SANTO DOMIGO. Company es un musical sorprendente.
Lo es por su estratégico rol precursor de restablecer la escena teatral/musical. El musical se constituyó el fin de semana un fenómeno estético y reflexivo de un valor singular, temática y expresivamente hablando.
El trabajo resume: calidad interpretativa, un universo de ideas cuestionadoras sobre soltería, matrimonio, diversidad y comportamientos existenciales, conforman la cartelera ofrecida a partir de la unión de tres jóvenes creadores: Joyce Royce, Camilo Then y José Rafael Reyes.
Los tres, y su equipo de trabajo técnico y artístico, se atrevieron a definir el proyecto, nada menos que un musical con doce Premios Tony (que ahora está reiniciando temporada de Broadway) para lograr las condiciones de montaje: desde los ensayos complicados por la pandemia, la búsqueda de los imprescindibles patrocinios y las labores conexas: promoción, mercadeo y ventas.
Company es una pieza escénica que nos asalta con sorpresa. Este proyecto permitió, con tan solo tres días de presentaciones, constituirse en el reencuentro del público y la escena, restituyendo la magia del teatro con poderoso y amoroso mensaje de diversidad, todo a partir de la responsabilidad de montar un musical con doce premios Emmy (incluyendo Mejor Musical, Mejor Libreto y Mejor Música y Letra), a partir de libreto original de Stephen Sondheim y George Furth) y que reestreno en Broadway su nueva temporada conjuntamente con el estreno en el país con un elenco dominicano.
Todo al final se enfiló en una ruta exitosa que concluyó con tres presentaciones que han devuelto vida a las tablas sobre las cuales cursan sueños y actuaciones, al ámbito dominicano.
Company nos llegó con su tema, su montaje, su rompimiento de esquemas estéticos de sus talentos para integrar talentos con sentido de diversidad, contrariando los cañones de la belleza tradicional.
La pieza habla de diversidad, autenticidad y atrevimientos vitales. Reflexiona sobre lo existencial y de vivir en paz de acuerdo a la armonía interna. Ese es su llamado y esa su ternura.
A ello agrega los acertados criterios de su música, gama de ritmos, que incluyen afinados cortes de interpretación coral, apoyados en lo pop-rock y la balada, la creatividad para recrear el vestuario de época y, por encima de todo, la vigencia oportuna de su mensaje que cuestiona con humor y un fino estilete crítico, los acartonados roles sociales.
Company privilegia el canto y la música sobre la coreografía, planteando temas humanos con intensidad, sarcasmo humorístico y dudas que llevan a repensar los perfiles que cada quien tiene y mantiene sobre el amor, la amistad, la soltería, el matrimonio en las más diversas expresiones de la vida en pareja.
Las actuaciones
Las interpretaciones corales se sienten con afinada fuerza, con excelencia en su coordinación vocal, mientras que las individuales estremecieron, en especial las del protagónico de Alejandro Espino, el impactante número sobre los prejuicios sociales a cargo de Chavela Estrella de Bisonó (a nuestro juicio lo más destacado) y Claudia González, afinada y auténtica.
Hay que destacar la gracia de los solos de Vladimir Rodríguez y Laura Guzmán, sin dudas, clase aparte. A ellos se unen los números de Jean Villanueva, la extraordinaria y versátil Cristal Navarro, la entrega al compromiso escénico de Vicki Della-Peruta y lo que hizo Stacy Cordero. Todos tienen experiencia en otros musicales, generalmente con la dupla creativa de Royce y Reyes.
Mención especial para el desempeño de Cristian Pérez, actor, cantante, bailarín y productor. Cada uno de los 18 talentos en escena, merecen lo que recibieron: ese aplauso homenaje del público, lo mejor que puede premiar el empeño de meses de trabajo y que, sin dudas, debería ser repetido.
El musical, apartada toda la promoción y mercadeo que rodea su lanzamiento, ha permitido constatar la necesidad que tienen público y talentos de crear ese vínculo común en el cual arte escénico y emociones de quienes acuden al llamado, representan más que los aplausos y más que la emoción de quienes con sus recursos desde el entablado, tras meses de ensayos esforzados por las condiciones de pandemia, se entregan a sus roles para llevar simultáneamente emoción y reflexión.
Los patrocinios
Apoyaron el montaje: Banco Popular Dominicano, Plaza Lama, Maeno, Producciones Espectáculos y Eventos Corporativos Vinos Ramon Bilbao, Stoly, Hendricks, Alianza Francesa, Vape, Laboratorio Amadita, Corsorcio Desings, Brimela , Colegio Mundo Alegre y CMYK .
Los créditos
Producción general: Camilo Then (Producciones Espectáculos y Eventos Corporativos) y Joyce Royce; Dirección: Joyce Roice, Dirección vocal: Claudia González; Vestuario: Miguel Ángel Rodríguez; Coordinación de Producción: José Rafael Reyes; Coordinación vestuario: Vladimir Rodríguez; Coreografia: Patrick Caraballo; Diseño lumínico: Julio Núñez; Recursos Audiovisuales/Led: Fray Cuevas y Coordinación musical: Harl Solano.
Todo el material necesario para el montaje fue proporcionado por Music Theatre International, propietaria de los derechos.
Sinopsis
La historia se desarrolla en la víspera de cumplir sus 35 años, cuando Bobby empieza a pensar en sus amigos casados, con relaciones tan particulares, y en sus tres novias, y esto lo lleva a cuestionarse sobre la vida en pareja, la amistad, el matrimonio y el sentido mismo de la vida.