Fuera de toda duda es que Ramón Oviedo es la máxima figura de la pintura social dominicana con marcado perfil universal. Las exposiciones con su obra involucran diez centros culturales nacionales y el Museo de Arte Moderno, constituyen el más valioso esfuerzo para dar a conocer la estética y alcance de su obra. El país se ha visto recorrido por la densidad, belleza y magia de un pincel que expresó un estilo y definió una escuela. Con Oviedo, la memoria resiste el olvido. Es valor y persistencia.
Imaginemos la actitud del espectador frente a la obra de Ramón Oviedo, sobre todo cuando se trata de un mural que, por sus dimensiones y universalidad estética, queda con la satisfactoria impresión de dejarse inundar de un mundo de colores y formas que conducen a un aspiracional, ese que no es recreativo, que no se solaza en las formas y la técnica, una atractiva que desafía: que llama a aportar lo que cada quien pueda, para erigir una mejor y justa sociedad para todos.