El próximo jueves 20, la vigésima Feria internacional del libro Santo Domingo 2017, abre sus puertas, como expresión de un nuevo estilo que se caracterizará por una serie de novedades:
- Su centrada atención en el libro.
- La reducción del número de actividades diarias (de unas 110 a 35) a fin de que el público escolar, general y familiar, pueda llenar los espacios en que se montan.
- El rediseño de la zona infantil para integrarla a los nuevos lineamientos
- El espaciamiento entre pabellones y casetas que permitirá incluso disfrutar el ambiente verde y tranquilo de la Plaza de la Cultura,
- La redirección a otros eventos de la música popular, la artesanía y otras manifestaciones artísticas que tienen sus propios eventos.
La nueva dirección de la Feria, a cargo de Ruth Herrera, impulsa un modelo que se plantea el libro como producto cultural fundamental, el levantamiento de la obra del poeta y cuentista René del Risco Bermúdez y la invitación a Paraguay, como nación invitada de honor.
La fiesta cultural más importante del país se proyecta desde ya como una pausa reparadora en el curso de acontecimientos cotidianos que matizan la violencia, la delincuencia que nos amenaza a todos y todas.
Probablemente no sea un evento cultural impecable y registre algunas deficiencias o fallas, fruto de que es una obra humana y de que se experimenta un modelo nuevo, del cual no hay precedentes en sus aspectos más importante, pero la confianza es que – gracias al respaldo de los cuadros experimentados en montarla – , la nueva dirección de la Feria del Libro, nos ofrecerá toda una dimensión nueva, sin hordas juveniles desbordadas y barriales, visitando la feria para acosar a las jovencitas, en lugar de comprar los libros en oferta y con el mayor orden sobre todo en zonas tradicionalmente neurálgicas, como es el parqueo. Esa es la esperanza.