El crimen común ha llegado a niveles insospechados y demanda una acción conjunta de las autoridades encargadas de la seguridad pública y de la comunidad que debe colaborar activamente para dar solución a un agudo problema que genera pérdida de vidas, trauma, robos, atracos, secuestros (aun cuando en menor medida) y otras formas de irracionalidad violenta.
Hemos visto y escuchado los discursos de más de un jefe policía, de más de un ministro del Interior y Policía, de más de un presidente….y frente a todo ello, la delincuencia no solo no ha desaparecido sino que se experimenta un aumento de su incidencia y hoy día no hay lugares ni barrios seguros.
Esa delincuencia, que era solo manifiesta en sectores medios y empobrecidos, ha puesto en su trayecto a los sectores ricos, actúa a plena luz del día, incluye entre sus protagonistas a jóvenes de clase media, incluyendo a mujeres que atracan a mano armada o son parte de bandas agresivas.
Se hace urgente enfrentar la delincuencia.
Se hace urgente dar tranquilidad y paz a nuestras comunidades, no importa si sean ricas o pobres. Todos y todas tienen derecho a la seguridad.