Lastimero el espectáculo que ofrecen determinados partidos de oposición que han adoptado la línea de bombardear la institución que rige el proceso comicial dominicano y que tiene su cita más importante en las elecciones convocadas para el próximo domingo 19 de mayo: la Junta Central Electoral. Estamos, como país, ante una valiosa coyuntura institucional para validar la voluntad de la gente común que acudirá a votar.
Una pena que partidos oposicionistas, en lugar de examinar sus propias discrepancias y debilidades entre los patrones con millones de firmas que presentaron, – para obtener en las elecciones municipales, una cantidad de voto que debería avergonzarles. Esos partidos están adoptando la ruta de derrotismo adelantado, lo que en primer lugar los coloca como piezas electorales descartables.
Los delegados de todos los partidos firmaron las actas de votación de las pasadas elecciones municipales. No hubo en ellos inconformidad. La oleada de protestas por “abstención inducida” (¿), compra de cédulas y otras actitudes delincuenciales electoralmente, es retomada luego de las votaciones por los directivos de esos partidos, con lo cual intentan desacreditar la JCE y restar legitimidad al acto democrático del voto.
Cierto que mucha gente se abstuvo de votar. Pero pasa siempre en esas convocatorias que no corresponden a un llamado a elegir presidentes y miembros de Congreso (diputados y senadores). Es perfectamente normal el nivel de abstención. Baste examinar históricamente los resultados electorales para las municipales, en el marco de un país presidencialista. Se sabe que militantes y dirigentes medios de todos los partidos incurren en delitos electorales. Todos. Sin excepción.
Un consejo: documenten esos delitos electorales, que ahora es muy fácil: videos y fotos y preséntenlos a la autoridad electoral que está para investigar y sancionar esos hechos. Graben y fotografíen a todos los que incurren en esa práctica, no solo a los del partido a que me opongo.
Ese discurso que bombardea la ruta electoral tiene un lamentable sabor a derrota adelantada, imagen que los denunciantes deberían evitar a toda costa por el efecto psicológico que implica. Dejen de anunciar su derrota y de dinamitar sus esperanzas de triunfo. Revisen la tónica de los voceros, innecesariamente radical y falta de respeto por quienes han aceptado voluntariamente la responsabilidad de conducir el proceso electoral. Hay voceros de partidos que parecen disfrutar el caos que comportan sus palabras.
A esos voceros de partidos oposicionistas, un consejo: dedíquense, por favor, a lo suyo, a lo propio: a examinar que pasó con sus votantes, a buscar formas de que todos los que firmaron sus patrones, voten el 19 de mayo, a tratar de conseguir el poder mediante el voto, la vía establecida por la ley.
Revisen el tono del discurso de derrota adelantada y evítenlos. Porten esperanza y solución de problemas. Atrévanse (todos los candidatos presidenciales, todos) a debatir cara a cara. ¿A qué se le teme?
A todos partidos, en espacial los oposición hay que pedirles que nos hablen de propuestas específicas a problemas: No son suficientes los clichés generalistas….no nos basta con sus caras sonrientes en una valla, sin ningún componente de contenidos en torno al que hacer cuando tenga la posiciones por la que aspiro.
A los electores todos los candidatos sin excepción nos embullan con la imagen, la cara optimista. Hay una ventaja implícita para los candidatos del partido en el poder y es que están en el ejercicio del poder, y eso tiene una fuerza de atracción; sus acciones gubernamentales en obras (que no se construyen con el dinero del bolsillo de esos candidatos, sino con los del erario público) constituyen el cumplimiento del deber para el cual optaron voluntariamente al postularse. La inauguración de esas obras, no deberían ser objeto de desplegué en anuncios en periódicos, televisión, radio y redes sociales, porque se está haciendo una propaganda indirecta a la figura del candidato presidencial.
Otro tema es la no realización de esos debates presidenciales es una actitud vacilante, socialmente atrasada, que debería estar regulada sancionada y establecida por ley para ser desarrollados en la televisión pública y las cadenas privadas que deseen sumarse.
Román Andrés Jáquez Liranzo ofreció presentar los primeros resultados de las pasadas elecciones a las ocho de la noche, y por vez primera, el país comenzó esa hora a recibir los boletines. Vamos a respetarlo. Y con él a su equipo de trabajo.
Vamos a presentarle pruebas de delitos electorales debidamente documentados de todos los partidos que los cometen y que no son una creación de 2024.
Es una viciosa actitud que han tenido todos los gobiernos en su afán de perpetuarse en el poder, haciendo exactamente lo mismo que se le busca endilgar ahora al partido en el poder y de paso afectar y bombardear el trabajo de la JCE. Y el gobierno que deje de anunciar tanto las obras para las que fue elegido. No tiene mérito. Qué presente propuestas de continuidad en el poder. Conceptos nuevos.
Y que todos los candidatos presidenciales, en lugar de seguir en su zona confortable (sus buhardillas políticas desde las cuales se parapetan como francotiradores) y que ofrezcan el ejemplo democrático de un gran debate televisado.
¿Cuál es el miedo de que los electores los veamos defendiendo posiciones, conceptos y contenidos?
Los electores conscientes queremos y exigimos mas que el código mediático sonriente. Y las palabras. Muchas veces vacías. Y hablo de todos.
(https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_la_Rep%C3%BAblica_Dominicana_de_2024