Pablo Gómez Borbón (Escritor dominicano residente en Bruselas):
Los ruidos pequeños nos confunden haciéndonos creer que ellos, lo son todo.
Los conflictos íntimos, esos que desarrollamos respecto de seres cercanos, nos descargan de una energía que en principio debíamos destinar a los grandes conflictos, esos que afectan toda la sociedad, que supera la dimensión de las nimiedades que convertimos en monstruos devoradores cuando en realidad, lo que sentimos es distinto de la realidad.
Las energías que se invierten en los pleitos prescindibles, las necesitamos para los desafíos verdaderos, los que demandan grandes recursos personales y sociales a fin de vencerlos, procurando un estado de justicia y bienestar que merecemos.
Vivir arrastrando conflictos nimios, es igual a intentar introducir el agua del mar en esa botellita de plástico.
Es tiempo de despertar a nuestras realidades. Época de abandonar el deseo de sofreirnos en nuestra propia salsa, ruta que nos lleva a ninguna parte.
Nos agota la generalizada pérdida de las directrices vitales.
Tiempo es este de reencauzar objetivos para ajustar nuestras acciones a la realidad.
Ver los conflictos y desafíos reales que nos aguardan. Abandonar la actitud de buscadores de lo pequeño.
Todos tenemos defectos y deficiencias. Somos seres humanos.
Se impone mirar a lo alto.