Cinco provincias del norte y nordeste del país, Puerto Plata, Montecristi, Espaillat, María Trinidad Sánchez Ramírez y Santiago, se encuentran en situación de alerta roja, por las inundaciones producto del cambio climático que no parece ser ninguna mentira y tenemos cerca de 22 mil desplazados.
Es una situación extrema de la cual, no se ha hecho conciencia exacta en toda la población y de la que no se percibe en toda su magnitud en las zonas en las que está seco y las lluvias no han hecho presencia, como es la capital del país, Santo Domingo en todas sus versiones.
Es el momento de no dejar las labores de socorro y asistencia solo al gobierno.
Es el momento de expresar la solidaridad con los hermanos pueblos que ahora pasan por un momento triste y aciago.
Es el momento de acudir aportando los elementos más necesarios para saciar las pertinencias elementales de alimentación (leche y enlatados), vestuario y enseres básicos.
Es el tiempo de acudir por nuestros pueblos, afectados a un nivel de lluvias.
La tragedia de estos pueblos no puede ser vista solo como parte de las novedades mediáticas para ser recibidas por los medios de comunicación y las redes y morbosamente comentadas como el tema del día.
Estos pueblos necesitan ahora de nuestro respaldo concreto.
Ahora. No hay otro plazo.