Lo que hizo realmente anoche la Corporación Estatal de Radio y Televisión Dominicana, en un acto de notable emotividad y justicia, no fue solo designar su remodelado Salón de Eventos y Actividades con el nombre de un director orquestal de una extraordinaria carrera en la música popular y clásica. No. Concebirlo así, seria faltar al verdadero significado de lo presenciado. La CERTV lo que hizo fue perpetuar, en vida, como lo merece, una de las carreras musicales dominicanas más influyentes, más hermosas, más poéticas, más rítmicas y de mayor apego para llevar al pentagrama, el espíritu mismo de la dominicanidad
Ese plasmar lo dominicano en la música se podría expresar en tres de sus piezas: los merengues Cana Brava y Por ahí María se va, y el bolero Evocación, considerado como el más sentimental y romántico de todos los de su género. El homenaje fue decidido por el Consejo de Administración de CERTV, y presentado por el director, Ramon Tejada Read.
El homenaje era más que justo. Figuras resaltantes de generaciones de artistas, desde Fernando Casado, Rafael Solano y Nini Caffaro, se concentraron en la cuarta planta de RTVD, todos al hilo de un sentimiento común: hacer justicia a un maestro de la música que tanto deleito al país.
Biografía
Ramón Antonio Molina Pacheco nació en Moca, el 19 de diciembre de 1925, y muy joven ya se destacaba como uno de los trompetistas más sobresalientes de la región para finalmente ser contratado en 1942, como primer trompeta de la Orquesta San José en La Voz del Yuna.
La agrupación, que fuera de las más prestigiosas de su época, fue dirigida por Julio Gutiérrez, Avelino Muñoz y el propio Papa Molina.
Pocos pensaban que llegaría a ser el mas portentoso director de orquesta de su tiempo, creador da piezas imprescindibles en la música dominicana del siglo XX, entre las que son obligadas de mencionar el bolero Evocación, Sufro por tí, Nunca te lo he dicho, y Cuando volveré a verte, inspirado por la salida al exterior de su Josefina Minino a estudiar danza.
Creador de obras sinfónicas de gran peso estético en nuestra historia musical como Tres imágenes folklóricas, obra que terminó de escribir en noviembre de 1990 y que poco después fuera estrenada por la Orquesta Sinfónica Nacional.
El protocolo
El maestro Papa Molina, acompañado de Josefina Minino, su compañera de vida, y su hijo José Antonio Molina Minino, maestro director de la Orquesta Sinfónica Nacional y a quien se le quebró la voz al leer unas palabras dedicadas su padre, a nombre de la familia.
El homenaje, decidido por el Consejo de Administración de CERTV, fue presentado por el director, Ramon Tejada Read, quien destaco como el maestro Molina fue responsable de eternizar la identidad nacional, partiendo de expresiones populares, como “Por ahí María se va” o levantar el ánimo por el trabajo y la vida con ritmo caribeño, como lo logra con el merengue Cana Brava.
“Este maestro es acreedor del gran homenaje del pueblo dominicano por haber dado paginas inolvidables a nuestra música y nuestra identidad. Ningún homenaje será suficientemente justo para reconocérselo” afirmo el director de CERTV.
José Antonio Molina Minino, maestro director de la Orquesta Sinfónica Nacional y a quien se le quebró la voz al leer unas palabras dedicadas a su padre,
“Me ensenaste el universo maravilloso de la música que nos ha unido pero tu mejor aporte fue mostrarme el valor de la familia, de la responsabilidad y de mostrarme que para lograr las metas en la vida, el camino son el trabajo y estudio”, dicho lo cual subió a escenario a dirigir la inolvidable fanfarria de la Super Orquesta San José.
María del Mar y una Big Bang
La gran sorpresa del homenaje fue haber puesto en primer plano, el elenco artístico actual de la esta estación radio-televisora, en el cual se destacó: la Gran Orquesta RTVD, en su modalidad de Big-Band, con 21 músicos que hicieron gala de su capacidad al interpretar los arreglos originales del maestro Molina, el joven y entregado director de la misma (Josean Jacobo), los tres vocalistas, entre quienes resalto la cantante, actriz, y música María del Mar, quien embrujo la concurrencia con una potente y bien administrada tesitura. Los otros dos vocalistas (Rene Geraldino y Alex Suarez) también aportaron sus talentos interpretativos. Artísticamente fue una experiencia que disfruto mucho, desde su asiento en primera fila, junto a su familia, el influyente musico dominicano homenajeado.