El récord Guinness de mayor cantidad de parejas bailando merengue, alcanzado ayer en Plaza España, tras un proceso de reclutamiento de danzantes y una bien orquestada plataforma de medios, encabezada por Telesistema, implica una trascendencia que excede lo que implica de despliegue en los medios y la consecuente, y previsiblemente efímera importancia, como consumo de noticia del día.
Las 422, parejas (844 personas) bailaron 5 minutos con 18 segundos a ritmo del clásico «Merengón» del Rey del Merengue, Joseíto Mateo, en una versión interpretada especialmente para este efecto por Miriam Cruz, Elvis Crespo y Manny Cruz.
El récord es, en realidad, un hito nacional que reafirma la condición de lucha del dominicano por ser dignos de ese gentilicio. Se trata de una muestra de nuestro dormido potencial disponible para alcanzar mayores prestigio y dignidad a que somos acreedores como comunidad nacional, adormecida y golpeada por el garrafón de noticias informes y crónicas socialmente deprimentes. Es un hecho que trasciende de consumo mediático de farándula.
Ese récord Guinness es una convocatoria para ilusionarnos con la conquista de nuevas metas que integralmente nos presenten como un pueblo digno de vivir en justicia, con el disfrute y promociona de sus patrimonios culturales dados, con justicia y equidad en la distribución y producción de sus riquezas.
La marca ha sido el resultado de la observación y el compromiso del joven productor Alberto Zayas, al constatar que la coreografía grupal pertenecía, increíblemente a Rusia desde el 14 de junio del 2013 con 330 parejas y hace que se plantee la interrogante necesaria: ¿Por qué el récord no lo tiene el país del cual el merengue es un ritmo nacional?
Zayas se producir una respuesta y hace los contactos para crear las condiciones para establecer el récord que superara al de los europeos del Este. Ese es el ángulo que pocos verán y que resulta el más importante. No es tan lucido haberle quitado un récord a otro país. Lo trascendente de este acontecimiento es habernos encontrado de lleno con nuestra capacidad de conquista de nuevas dimensiones de vida.9