Cuando Edward James Olmos reciba, el próximo 22 de este mes de Julio, en La Caja Mágica, en Madrid, el Premio Platino al Mérito, otorgado por los IV Platino del Cine Iberoamericano, muchos espectadores del ceremonial, podrían pensar que es un reconocimiento a una estrella del cine que ha participado en 101 producciones industriales, incluyendo series se enorme popularidad y películas de gran perfil industrial que marcaron época, por los que recibió de dos Globos de Oro, un Premio Emmy y una nominación a los Premios Oscar. Ver biografia.
Esa realidad es parcial. Es solo el suspiro de la torta o bizcocho porque, en Edward James Olmos, hay otros altos méritos regularmente desconocidos por parte de quienes compran solo la taquilla del cine para verle en sus diversos roles.
Olmos ha desarrollado una carrera de altísimo compromiso comunitario, que entre otros aspectos tiene una fase de acciones de promoción del cine latinoamericano, pero su nombre y su vida implica una existencia ejemplar en más de un sentido. Ver ficha IMDB
No se le estará premiando por su participación, desde 1985 en la inolvidable serie Miami Vice, en que hizo el taciturno y cortante teniente Martín Castillo, ni por su rol del comandante William Adama, en la serie de TV serie Battlestar Galáctica (de 2003 a 2009).
El Premio, que montan la Entidad de Gestión Colectiva de Derechos de los Productores Audiovisuales y la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales no está relacionado directamente ni por su interpretación en primera entrega de su Blade Runner, (ahora participa en la segunda próxima a estrenarse), ni por su rol del y la inolvidable Stand And Deliver (1988), en la que dio vida al profesor Jaime Escalante, un maestro que revolucionó la educación en una escuela de Los Ángeles, al tiempo de denunciar el discrimen de los burócratas del sistema educativo norteamericano en contra de las entonces minorías raciales de México y otros países al sur de Estados Unidos.
Son muchas las otras razones por las cuales Olmos se une al muy exclusivo círculo de otros tres actores que han recibido el Platino al Mérito: Antonio Banderas, Ricardo Darín y Sonia Braga.
Con esa estatuilla de platino, lo que se estará reconociendo es el ejemplo un cineasta responsable de crear una conciencia nueva a o un gestor de la identidad iberoamericana en la industria y la militancia al punto de haber pagado con cárcel su enfrentamiento con las injusticias con que se ha encontrado.
Olmos pudo haber sido una estrella del cine comercial, con todo su derecho y como tantas otras, este director, actor y productor no se ha dejado adormilar por la fama y las luces del cine.
En cambio, sin dejar de hacer cine independiente e industrial, se optó por ser gestor social y levantar un compromiso comunitario con los de su origen.
En esa tonalidad, crea la Fundación Latino Public Broadcasting, en 1998, de la que es hoy día presidente de la Junta de Directores, una organización sin fines de lucro que promueve temas de importancia cultural para la población latina en los Estados Unidos.
En 1997 fue cofundador del Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles (LALIFF, puerta que dio acceso a Estados Unidos para importantes películas iberoamericanas: las mexicana “Nosotros los nobles”; ”Bajo la misma luna, de Patricia Riggen” con Kate del Castillo y Eugenio Derbez; la cubano-española ”Chico y Rita” de Fernando Trueba; ”Princesas rojas” de Laura Astorga; “Entrelobos” de Gerardo Olivares; la venezolana ”La hora cero”, ,”Without men”, de Gabriela Tagliavini con Eva Longoria y y la muy hispana”Los abrazos rotos”, de Pedro Almodóvar.
Cada año, Olmos realiza cerca de 100 conferencias en lugares donde puede llegar a niños en riesgo: salas juveniles, centros de detención, clubes de niños y niñas, escuelas, donde quiera que pueda llevar su mensaje que «todos tenemos una opción».
Olmos destaca en sus intervenciones la importancia de la educación, los riesgos de la vida de pandillas y trata de promover la responsabilidad de las propias acciones y la opción de disfrutar la felicidad, y para ello usa su propio ejemplo de antecedentes desfavorecidos. Su mensaje es “Si yo pude hacerlo, tú también”.
Ha tenido que pagar con cárcel su militancia social, al oponerse a la presencia militar en la Isla Vieques, de Puerto Rico, en torno a cuya verja ciclónica fue esposado por tropas norteamericanas para detenerle durante una protesta contra las pruebas bélicas, hoy día, afortunadamente, suspendidas
Edward, uno los latinos pioneros en la industria cinematográfica norteamericana, es un ejemplo para enfrentar barreras que parecían inaccesibles, estimulando y abrir puertas al talento del inmigrante o las comunidades de raíces latinas, tema que hoy día toma particular importancia a la luz de la geopolítica en la nación del norte de América.
Olmos ha dicho más de una vez que le gustaría ser recordado más un activista de la comunidad que como una figura de la estelaridad cinematográfica.