Danilo de los Santos

El mundo cultural y artístico dominicano sigue experimentando bajas: Danilo de los Santos, declarado  en 2009 como Patrimonio Activo Cultural del país  por el Ministerio de Cultura  falleció este viernes hoy,  tras  quebrantos de salud. Considerado como un artista e intelectual de mayor capacidad para comprender y exponer el proceso histórico del arte nacional, Danicel, como era conocido en los ambientes del arte visual y del pensamiento, expiro en paz, dejando tras si una obra de múltiples expresiones en la literatura, la pintura y una trayectoria como gestor cultural y como docente universitario.
Danilo de Los Santos, nació en Puerto Plata en 1943, fue el autor de una obra clásica, en ocho volúmenes de arte, Memoria de la Pintura Dominicana¨, en los que compila la historia de pintura dominicana, publicados, como parte de la Colección Centenario, del Grupo León Jimenes, dejan sentir la experiencia del autor, en la investigación historiográfica del arte dominicano, considerada hoy como el estudio más completo sobre la plástica dominicana.




Las imágenes de diversas fuentes recogen aspectos diversos de la vida de Danilo de los Santos (EPD)
El ministerio de Cultura dice que la partida de Santos representa una pérdida irreparable para el país y que descolló  magistralmente en la cultura dominicana. El arquitecto Eduardo Selman indica que Danicel dejó un legado de gran valor como pintor, poeta, escritor e historiador del arte nacional, que sabemos que es y será atesorado por las presentes y futuras generaciones”, indicó.
Se graduó en Educación en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, a cuyo cuerpo profesoral perteneció; luego, obtuvo la Maestría en Pedagogía con concentración en Historia en la Universidad de Puerto Rico.
Fue catedrático de Historia y dirigió el Departamento de Publicaciones, así como también el de Arte de la PUCMM, en donde fue, además, editor de la revista Eme-Eme, Estudios Dominicanos.
Su última obra publicada fue el poemario, Versus de manus, (Editorial Opus, Piero Espinal Estévez) en que dejaba sentir una poesía desde sus mundos interiores junto a un seductor erotismo, influido por raíces autóctonas y orientales. En la portada aparece una imagen del poeta, desnudo.