Atrévete

Gianni Paulino en uno de sus mejores montajes: Le Prenóm

El año teatral ha sido rico en presentaciones memorables y, en ese marco, El nombre (Le Preñom, Matthieu Delaporte y Alexandre de la Petelliere, 2010) se inscribe ya como uno de proyectos teatrales de mayor trascendencia de este año, al concretar una versión bastante cuidada en sus aspectos artísticos y técnicos y que, en ejercicio de buen juicio crítico, debe inscribirse en el listado de lo escénicamente más importante.
Esta comedia dramática francesa, y de la cual se hizo una película en 2010 que replicó el éxito que había alcanzado el trabajo montado en tablas, cuenta con un sarcástico, bien escrito y fino humor, que expone, ridiculizándoles, los pre-conceptos discriminatorios, y prejuicios develando la miseriosa concepción que se tiene en torno a una serie de temas de la cotidianidad, doble moral incluida.
Resalta en esta producción de Atrévete SRL (cuya primera función se hizo a beneficio de la Fundación Manos Arrugadas y la instalación de sistemas de seguridad de su hogar para personas de la Generación Consistente y de pocos recursos), el libreto, escrito con absoluta inteligencia, con agudísima visión crítica de una sociedad apoyara para sus juicios definitivos en lo efímero de la apariencia y en al facilismo de prejuicio vivido de la peor forma.
La obra es renombradísima en Europa y que arrasó con cantidad de premios tanto en París como entre los galardones de naciones vecinas. Gianni Paulino, (Atrévete SRL), que ya es adorablemente   reincidente en su criterio para el montaje de obras de enorme trascendencia con buena selección de elencos, tal cual ocurrió con su aventura anterior (Tic, tac, toc, 2015).
Es una comedia escrita con inteligencia, que evita el itinerario de la sucesión continua de chistes, y administra tan adecuadamente su carga de humor e ironía. Evita ser fiesta que evita el chiste por el chiste. Es teatro de la inteligencia que se inscribe en la onda de la recientemente exhibida película Perfectos Desconocidos (Pablo Genovesse, 2015) .que tuvo una versión española dirigida por Alex de la Iglesia) y la obra teatral Amigas Desgraciadas (dirigida por Niurka Mota sobre libreto de Hugo Daniel Marcos): una reunión de amigos/familiares, en cuyo desarrollo afloran miserias sorpresivas y falencias afectivas innombrables, revelando la vida secreta que nadie osa mencionar por su nombre, parafrasenado a Oscar Wilde, en De Profundis, su obra epistolar más intensa.
Actuaciones
Richard Douglas (Pierre) que retornó a la escena local tras 14 años de ausencia y que evidencia su veteranía en el manejo de la voz y el desempeño gestual. Su personaje es rico en matices y con la responsabilidad de un co-protagónico en contrapunto. Sus textos y los apuntes de los autores y la orientación del director, le dan oportunidad de redescubrirlo. Es exquisito en escena. Actúa como pez en sus aguas
Elizabeth Chaín (Anna) que nos resulta una agradable revelación con notable desempeño (aun cuando se dejó atrapar por la risa en un instante). Alta y decidida, esta mujer tiene mucho que dar pare el teatro. Es muy buena, tiene consistencia escénica. La disfrutamos. Sabe ser intensa, domina en su voz los matices. Es la novata del grupo de talentos.
Pepe Sierra (Pierre), que ha ratificado su condición de una estrella escénica para teatro y cine en claro ascenso, esta vez en un rol de carácter, alejado de su papel de “tiguerazo”, parecido al personaje barrial que hizo en Puéto pa Mi (Iván Herrera 2016), en la que hizo un secundario que le robó todas las candilejas al resto del elenco de la producción de David Collado y Entrepeneur Films. Este papel “serio” lo revela como un profesional capaz de afrontar grandes desafíos. A la luz de su actuación ya debe dejar de ser considerado como “promesa” o “revelación”. Es un profesional en capacidad de dar lo que sus papeles le demanden.
Gianni Paulino, productora y actriz, que tiene menos tablas que sus colegas y que logra una actuación acertada mantiene el clima y porta la verdad más permanente de las expresadas a lo largo del trabajo. Es una parte crucial y emotiva, con parte de los principales mensajes de la pieza. Lo hace bien, se desempeña pero hubiéramos deseado tuviera un “in crescendo” escénico más sostenido.
José Roberto Díaz (Vincent) es la gran figura actoral. Se crece a nivel sobresaliente. Su personaje, que pauta el ritmo y el argumento al proponer el nombre para la criatura por llegar. Si un personaje será inolvidable en este montaje, ese es el de José Roberto.
Lo técnico
Resalta el buen gusto de la escenografía de un apartamento parisino, con vista a la Torre Eiffel y sus amenidades con nivel para ser creíble; el diseño de luces es crucial para resaltar momentos de la producción y el recurso de la “cámara lenta”, muy pocas veces usado, sale con naturalidad en coordinación con el uso de la voz en off para apuntar elementos narrativos que completan el marco de la historia.
El efecto especial cuando se produce una pelea (que implica rotura de muebles y sangrado) está tan bien logrado que alguna gente en el público creyó que fue un accidente real.
Completamente recomendable para quienes gustan de un teatro que se respete.
Ficha Técnica:
Dirección: Antonio Melenciano
Producción: Gianni Paulino / -Atrévete SRL
Autores: Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patelliere
Versión española: Fernando Masllorens y Federico Del Pino
Talentos: José Roberto Díaz, Gianni Paulino, Richard Douglas, Elizabeth Chaín, Pepe Sierra,
Escenografía: Darío Vélez
Estilismo: Melissa Valdez
Sinopsis:
Vincent, cuarentón y triunfador, va a ser padre por primera vez. Invitado a cenar a la casa de Élisabeth y Pierre, su hermana y su marido, se encuentra con Claude, un amigo de la infancia. Mientras Vincent espera a Anna, su joven esposa, los demás le hacen preguntas sobre su próxima paternidad. Pero cuando le preguntan si ya ha elegido un nombre para el niño, su respuesta sume a la familia en un caos.