Ovni es una película domínico-boricua que, por más de una razón, hay que ver. Suma de virtudes y algunas deficiencias, su irrupción en las pantallas desde este jueves 18, es un suceso que debe impregnar el gusto de la gente, aun cuando genere ojeriza en los linderos de la crítica profesional.
Tiene elementos altamente positivos y algunos fallos frente a los cuales hay que mantener un equilibrio entre ser crítico y tolerante, dejando de lado todo paternalismo chauvinista. Tiene aportes valorables y clichés que debieron ser evitados. Tiene un aliento propio, aun cuando se sienten homenajes o referencias a películas muy conocidas del género ficción.
Ovni no es buena o mala por ser nuestra. Es una experiencia que incrementa y perfecciona la capacidad de nuestros técnicos y talentos, para mejorar lo que hacen.
Ovni es una novedad que tiene un determinado valor de producción por el camino que inaugura para los géneros del cine local, la excelencia de sus efectos especiales, su dirección de arte y una fotografía de calidad internacional, a lo que agrega un universo sonoro trabajado con esmero.
Raúl Marchand Sánchez (12 horas, Broche de Oro y Atraco a las 3… y media), logra hacer realidad su sueño de muchos años: realizar una película de ficción con tonalidad de humor y ciertamente que logra un producto que se disfruta, aun cuando se mantengan pendientes algunas materias interpretativas.
Una historia sencilla, próxima y digerible una selección de talentos que en general resulta adecuada, pero que pudo haber dado muchísimo más interpretativamente, llegan de la mano de este director boricua, para producir una sensación de satisfacción para el público cinéfilo general, que debe acudir masivamente a sus proyecciones desde este jueves 18.
Los efectos especiales constituyen uno de los mejores aspectos que hemos visto desde la pantalla criolla, compitiendo claramente con los de Catrastrópico (Jorge Hazoury, 2016).
Hay una fotografía profesional y depurada; una la edición precisa una dirección de arte que deja sentir que sus responsables saben lo que tienen entre manos, y que sale a camino con el reto tan complejo que es para una producción, la representación de lo extra-terrestre.
El empeño por producir Ovni es altamente redituable para una industria dominicana que necesita de nuevas experiencias y novedades en su modalidad de producción, al tiempo de hacernos descubrir la belleza ignorada de nuestros bosques de montaña, presentados aquí, a partir de la sección Buen Vista (Jarabacoa) y locaciones seleccionadas de Constanza, presentadas como pocas veces, con excepción de las hermosas panorámicas que captó la dirección de Félix Germán (La Maldición del Padre Cardona, (2005), cuando no había Ley Nacional de Cine.
La selección de locaciones otorga una trascendente importancia a la promoción turística de las zonas presentadas.
Las actuaciones
Tony Pascual, que lleva el peso fundamental (junto a Yaritza Reyes y Cristian Álvarez), y aporta mucho .Se integra con la mejor intención, pero sentimos que adolece de una necesaria profundidad actoral que le diera mayor densidad y que no logra romper el círculo de los modismos de la interpretación televisiva.
Con todo, la evaluación final de sus aportes no es desdeñable. Tiene su valor y en esa medida será reconocido por la gran masa. Desde las orillas de la crítica de cine es probable que se les enrostre la ausencia de conexión entre personaje y acciones histriónicas, en un señalamiento que puede tener la boca llena de razones.
Hay actuaciones que merecen ser destacadas: la niña Cecile Van Wellie, como autista, es lo mejor que ofrece Ovni, por la autenticidad con que se proyecta.
Yaritza Reyes es uno de los grandes tesoros interpretativos, a lo que le ayudan su expresividad facial, su enigmática belleza y su intención de dar persistencia a Dos, su personaje. En su presentación el director parece hacer un homenaje a Terminator III y su villana (Kristanna Loken, la T-X). Yaritza hace crecer el filme.
Irina Pérez y Pericles Mejía, desde sus roles secundarios, hacen lo marcado en el guión, y lo logran con entereza.
Carasaf Sánchez es otro buen aporte actoral con una gracia bastante amigable que debe transformarse en uno de los papeles adorados por la gente cuando salga de la sala.
Luis del Valle, en tanto comandante de la unidad élite de la Fuerza Aérea, también se entrega a lo que demanda el esquema, jugando con gracia la interacción con los otros personajes.
Debe gustar- Ovni tiene los elementos necesarios para ganarse el favor del público: acción, humor, personajes atractivos, un género (ficción) de notable arraigo popular, aun cuando presenta limitaciones que los críticos no tendrán reparos en indicarlos.
Ficha técnica
Título: Ovni
Dirección, Edición y Guión: Raúl Marchand Sánchez (PR)
Producción: José Miguel Bonetti Du-Breil, Eduardo Najri y Jochi Vicente
Empresa productora: Bonter Media Group
Año: 2017
Género: Comedia
Categoría: Ficción
Duración: 1 h. 33 m.
Modalidad: Co-producción RD-PR en base a la Ley Nacional de Cine 108-2010
Distribución: Caribbean Cinemas Distributions
Dirección Fotografía: Jaime Costas
Operación SteadiCam: Freddy Vásquez
Efectos especiales:
Encargado FX: Jaime Castillo (Peluca)
Coordinador Efectos Especiales: José Alberto Durán
Ténicos FX: Johathan Rivas y José Manuel Capella
Dirección Producción: Adria Victoria
Dirección de Arte: La pieza de arte S.R.L.
Utilería: Brando Russo
Vestuario: Carolina Liberato
Talentos: Tony Pascual, Cristian Álvarez, Yaritza Reyes, Luis del Valle, Irina Pérez, Pericles Mejía, Fausto Rojas, Cecile Van Wellie, Brian Payano y Carraasf Sánchez
Sinopsis
Una inesperada incursión de extra-terrestres en una zona boscosa de montaña (Jarabacoa y Constanza) plantea a los seres humanos cuestionamientos sobre su sentido del amor, la paz y la ternura.