Bernarda Jimenez Clemente

Crónica de autor:  Lucrecia Pérez, de Bernarda Jimenez Clemente

SANTO DOMINGO. Perder la memoria es similar a perder la vida. El riesgo de que se extravíe la identidad y la razón de ser, está muy vinculado con la preservación de los hechos que una vez fueron determinantes. Tal parece que ha sido esta la base que llevó a la autora de este libro, al restituir los componentes de un trágico hecho que ha adquirido en España, categoría histórica.

El libro de Bernarda Jiménez Clemente que se presenta este sábado 15 de enero, en el Centro Cultural de España, rescata la memoria de un hecho que tuvo la trascendencia de un precedente histórico: la definición de España ante los crímenes de odio por razones de inmigración y raciales.

El libro, que congrega los puntos de vista de la autora, la doctora Bernarda Jiménez Clemente, presidenta del Voluntariado/Vincit, de Madres Dominicanas en Madrid, y que es presentado con el auspicio del Defensor del Pueblo, constituye el documentado relato del crimen y de las arduas luchas que se debió desarrollar para lograr que España se definiera ante hechos de este tipo

Lucrecia Perez Matos fue asesinada el 13 de noviembre de 1992 por el guardia civil, Luis Merino Pérez de la 111 Comandancia de la Guardia Civil, identificado por sus concepciones ultraderechistas que se expresaban en rechazo discriminatorio contra los inmigrantes. El primer crimen de odio racial en España fue transformado, por la lucha de Vomade y mucha gente solidaria de España, en un punto de no retorno a la barbarie.

Editorialmente, el libro es un informe detallado, que incluye en sus anexos con la documentación de la época,  y que retrata la mentalidad de las autoridades hispanas de la época conjuntamente con toda la solidaridad que género en ese país, ese crimen.

Jiménez Clemente ofrece un magnífico ejemplo de reconstrucción de la memoria histórica al utilizar una narrativa que es, sobre todo, (informativa y documentalmente orientadora).

Este libro no ofrece  literatura para ser disfrutada por el placer de ser leída, por ser, en cambio, testimonio valiente que gira positivamente para rescatar un hecho crucial que, de no ser por la actitud que se tomó en su momento,  podría haberse  perdido en los entretelones del tiempo.

Es justo indicar que Vomade-Vincit fue ahogada como organización sin fines de lucro, por la gestión del derechista Partido Popular, que le retiró los fondos para operar.

El premio Lucrecia Matos

El principal legado del crimen fue, además de reorientar la historia de la xenofobia en España, fue la creación del Premio Lucrecia Matos, que honró a diversas personalidades durante los diez años que se ha entregado. Este galardón debe restablecer su fuerza inicial y dotarla de fondos y recursos para que sea la gran premiación humanitaria de España, desde las organizaciones no gubernamentales.

Aspectos a mejorar

El libro necesito de una labor de cuidado editorial sobre todo en su portada, que tiene muy en primer plano, la imagen de Lucrecia Pérez Matos, tomada de su cédula personal (la versión anterior a la moderna) y al ampliarse, acentúa el desenfoque.

Se pudo haber utilizado imágenes de época seleccionando de tomas del proceso narrado, o incluso la misma cédula que aparece dentro, con lo que se aportaba un elemento más documental y gráficamente mejor definido.

En el libro hay numerosas imágenes, pero es claro que en portada se deseaba centralizar la atención en la mártir dominicana.

El libro debe ser procurado por las presentes generaciones de padres e hijos, nativos de esta tierra, porque la temática debe ser preservada en la conciencia colectiva.

Resultaría interesante que el caso Lucrecia fuera objeto de un proyecto de cine, sea documental – lo ideal- o ficción. Tiene todas las características para eso.

Título: Lucrecia Pérez Matos. Del vaticinio de un crimen a la primera migración laboral a España; Autora: Bernarda Jiménez Clemente; Año: 2021; Segunda edición; Diagramación y diseño de portada: Eric Simó; Impresión: Editora Búho; IBSN: 978-9945-80=270-0; Páginas:  240

¿Así murió asesinada, hace 29 años, Lucrecia Pérez Matos… ¿Quién era y cómo fue eso?

MADRID.  Al filo de cumplirse este sábado, los 29 años del asesinato de la primera inmigrante dominicana en España, por parte de ultra derechistas, la Embajada dominicana ante el Reino de España monta este sábado 13 un panel sobre el hecho.

El encuentro para exponer las circunstancias y consecuencias del hecho, será desarrollado desde las 11 de la mañana en la sede principal de la Fundación Progreso y Cultura de la Unión General de Trabajadores (UGT).

Juan Bolívar Díaz, embajador ante el Reino de España, dijo que los expositores son la doctora Bernarda Jiménez Clemente, fundadora del desaparecido Voluntariado Madres Dominicanas en España y autora del libro Lucrecia Pérez Matos: “Una muerte anunciada y la primera inmigración laboral a España”, Kenia Carvajal, hija de Lucrecia y  la señora Patrocinio de las Heras, ex concejala del Distrito de Aravaca.

El embajador dominicano Díaz sostuvo que se debe hacer cuanto sea posible para que un legado como el de esta inmigrante, que estableció precedentes jurídicos, sociales e históricos, no se pierda y sea siempre honrado por las presentes generaciones.

“La historia “menor”, esa que no involucra grandes personalidades, casi siempre políticos y militares, sino a simples hombres y mujeres que representan un aporte social inmenso solo por su accionar una veces y por su sacrificio y ejemplo, otras, debe ser preservado y presentado en su valor.

Pero….¿Conoce la juventud dominicana de hoy lo que implica el caso de Lucrecia Pérez Matos, primera víctima oficialmente reconocida de xenofobia en el Estado español?

Historia de un crimen

Este sábado 13 de noviembre se cumplen 29 años del asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez Matos, en Madrid, España, a manos del guardia civil, Luis Merino Pérez de 25 años, mientras prestaba servicio en la 111 Comandancia de la Guardia Civil, producto de las concepciones ultraderechistas que se expresaba en rechazo discriminatorio contra los inmigrantes. Los hechos ocurrieron sobre las nueve de la noche.

Cuatro individuos, vestidos de negro, penetraron, cerca de las nueve de la noche. a la abandonada discoteca Cuatro Rosas (Four Roses), un local que en otros tiempos había sido centro de diversión de jóvenes de clase acomodada, situado en la carretera de La Corruña a, en el distrito de Aravaca, en la cual donde un grupo de inmigrantes había buscado refugio y tomaban una sopa para cenar a la luz de una vela. Tras los disparos huyeron en un carro que les esperaba.

Pérez Matos, de 33 años, había llegado a España un mes y tres días antes, procedente de Vicente Noble. Sufrió dos tiros, uno de ellos en el corazón e ingresó muerta en el hospital. El otro herido grave fue Augusto César Vargas, también dominicano.

El asesino, condenado finalmente a 54 años de prisión, usó una pistola 9 milímetros marca Parabellum, de fabricación española para uso militar y policía.  

Vuelta de tuerca

La Guardia Civil Española y el delegado del Gobierno de Madrid, atribuyeron desde el primer momento la autoría del crimen a grupos de extrema derecha, ligados a algunos elementos policiales, dados el arma y la munición utilizada.

Los grupos de ultra derecha negaron con declaraciones que tuvieran relación con el crimen y todos condenaron verbalmente el asesinato, introduciendo en la opinión pública la hipótesis de que se trataba de un “ajuste de cuentas” por tráfico de drogas o correos de dinero.

La conexión del crimen con la ultraderecha se defendía, no solo por el arma utilizada —amén de la parafernalia y profesionalidad de su ejecutante—, sino por las los letreros pintados en paredes y afiches repartidos en Aravaca, proclamando: “INMIGRACIÓN STOP. Primero los españoles» (Juntas Españolas); “Defenderse contra la invasión” (Grupo Covadonga) o “Fuera Negros. N.J.” (Nación Joven).

¿Quién fue Lucrecia Pérez Matos?

Lucrecia tuvo una de esas vidas dignas de una gran biografía con condiciones para ser llevada al cine. Alguien debería atreverse.

Nació en la pobreza Vicente Noble el 15 de diciembre de 1959. Su vida estuvo marcada por la desigualdad social mucho antes de volar a Europa. Pertenecía a una familia con 16 hijos, de los que sobrevivieron sólo nueve. Seis de sus hermanos murieron en el trayecto de la infancia, cercados por el hambre, la carestía de todo y las incapacidades de sus progenitores para responder a las exigencias de una crianza adecuada, con tantos hijos y tan pocos recursos.

Voló de Santo Domingo a Nueva York, desde ahí a París, luego a Bilbao y de ahí, por tren, llegó a Madrid. Tras obtener un trabajo como empleada doméstica, fue despedida al poco tiempo y quedó en la calle.

Los asesinos

Tras los hechos del 13 de noviembre, el jueves 27 de noviembre de 1992, fue arrestado el guardia civil Luis Merino Pérez de 25 años, mientras prestaba servicio en la Comandancia 111.  El viernes 28 se arrestó a tres menores: Javier Quílez Martínez, Felipe Carlos Martín Bravo y Víctor Flores Reviejo, de 16 años, acompañantes del autor material, quienes también confesaron. Merino cambió el cañón de su arma reglamentaria por la de otro compañero, para “borrar las señales del crimen”, pero la profesionalidad de su propio Cuerpo de la Guardia Civil, ordenó una inspección “rutinaria” de todas las armas de la Compañía y había “una señal” que Merino no había podido borrar, la uña extractora, pieza que expulsa el casquillo y que deja una muesca microscópica, la clave que utilizaron los especialistas en balística.

El 11 de diciembre, a los 28 días del crimen, el magistrado del Juzgado 15 de Madrid, dictó resolución de procesamiento a Luis Merino y a sus tres amigos como “autores de dos delitos de asesinato, uno consumado y el otro frustrado”, dictando prisión provisional a los cuatro detenidos.

La sentencia

La condena queda en 54 años de cárcel al guardia civil Luis Merino (30 por el delito de asesinato de Lucrecia Pérez y 24 por el de asesinato frustrado de su compatriota Augusto César Vargas, así como a la inhabilitación absoluta (durante el tiempo de la pena). Impuso 24 años de reclusión a los menores Felipe Carlos Martín Bravo, Víctor Julián Flores y Javier Quílez Martínez (15 años por el delito de asesinato y nueve por el de asesinato frustrado, al apreciarse la atenuante de «edad juvenil»). Los cuatro fueron asimismo condenados a indemnizar a la hija de Lucrecia Pérez, Kenia, con 20 millones de pesetas; y a su compatriota Augusto César Vargas con un millón de pesetas.

El Premio Lucrecia

El voluntariado de Madres Dominicanas en Madrid (VOMADE-VINCIT), fundado por Bernarda Jiménez y Pedro Álvarez Pastor, instauró el Premio Lucrecia Pérez Matos por la Solidaridad y la Convivencia”. a personalidades y organizaciones latinoamericanas y españolas destacadas en la lucha por los derechos humanos.

El galardón que se mantuvo durante 20 años entregas, consistía en una escultura realizada en Caoba y un diploma, entregados normalmente a dos personas u organizaciones.

Con el ascenso al poder del derechista Mariano Rajoy, del Partido Popular, se eliminaron los apoyos públicos a las organizaciones no gubernamentales y Vomade-Vincit fue una de las afectadas que debió cerrar sus programas, su local, que ofrecía capacitación laboral y asesoría legal a las inmigrantes a España, procedentes de todo el mundo, y el mismo Premio Lucrecia Pérez.