Archie López, con Tubérculo Presidente, fortalece la comedia RD como género

Con “Tubérculo Presidente”, cine de humor hecho a conciencia y sin reservas, Archie López se establece como uno de los directores que con mayor efectividad y calidad ha trabajado para elevar los perfiles  de la comedia en el país.
“Tubérculo Presidente” es una comedia hecha en serio por su compromiso de denuncia social, la  excelencia con que maneja de los recursos técnicos (fotografía, edición, diseño de sonido, vestuario, dirección de arte), en un producto  de masas que, marcará una referencia en el cine nacional, y no se trata únicamente de sus resultados en boletería, en los cuales lleva buen ritmo.
Archie López estudió cinematografía y publicidad en el país y en Estados Unidos. Su primeros créditos en pantalla grande fueron en  “Nueba Yol: por fin llegó Balbuena”, como Productor Asociado del director Ángel Muñiz.
Desde 1999 López ha estado al frente de su empresa Panamericana de Producciones, una de las casas productoras de referencia en el sector audiovisual del Caribe.
Como director, ha realizado hasta la fecha más de mil spots publicitarios, entre estos los de mayor presupuesto y complejidad de producción realizados en el país.
Como director, López se estrenó en el cine a finales del 2007 con “Mi Novia está de Madre”, largometraje que coprodujo junto a Roberto Ángel Salcedo, guionista y actor principal del mismo, que introducía sus créditos en una carrera veloz de vista subjetiva desde un auto que recorría las avenidas, innovando la presentación de una película criolla.
“Cristiano de la Secreta”, estrenada en el 2009, confirmó su talento para dirigir comedias: con casi 400 mil espectadores este se convirtió en el más taquillero de todos los estrenos de ese año.
Pero el gran éxito comercial llegó en el 2011, con Raymond Pozo y Miguel Céspedes como protagonistas de una historia que consagró a Archie López como favorito del público.
Se trata de “Lotoman”,  película que se convirtió en un auténtico fenómeno de popularidad, tanto así que a la fecha sus ventas aún no han sido superadas por las de ningún estreno del cine nacional o internacional en República Dominicana.
Con “Lotoman 2.0” (2012) y “Lotoman 003” (2014), completó una trilogía de humor cinematográfico cuyo éxito ha trascendido las pantallas nacionales.
López tuvo en el 2015 un año extraordinario, con el estreno de las comedias  “Los Paracaidistas” y “Tubérculo Gourmet”, ambas en la línea de películas para toda la familia que ha caracterizado su trayectoria.
“Tubérculo Gourmet” supuso el reencuentro del director con los protagonistas de la saga “Lotoman” y ratificó la confianza del público en el trabajo cinematográfico que hacen juntos. La película permaneció 17 semanas en cartelera y se convirtió en el estreno más taquillero en el país desde el 2011.
“Tubérculo Presidente” ha sido estrenada justamente un año después de la anterior. En  su producción de López esta película se destaca por novedosas razones, entre estas que por primera vez el director se arriesga a llevar al cine su acostumbrado humor para toda la familia en el marco de situaciones que exponen preocupaciones de cualquier comunidad del mundo moderno: la corrupción política, la manipulación mediática y el descuido y abuso de los recursos naturales.
“Tubérculo” y “Tirson”, los personajes principales, se rodean esta vez no sólo de su amplia familia sino de otros personajes de importancia a los que el director conduce fluidamente a través de la historia.

Destaca, en este aspecto, el acertado uso como hilo conductor de la entrevista realizada por el periodista internacional Juan Carlos Arciniegas, crítico de cine de CNN.
Como es costumbre en las películas de Archie López, los aspectos técnicos de “Tubérculo Presidente” denotan mucho cuidado.
Los trabajos de fotografía, puesta en escena, casting, dirección de arte y vestuario son sobresalientes en esta oportunidad, habida cuenta de que se trata de llevar el universo de una familia campesina a un contexto que le es totalmente ajeno.

Lo interesante es que esta comedia, tiene la peculiaridad de que junto a la gracia que tanto agrada a grandes y pequeños ofrece un humor subyacente que llega a ser, en ocasiones, reflexivo y mordaz. Es un experimento arriesgado que a Archie López, a fuerza de puro cine y para suerte de la comedia, le funciona muy bien.