Ambas ferias que se avecinan permiten una mirada a su historia, un recordatorio de justicia a los hombres y mujeres que las han hecho posible, que han mejorado sus montajes. La Feria de Libro Santo Domingo se debe por sí misma, escribir su historia
El gusto por leer es indefinible. Leer es el signo que diferencia perspectivas y seres humanos.
Se trata de un hábito que nos transporta a zonas y destinos hasta ese punto, desconocidos y que nos cubren con su magia, encanto, sus detalles y su trascendencia.
Leer eleva y perfuma los sentidos y supone la entrada a mundos y universos que abren caminos y transforman, para mejor, la vida y el pensamiento
Ese gusto por leer es permanente, pero tiene épocas equivalentes a sus Olimpíadas: las ferias de libro. Causa alegría que el país se encuentre a las puertas de dos importantes eventos en los cuales el libro es el centro.
Están por llegar la XI Feria de Libro de Historia Dominicana, que monta el Archivo General de la Nación (14-18 de octubre), y a la cual está integrado en su instalación todo el personal de esta excepcional institución cultural y científica y la XXVI Feria Internacional del Libro de Santo Domingo 2024, (7 al 17 de noviembre), por el Ministerio de Cultura por vía de su la Dirección General del Libro y la Lectura, la dirección de la Feria del Libro y su Editora Nacional.
Los dos acontecimientos llevarán sus ofertas de libro como instrumento esencial de la cultura, tanto en el área del estudio de la historia como en el ámbito amplísimo del libro en temática y géneros universales.
La XI Feria del Libro de Historia 2024, que tiene como tema La historia del Derecho en República Dominicana, está dedicada Al historiador Wenseslao Vega Boyrie, autor de diversos ensayos de historia, entre los que resalta su fundamental obra Historia del derecho dominicano, de lectura obligada para estudiantes de derecho por ser contenido base de los programas de formación y que se ha editado siete veces entre los años 1986-2003, con la cual miles de abogados se han acercado entusiasmados al derecho, guiados por la pluma didáctica del maestro, jurista e historiador.
De la XXVI Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2024, sus detalles serán dados a conocer este martes 17 a las once de la mañana por parte del Ministerio de Cultura, en encuentro de prensa fijado para desarrollarse en el salón Vetilio Alfau Durán, del Museo del Hombre Dominicano, encabezada por la Ministra Miriam Germán y sus funcionarios responsables del evento.
La Feria del AGN
Este encuentro nació de una idea simple, originada en 2012, cuando uno de sus asesores internacionales (que vino a AGN como muchos otros a ofrecer gratis sus servicios en respaldo a un proceso de rescate iniciado en 2004 cuando llegó el equipo que encabezaba Roberto Cassá a restaurar sus funciones, un tanto deterioradas y saboteadas por una gestión que nunca debió haber tenido lugar. Ese invitado especial, probablemente en conocimiento de otras experiencias similares, se preguntó:
¿Por qué no se hace aquí una Feria de Historia del Libro Dominicano?.
Y ese fue el origen.
Cassá y su equipo fueron el terreno exacto y fértil para que la idea fuera una realidad e iniciaron en 2014, cuando se montó la primera, del 6 al 12 de octubre de 2014 y estuvo dedicada al historiador Frank Moya Pons, la cual acudieron diariamente aproximadamente 1,500 estudiantes de escuelas, colegios, universidades y público integrado por estudiantes y profesores de historia familias y personas amantes de la lectura.
Expusieron once librerías, editoriales y autores de libros y el propio AGN, institución que tiene una producción editorial extraordinaria si se considera la limitación de sus recursos económicos (que al parecer se gestiona con eficacia y criterios de transparencia y ética), de la cual se pusieron en circulación de seis nuevos títulos.
Esta XI feria del Archivo General de la Nación hará justicia, durante sus cuatro días de celebración, a Wenceslao Vega Boyrie, una figura conocida en los ambientes académicos y el ejercicio del derecho al más alto nivel.
Se trata de un abogado, historiador y conferencista de enorme prestigio, que mantiene bajo perfil para las amplias mayorías. Sólo quienes estudian la historia, desde el prisma del derecho, conocen de su valía, su capacidad y destreza. Nació en Santiago de los Caballeros, República Dominicana en 1932.
Se graduó de Doctor en Derecho en la Universidad de Santo Domingo (hoy Autónoma-UASD) en 1957. Fue profesor de Historia del Derecho en la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD) durante los años 1987±1989. Entre sus obras se encuentran:
– La Real Audiencia de Santo Domingo (1975);
-El régimen laboral y de tierras durante la Primera República (1977);
-Historia del derecho colonial dominicano (1979);
-Génesis de los códigos dominicanos (1980);
-Los documentos básicos de la historia dominicana (1994);
Historia de los terrenos comuneros en la República Dominicana (2000);
-Junta de Hacienda de 1661 en Santo Domingo para el pago de los lanceros de 1655 (2003); con Américo Moreta Castillo,
-Historia del Poder Judicial Dominicano (2004); y
El cimarronaje y la manumisión en el Santo Domingo colonial: Dos extremos de una misma búsqueda de la libertad (2005).
Vega es miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia y miembro correspondiente del Instituto Dominicano de Genealogía.
En los medios jurídicos/docentes, encabezados por Eduardo Jorge Prats, se considera que el gran aporte de Vega al estudio del Derecho es su visión dialéctica e histórica que muestra que detrás de cada institución jurídica, derecho o figura de la dogmática del Derecho, hay una base histórica que puede perfectamente remontarse al Derecho romano, a la colonial o al republicano.
Feria del libro, una historia incompleta
Una tarea que tiene pendiente la Feria Nacional e Internacional del Libro, es la de su propia historia respecto de la cual no existe, a pesar de los más de 200 libros que ha publicado a diversidad de autores y autoras a lo largo de su existencia, no ha publicado su trayectoria. Esa trayectoria no está completa en las fuentes consultadas en la red de internet y, que sepamos, no hay títulos editoriales que presenten esa historia. Nos permitimos, en base a datos encontrados en Wikipedia y otras fuentes.
Wikipedia que advierte que la versión publicada es de difícil lectura y no acredita las fuentes correspondientes)) y otras fuentes, a lo cual agregamos notas de José Rafael Lantigua, de Jymmy Hungría y de nuestra experiencia directa como participante en el l evento, para presentar una historia “enriquecida” de la Feria Nacional e Internacional de Libro. Una verdadera pena que siendo la Feria del Libro, un arco para la promoción del libro y que es editora de libros, no haya publicado una historia de si misma.
Primera Etapa (1950 – 1961)
En el país, hasta 1950 nadie hablaba del libro como factor de encuentro social y cultural. Los tiempos previos a 1930, reinaba la lucha intestina entre caudillos, los gobiernos eran débiles e inestables y lo que aconteció luego de ello, fue una dictadura que no tenía entre sus prioridades el fomento del ejercicio a pensar por medio del libro.
No obstante, un pastor evangélico y librero, Julio D. Postigo, propietario de la Librería Dominicana, solicita y logra que el régimen instituya el 23 de abril como Día del Libro, en honor a Miguel de Cervantes Saavedra.
El ambiente que crea esa declaratoria permite condiciones para que en 1951 se realiza la primera Feria Nacional del Libro, en el Parque Colón, la cual se extendió hasta las arcadas del Palacio Consistorial.
Postigo Arias, quien fuera propietario de la Librería Dominicana, luego de la Librería Hispaniola, y editor de la famosa colección “Pensamiento Dominicano”, también propuso la creación del Premio “Pedro Henríquez Ureña” al libro del año, que no logró entregas importantes y que se dejó de realizar por el mismo ambiente de displicencia cultural reinante.
Las ferias del libro se siguieron celebrando anualmente de forma modesta, como modesta era para entonces la comercialización del libro en el país, donde apenas existían 4 ó 5 librerías de alguna importancia.
En 1955, con motivo de la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, que celebraba los veinticinco años de la dictadura trujillista, se organizó la Feria Iberoamericana del Libro “María Martínez de Trujillo”, que tuvo como presidente de la comisión organizadora al doctor Armando Oscar Pacheco, a la sazón Secretario de Estado de Educación, y de secretario al doctor Manuel de Jesús Goíco Castro.
Pero no fue una feria del libro en su concepto de hoy (asistencia masiva de público, compra de libros, un programa a desarrollar). No. A cada pabellón nacional invitado, se le pedía que establecieran en una mesa o en estantes, libros de autores nacionales (que no se vendían.
Las fotos de esos estantes y mesas logran verse, muy de soslayo, en contadas fotos de los dos tomos del Álbum de Oro de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre (editados en México y de los cuales hay ejemplares disponibles para consulta en el Archivo General de la Nación (AGN).
Pero esa feria del libro tan marcadamente superficial, no tuvo continuidad: se suspendió su celebración en 1956 y 1957, 1959 y 1960, fueron años muy conflictivos políticamente.
La última de estas ferias de libro en las Arcadas del Palacio Consistorial, de esa etapa se efectuó en 1961, siendo ese el tiempo del fin de la Era de Trujillo. Hay versiones de que algunas ferias de esa época se montaron en la Fortaleza Ozama, pero es uno de los aspectos a cubrir en una investigación pendiente de realizar por parte de historiadores.
El recién instalado gobierno de Joaquín Balaguer (mandatario que nadie menciona en este momento de historia de las ferias), hace un intento de volver a montarla en 1967, pero estaba en medio de la dinámica de un país en posguerra y las acciones represivas de su gobierno y los golpes de mano de una izquierda radical, no dejaban muchas condiciones de paz para efectuar por lo que no se hizo. aunque nuevamente se interrumpió en 1968 y 1969, pero justo es reconocer que Balaguer tenía conciencia de la importancia de montarla.
Segunda Etapa (1970 – 1996)
En 1970, el gobierno de Joaquín Balaguer realizó la Exposición Mundial del Libro y Festival Internacional de la Cultura, en el edificio llamado El Huacal (al cual asistimos como estudiante), dirigida por el arquitecto José A. Caro Álvarez y asistido por el colombiano (país con una amplia trayectoria editorial) Jiménez Cohén. Fue, por así decirlo, la prehistoria moderna de las Ferias del Libro.
En 1970, parte de una intensa campaña para reorganizar las ferias del libro bajo un estatuto formal, desde el gobierno se elabora el reglamento que regirá las próximas ferias.
En 1973, el gobierno crea mediante la Comisión Organizadora Permanente de la Feria del Libro, mediante el decreto No. 4331, de fecha 11 de marzo de 1973, con lo que quedó institucionalizada esta celebración después de más de dos décadas de esfuerzos en este sentido. En ese año la primera Comisión Permanente de la Feria del Libro estuvo presidida por don Rafael Herrera, director del Listín Diario, con el doctor Jorge Tena Reyes, abogado y gestor de la lectura, como secretario y como tesorero, al propulsor de la idea, don Julio Postigo. Las sedes seleccionadas eran el Museo del Hombre Dominicano, el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Historia y Geografía, la Plaza Gonzalo Fernández de Oviedo (Fortaleza Ozama).
1983.La Feria tuvo como espacio fijo la Plaza de la Cultura “Juan Pablo Duarte”, donde se estuvo celebrando de manera ininterrumpida hasta 1995.
- El gobierno del doctor Joaquín Balaguer no apoyó su celebración con lo que se interrumpió el evento que llevaba 23 años de realización anual.
- Se retoma el evento y se crean, para reforzar la Feria, los Premios Nacionales de Literatura, que otorgaba la Secretaría de Estado de Cultura y la Dirección General de Cultura, , que pasó a presidir el doctor José Tena Reyes.
Las ferias honraron siempre un gran representante de nuestras letras. Entre los honrados figuraron Flérida de Nolasco, Juan Pablo Duarte, Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, Tulio M. Cestero, Eugenio María de Hostos, Héctor Incháustegui Cabral, Domingo Moreno Jimenes, Pedro René Contín Aybar, Fernando Arturo de Meriño, Pedro Henríquez Ureña, Vetilio Alfau Durán, Máximo Gómez, Manuel A. Peña Batlle, Máximo Avilés Blonda, Ercilia Pepín, Camila Henríquez Ureña y Salomé Ureña de Henríquez.
- El doctor Tena Reyes es reemplazado de la Comisión Organizadora por el Pedro Bisonó, de la Librería América, quien permanecería en el cargo hasta 1985.
- Se reestructura la Comisión, ahora presidida por el doctor Raymundo Amaro Guzmán, con Don Rafael Herrera pasó a ser Presidente de Honor, el poeta Cándido Gerón sustituye al doctor Tena Reyes como secretario, y los demás miembros fueron don Julio D. Postigo, Emilio Rodríguez Demorizi, Bernardo Vega, Pedro Troncoso Sánchez, Máximo Avilés Blonda, Marisol Florén, Maximiliano Arturo Jimenes Sabater, Francisco a Polanco, Teresa Peña, Marianne de Tolentino, José Luis Corripioy Leonte Brea. La secretaria de Educación, doctora Ivelisse Prats de Pérez, fungía como Asesora.
- El decreto No. 183-87, confirmó como presidente al doctor Raymundo Amaro Guzmán y se incorporó al licenciado César Herrera como vicepresidente; también se nombró a Luis Rivas Encarnación, a la sazón director general de Cultura, como secretario.
Raymundo Amaro Guzmán, además de ser maestro del derecho administrativo dominicano y figura cimera del pensamiento administrativo de la región de América Latina y el Caribe, era un escritor y lector incansable. El suyo es el primero de una lista de cuadros profesionales fundamentales para el impulso y organización de las diversas etapas de las ferias del libro.
La oficina organizadora del evento era el espacio de trabajo de Amaro Guzmán para la Oficina Nacional de Planificación y Personal (ONAP), piso once de El Huacal, como se bautizó popularmente el Edificio de Oficinas Gubernamentales. Recuerdo que una de las empleadas que apoyaban estas labores de montaje, era Eveling Belliard, ahora presentadora de noticias de Canal 11 Telesistema.
Amaro amaba las expresiones de la cultura y estimulaba la lectura como hábito. Nacido en Santiago, era un hombre de hablar tranquilo, fino en el trato y con una notable visión estratégica organizativa. Era su asistente la animadora de la lectura Maritza Pérez Gilbernard, procedente el personal de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, una creativa mujer apasionada de la lectura y muy orientada a su estímulo en la niñez. La Feria se montaba regularmente en la tercera semana del mes de octubre.
1992, la Feria adquirió la denominación temporal de Feria Iberoamericana del Libro “Pedro Henríquez Ureña” y se realizó, en vez de en el mes de abril, en el mes de octubre, para que coincidiese con la conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América y que, además es marco del Día Internacional del Libro, el 22. Participaron: Librería Dominicana; Duarte, San Pablo, Instituto Americano del Libro, La Trinitaria, La Hispaniola, Disesa, la Editora Colegial Quisqueyana, Mateca, Lope de Vega, Herrera, Hostos, Avante, América, Editorial Padilla, Casa Cuello y Cuesta-Centro del Libro.
Hasta la edición número 23 de la Feria Nacional del Libro, el patrón de ejecución fue el mismo, con algunas variantes impuestas siempre por circunstancias económicas y programáticas.
Tercera Etapa (1997 -2005)
- La feria se moderniza y cambia su esquema organizativo gerencial, al producirse el decreto No. 44-97, de fecha 28 de enero de 1997, dictado por el presidente Leonel Fernández Reyna, que reformuló la Comisión Permanente de la Feria Nacional del Libro, Se cambió el formato, la filosofía, los objetivos y la sede de la feria que se trasladó al antiguo Parque Zoológico y Botánico, con José Rafael Lantigua como su director, y que forma parte de los nombres cruciales del proceso ferial bibliográfico dominicano.
Lantigua, comunicador cultural, asesor de publicidad y mercadeo, sobre todo para instituciones financieras hasta el momento de ser llamado a las esferas gubernamentales para ocuparse de relanzar la Feria del Libro. Se trata de uno de los críticos literarios de mayor incidencia por la forma inteligente en que editó su sección Biblioteca en tres medios escritos.
Lantigua personaliza como símbolo de la necesaria crítica literaria. En 2015, completó la publicación de su monumental compilación de críticas y crónicas publicadas durante 20 años en los periódicos El Nuevo Diario, Última Hora y Listín Diario, de 1983 a 2003, mediante siete volúmenes titulados Espacios y Resonancias, de 3,625 páginas en las que analiza 959 obras de 872 autoras y autores. Lantigua es autor de una monografía titulada Buscando tiempo para leer, un decálogo que registra normas orientadas al estímulo de la lectura.
1997, por iniciativa de Lantigua se montó hizo el primer movimiento para convertir el evento en la primera Feria Internacional del Libro, un saltó enorme para el evento y al cual se invitaron 40 editoras de 8 países: España, México, Venezuela, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Puerto Rico y Cuba. Entre los visitantes llegados estuvo el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano. La feria fue dedicada a la escritora dominicana Julia Álvarez y al escritor puertorriqueño Luis Rafael Sánchez. Fue la mayor feria del libro de la historia dominicana hasta entonces
- La Feria Nacional del Libro, que cumplía sus veinticinco años de existencia, consolida su tercera etapa de estas ferias, con la decisión de convertirla formalmente en feria internacional. Y así fue: el país invitado fue España, y se dedicó a la Generación Literaria del 48. El evento fue concebido como un acontecimiento cultural y artístico masivo, abierto a las escuelas, colegios, familias, comunidades y lectores individuales, con un amplio programa que ofrecía conferencias, talleres literarios, actividades infantiles, ofertas cotidianas de arte y sendos actos de apertura y clausura en la sala principal del Teatro Nacional.
- Segunda Feria Internacional, tuvo a México como país invitado y se dedicó a Pedro Mir.
- .La feria tuvo como país invitado a Francia y rindió su dedicatoria a Juan Bosch. En este año, la Feria Internacional del Libro pasó a ser presidida, con el cambio de gobierno, por el intelectual y narrador Carlos Esteban Deive, el cual dio seguimiento a la internacionalización del evento. Se operaba para dirigirla en la Casita.
En 2001, el país invitado de honor fue Chile, mientras que la dedicatoria recayó sobre el importante y crucial poeta dominicano Manuel del Cabral.(A quien el país le debe la designación de Poeta Nacional, junto a Pedro Mir, diferencias personales entre ellos, aparte).
- La Comisión Permanente de la Feria del Libro dedicó la feria a Venezuela y rindió honores a Pedro Henríquez Ureña.
- El país invitado fue Cuba y se rindió homenaje a Eugenio María de Hostos.
- El país invitado fue Puerto Rico y se rindió homenaje a Pablo Neruda con lo que se varió la costumbre de dedicar el evento a escritores dominicanos. De la celebración de esta etapa, resaltan el Pabellón de Literatura, donde se concentraba gran parte del programa literario, y continuó teniendo un encanto especial el programa de espectáculos, celebrado principalmente en la Cueva de Santa Ana.
- La dirección general del magno evento ferial retornó a sus orígenes, en cuanto al criterio y carácter de organización y contenidos. El proceso era impulsado por Lantigua, ahora secretario de Estado de Cultura.
Cuarta etapa (2006-2022)
La Dirección General de la Feria del Libro pasó a ser dirigida por el filósofo Alejandro Arvelo y el escritor Pedro Antonio Valdez, director general y director ejecutivo respectivamente y el evento fue regresada a la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, se eliminaron viejos stands, que ya habían cumplido su ciclo de vida, y se elevaron estructuras nuevas, más modernas, frescas y adecuadas.
Fueron creadas nuevas coordinaciones, como las de Participación Escolar y la de Participación Universitaria, el programa cultural se amplió de manera considerable. El nuevo campo ferial alojó más de 2,000 actividades y la Feria fue dedicada a Aída Cartagena Portalatín.
Tony Raful, Secretario de Cultura, poeta, historiador y narrador, puso un empeñó especial en acrecentar el impacto de la Feria de Libro, siendo esta una de sus plataformas a las cuales mayor tiempo dedicó en su gestión. Su aporte al proceso es significativo y de alta cualificación. Tiene un sentido estricto de sus directrices en torno al montaje de la Feria. Su rol fue fundamental en la institucionalización del evento.
2006, el evento tuvo como país invitado de honor a Argentina y rindió homenaje a Marcio Veloz Maggiolo.
- Con motivo del décimo aniversario, la feria tiene como país invitado de honor a Colombia y rinde tributo al importante poeta dominicano Franklin Mieses Burgos.
- Dedicada a Emilio Rodríguez Demorizi. Invitado de honor a la Asociación de Estados del Caribe.
- Dedicada a Juan Boschy tuvo a Brasil como país invitado.
- Dedicada a Freddy Gatón Arcey el país invitado fue México.
- fue dedicada a la Santa Sedecomo invitada de Honor y en homenaje a Mons. Francisco José Arnáiz y P. José Luis Sáez, conmemorando los 500 años de constitución de las Diócesis de Santo Domingo y de La Vega.
2012 Tuvo como país invitado de honor a los países de Centroamérica, y fue dedicada al poeta Enriquillo Sánchez.
- Fue dedicado a la escritora francomacorisana Hilma Contrerasy tuvo como invitada de honor a la República de Ecuador.
- La feria fue dedicada a Manuel Rueda y tuvo como invitado de honor a Perú.
- Dedicada a la gran poeta nacional dominicana Salomé Ureña y tuvo como país invitado de honor a la República Dominicana.
- La FILSD, es dedicada al escritor René del Risco Bermúdez (1937-1972) y que tuvo a Paraguay como país invitado. El ministro de Cultura, era el escritor Pedro Vergés; en ella se pusieron a circular los tres primeros volúmenes de la Biblioteca Dominicana Básica, parte de una colección del Ministerio de Cultura que será conformada por cien libros de los más representativos del pensamiento y la cultura dominicanos. La Editora Nacional, unidad del Ministerio de Cultura, presentó 19 libros de autores dominicanos, entre los que figuran: El viento frío, Poesía reunida y Todos los cuentos, de René del Risco Bermúdez.
- 2018. La 21ª Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2018, dedicada al poeta y escritor Lupo Hernández Rueda y tuvo como País Invitado de Honor a Guatemala.
- La XXII Feria Internacional del Libro y la Cultura Santo Domingo dedicada al escritor Virgilio Díaz Grullón y a Puerto Rico, como Invitado de Honor celebrada en la Ciudad Colonial, con 1,400 actividades, con un promedio de 155 actos diarios y una asistencia estimada por el Ministerio de Cultura y su Dirección General de la Feria del Libro. en más de un millón de personas. el ministro de Cultura, arquitecto Eduardo Selman.
- La 23ª Feria Internacional del Libro y la Cultura Santo Domingo 2020 se montó dedicada a Camila Henríquez Ureña y Abigail Mejía, con el lema: “El libro es cultura” del 24 de abril al 4 de mayo en la Ciudad Colonial de Santo Domingo.
- Virtual, a consecuencia de la pandemia Covid 19, se realizó con el lema Vive La Feria desde Casa del 28 de mayo al 7 de junio del 2020, versión en línea de la Feria Internacional del Libro y la Cultura, con la participación, , a través de la plataforma Zoom, de escritores nacionales e internacionales, quienes participarán en talleres, tertulias, recitales poéticos, charlas, paneles y conversatorios dirigidos a fomentar en el público el interés por la literatura.
- Feria Internacional del Libro Santo Domingo se desarrolló del 23 de abril al 2 de mayo en la Ciudad Colonial, con el lema de este año es “Ven al libro”, dedicada a Carmen Natalia y Pedro Peix, y con la Unión Europea como invitada. Esa fue la versión más cuestionada por su organización y el espacio definido para realizarla, cuyo diseño devino en una dispersión de sus actividades. Fue, en general, muy criticada
Quinta etapa (2023-…)
- La Feria Internacional del Libro Santo Domingo (FILSD) con gestión de Milagros Germán como Ministra de Cutura, es dedicada a la escritora Jeannette Miller, e Israel como país invitado. La feria fue reconceptualizada, tras la penosa experiencia del 2022, gracias a un equipo operativo que lideró la escritora e ingeniera química Ángela Hernández, se revirtió el perfil transformando los espacios de montaje mediante pabellones nuevos climatizados, se dispuso una nueva organización, se prohibieron las casetas individuales de escritores (a excepción de Balaguer, Bosch y Pena Gómez, ya establecidos por tradición), cambio que reconocieron y elogiaron los medios de comunicación críticos del ambiente cultural.La labor de montaje de esa versión de la Feria del Libro presentó un hecho excepcional y decepcionante: el llamado a boicotearla impulsado por escritoras dominicanas que gestionaron internacionalmente firmas de personas y personalidades, para denunciar la invitación (dada a conocer un año antes en el acto de cierre de la feria de 2022 y definida por la gestión de la Feria de gobierno anterior). El boicot fue derrotado por una colectividad que acogió masivamente. el nuevo carácter del evento.
Para 2024, la Feria tiene el desafío de profundizar sus avances y renovar sus jornadas. Pero de eso no se sabe nada hasta este martes 17 de septiembre, excepto la fecha: 7 al 17 de noviembre.
Enlaces relacionados
https://es.wikipedia.org/wiki/Feria_Internacional_del_Libro_de_Santo_Domingo
https://plenamar.acento.com.do/debate/breve-historia-de-la-feria-del-libro/