Eduardo Brito

Eduardo Brito, la película dominicana, en espera de un director

El Archivo General de la Nación redescubre a Eduardo Brito el cantante dominicano más importante de todos los tiempos. Una vida y una obra  que abre interrogantes: ¿ por qué no  tomar la vida, obra y muerte de Eduardo Brito, como uno de los  gran proyectos populares, artísticos y comerciales de la industria local del cine? Tiene todos los elementos para desarrollar un gran proyecto de cine: la voz (que debería ser masterizada) del mejor cantante dominicano, la época en que vivió, los éxitos sin precedentes en lo internacional, la lucha desde la pobreza por triunfar, los desvelos y afanes por mantenerse en la cima de la atención de los públicos,  y su muerte infamante para un país que debió tratarle de otra forma. Todo en Brito plantea un desafió para el cine: Dirección, guion,  actuaciones dirección de arte, vestuarios, maquillaje. Todo. Hay que destacar el trabajo de rescate de la obra de Brito tanto de Aritides Inchaustegui (que no pudo concluir la compilación de su discografia porque se nos fue antes),del arquitecto y documentalista historico y arquitecto Bienvenido Pantaleon, con su trabajo desde Imágenes de nuestra Historia:

Para mucha gente, Eduardo Brito es solo el nombre, ese que se le dio al Teatro Nacional, en 2006 por una ley que pocos conocen pero que es la No. 177-06, del 27 de Abril de 2006. Esos mismos piensan que Brito es lo que dice en bronce debajo de un busto el lobby del más alto y noble escenario dominicano, en ese mismo teatro. Para otros y para variar, es el nombre para pedir parada en el metro, pero sin la más mínima idea de  se trata del mejor cantante dominicano de todos los tiempos, de un barítono  dueño de una voz única ,  dueño de unas tonalidades vocales como no se ha encontrado después de su paso, agradecido, bendecido  y trágico por esta vida.

 
Su vida
Nació el 21 de enero de 1906 en la sección Blanco de Luperón, Puerto Plata, hijo de Gloria Aragonés, ama de casa,  y Julián Brito, obrero, para luego desarrollar  una vida de talento, luchas, éxitos, recorridos artísticos nunca antes realizados por un artista dominicano en escenarios de Estados Unidos y Europa y una muerte, el 5 de enero de 1946, desgarradora e inenarrable en el detalle, en el Manicomio  de Nigua, afectado por la locura, que le generada por sífilis cerebral.
Los últimos admiradores de su voz extraordinaria eran los otros pacientes mentales encerrados allí, cuando aun  tenía la lucidez suficiente como para cantar.
El doctor Apolinar De los Santos (Polín), uno de los psiquiatras que le conocieron en el Manicomio de Nigua, narró cómo se reunían los pacientes para escuchar a Eduardo cuando en sus delirios comenzaba a cantar durante horas, refiere Wikipedia, en una biografía aportada por alguien que evidentemente investigo a fondo su obra. Su panegírico fue la dura expresión de un enfermero, es probablemente el más cruel que se haya pronunciado ante el deceso de un artista en el mundo: “Ya se murió el locazo”.

La Colección
La oportunidad de reconocer a Brito la ofrece la presentación de la Colección Eduardo Brito. El Eminente Barítono Dominicano”, por parte del Archivo General de la Nación y que, entrega al país, la más completa perspectiva del talento interpretativo del barítono
En ella se recorren mediante  cinco discos en de su carrera del Grupo Dominicano; producciones como solista en New York acompañado por orquestas de la época; grabaciones para las empresas discográficas Víctor, Columbia y Romeo, así como una publicación de 150 paginas detallando toda su vida. Un tesoro musical que se rescata, y al que solo tenían acceso los melómanos seguidores de Brito con producciones sueltas y conservadas con cuidado extremo.
El director del Archivo,  el historiador Roberto Cassa, sostuvo   la entrega a la sociedad de esta colección constituye un “acontecimiento excepcional en la música que resalta la carrera de un cantante que sobresalió a nivel internacional, un  material sirve para la recreación del pasado musical dominicano y para la historia dominicana”.El AGN  ha completado  el trabajo de investigación que inicio, y que no pudo concluir, el artista y estudioso de la música de, Aritides Inchaustegui.

Se incluyen discos   que realizó el barítono bajo el sello Odeón, de España, con sus éxitos en zarzuelas cubanas y españolas de su etapa europea; y grabaciones con la Orquesta de Oscar Calle, en París, dice una nota del AGN.
El material discográfico está acompañado de un texto de 150 páginas con detalles de la vida y trayectoria del artista, su repertorio, los textos de las canciones interpretadas y los homenajes póstumos rendidos al barítono dominicano,
El AGN ratifica con este proyecto que pone ahora en común, la claridad y consistencia de sus metas institucionales, por la responsabilidad con que el equipo que allí trabaja se ha dado la tarea de rescatar el patrimonio documental dominicano, en todas sus expresiones. Y el arte, es una de ellas, definitiva y crucial.

Visitas en You Tube
Una ida que indica lo intrascendente que es para las grandes audiencias actuales, es la cantidad de visitas que tiene en You Tube el único video en que se le puede ver cantando, en una secuencia de la película checa, titulada Harmonika, de 1937 (rescatada por el historiador Ismael Hernández Guerrero, y re difundido por Notaclave.com – Alfonso Quiñones-).
Para tener una idea de lo escasamente conocido, – no apreciado que es distinto- el bolero Aquellos ojos verdes escrito en 1929 por los músicos cubanos Adolfo Utrera y Nilo Menéndez, en la interpretación de Brito, que fuera colgado por Vintage Music, en You Tube el 12 de enero en 2012, seis años han pasado, tiene 13 mil 360 visitas , lo que es igual a 2 mil 226 visitas por año.

Ese video histórico, que debería ser orgullo de millones de dominicanos en la medida en que se trata del mejor cantante nacional de todos los tiempos, tiene 65,545 visualizaciones, nada, definitivamente nada en comparación con  las millones de entradas a  los cambios de ropa interior que difunden las Kardashian o las piezas insolentes y machistas de cualquier cantante urbano mal orientado éticamente, como hay ya tantos.