El perro de la familia, es parte de esa familia para los dueños responsables, lo que implica mucho más que satisfacer sus necesidades, y evitar el abandono. El perro nos ama siempre, incondicionalmente.
El criterio de que al perro de familia basta con ofrecerle comida y vacunarlo, a cambio de su servicio de alerta y protección contra “gente rara que merodea” es uno de los errores más frecuentes, en opinión de expertos en cuidado animal y médicos veterinarios de todo el mundo.
Esa visión es utilitaria y el criterio es el del intercambio, pero no es sana afectivamente hablando. El abandono de mascotas es un acto cruel y constituye una epidemia invisible.
Sostiene la Organización Mundial de la Salud que 7 de cada diez perros, viven sin hogar, en la calle, expuestos a peligros constantes, al hambre y a enfermedades.