Tchaikovsky en el inicio Temporada Sinfónica 2018

En la inauguración de la de la apertura de la Temporada Sinfónica Dominicana 2018,  fue El gran protagonista Piotr Ilich Tchaikovsky o Chaikovski,  compositor ruso que dividió las corrientes de la música permanente  a la que  impregno de su sensibilidad infinita, detectada por su institutriz desde que era “un niño de cristal” tras haber nacido al Este de Moscú, el 7 de mayo de 1840.   Ese incomparable y original músico ruso se hizo presente, nueva vez,  por su obra. Estaba por ahí, sentado en la butaca invisible y sonreído de verse a si mismo revivido por el tiempo.
Romeo y Julieta y La Patética, dos de sus tesoros musicales al mundo, fueron las piezas realizadas, gracias a talento y disciplina de Jose Antonio Molina, el pianista ucraniano Vadym Kholodenko y una Orquesta Sinfónica Nacional que ratifico su condición interpretativa.
La temporada se extiende hasta el 31 de octubre cuando cerrara con un clásico popular, en las voces del Coro Nacional y la instrumentación musical de mayor relieve en el país, la de la Sinfónica Nacional, con Carmina Burana. La solista será Paola González.
Frente a la Temporada, se impone masificar mucho más. Hay que facilitar acceso a nuevas audiencias. Hay que multiplicar las funciones en mangas de camisa para estudiantes y gente sin los códigos de vestimenta.

El maestro Jose Antonio Molina y el pianista ucraniano Vadym Kholondenko, en la interpretación del segundo movimiento de Romeo y Julieta.


Su obra, que ha vencido con orgullo el paso del tiempo, fue aplaudida anoche en el Teatro Nacional, por un publico que acudió a aplaudir la capacidad de los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Era una suma de alientos: la entrega de un afirmado maestro Jose Antonio Molina, en cada pase, en cada giro y a un extraordinario pianista, el virtuoso ucraniano Vadym Kholodenko, de una digitación virtuosa, sutil e intensa cuando hizo el Andantino semplice del Concierto # 1 en Si Bemol menor, Opus 23, de Romeo y Julieta, Obertura – Fantasía. Era la mejor forma de celebrar los diez años de dirección de Molina frente a la OSN, merecedor del mas extenso aplauso de la noche, al concluir una actuación memorable, sustentada por la institución musical de mayor signo en la Republica Dominicana: nuestra Sinfónica Nacional.
En la segunda parte, el programa llego a termino con La Patética (Sinfonía Num. 6 en Si Menor, Op.74), infaltable cada vez que de Tchaikovsky  se trate.  Fue una experiencia estética apreciada por melómanos, músicos, estudiantes y publico amante del alto perfil del arte universal.

Proyecto de arte
La Temporada Sinfónica de la OSN, que estará en Teatro Nacional hasta octubre 31 cuando cerrara con la popular Carmina Burana, es proyecto de arte que han estructurado cada ano Fundación Sinfonía, Ministerio de Cultura, con respaldo de patrocinadores y mecenas que han entendido de dar continuidad a la más alta expresión de la música. Solo falta, para que sea perfecta, que pueda ser disfrutada en pleno por quienes no pueden ir a aquel escenario.

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