicado en la cúspide de cuanto artísticamente es posible hacer.

La relación, necesariamente incompleta, se plantea para que investigadores, estudiosos, artistas y el propio público teatral, hagan sus apuntes y se logre una lista más completa.

Una mención especial merece, respecto del teatro dominicano más reciente, es el papel de formación técnica y ética con vocación popular de  Rómulo Rivas que dirigió el Teatro Estudiantil, estableciendo un ambiente de formación  de donde surgieron  los grupos Gayumba y Gratey con figuras como Manuel Chapuseaux, Nives Santana, Yanela Hernández, Mario Lebrón, Teo Terrero y otros.

Don Franklin Domínguez, dramaturgo, director, actor, docente.

El origen.

Del siglo XIX podemos resumir dos hechos principales: primero, el uso del teatro por parte de Los Trinitarios (fundadores de la Patria), con la agrupación teatral La Dramática. Pero esa inclinación por el teatro era de inspiración más política que  estética, más de proclamación de la soberanía, que de la industria del teatro, para entonces ya muy profesional en otros países.

Y segundo, la fundación de la primera sala o espacio dedicado al teatro netamente dominicano, el Teatro La Republicana (hoy Panteón Nacional). Ambos hechos marcaron el quehacer teatral dominicano de mediados y finales de dicho siglo, lo que se vería reflejado posteriormente a inicios del siguiente siglo.

Para inicios del siglo XX es posible encontrar referencias de compañías o agrupaciones teatrales profesionales en las principales ciudades del país.

Una de estas es la Compañía Herman-Morita de la pareja Margarita Hermann y José Mora Méndez. Esta compañía se dedicaba a realizar (aproximadamente entre 1916 y 1933) todo tipo de montajes como zarzuelas, dramas, zainetes, comedias, veladas entre otros.

Este proyecto llegó a tener como sede permanente el Teatro Independencia en Santo Domingo, realizando allí presentaciones distintas programadas cada semana y alcanzó tal éxito que recibía en su sede otras compañías internacionales y fue también invitada a viajar a Puerto Rico y Cuba a presentar sus espectáculos de variedades.

La actividad teatral se centró en las tres primeras décadas del siglo pasado en las ciudades de Santiago, San Pedro de Macorís, Puerto Plata, La Vega y por supuesto la capital. Los principales teatros fueron La Republicana, Rialto, Teatro Independencia, La Progresista, Teatro Colón, Capitolio y muchos otros. Además el teatro se realizaba en espacios no convencionales como escuelas, salones de eventos, casinos, clubes y por supuesto rápidamente las salas combinaron sus actividades con el cine ya en pujante auge, abriéndose paso los “cine-teatro”.

Fausto Rojas, actor y director. Titular de la Compañía Nacional de Teatro.

Para la década de 1940 la actividad teatral profesionalmente tiene un aumento significativo, encontramos que la actriz Divina Gómez funda una importante compañía profesional (1942) cuya actividad posiblemente influenció la multiplicación y proliferación de más  agrupaciones de teatro profesional.

María Castillo, docente de teatro, recuerda que para esa década se formaron grupos de aficionados de los diferentes centros de estudio como el Teatro Universitario y el cuadro de comedias del Instituto de Señoritas Salomé Ureña, fundado por la profesora Urania Montás y dirigido por su hermano Rafael Montás Cohén.

La oficialización del teatro a nivel del Estado se produce el 19 de mayo de 1946 con el surgimiento del  Teatro Escuela de Arte Nacional (T.E.A.N.), dirigido por Emilio Aparicio, director español que había llegado al país como parte de la corriente migratoria hispana que escapaba de la guerra civil española.

El debut de la compañía oficial, tuvo lugar el 9 de octubre de 1946 en el Teatro Olimpia con la obra “Prohibido Suicidarse en Primavera” de Alejandro Casona dirigida por el mismo Aparicio.

Castillo refiere que en 1991, encontrándose Franklin Domínguez al frente del entonces Teatro de Bellas Artes (antiguo T.E.A.N. y hoy Compañía Nacional de Teatro), se  crea el Marzo Teatral, programa de presentaciones diarias de grupos teatrales de cara al el Día del Teatro, abriéndose en 1996 a los grupos del interior e iniciando Iván García, el Festival Nacional de Teatro Emilio Aparicio.

El gran fallo.

En 1997 se inician los Festivales Internacionales de Teatro por iniciativa de la Directora del Teatro Nacional, Natacha Sánchez, con la gestión del español Ramón Pareja, con una primera edición ejemplo de la peor gestión, al excluir las obras y los teatristas dominicanos que boicotearon, como justo reclamo, el evento a las afueras y dentro de las salas.

Debido a la presión del sector teatral dominicano, el fallo fue corregido (aun cuando nunca fue admitido y excusado) en las subsiguientes entregas. Estos festivales siguen realizándose de forma bienal, bajo la organización del Ministerio de Cultura.

Flor de Bethania Abreu. FOTO SUMINISTRADA

En lo sucesivo, los Festivales de Teatro, con ese actualizante sello internacional al recibir las experiencias de compañías e invitados de diversos países, han favorecido el intercambio cultural en nuestro país enriqueciendo aún mas nuestro quehacer escénico, punto a favor de las diversas autoridades del Ministerio de Cultura.

Estas relaciones son una mirada, no una glorificación ni una sentencia. Es pertinente señalar que estas menciones, presentadas a modo de “listados”, no son propiamente escritas desde una perspectiva crítica analítica o comparativa.

Se trata más de bien puntos de vistas cruzados entre los dos autores firmantes de este contenido, para el cual se ha apelado a:

1) Información bibliográfica y hemerográfica;

2) Búsquedas en la red por temas y personajes;

3) Registro de memorias y vivencias.

No es una gestión de investigación académica, aun cuando aspira a estimular entre profesores, estudiantes, dramaturgos, investigadores y talentos.

Los juicios de valores en esta ocasión quedarán a merced del lector. Pero resulta particularmente necesario realizar al menos este ejercicio informativo para de alguna manera hacer una recopilación, como una forma de crónica tal vez, de algunos de los eventos, hechos y personalidades más relevantes o conocidos del teatro dominicano.

Las carencias,  ausencias y posibles errores en fechas y montajes (que de seguro se han escapado) corresponden a cuestiones de espacio, tiempo y muy probablemente de olvido y desconocimiento involuntario, pero en ningún caso es omisión expresa o actitud de discriminación.

Es una invitación al diálogo  para compartir estas informaciones  en función de valorar mejor el universo teatral nacional.

Por razones de espacio, dejaremos para otra ocasión el teatro musical y el infantil tanto con actores y actrices, así como las marionetas y títeres.

Elenco masculino de La Casa de Bernarda Alba, dirigida por Indiana Brito.

Obras con mayor número de presentaciones:

-“Las locas del bingo” del Teatro las Máscaras con 301 funciones.

-“Don Quijote y Sancho Panza” en versión de Manuel Chapuseaux , que junto a Nives Santana con el emblemático grupo de teatro Gayumba representaron ininterrumpidamente desde 1983 a 2016 en todo el país y en casi todo el continente, sobrepasando las 200 funciones.

-“Platero y Yo” lleva ya 240 funciones (desde  su estreno en 1997) por parte de  Teatro Guloya tiene en su repertorio varias obras que superan el centenar de presentaciones como “Nuestra Señora de las Nubes”, “El 28” y “Otelo sniff”.

Duarte, fundador de la república, de Franklin Domínguez, (Teatro del Banco de Reservas) ha sido montada por más de 8 años en localidades de provincia, superando las 150 funciones

Dramaturgos  (EPD),  significativos:

José Manuel Gómez Dubreill, “Sombra verde” y “La trastienda”.

Manuel Rueda; “La Trinitaria Blanca”, “Entre Alambradas”, “El Rey Clinejas” y “Retablo de la pasión y muerte de Juana la Loca” galardonada con el Premio Tirso de Molina 1995 en España.

Héctor Incháustegui Cabral: “Miedo en un puñado de polvo”, integrada por la trilogía: “Prometeo”, “Filóctetes” e “Hipólito”.

Pedro Enríquez Ureña con el controversial ensayo dramático “El nacimiento de Dionisos” (1916).

Carlos Esteban Deive: “El Hombre que Nunca Llegaba”, “El santo esclarecido” que obtuvo el Premio Nacional de Teatro 2007 y “¿Quién se atreve con un entremés de Cristóbal de Llerena?”, ganadora del primer lugar en el concurso internacional de teatro de Casa de Teatro, 2015.

Delia Weber “Los viajeros” y “Los bellos designios”.

Ángelo Valenzuela su obra más influyente y representada es la sátira “La peste de estos días”, (representada en Guloya), ganadora del Premio de Teatro de la Universidad Central del Este, 2001 (UCE).

Hamlet Bodden; “Sufre”, “KD4” y “Hashtag”.

Dramaturgos dominicanos vivos de trascendencia contemporánea

Incluye jóvenes, nóveles, consagrados y hasta disidentes:

Franklin Domínguez. Es el patrimonio dramatúrgico viviente más importante de la República Dominicano: “Los actores”, “Espigas Maduras”, “La Broma del Senador”, “El Último Instante”, “Se Busca un Hombre Honesto”, “Lisístrata Odia la Política”, “Duarte Fundador de una República”, “Antígona-Humor”, “El primer Voluntario de Junio”, “Duarte Entre los Niños”, “La Hora del Regreso”, “Bailemos ese Tango”, y “A mi Manera”. Sin contar las inéditas, su producción dramática sobrepasa las 50 obras publicadas. Es el autor de Omar y los demás, que por poco pasa desapercibida para el gran público  que consume los medios de comunicación.

Giovanni Cruz, dramaturgo, director, actor, critico.

 

Giovanny Cruz. Un trabajador consistente  y creativo del teatro, del cual resulta, fuera de toda duda, un director trascendente, un actor visceral consciente de su misión. Provocador y bien mercadeado, Cruz  sabe perfectamente que no es ningún semidios, pero si resulta honesto, intenso y trascendente con sus obras “Amanda”, “El gato negro” y “La virgen de los narcisos”.

Iván García, es la definición de la palabra maestro. Artística y socialmente revolucionario introduce en nuestro país las técnicas modernas de su época de inicio. Sus temas son marcadamente sociales y responden a una denuncia de los vicios de las clases gobernantes, con una proyección de los problemas que éstas crean en el pueblo. Su lenguaje es poético y simbólico. Sus obras más importantes son “Más Allá de la Búsqueda”, “Don Quijote de Todo el Mundo” y “La fábula de los cinco caminantes”.

Iván García, director, dramaturgo, actor, docente.

Marció Veloz Maggiolo, además de escritor de narrativa, antropólogo, periodista cultural y ensayista, es dramaturgo con una obra trascendente que espera por más iniciativas de montaje, son estas: “Creonte”,  “Y Después las Cenizas”, “El Cáncer Nuestro de Cada Día”.

Rafael Añez Bergés. “Una Gaveta para Muchos Sueños” y “Los Ojos Grises del Ahorcado”.

Haffe Serulle. Poeta, narrador y teatrista. Maestro formador de nuevos talentos. Creador de la escuela Acrobática Guerrera, expresión escénica  teatral que emplea a máximo el cuerpo de sus talentos a los que hace cursar sobre la belleza poética de sus textos. Presenta cartas credenciales con la que es la mejor y sublime de sus obras: “Bianto y su señor”. Otras de gran significación son “La danza de Mingó”, «El Horno de la Talega”, “Leyenda de un Pueblo que Nació sin Cabeza” y “Prostitución en la Casa de Dios”.

Ceremonia Sagrada, obra de Haffe Serulle.

Rubén Echavarría con “La Obra sin Nombre”.

Reynaldo Disla es la figura fundamental de la segunda oleada contemporánea de la dramaturgia, además de buen actor y gestor teatral, es autor de la única obra teatral dominicana ganadora del Premio Casa de las Américas 1985: “Bolo Francisco”. Otras de sus obras son; “Retablo Vivo del Doce de Octubre”, “El afanoso escribano Baltasar López de Castro”, “Rudy”, “Capitulo 72”.

Sherezade (Chiqui) Vicioso con “Salomé U”, “Evangelina” y “Trago Amargo Wish-ky Sour” con esta última se convierte en la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Teatro (96-97), con una dramaturgia densa, comprometida y seductora.

Rafael Morla, con la obra “Varones” gana el segundo lugar del Premio Internacional de Teatro de Casa de Teatro 2016, es certeramente la primera obra dramatúrgica dominicana de temática LGBTQ.

 

Ingrid Luciano, filósofa y dramaturga, es la primera dominicana en ser publicada en la plataforma del importante Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, CECILT en Argentina con su pieza “Poete de la calle o historia de dos nadie”.

Josefina Báez con su transgresora poesía-teatro-performance “Dominicanish”.

Frank Disla, “Ascenso y caída de Andresito Reyna” y  “Un búfalo del paso Texas”.

Orestes Amador captado en Teatro Nacional por Mike Pasco, en el montaje de Omar y los demás, con motivo del dia Mundial del Teatro

Juan Carlos Campos Sagaseta (Koldo) con las irreverentes obras “El verdadero descubrimiento de América” y “La dama de las camelias… parte atrás”. Un dramaturgo que experimentó mucha resistencia para ser aceptado y  al que se le intentó, incluso, restar sus calidades de creador literario. Adversario gratuitos decían que ni siquiera era buen poeta.

Waddys Jáquez, un dramaturgo en la era moderna y digital que escribe y escenifica sus  obras:  “Pargo, los pecados permitidos”, “Crónicas de cero”, “El camaleón y las siete puertas”. Sus textos, como Perfectum Quorum, crean mundos de fantasía que resultan socialmente crueles y sarcásticos.

Antonio Melenciano,  su musical “Tingó”, muestra un trayecto teatral que mira hacia nuestra realidad, logrando una pieza de altísimo nivel y que no fue valorada por quienes correspondía en su momento.

Orestes Amador y Maggie Liranzo, de la Compañía Nacional de Teatro, en Omar y los demás (Franklin Domínguez)

Directoras:

(Relación que puede y debe ser ampliada y su orden es aleatorio, no de importancia)

María Castillo, Teatro Mandrágora.

Oleka Fernández, de Théâtre Petitpatapon en Francia.

Lorena Oliva, Teatro Alternativo.

Ingrid Luciano.

Licelotte Nin de Sang Fauve, con asiento en Francia y Santo Domingo.

María Ligia Grullón, La 37 por las Tablas en la ciudad de Santiago.

Viena González, del Teatro Guloya.

Germana Quintana, Teatro Las Máscaras.

Carlota Carretero.

María Isabel Bosch, en Argentina con Tibai Teatro.

Elvira Taveras Teatro del Sol.

Isabel Spencer, Colectivo Teatral Maleducadas.

Indiana Brito, una de las jóvenes directoras estelares y ha estado al frente de proyectos fundamentales de la actual escena nacional y es recientemente nombrada  directora del Teatro Rodante Dominicano.

Margaret Sosa, del Teatro Otoño.

Directores:

Rafael Villalona (EPD) quien junto a Delta Soto fueron revolucionadores del teatro nacional con el TPC en Santiago y el Nuevo Teatro en la capital.

Bienvenido Miranda con Alta Escena mantuvo actividad por 40 años.

Richarson Díaz, Pie de Puente y variadas producciones independientes.

Noel Ventura, director de comedias teatrales con su compañía de Producciones Noventu que se enfoca en propuestas teatrales cómicas.

Manuel Chapuseaux, director del Gayumba por 45 años y también como director independiente.

Carlos Castro y sus arriesgadas propuestas del Teatro Jaqueca.

Miguel Ramírez, con el Teatro de los Oficios.

Haffe Serulle, en distintos grupos incluyendo la fundación del Teatro UASD.

Claudio Rivera, con el Teatro Guloya y con una significativa labor como docente de teatro.

Guillermo Cordero. Es un director proveniente de la producción de montaje de alto formato,  en especial de musicales de gran facturación y que demostró su calidad con lo que hizo Carlota Carretero en  El último instante, Franklin Domínguez).

Banco de Parque, Manuel Chapuseaux y María Castillo, maestros del teatro dieron una lección de actuación en Sala Ravelo, del Teatro Nacional.

Obras dominicanas significativas.

Nos restringimos a citar algunas de las publicadas a partir de mediados del siglo XX.

Vale señalar que encontraremos en esta lista coincidencias con otras listas que bien pueden ser intercaladas entre una y otra, tanto por su importancia como por su posible trascendencia indistintamente:

“Pirámide 179” (1968) de Máximo Avilés Blonda.

“Se busca un hombre honesto” (1964) y “Espigas Maduras” (1959) ambas de Franklin Domínguez, esta última de temática anti trujillista estrenada en plena dictadura.

“El Rey Clinejas” (1979) y “Retablo de la pasión y muerte de Juana la Loca” (1995) (Manuel Rueda).

“Bolo Francisco” (1985), (Reynaldo Disla).

“Amanda” (1993) (Giovanny Cruz).

Rosa, adaptación de Fausto Rojas del cuento homónimo de Juan Bosch.

Trago Amargo Wish-ky Sour” (1997), Sherezade (Chiqui) Viciosos.

“Más allá de la búsqueda” y “La fábula de los cinco caminantes” (1967) de Iván García Guerra.

“Bianto y su Señor” (1970), “Leyenda de un pueblo que nació sin cabeza” (1974) y “La danza de Mingó” (1977) de Haffe Serulle.

“Varones” (2017) (Rafael Morla).

Johnnie Mercedes actor y director. FOTO DE ARCHIVO

Actuaciones inolvidables masculinas:

Iván García en Se busca un hombre honesto, Entre alambradas y Esperando a Godot, (que vimos en Bellas Artes)

Jorge Santiago en “Cita a ciegas”. Teatro Las Máscaras

Pepe Sierra y Patricio León en “Esperando a Godot” dirigida por Manuel Chapuseaux. Casa de Teatro.

Vicente Santos en “Perfectus Quórum” de Waddys Jáquez.

Johnnié  Mercedes, como Otelo en Yago,

Exmin Carvajal. La Duda/Llama un inspector/El prestamista. Sala Ravelo y Teatro Las Máscaras.

Manuel Chapuseaux en “Banco de Parque” (Sala Ravelo) y “Don Quijote y Sancho Panza” (diversas localidades).

Rafael Morla interpretando a la mujer trans Rosario en “Varones” dirigida por Isabel Spencer.

(Hay muchas más, pero nuestro espacio es limitado)

Actuaciones inolvidables femeninas.

Carlota Carretero “El último instante” producida por Guillermo Cordero  y Las Criadas y una magistral actuación temprana en Quíntuples.

Ruth Emeterio en “Evangelina”. “Perfectus Quórum” y “Agosto”

Cecilia García, en los cuatro personajes  en 1992, en la obra del dramaturgo Arturo Rodríguez, Parecido a Sebastián y en la Opereta Evita (dirigida en TN por Germana Quintana)

Patricia Muñoz, en el protagónico de Acorde Final (Sala Ravelo)

Lidia Ariza en el musical “Tingó” y en “Prostitución en la Casa de Dios” (Las Máscaras).

Alexa Johnson, A la luz de un cigarrillo (Teatro Las Máscaras)

María Castillo en “Buenas noches mamá” y “Cero”  y Banco de Parque, además de Las Criadas.

Elvira Taveras en “De Lorca, “La Zorra” y “Agosto”

Lorena Oliva en “Cyrano de Bergerac petit format”.

Indiana Brito en “La Cenicienta es ella” de Licelotte Nin.

Johanna González como Poncia en “La casa de Bernarda Alba” dirigida por Isabel Spencer.

Flor de Betania Abreu, como Bernarda Alba en La Casa de Bernarda Alba

Nives Santana y su legendario Sancho Panza en “Don Quijote y Sancho Panza” con el Gayumba.

(Hay muchas más, pero nuestro espacio es limitado)

Ruth Emeterio, actriz, directora, docente.

Productores destacados:

Juancito Rodríguez.

Patricio León.

Guianni Paulino.

Guillermo Cordero.

Karina Valdéz.

Solangy Gómez.

Luis Marcel Ricart.

José Rafael Reyes.

Joyce Royce.

Luis José Germán.

Mario Lebrón.

Teo Terrero.

Documentadores de la historia teatral dominicana (algunos):

José Molinaza, autor del principal estudio sobre el teatro dominicano: Historia Crítica del Teatro Dominicano, publicado en tres tomos, así como de múltiples críticas y ensayos.

Patricio León por su documental “TeatroGrafía Dominicana” (2015) realizado por su proyecto Exprésate Dominicano.

Jimmy Sierra, (EPD) es uno de los más trabajadores y agudos investigadores del quehacer teatral y artístico en general, además de sus dotes como creador literario. Escribió ensayos y reportajes sobre la historia del teatro dominicano y el mejor conjunto de cuatro documentales sobre las artes nobles, incluyendo el teatro.

Edgar Valenzuela  y sus ensayos históricos y antologías del teatro sureño. Un historiador artístico local que se nos fue sorpresivamente.

Carlos R. Mota con el importante libro de historia “Corrientes renovadoras en el teatro dominicano del siglo XX”.

Manuel de Jesús Goico Castro con el breve pero interesante ensayo “Raíz y Trayectoria del Teatro en la literatura nacional”.

Salas de Teatro:

La mencionamos por orden de tamaño más no por orden de importancia o cronología de apertura. Quedan por citar varias salas, anfiteatros, auditorios y espacios independientes y estatales también que han abierto sus puertas en los últimos años en distintas ciudades del país y cuyo inventario es una tarea urgente.

Sala Carlos Piantini (Teatro Nacional Eduardo Brito)

Sala Ravelo (Teatro Nacional).

Sala Cristóbal de Llerena de Casa de Teatro (Santo Domingo).

Sala Máximo Avilés Blonda, Palacio de Bellas Artes.

Sala de la Cultura (Teatro Nacional).

Salas de teatro en el Gran Teatro Regional del Cibao.

Sala Monina Solá del Centro Cultural Narciso González (Sector Villa Juana).

Teatro Las Máscaras.

Teatro Luna en Villa Juana.

La 37 por las tablas (Santiago).

Sala Otto Coro del Teatro Guloya.

Teatro Laura Bertrán en el Centro Cultural Babeque Secundaria.

Nova Teatro de la Fundación de Teatro Cúcara-Mácara.

Teatro Monina Cámpora del Palacio de Bellas Artes de San Juan de la Maguana.

¿Y la estatua?

Sosa, uno de los dos autores de esta relación, publica en Acento, el primero de septiembre de 2019, un inventario de actuantes, en el cual incluyó la siguiente propuesta (a la que nadie reaccionó desde los ámbitos en que se puede decidir financiera  y socialmente) una medida de este tipo: “Clamor por una gran estatua. El país tiene pendiente el gran homenaje a sus hombres y mujeres del teatro, comenzando con Romance Campesino, el primer programa en vivo que emitió la televisión dominicana en 1952, hasta el día de hoy. Está pendiente el homenaje a figuras como Luis Mercedes Miches (Macario) y Antonia – Toña-Colón, (mucha gente se va a enterar ahora que ese era su nombre) – (Felipa). Esa gran estatua a los actuantes dominicanos, esa que reconozca la sacrificada carrera, los desvelos, los estudios, los entrenamientos y hasta los devaneos de su ego, a veces excesivo e incomprendido, es una tarea. Un concurso que convoque el Ministerio de Cultura sería suficiente para lograrla.”

¿Una relación insuficiente?

Desde luego que sí. Esta relación es incompleta, deficitaria, limitada  y parcial, entre otros factores por las condiciones en que se decidió hacerla (domingo 29 pasado) y con el poco tiempo para publicarla a propósito del Día Mundial del Teatro, que transcurrió el pasado sábado sin una salutación presidencial, lo cual fue muy raro. Se impone completar estas relaciones.

¿Cómo puede ser completa una relación de teatristas por ejemplo, sin Ernesto Báez, Jorlla Lina Castillo, Cristela Gómez, Wilson Ureña Nileny Dippton. De igual modo asumirán roles estelares Yamilé Scheker, Gilberto Hernández, Amauris Pérez, Manuel Raposo, y  Alejandro Moscoso, para citar unos cuentos que llegan a la memoria ya al final de este trabajo? ¿Y cómo dejar fuera de relación  a Augusto Feria, o al teatro infantil, el teatro musical, el  teatro de títeres, sin los festivales de teatro, sin los teatristas dominicanos en NY o Madrid.

Es una relación  que adolece la presencia de los de provincias, teatralmente olvidadas.

En general, se requiere continuar ampliando estas indagaciones y seguir agregando a las listas aquí expuestas más datos, incluso mejorar las clasificaciones, divisiones, etc.

Es de interés que la información sea para todos y todas compartida y así unir fuerzas para reunir la mayor cantidad de informaciones de las artes escénicas dominicanas.

Los aportes que faltan, muchos y trascendentes,  les pueden ser enviados a joserafael.sosa@gmail.com o canekcanek@gmail.com , quienes trabajaran un nuevo enfoque de listados en el mes de Julio próximo.

ENLACES RELACIONADOS

Historia critica del teatro dominicano 1844-1930/José  Molinaza

https://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/view/4452/4619

Historia del teatro dominicano/María Castillo

https://www.popularenlinea.com/Personas/Paginas/premium/content-sections/personalidades-arte/Maria-Castillo/MC_El_Ayer_del_Teatro_de_Hoy.aspx

Espigas Maduras/Franklin Domínguez

https://hoy.com.do/arte-y-osadia-del-teatro-en-laera-de-trujillo/

Inventario de actuantes/José Rafael Sosa

https://acento.com.do/cultura/inventario-de-actuantes-teatreros-e-interpretes-escenicos-de-rd-documento-8723332.html

 

La Casa de Bernarda Alba, un universo de palabras y silencios

El escenario queda, tras la última escena de La Casa de Bernarda Alba, como un universo de palabras y silencios. La atmósfera, desde el público es mezcla de satisfacción, respeto y orgullo. Si existe una dimensión en que los países son iguales, con las mismas capacidades expresivas, independientemente de sus índices de desarrollo o de sus prometedores o dramáticos índice del PIB, es en el talento de sus artistas.
La versión post moderna dominicana de La casa de Bernarda Alba es una pieza de valor excepcional que marca con fuerza el discurso escénico nacional de vocación global
En teatro, tras ver la función de un montaje que debía marcar el escenario latinoamericano y aun con el resonar los aplausos aun resonando y la alegría del público dibujada en cada rostro,  por ser servido  con un criterio ubicado  más allá de lo que esperaba, se llega a la conclusión que  la presentación de esta Casa de Bernarda Alba es  una interpretación  audaz, moderna y actual del clásico escrito hace 83 años por un desafiante e intelectualmente afirmado Federico García Lora, 16 semanas antes de ser asesinado por el fascismo franquista, acusado de revolucionario republicano y homosexual,  uno de los crímenes de odio de mayor oprobio.
Cuatro preguntas
Esta producción, La casa de Bernarda Alba con todo y su opresiva y oscura atmosfera, sus actuaciones  consistentes  y cuidadas, la garra creativa de su joven directora, Indiana Brito, con su  simbología asfixiante, claustrofóbica y oprobiosa escenografía carcelaria y su contemporáneo e imaginativo vestuario de choque, sugiere tres interrogantes:

  • ¿Por qué no existe una Ley Nacional de Teatro que auspicie esta expresión artística, que respalde un quehacer estéticamente tan alto y tan caro?

  • ¿Por qué no hay un premio nacional de teatro anual que reconozca todas las áreas de su producción en la diversidad de sus áreas?

  • ¿No se le ocurre a nadie rodar una película a partir de este montaje?

-Y, finalmente, ¿por qué este trabajo excepcional junto a otros montajes, no cuentan con mayor tiempo en cartelera?

Brillar de valores
Un equipo de artistas de la actuación y junto a los técnicos, han mostrado cuan universal puede ser su talento.  Se trata de un elenco de ensueño y una dirección deslumbrante de Brito, ante cuyo trabajo hay que clamar por el respeto al teatro acometido con integridad y alto sentido estético.
El montaje convoca altos factores de calidad a la escena dominicana y tras verla en Sala Ravelo, no queda duda alguna de que se trata desde ya de uno de los trabajos escénicos más relevantes de los últimos tiempos  y con condiciones suficientes para representar el país en cualquier escenario del mundo.
De las actuaciones, debe resaltar a la maestra María Castillo, que expele desde su centro, una fuerza expresiva que contagia y convence.
Los actores (Vicente Santos, Miguel Lendor, Mario Núñez,Alejandro Durán  Pavel Marcano y Camilo Landestoy), están entregados a sus encomiendas, convencen y conmueven. Poncia es recreada por Wilson Ureña, es el gran papel alternativo del montaje. Es intenso, expresivo y seduce la imaginación con sus parlamentos.
Los dos logros más rotundos, en aras de la concepción que logra Indiana Brito, son la escenografía de Fidel López y el expresivo e impactante vestuario, signado por la contemporánea modernidad.
La directora
Esta pieza supone una consagración para la joven directora que ya nos había impresionado con “Violín entre las sombras”, (2005), luego con Weekend en Bahía”, (2015) con Hony Estrella y Raeldo López y finalmente nos encandilo la piel con Agosto (2018), para enfrentarse con el reto de reinterpretación de un clásico a un nivel tan novedoso como revolucionario.
Un gestor teatral
Patricio León, desde su proyecto ¡Exprésate dominicano!, es el hombre que genera el proyecto, que procura a quienes deben integrarlo, que aplica a la práctica, la estrategia que se ha trazado de impulsar el mejor teatro posible, divulgando tesoros clásicos de la dramaturgia impulsando el conocimiento del teatro. Este proyecto dibuja claramente la coherencia de Patricio León como educador en teatro.
La gran casa
Federico García Lorca, el iconoclasta, irreverente y desafiante poeta y dramaturgo nacido en Granada, escribió esta obra en tres actos en 1936, en los fragores de la Guerra Civil española (del 17 de julio de 1936 – 1 de abril de 1939) y dos meses antes de su asesinato.

El Test, pasa con altas notas en Bellas Artes

El éxito de El Test ha sido el vencer el olor tan comercial en su promoción, y diferenciarse como un montaje teatral de grandes aciertos que muestra el poder mágico de lo bien logrado en escena.  Es arte comprometido, sobre todo, con compensar al público con una entrega lúdica, de alegría y enseñanzas. Este trabajo es resultado de una combinación de una exquisita escenografía, fina en su diseño y muti-funcional al emplazar cinco ambientes en un solo espacio un delicioso ritmo interpretativo, una dirección experimentada y un texto tan chispeante como inteligente

El teatro tiene razones suficientes para disfrutar el sabor del proceso que ha vivido y en sus montajes de este ano y que apunta a la elevación de su calidad integral, con nuevas figuras de relevo, la consistencia de las carreras conocidas, fortalecido su arraigo a golpe de intensidad dramática, y el despliegue continuo de capacidades artísticas y  expresiones mejoradas en lo técnico.

El Test, texto llegado desde España por la pluma de uno de los rostros de su nueva dramaturgia, del barcelonés Jordi Vallejo, actor y guionista de televisión venido a dramaturgo, , es el primer éxito del montaje, por la construcción de sus  contradicciones de concepto, con las que se expone la validez de un planteamiento: esperar la mejor de las opciones que la vida depara o el sentido utilitario de lo inmediato. La obra ha sido un éxito en capital latinoamericanas y en Madrid. Y no es para menos. Es un texto pensado y expresado con la fuerza de una capacidad pensada y cuidada.

En apariencia, la trama es el cuestionamiento a la paciencia y  la provocación que crea en los seres humanos la ambición y el sentido práctico. En realidad, es un planteamiento sobre el eterno tema del amor y el concepto de la fidelidad que encuentra en la provocación de la oferta económica, un pretexto.

Un teatro de la comicidad pensada en las cuales son factores que le otorgan un sitial en el quehacer teatral de este 2018.

Actuaciones

El segundo factor de éxito es el ritmo que logran Joseguillermo Cortines, Naslha Bogaert, Pepe Sierra y Karina Larrauri que no da respiro. Gracias a una dramaturgia cuidada como pieza de joyería, nada sobra, no hay nada prescindible. Precisión textual y agudeza interpretativa, hacen reír y provocan el pensar. Cortines es el personaje eje de la historia, volviendo a demostrar que es mas que una imagen masculina impecable, en los patrones del mercadeo de los medios. Es bueno, versátil y responsable con el compromiso. Naslha Bogaert interpreta la ecologista fundamentalista que resulta doblada por las circunstancias.Pepe Sierra vuelve a ratificar su dominio de la gracia y el ritmo que no deja espacios para desviar la atención y Karina Larrauri hace de la incómoda piscología, adversa a casi todo.

Con la banda sonora, muy “new age” no conectamos. Era solo referencia al personaje de Naslha.

La dirección de María Castillo  impone sus giros al histrionismo del texto y trasciende el sabor tan comercial del montaje, logrando una química actoral que genera una corriente que arrastra a la carcajada y al disfrute colectivo.

Si puede, no se la pierda.

FICHA TECNICA

El Test

Autor: Jordi Vallejo, (Barcelona, España)

Dirección y banda sonora: María Castillo

Producción: Raúl Méndez

Escenografía: Fidel López

Diseno lumínico: Bienvenido Miranda

Maquillaje y peinados: Ken Makeup

Talentos: Nasla Bogaert, Joseguillermo Cortines, Karina Larrauri y Pepe Sierra.

Teatro del límite: Buenas noches, mamá

El milagro del arte en tablas para  este caso de Buenas noches, mamá se consagra cuando dos actrices se adueñan el escenario sobre un noble y cuidado texto dramatúrgico,  en prueba de destreza y expresión de experiencia escénica,  corriendo sobre un  texto asfixiante y circular  que  describe a la soledad y el abandono vital en forma de hogar matrifocal ordinario y anodino, definiendo un hogar que no lo es y que ha sido prisión de existencias, menosprecio familiar y tono oculto de las miserias cotidianas. Esa es la trascendencia del premiado texto con el Pulitzer de 1983.
Buenas Noches, mamá, largo y oscuro pasillo de humor oscuro y procesos verbales in crescendo, es una pieza imperdible, sobre todo por dos actuaciones con nombres de mujer, y un futuro  ante el cual  importa poco si son nominadas o premiadas. No se trata de reclamar reconocimiento sino de festejar el teatro verdadero, el que no pone en duda sus esencias.
El teatro cumple con sus sagrados preceptos de ilusión y aprendizaje solo  cuando logra llevar al público el plato encendido de emociones y llena con nombres y gente, el mundo imaginado alguna vez por quien  produjo  su conceptos y lo  hace con  interpretaciones que tan solo dejan el espacio necesario para el llanto emocionado y contenido, cuando los aplausos de la gente, satisfecha al sentir como el milagro nuevamente se ha logrado, marca el final del espectáculo y entonces ya no queda nada más que pedir.
El milagro del arte en tablas se consagra cuando dos actrices se adueñan el escenario sobre un noble y cuidado texto dramatúrgico, en prueba de destreza y expresión de experiencia escénica,  a partir de un  texto  de circular ascenso asfixiante, con procesos que hablan de soledad y el abandono vital.
Este montaje debe ser estudiado por los artistas de la escena, por los estudiantes de teatro y cine, por el público que exige respeto a su inclinación por el arte verdadero y que se premia, además de dos actuaciones de antología, con la elegancia amigable del hogar escénico de Fidel López, el juego inteligente de luces de Bienvenido Miranda, el vestuario, los peinados y, sobre todo ese panorama de recursos técnicos, el aliento de una dirección exigente y cuidadosa, a cargo de Castillo.
Basta que hayan hecho lo que logran en este montaje, extensión de la creencia de que el teatro local ha crecido a un nivel en el cual ya no es preocupante que no todo proyecto teatral dominicano, sea como este.

Hablamos de dos interpretaciones que exceden lo esperado que dejan  apenas el espacio necesario para el llanto emocionado y contenido de ambas, cuando los aplausos de la gente, satisfechas al sentir como el milagro nuevamente se ha logrado.
Algo marcador ha debido ocurrir para que, tras el aplastante parlamento, tras la elegancia amigable del hogar escénico de Fidel López, tras el juego inteligente de luces de Bienvenido Miranda, al final, tras el cambio de tono, tras el desenlace esperado con morbosa indecisión, la Castillo cambia por completo en tono para, teléfono en mano decir su frase final: “ “Loretta, déjame hablar con Dawson, querida”, ambas actrices terminen en llanto total real con los aplausos de cierre de función.
La obra
La pieza ganadora del Premio Pulitzer 1983, fue estrenada en Broadway en 1984 con de Kathy Bates y Anne Pitoniak, nominadas entonces a los Premios Tony. En 2005 la obra fue reestrenada, esta vez con las no menos notables Edie Falco y Brenda Blethyn.
En 1986, fue llevada al cine con guion de la misma autora, con Sissy Spacek y Anne Bancroft. La pieza ha sido ganadora en diversos festivales internacionales de teatro, el más reciente de los cuales fue el Festival Peruano-norteamericano en 2012.
No necesita premios
Para este caso no será suficiente siquiera proclamar que estamos ante el más alto gesto de la interpretación de fondo de dos mujeres en lo que va e ano y que no será suficiente reconocerás con premios o nominaciones.  Están ambas, mas allá del elogio y el reconocimiento. Son la entrega real al teatro. El mejor premio para esta producción, es verla. Y nada más. Es presenciar el fenómeno de trascender la escena y adherirse a la piel del espectador
Ningún lauro podrá compensar lo que hacen María Castillo en el doble rol estelar de actriz y directora y Judith Rodríguez es una las más altas estrellas jóvenes de la actuación en cine y el teatro.
Ficha técnica
Título: Buenas noches, mamá
Dirección y vestuario: María Castillo
Producción: Teatro Mandrágora
Elenco: María Castillo y Judith Rodríguez
Escenografía: Fidel López
Universo de luces: Bienvenido Miranda
Utilería: Canek Denis