Una especie de fiebre sacude la población nacional y su origen es el apasionamiento que generan las elecciones, que implican una lucha de intereses, más que un enfrentamiento ideológico.
El país no se acaba el 15 de mayo.
Seguiremos estando aquí, los ganadores y los perdedores.
¿Qué sentido tiene enfrentarnos a muerte en lugar de fomentar una confrontación civilizada de posiciones .
Ya tenemos hasta muertos en una lista de lo que nadie paga.
No perdamos el sentido.
El país va más allá de la fecha de las elecciones.