Los documentales dominicanos no pueden seguir siendo invisibilizados. Son un hecho artístico y social, que requieren de la atención y el reconocimiento, del público que sigue sin llenar las salas en que se presentan, y de las nominaciones artísticas, que aún no han especializado una categoría Documental, que les dé oportunidad frente a las producciones de Ficción, cuando ambos subgéneros son igualmente cine.
De entrada, reconocer que estos trabajos no son todos largometrajes, y que no todos se exhibieron en pantallas comerciales de cine, condición que regularmente exigen los premios de arte, excluyendo los trabajos que solo fueron presentados en muestras, ciclos o festivales de cine.Este año habrá dos premiaciones de cine que reconocerán el “genero de realidad”: ADOCINE y ADOPRESCI.
Documentales y realidad social
Los once documentales dominicanos presentados en 2023, exponen en gran medida, serios y urgentes problemas sociales: embarazo en escolares y mujeres menores de edad (Ramona); la agresión a los parques nacionales y áreas protegidas (Tumba y Quema); el peligro que ronda a los mineros que extraen el larimar en minas, con túneles y galerías inseguras (En busca del corazón azul); la compleja cuestión de la identidad nacional (No me conoces) y el cuidado que demanda una fundamental corriente de agua (Río Yaque).
Además, esos documentales plantean la deforestación en una zona boscosa tan estratégica y turística como Jarabacoa (El mundo que nos rodea) y el panorama caótico y trágico del tránsito en Santo Domingo (En Movimiento).
A esto se agrega, un modelo de documental basado entrevista vivencial a una personalidad destacada por su vivencia social y literaria den varias generaciones: “Carta malva, Poniatowska y dominicana conversan”. Es un mediometraje no comercial que se encuentra completo en Youtube. Bueno es establecer que Carta Malva es mediometraje (a medio camino entre corto y largo), igual que En busca del corazón azul y El mundo que nos rodea. Ninguno de los tres fue a cartelera comercial, lo que no debería ser obstáculo frente a premiaciones con criterio amplio, para ser premiados.
Se trata de once notables proyectos documentales, y dos mediometrajes brillantes, todos de una calidad significativa y que no deberían pasar inadvertidos en las premiaciones nacionales de arte, con la excepción de las nominaciones de la Asociación Dominicana de Cineastas (ADOCINE) y la Asociación Dominicana de Prensa y Crítica Cinematográfica (ADOPRESCI).
Los documentales dominicanos en 2023 (y un mediometraje), constituyen una demostración de capacidad, destreza e inspiración de directores y directoras, al plantear piezas memorables. Esos documentales de elevada calidad cinematográfica, son:
Carta malva, Poniatowska y dominicana conversan, mediometraje escrito y dirigido por Angélica Noboa Pagán. Un modelo de documental basado en entrevista a un talento extraordinario, para este caso, la escritora mexicana de origen ruso. El documental fue filmado en México y República Dominicana entre los años 2020 y 2022 como un tributo dominicano a periodista, escritora y activista mexicana Elena Poniatowska Amor. El trabajo de distingue por: 1- La data testimonial que ofrece la entrevistada sobre hechos sociales y literarios que le fueron contemporáneos; 2- La belleza que logra la facturación visual que vincula escenas filmadas, producción de titulación animada y tomas de una belleza cotidiana y preciosista.
Ramona, de Victoria Linares Lluberes. El tema del embarazo de las adolescentes escolares como nunca antes, en un ejercicio fílmico de bajo costo y elevado alcance artístico. Victoria Linares tiene claro su objetivo como contadora de historias.
Yaque, de Oliver Olivo. Un proyecto medioambiental realizado con una elevada disciplina profesional cinematográfica sacando la belleza y utilidad social y laboral de esta fundamental corriente de agua. El director, que es arquitecto de profesión, dibuja un trazado hermoso en cuando el diseno visual de Yaque, ademas de exponer su trascendencia para las comunidades adyacentes.
El mundo que nos rodea.(Mediometraje) Wendy P. Espinal. Esta pieza, por diversas razones no la hemos visto (salvo el trailer) pero a juicio de críticos avezados como Jimmy Hungría, indican que se trata de un trabajo medioambiental que experimenta con un lenguaje nuevo, elegante y efectivo.
Renacer, escrito y dirigido Tito Rodríguez y producido por Evelina Rodríguez y Danilo Reynoso. Un documental preciosista e inspirador. Este narra la historia de López, quien ha participado en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019, Juegos Paralímpicos Tokio 2020, y en este 2023 busca asegurarse un puesto en los 50 metros pechos, el 150 combinado y los 200 metros libres para el Mundial Paralímpico,
Tumba y quema, de José María Cabral. Un documental que es continuación de una línea de trabajo responsable de su director que ha desarrollado una trayectoria, pero en este caso con una denuncia específica: el daño que se hace a las áreas protegidas dominicanas, pese a lo cual nada pasó. Cabral es un activista Ambiental desde siempre y este es uno de sus trabajos más incisivos y firmes en su planteamiento. Cabral rompe el esquema de responsabilidad social asumida con pasión y a pesar de pertenecer a una clase social que lo tiene todo resulto. Ese es el valor del trabajo de este joven director.
Caamaño: de militar a guerrillero, de René Fortunato, El director tiene una precedencia cinematográfica nacional: supo posicionar el documental como un producto de alto consumo del público dominicano, desde cuando nadie creía que eso fuera posible. El documental presenta abundante información inédita sobre el accionar de Caamaño desde que desaparece en Londres hasta que desembarcó en Playa Caracoles. Fortunato es un cuadro fundacional del cine dominicano, corresponsable de la Ley Nacional del Cine y co-fundador de la Asociación Dominicana de Cineastas (ADOCINE), en hoja de servicios al cine que lo hacen digno de respeto y consideración.
Orgullo de Quisqueya, dirigido por Tito Rodríguez con la producción de Jessica Hasbún y Kelvin Liria, quienes supusieron sacar provecho cinematográfico a las historias de inspiración de los 11 dominicanos presentados en este trabajo meritorio que se supo alejar del tratamiento y televisivo y entregar un producto de cine que en muchos de sus instantes amarillos, provoca emotividad y lágrimas.
No me conoces, Naslha Bogaert, un trabajo sorprendente y de notable data y entrevistas en torno al tema de la identidad, relatado por medio del origen familiar de la directora. Bien estructurado, mejor editado y con una fotografía que se une a su sentido poético, No me conoces, es un trabajo digno de ser visto más de una vez,
La industria 1962-2022 / Seis décadas de una maravillosa historia”, dirigido por Euri Cabral, un n ensayo histórico que muestra el desarrollo de la industria local después de la dictadura de Trujillo. El documental fue lanzado con el auspicio de la Asociación de Industria y aun cuando se pueda considerar “muy corporativo” no hay razones para considerarlo menos que ninguno de los otros proyectados ese 2023, dado que la fuerza industrial es parte del entramado productivo del país. El trabajo fue patrocinado por Cervecería Nacional Dominicana; Molinos Modernos; Banco Popular Dominicano; Casa Brugal; Multi química Dominicana; Grupo Rica y Grupo Rizek.
En movimiento. Director y guionista: Andrés Curvelo Baccino y Nayib Tavares Abel, producido por David Maler, Naslha Bogaert y Gilberto Morillo. Casa Productora: Cacique Films. Narrado por Naslha Bogaert. Dirección de fotografía, Israel Cárdenas.
Es una profunda y bien lograda perspectiva del pasado (reciente), el caótico presente y las esperanzas respecto del futuro del tránsito en la capital dominicana y el país.
Este trabajo estuvo apenas dos semanas en cartelera a pesar de la trascendencia y consecuencias que nos tocan a todos. Es una de las exposiciones más realistas, dramáticas e inspiradas sobre la situación del tránsito. El trabajo por su importancia social, fue colgado en youtube para que pueda ser visto por todo el público. El enlace es este:
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En busca del corazón azul (Mediometraje) Directora, Amelia Deschamps. Sinopsis: Daniel, padre de 11 hijos, que se sumerge cada día en los peligrosos y rústicos túneles de una mina artesanal en busca de larimar, una piedra semipreciosa de color “azul-mar” exclusiva de República Dominicana. Tras 32 años trabajando como piquero, Daniel busca hacer su última extracción para retirarse. El documental fue el trabajo de tesis de los estudios de cine de la directora, que ha realizado durante dos años en una escuela de Nueva York. Es una grave denuncia sobre las condiciones en que trabajan esos mineros, los peligros a que se exponen como consecuencia de las condiciones en las profundidades de la única montana que tiene el preciado material azul. La directora hace esfuerzos para que su documental no se quede en el boato de los premios de festivales y muestras de cine.
Once notables proyectos documentales, en general de calidad significativa, que no deberían pasar inadvertidos en las premiaciones nacionales de arte Es tiempo de aprender que el documental es cine. Y cine con exigencia temática y artística.