The magic of the movies, una crónica emotiva

La fuerza del arte  en tanto impulso ancestral y vigoroso de la vida misma, ha tenido infinidad de demostraciones desde todos los años y todos los tiempos.
En oportunidades esa fuerza, que  debe saltar por encima de  las carencias, de los deficientes y desequilibrados  procesos de desarrollo, de la crueldad de la violencia,  del desasosiego que genera una inseguridad ciudadana omnipresente, decide plantar sus brotes de emoción, auténtica, llana y definitiva.
Amaury Sánchez unió tres generaciones de talentos y  demuestra que  arte    eleva  el aprecio de un país por sí mismo. Lo acontecido en Teatro Nacional, fue histórico y emotivo.

Amaury Sánchez, músico y productor, es responsable, a lo largo de tantos años de espectáculos y docencia creativa, se acaba de anotar un tanto, singularmente único: fue responsable de una noche que generó tantas emociones, a partir de la música, la imagen  en movimiento y la canción.
Su concierto  espectáculo The magic of the movies, pudo haber sido uno más de los episodios que acostumbra entregar desde hace años, apoyado en buenos instrumentistas, en la interpretación extraordinaria de sus talentos (los nuevos y los veterano), en la fuerza abrumadora de los temas tan conocidos por ser temas de cintas que explotaron la taquilla.
El maestro Sánchez ha sabido traducir  sus relaciones con vocalistas estudiantes de su academia AFA, en un factor de dinámica emotividad para el público.
Este hombre es uno que supo que había que respetar el público, ofreciéndole el arte en las mejores condiciones ética, con los mejores sistemas de iluminación y sonido, con el vestuario de la más alta calidad, con el expresivo danzar en sus coreografías  y con bailarines que transmiten la colorida danza de la época y la película.
De  entre  figuras danzantes, se sentía el liderazgo firme de algunas de sus estrellas, entregadas a la expresión corporal hilvanando la música que emana en oleadas de estos 64 músicos de la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo.
Entre esas figuras, sobre todo en las mujeres, algunas sobresalen y se prenden en la memoria emotiva,  volviendo muchas veces, más allá del punto final que marcan las cortinas rojas  de terciopelo del teatro.
Ese espectáculo debió, hasta prueba en contrario, establecer el record en el Teatro Nacional, del mayor número de personas actuando al mismo tiempo, nada menos de 262 personas, cuando   hizo presencia el coro de 200 niños,   para hacer un mosaico con  los temas Milagro en la calle 34, El Tren de Medianoche y  Solo en la casa (Home alone).
Fue ese un momento mágico. Indescriptible. Emotivo al extremo sobre todo para padres y madres con sus hijos allí arriba.  Hubo lágrimas. Debió ser más largo el segmento, pero cada quien sabe cómo produce su espectáculo.

Tras una fanfarria ultra-conocida sobre la presentación en pantalla de la 20th Century Fox, se inició el desfile de los 19 temas de películas, todas líderes de popularidad y taquilla, y que sirvieron para que un selecto grupo de vocalistas, se luciera: voces que quedan resonando en la piel  y la sensibilidad de quienes allí estuvieron, resonando sin parar con sus timbres y colores:
Carolina Rivas, una estrella que merece los mejores firmamentos de cualquier escenario internacional. Con poderoso acento y matices tan bien logrados, hizo Skyfall, 007, poniendo el ánimo del público en el acento notablemente fílmico de la convocatoria, pieza  premiada  como mejor canción original, de los premios Oscar y Golden Globes (2013).
Luego haría el dramático tema la opera fílmica Los miserables» On my own».
Héctor Aníbal, con un manejo intenso en su interpretación y un dominio escénico que cautiva, a pesar de su aparente inmovilidad,  canta el tema principal de la película Ghost, el melodramático y pegajoso «Unchained Melody». Su segunda interpretación fue  la del tema del filme Armagedon/ Aerosmith «I don’t wan’t to miss a thing».

Ese espectáculo musical fue unión de tres generaciones de talentos, sobre todo entre los cantantes, desde los niños y niñas, hasta quienes tienen ya muchos años recorridos, con una veteranía y un impulso hasta los tonos agudos más impactantes  y –en medio- los cantantes jóvenes, impregnados de fuerza y gracia.

La orquesta se lució al hacer, sin solistas, el tema de Piratas del caribe. El sustento visual incrementaba el homenaje al cine y su música.
El ambiente tomó un giro sorprendente,  cuando ingresó a entablado Diomary, para mostrar que ella es un suceso en la canción. Hizo My heart will go on, de  Titanic. Ya la piel se había erizado a su punto de quiebra.
Diomary (de quien nos negamos a admitir que su sobre-nombre sea La Mala) y Pablo García, – voz potente y educadísima-  cantaron a dúo  el tema  “The prayer”, en uno de los hitos emotivos más altos de la noche. Mostraron cuan popular puede ser la interpretación de alta formación vocal. Ese Pablo García debe ser re-descubierto, con urgencia.
Diomary es un caso especial. Ella detuvo la respiración de un público emocionado que no sabía si podía soportar la fuerza de una voz llamada a ser internacional, cuando hizo,  New York New York. Cierto que es una figura fuera de grupo. Fue la líder artística del evento.
Fresco y desafiante, dueño de sí mismo y en conciencia de su poder de trasmisión emotiva, Javier Grullón, entra a escena para hacer, con cuatro bailarines, el tema del clásico Bailando bajo la lluvia (Singin’ in the Rain). Danzando y cantando, ese chico es un suceso.
Vuelve la orquesta a ser sola, el eje de atención con un homenaje a John Williams, el más importante musicalizador de Hollywood, con algunos de sus temas: Harry Potter, Jurassic Park y Jurassic World, todo sustentado con una edición casi sincronizada de las imágenes en pantalla. La música se hizo valer por si sola, rememorando aquellas películas, que marcaron una generación.
El presentador era José  Lora (Checho)  cantó Moon River ganadora de Oscar por la película Breakfast at Tiffani’s.

Llegó  el momento para mostrar el nuevo talento juvenil,  dela Academia AFA, haciendo: «Libre soy» Frozen, ABBA «The winner takes it all», «Take a chance on me», «Money money» y «Dancing Queen». Se buscaba mostrar lo emergente y bueno. Objetivo logrado. Aquí hubo fallos del sistema de amplificación corregidas a la carrera en el transcurso de la actuación.
El tema de Flashdance, (What a feelling), estuvo a cargo de Kiara Franco, otra de las buenas sorpresas vocales de la noche, con el sustento coreográfico de cuatro bailarinas, con vestuario del filme-
El tema de «Nueva cinema paradiso», fue hecho con la base de la orquesta y la participación de la única solista invitada, la violinista Militza Lankova. Simplemente exquisita en su digitación afinada y firme.
Ya terminando,  se hizo Stars Wars  a cargo de la orquesta mantuvo el ritmo de las sorpresas y las emotividades para concluir  la  participación de todos los talentos: Footloose.
 
 

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