TEXTOS Y FOTOS JOSE RAFAEL SOSA.
El final del año ha conspirado bondadosa y sorpresivamente para que se pudiera disfrutar de del mejor teatro producido en República Dominicana en este período.
Los atisbos de teatro conceptual consistente se iniciaron con El Último Instante (Franklin Domínguez/Guillermo Cordero, Director/Carlota Carretero) y ha continuado con La Vida es Sueño (Calderón de la Barca/Teatro Guloya/Claudio Rivera); El diario de Ana Frank (Ana Frank/Antonio Melenciano); Ave Negra David Harrower/ Mario Lebrón/Proa Teatro) y ahora con Je, je, je cuando la risa es poesía, que se monta para reiterar una muestra el múltiple talento artístico y docente de Haffe Serulle, creador de una escuela teatral, superior tanto a un estilo personal escritural o de dirección personal como a una corriente escénica alternativa.
De lo que se trata cuando se enfoca el trabajo de Serulle, más allá de una crónica que evalúa una entrega más de su alucinante estilo, sino de enfocarlo en cuanto representa un factor diferenciable del teatro local de cara al movimiento de la escena en América Latina.
Se hace necesario ubicar este trabajo en un marco más amplio, menos isleño y de perspectivas que conjuguen, al juzgar una trayectoria de la cual es Je, je, je cuando la risa es poesía, el empeño escénico más reciente, el acto de justicia al apreciarlo y la caída de todos las ventas que han limitado el reconocimiento pleno de un trabajo
Serulle es un buscador de formas expresivas y en su labor se ha hecho acompañar de una serie de talentos jóvenes, de aquellos capaces de comprometerse con la ruta difícil, la que no es tan mercadeable como otras, oportunamente encontrado en la ruta del docente teatral que procura afirmar el futuro de sus prendas de aula.
Serulle hace tiempo que apostó por la validez de un teatro al que no importan las grandes masas haciendo filas en la boletería, anhelantes de la risa fácil o el sensacionalismo escénico en la cual actuar obedece a pautas pre-establecidas.
Lo que hizo Serulle, desde todos sus proyectos, fue demandar y lograr de sus actores y actrices un desempeño histriónico superior, agotador, elevado hasta el extremo de las fuerzas internas, las que piden una organicidad que se cruza roles con habilidades del circo, la acrobacia, y textualmente perfumadas de comedia negra, sarcasmos y un marcado acento creativo sobre todo en escenografía, vestuario e iluminación.
Cuando muere el actor
Agotando un ángulo de “teatro en el teatro”, el director nos lleva a las honduras existenciales de la reacción humana ante la muerte y en particular cuando quien fallece es el intérprete, justo antes de comenzar su actuación, a lo que agregan la egoísta apetencia por el dinero y la permanencia del valor de lo poético en medio del caos, factor este último que es una constante en lo “Haffafiano”.
El texto, aspecto en el cual se hace poco énfasis al evaluarlo, es literatura cultivada con un enorme sentido poético y documental, reflexión sobre las densas dimensiones que pupulan cuando es la muerte la que toca a las puertas.
Actoralmente, el discurso de acciones actorales abre un mundo de acciones impresionistas que captan atención y coloca en vilo total a espectadores ante el dinamismo visual, el cambio de las masas de utilería mayor, en las 69 posiciones distintas en que son colocados añaden seis cuerpos, conformando una masa escenográfica fascinante y lúdica.
Resaltan el perfeccionamiento de la capacidad de interpretación actoral que ha sustituido el grito por la interjección gutural adecua mente modulada, sostenida la risa en matices que desgranan un texto cuidado y provocador.
Haffe, que deja ahora los vestuarios reciclados de múltiple uso para dar oportunidad a que disfrutemos de una Gromcim Domínguez, quien deja ver su arte en las prendas de estos seis personajes, acertados y adecuados a la visión del espectáculo, que excede la noción seca y simple de montaje teatral.
FICHA TECNICA
Je,je,je cuando la risa es poesía
Producción General: Otro Teatro
Dramaturgia y dirección: Haffe Serulle
Productor ejecutivo: Santiago Vásquez
Vestuario: Gromcim Domínguez
Diseño escenográfico y línea gráfica: Lalí Guzmán
Maquillaje Taina MakeUp
Relaciones públicas: Nodalia Arias
Elenco: Karina Valdez (La productora), Stuart Ortiz (El poeta), Camilo Landestoy (El Joven), Yariris Báez (La boletera),. Johanna González (La pelo blanco), Robelitza Pérez (La bella mulata)
Sinopsis:
La supuesta muerte de dos actores que trabajan en el espectáculo de amplio repertorio, pone en vilo al público. La productora se vale de mil triquiñuelas para entretener a los asistentes, que se comienzan a inquietar. La risa asoma a la atmósfera teatral.