La Feria del Libro de Madrid tiene una larga historia iniciada en 1933 con saltos y discontinuidades de ocasión, por lo que en algunos años no se ha montado, lo que determina que ahora la edición sea la 78 y no la 84. La primera entrega de la Feria fue celebrada en el Paseo de Recoletos del 23 al 29 de abril en 1933 para entonces muy pequeña con 40 casetas y apenas una semana de duración hasta 1936, se celebró la última de esa primera etapa por una circunstancia: la guerra civil española.
Luego de la Guerra Civil, se revivió el evento. La Feria se trasladó en 1967 al Parque de El Retiro, el más popular pulmón verde de Madrid, al que acuden deportistas, artistas, músicos y familias que quieren pasar un rato entretenido paseando y disfrutando de la naturaleza. Dentro del parque, el evento fue radicada en la zona Paseo de Cocheros.
La incidencia RD
La 78 Feria del Libro de Madrid ha servido para presentar la otra gran imagen internacional positiva que proyecta la Republica Dominicana, con la participación de cerca de 80 escritores, personalidades del mundo intelectual y artístico, además de y gestores de cultura (oficiales y privados) que han transformado la invitación oficial al país por parte de la 78 Feria del Libro de Madrid, en la gran plataforma que ha generado en centenares de españoles, latinoamericanos y europeos, una nueva idea de este país.
La embajada dominicana en España inicio este proceso cuando logra en 2018, que esta nación participara como país participante con un grupo de 30 escritores y un programa de 59 actividades, y se trabajó y coordinó para que en 2019 fuéramos el país invitado de honor. Desde el pasado 31 de mayo, cuando nuestro pabellón de país invitado fue inaugurado por la Reina Letizia y hasta el 16 de junio, ha ocurrido un cambio de imagen de quienes visitan la Feria y el Pabellón Dominicano, adquiriendo cientos de libros de autores nacionales y participando en un programa de charlas, conferencias y paneles, que de modo ininterrumpido se ofrecen diariamente en este espacio.
La vida ferial cotidiana
Se abre en el Paseo de El Prado, un extendido parque que cruza la ciudad de Madrid, a las once de la mañana y se pausa a las dos de la tarde, reabriendo a las seis de la tarde para permanecer abierta hasta las diez de la noche. Los fines de semana hay menos tiempo de descanso. Todas las casetas de venta de libros, no importando que se trate de una gran editorial o una pequeña librería, son exactamente iguales. Todas las actividades, todas, están relacionadas con el libro y no hay cabida para nada mas que no tenga una influencia o vertiente literaria. En el pabellón dominicano, hay montajes cortos teatrales, pero basados en obras literarias dominicanas.
En la caseta dominicana para vender los libros están con Valentín Amaro, Isael Pérez y Juan ofreciendo los títulos de Editora Nacional, Ediciones Ferilibro, Editora Santuario y libros de autores que los han consignado directamente.
La cantidad de libros dominicanos que los españoles han adquirido con su moneda (el euro) sobrepasa ya, nos indican nuestras fuentes, los mil títulos en los primeros ocho días del evento. Es enorme la cantidad de lectores que acude a los pabellones lo que incluso impide recorrer con rapidez las exhibiciones. La oferta de libros es amplia y todo se desarrolla en torno a la venta y compra de libros.
Un buen criterio
Resalta el criterio tan plural de la convocatoria a los invitados a Madrid. Intelectuales que representan todos los puntos de vista y estilos, desde los mas doctrinarios y académicos hasta quienes son expresión de las nuevas tendencias en las artes visuales y la música, sin tener que resaltar que ideológicamente hay gente de toda tendencia.
La organización de la delegación estuvo a cargo de Soledad Álvarez, Minerva del Risco y Jose Rafael Lantigua, de quienes se puede establecer que hicieron una excelente labor organizativa. La periodista de la delegación es la también escritora y Premio Nacional de Periodismo, Emilia Pereyra.
&
;
Escenarios y expositores
Los escenarios en que se han presentado las conferencias, además del pabellón dominicano, han sido: Casa de América, el Instituto Cervantes, la Biblioteca Eugenio Trías, el Centro Cultural Casa de Vacas o el Museo Arqueológico Nacional del Reino de España.
Muchos visitantes han quedado impactados por las conferencias ofrecidas por historiadores, académicos, antropólogos, sociólogos, arqueólogos, juristas, periodistas, musicólogos, críticos literarios, actores y artistas plásticos entre quienes se destacan Frank Moya Pons, Manuel García Arévalo, Pedro Delgado Malagón, José Alcántara Almánzar, Huchi Lora y José Mármol y se nos quedan muchos.
También han expuesto Roberto Cassá, Rita Indiana, Plinio Chaín, Franklin Gutiérrez, Martha Rivera, Emilia Pereyra, Angela Hernández, Lucia Amelia Cabral, entre muchos otros.
También han acudido directores y ejecutivos de medios de comunicación: Adriano Miguel Tejada (historiador y periodista) por Diario Libre; Fausto Rosario (Acento) y Héctor Minaya escritor de temas históricos y jefe de redacción del vespertino El Nacional.
Al ser escuchadas sus intervenciones, escritores y lectores españoles han descubierto, tal cual establece el lema de la delegación, que somos “un país de cultura”.
Una delegación contraparte por España ha estado integrada por Consuelo Naranjo Orovio, María del Rocío Oviedo, Esteban Mira Caballos, Amelia Valcárcel, Marcos García Díez, Pilar Cernuda, Eduardo Moga, Adolfo López Belando, Pilar Fatas, Verónica Aranda y Fernanda Bustamante”.
Fuera de programa
Además del programa oficial, algunos miembros de la delegación tienen actividades establecidas fuera de la parrilla oficial, como Angela Hernández, que el viernes 14 de junio presenta junto a la diseñadora dominico-española Taina Almodóvar Gil, su libro de poesía visual Animal Armonía, en la librería La Ciudad Invisible, de la calle Costanilla de los Ángeles # 7, en Madrid. Hernández llevo también, fuera de programa, la segunda edición de su novela Leona y la fiera vida, editada por Santuario, de Isael Pérez, y cuya primera edición había hecho Editorial Alfaguara en 2015. La novela se está vendiendo en el pabellón dominicano.
Visión precursora
Los éxitos cosechados en Madrid, que se ha convertido en una fuente extraordinaria de noticias culturales diarias, hay que atribuirlos a la dinámica de nuestro potencial cultural-literario, pero sobre todo a la firmeza con que el embajador dominicano en España, se fijo la meta de lograr que fuéramos el país invitado.
Olivo Rodríguez Huertas, un lector voraz y un gestor cultural en esencia, sin distinciones partidarias, ha desplegado una labor de extensión del patrimonio del país en España, hasta el punto de desarrollar ese rol de promotor de nuestra cultura que todos los diplomáticos en todas nuestras delegaciones están llamados a cumplir.