En el ceremonial 2021 de los Premios Soberano hubo fallos y errores, muchos y de envergadura, tanto en la producción como en los veredictos. Justicias e incoherencias… ¿pero es todo negativo lo que deja esta entrega de los Premios Soberano? ¿Por qué no mirar también lo muy bueno que dejan?
Lunes el 15 de abril de 1985.Era una noche especial. En la garganta, una sensación inédita y esperanzada nos recorría desde antes de las 7 de la noche. Era una de esas oleadas de emoción que nunca antes se había experimentado y que se encontraban ante la incertidumbre: ¿Quedaría bien?, ¿Se haría justicia?, ¿Se lograría el propósito de reconocer, por vez primera, el talento artístico nacional?
La encomienda de cobertura para el diario La Noticia, era cubrir un evento extraordinario: la entrega de los primeros Premios Casandra/Acroarte.
El ambiente alrededor del Cine Olimpia, calle y aceras, grandes muros de los edificios iluminados al tono del premio y el inolvidable ese programa de mano de la Premiación, elegante, en super formato y a todo color el mejor diseñado de toda la historia del galardón.
La producción, que se basó en el talento creativo y de coordinación de Rahintel, entre cuyos ejecutivos estaba el inolvidable profesional cubano de la actuación y la producción Onix Báez, de quien hoy pocos se acuerdan y que las generaciones 4.0 no tienen idea de quien es ni qué hizo.
La historia de las críticas al Premio ha sido consustancial con su historia. De hecho, una premiación sin contradicciones y desencuentros, tiene poco sabor.
Quienes critican esta última entrega (entre quienes está quien escribe) tienen razones suficientes para levantar sus enfoques.
Coincido con muchas de ellas, pero esta edición no decreta el final de los premios. Hay mucho por corregir. Mucho. Ha tenido fallos. Algunos muy graves que habrán de ser analizados y asumidos y corregidos en el futuro. La relación de errores, fallos e incongruencias puede ser más larga que este texto, ya suficientemente extenso.
No. Las circunstancias que rodean el galardón no marcan el final aun cuando Acroarte debe revisarse y revolucionar sus criterios de evaluación y veredictos. Un premio tiene el valor de sus veredictos y no solo el ceremonial que lo enmarca. Pero poca gente se pone en los calzados de quienes lo montaron, a pesar de todas las condiciones en su contra: desde la pandemia, los conflictos internos, las causas judiciales pendientes, y la evaluación y premiación, por vez primera de dos años.
Hay que redefinir criterios:
¿Calidad o popularidad?
¿Estética o incidencia?
¿Asistencia a los espectáculos o lo que se hace en el escenario?
¿Lirica… premiar cuáles textos y cuáles valores? ¿Nadie escucha que es lo que realmente cantan determinados urbanos, justo los más populares?
Pero una vez que pase la oleada de reacciones negativas, consustanciales a toda premiación de arte, justas o injustas, merecidas o no (creo que buena parte es completamente merecida); cuando se asienten las agitadas dimensiones mediáticas corporativas, independientes o aquellas informales nacidas del poder de las redes sociales que permiten la total expresión de posturas y sentimientos, ¿Quién va a recordar lo positivo que nos dejan estos galardones al talento artístico nacional?
Los diez aspectos positivos.
El primer hecho positivo: Que se pudo montar, a pesar de todo, con el respaldo de la Cervecería Nacional Dominicana, cuya reafirmación de patrocinio, tras la larga pausa desde 2019, de dos años si el premio, decidió apostar a lo que en principio parecía imposible de hacerlo: con una pandemia COVID 19, para cuya celebración debió diseñarse un estricto protocolo que incluyó pruebas PCR a todos los participantes, 48 horas antes del evento, distanciamiento entre los asistentes e incluso la reducción del número de invitados iniciales.
El segundo hecho positivo: representó el reinicio de la industria del entretenimiento, paralizada totalmente: El premio supuso el reempleo de 675 plazas de trabajo que produjeron el sustento y pagos de servicios de igual número de familias de montaje, estilistas, luminotécnicos, tramoyistas, escenógrafos, bailarines y otros técnicos.
El tercer hecho positivo fue la impecable y novedosa presentación de las nominaciones del martes 27 de abril en transmisión desde el Downtown Center, la mejor de todas estas presentaciones. Técnicamente impecable, matizada con el uso de locaciones alternativas, lances de cámara área y sobre un concepto que estableció un precedente.
El cuarto hecho positivo fue la convocatoria al casting abierto, al que se presentaron más de 460 jóvenes , de los cuales 80 han tenido la oportunidad de trascender a un escenario de primer nivel en baile, canto, música, producción, estilismo, maquillaje y peinado,
El quinto hecho fue que resultó ser el evento lúdico mejor respaldado mejor más difundido, por una campaña a de promoción de 60 días previos que generó contenidos lúdicos en los medios de comunicación así como pautas publicitarias digitales, de televisión y medios escritos, con una bien concebida imagen siento en prime evento masivo del entretenimiento en realizarse en el país, aun en medio de una pandemia, con un rebrote, limitaciones de horario.
El sexto hecho es que se logró premiar más de 104 categorías correspondientes por vez primera a dos años de despliegue de talentos, además de insertar un espectáculo artístico, ambos con fallos, tanto el veredicto como lo puesto en pantalla.
El séptimo es que a una parte de los artistas nominados que resultaron ganadores se les entregó sus premios en sus hogares a los ganadores el mismo día del premio, otros al día siguiente
El octavo hecho positivo fue el uso de la tecnología visual digital para una producción audiovisual que logró producir la sensación de un mayor espacio captable (respecto del Teatro Nacional) al aprovechar con pantallas led los laterales del escenario produciendo una sensación de cubrir un espacio mayor del utilizado en el Teatro Nacional.
El noveno hecho trascendente lo componen los segmentos que de mejor forma llegaron a la sensibilidad:
- Homenaje a los médicos,
- Unión de los cantantes cristianos y evangélicos,
- Número del merengue a cargo de los veteranos y los nuevos talentos
El décimo es la justicia con que se concedieron los Premios Soberanos a:
- Soberano Especial a las Artes Escénicas Orquesta Sinfónica Nacional. Año 2019 por sus 80 años siendo la principal institución musical superior dominicana y el discurso preciso y justo de su director José Antonio Molina.
- Soberano Especial homenaje a los Médicos muy bien recibido por el Dr. Félix Antonio Cruz Jiminián
- Cantante Lírico: Nathalie Peña Comas La Traviata
- Bailarín Clásico: Maykel Acosta
- Coreógrafa: Alina Abreu por Aladino
- Actor Teatral: Richardson Díaz • Sin Zapatos no hay paraíso
- Actriz Teatral: Xiomara Rodríguez • El Reencuentro
- Director Teatral: Waddys Jaquez • El Reencuentro
- Obra Teatral: La Magdalena • Guillermo Cordero
- Musical: «Jesucristo Superstar». Amaury Sánchez
- Producción Escénica: «La Traviata» • Fidel López
- Artista Destacado(a) en el extranjero: Aisha Syed
- Drama: «Miriam miente», Natalia Cabral, Oriol Estrada, Jordi Comellas. Director: Natalia Cabral – Oriol Estrada, «Miriam Miente».
- Actor: Félix Germán, «El Proyeccionista».
- Actriz: Dulce Rodríguez, «Miriam miente».
- Programa Diario de Entretenimiento. «El Show del Mediodia» (Color Visión) Este Soberano junto a los otros dos que ganó, fueron un reconocimiento a la reescritura que hace su producto de la televisión, reivindicando el legado de grandes productores del Show de Mediodía, llevándolo a niveles extremos de incidencia, respecto del cual – insistimos- debe cuidar: a) el uso de videos inadecuados para la hora y el público; b) reacciones personales en cámara de desagrado cuando algo no sale a la perfección (como lo haría cualquier perfeccionista). Su línea de acción social y beneficencia es la continuación de lo que hicieron otros grandes de la TV. Ha sabido ubicarse en lo que necesita la gente de la producción televisiva: información actualizada, orientación idónea, realización de entrevistas de primer nivel y buena red de contactos en la calle y talentos con sentido de lo que hacen, en estudio.
- Presentador o Presentadora de TV: Nahiony Reyes con las palabras de agradecimiento más sentidas y sinceras de la noche.
- Programa Semanal de Entretenimiento: «Pégate y Gana con el Pachá» (Más que un premio al espacio, fue una expresión de solidaridad a una figura que tuvo muchas condiciones en contra, que se arriesgó apostando por una propuesta política que fue rechazada, que sufrió expulsiones del canal en que se había posicionado y que le muestra que debe rectificar ciertas formas de comunicarse, procurando fomentar las vías de una vinculación más amigable, ser menos extremo…en cierto modo, dejar de ser el mismo.
- Programa Temático de Entretenimiento: Mujeres al Borde. Uno de los espacios definidos por una clara temática de género, a lo que agrega la trascendencia de sus temas y el auscultamiento en ese mundo femenino que a que poca gente en la comunicación (exceptuando el programa radial Solo para Mujeres, de Zol FM)
- Videoclip del año: «Kitipún», Juan Luis Guerra. Director: Tabaré Blanchard
- Programa de Temporada: Dominicana’s got talent (Color Visión), sin duda lo mejor que le ha pasado a la televisión dominicana en los últimos dos años, evidenciando la calidad del talento integral (en los jueces y los participantes) que aporto al país la idea clara de que somos una comunidad que emite calidad estética donde menos se espera.
- Merengue del Año : Lampara pa’ mis pies, Juan Luis Guerra
- Salsero del Año Yiyo Sarante
- Bachatero del Año Elvis Martínez
- Cantante Solista Manny Cruz
- Música Alternativa, Xiomara Fortuna.
- Música religiosa contemporánea Isabel Valdez y Alfareros. Ambos de muchos merecimientos. Ella por la fuerza y frescura de su voz, su unción para predicar y su constancia en una carrera que merecería ya ser consolidada en América Latina, y Alfareros por ser el crisol más alto y profesional de la música basada en la fe, con altísimos estándares profesionales. Junior Cabrera es un maestro mágico de la música y decidió ponerla al servicio de la difusión de la Palabra.
- RENGLÓN CLÁSICO 2020
- Obra Teatral: Cambumbo, Raúl Méndez / Lulú Ceballos
- ÁREA CINE 2020
- Drama: «Papi». Dirección: Noelia Quintero. Producción: Rafael Elías Muñoz.
- Directora de cine: Leticia Tonos (Mis 500 locos). (En este premio hay cuestiones por definir porque en televisión se anunció otro director. Eso se resuelve dialogando y procurando las actas notariales).
Críticas y conflictivos
Han estado equivocados los quienes, impactados por la oleada crítica de estos días contra esta versión 36 que pueden que imaginen que Premios de Acroarte han estado exentos de contradicciones, enfrentamiento (incluso físicos), críticas y rechazos, denuncias y renuncias tanto de nominaciones como de ganadores. No es así.
Los conflictos iniciaron de muy mala forma en la primera entrega de los Premios Casandra que fue montada en el lunes 15 de abril de 1985 en el Cine Olimpia en la calle Palo Hincado en esta capital. Era el presidente de Acroarte Carlos T. Martínez y la ceremonia fue transmitida por Telesistema, Canal 11, amenizada con la actuación de Joseito Mateo, Juan Luis Guerra y 440 y como única figura internacional actuante, el boricua Wilkins.
Según el libro “Premios Casandra: Historia de Acroarte”, de Carlos T. Martínez, la noche de la primera entrega en el desaparecido Cine Olimpia de la calle Palo Hincado el 15 de abril de 1985, el pianista Luis Oscar Valdez Mena le escupió el rostro a la cantante lírica Ivonne Haza, quien había ganado la estatuilla como Artista Clásico del Año, categoría en la que el ya fallecido músico también estaba compitiendo.
Tras la segunda entrega, montada en el Palacio de Bellas Artes, en 1986, Milton Peláez hizo duras críticas contra Acroarte y anunció que no aceptaría jamás invitaciones a nada del gremio. Luego se retractó más adelante, y arrepentido, pidió excusas a la institución. Estaba afectado porque el canal Rahintel, del cual era el productor líder, ganó mucho menos estatuillas que Color Visión, su principal competencia.
Durante la tercera edición, en el teatro de Bellas Artes el 11 de enero de 1987, Freddy Beras Goico abandonó la sala del teatro tras protestar en escenario contra el gesto de la donación por parte de una empresa de comunicación de Roberto Salcedo, del anuncio en la premiación de RD$5,000 a familiares del fallecido comediante Julio César Matías (Pololo). Goico, muy molesto, pronunció un discurso breve y emotivo, antes de su salida inmediata del teatro Máximo Avilés Blonda, del Palacio de Bellas Artes. Fue un incidente que opacó la entrega de premios, mucho más divulgado en la prensa que la premiación misma
Y así, en cada entrega ha habido desencuentros, errores en los veredictos, (producto del mal criterio, de influencias y presiones de muchos tipos sobre los cronistas votantes, de campanas montadas para lograr la atención de los votantes), todos trascendiendo a los medios y más recientemente, amplificados por el ejercicio del derecho a la opinión completamente libérrima (y no pocas veces libertina) de las redes sociales.
Y si recorremos cada entrega, en todas ha habido disidencia, ruidos, choques, denuncias y el desfile de expresiones ya de inconformidad o de agradecimiento, dependiendo si el artista gana o pierde. Es un juego que los ejercen todos, por falta de mirar lo difícil que es juzgar el hecho artístico, complicado por la madeja de intereses que lo permea todo, incluyendo, invariablemente, a quienes juzgan.
Los Soberanos, nombrados así en fecha 7 de agosto de 2012 luego que la Fundación Casandra Damirón, Inc. reclamó a Cervecería Nacional Dominicana y la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) el derecho del nombre, de modo que aun cuando se presenta como edición 36, como Soberano era la novena entrega.
Si llegó hasta acá, le felicito. Tiene mucho tiempo disponible, mucha resistencia como lector o el tema le atrapó, como ocurre siempre con las ofertas de contenido que tienen relación con la farándula, su hermano menor y menos agraciado, el chisme y su primo hermano más insoportable: el ego de los artistas.