Fundacion Corripio

Hay que perfeccionar el perfil del Premio Nacional de Literatura.

Este próximo viernes día 26 de enero es la   fecha del natalicio de Juan Pablo Duarte,  quien vino al mundo el 26 de enero de 1813.

Ese día, el jurado del Premio Nacional de Literatura, integrado por Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura, ]dan a  a conocer el nombre del escritor o escritora ganador del Premio Nacional de Literatura 2024.

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El Premio Nacional de Literatura 2023. Sorpresas y validez de una obra literaria poco conocida

Los corrillos literarios recibieron ayer con sorpresa, admiración y en algunos casos reflexiones dubitativas sobre el Premio Nacional de Literatura 2023 al escritor, historiador, narrador genealogista y poeta y sacerdote monseñor Freddy Antonio de Jesús Bretón Martínez.

Bretón, a contrapelo de quienes se han sorprendido, es un escritor de formación, alto vuelo narrativo, inspiracional aun cuando su obra no ha sido celebrada y promovida como ocurre regularmente con escritores seculares. Pero poco mercadeado. De ahí la sorpresa y las reservas que inicialmente recorrió los corrillos literarios dominicanos.

La lista que nadie refiere 

El prelado católico no aparecía en ninguna de listas que circulaban tanto en publicaciones en medios como en los grupos wwsspp: Efraim Castillo, Juan Carlos Mieses, Rhina Espaillat, Orlando Inoa, la poeta Sherezade Vicioso, – Chiqui-, inolvidable por el poema que la consagra (Un extraño ulular traía el viento),  el narrador y ensayista Manuel Núñez, Franklin Gutiérrez, Giovanni Cruz (dramaturgo y cuentista), Iván García, Juan Carlos Mieses y Enrique García, en una relación que es mucho más larga.

Por larga y establecida que sea el listado de los “premiables”, que no implica en modo alguno que la selección 2023 haya sido inmerecida.

Opiniones habrá muchas, sobre todo en un medio que vive de expresarse como el literario, en el cual, además, el ego de quienes escriben es infinito, excluyente y elevado como pocos picos universales guarda la geografía mundial.

Los comentarios en el medio literario se limitan a calificar de sorpresa, aun cuando nadie habla de injusticia.

Monseñor Freddy Bretón, Premio Nacional de Literatura 2023

¿Justicia o injusticia?

El Premio Nacional de Literatura se otorga a la labor literaria escritural de una vida, y comporta un diploma emitido y firmado por la ministra de Cultura, señora Milagros Germán, y el presidente de la Fundación Corripio, don José Luís Corripio Estrada y dos millones de pesos.

El Premio a monseñor Bretón, es una decisión que le puede parecer a cada quien como considere, pero proviene de jurados que  inteligentes, conocedores del área y sus veredictos inapelables, sobre todo cuando, como en este caso, hay tanta gente en un jurado a la cual se le presupone capacidad para evaluar una obra literaria.

 

El galardonado cuenta con una obra literaria valiosa en sus parámetros y temas espirituales, históricos, genealógicos y sociales. ¿Es un escritor de valía y obra, pese a lo sorpresivo e inusual de su premiación, probablemente culpa del mal mercadeo de su obra? ¡Quién sabe!

Esa obra es reconocida por el veredicto de la Fundación Corripio Inc. y el Ministerio de Cultura, dado a conocer este jueves 26 de enero del aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte, padre de la patria, de acuerdo con lo establecido por el decreto   No. 72-18.

El veredicto, leído por la ministra de Cultura, Milagros Germán,  dice: “Es un meritorio autor de temas históricos, espirituales y sociales, con un singular aporte al arte de la creación verbal en los géneros de la poesía, la novela, la biografía y el ensayo, a la luz de un uso ejemplar de la palabra”,

Don José Luis Corripio Estrada, presidente de la Fundación Corripio, informó al escritor por la vía telefónica, su selección, quien manifestó primero sorpresa y luego agradecimiento a los jurados, a Fundación Corripio y al Ministerio de Cultura.

“Deseamos hacer votos para que el jurado siga siendo tan selectivo y tan puntual en la escogencia de los premiados”, manifestó Corripio, quien, durante su intervención, recibió la llamada del galardonado, el monseñor Bretón Martínez.  Monseñor Freddy Breton deseó que este reconocimiento influya positivamente en las nuevas generaciones de autores y que les sirva de motivación.

La entrega se hará el martes 21 de febrero desde las siete de la noche en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, en un programa que regularmente incluye palabras introductorias a nombre de Fundación Corripio, una función de arte de alto nivel, la presentación  literaria del ganador (que suele ser recomendado por el galardonado) y finalmente el discurso del nuevo Premio Nacional de Literatura.

Su obra

Monseñor Freddy Bretón Martínez es un escritor con una obra producida desde 1985 con el ensayo El Libro de las huellas, con una prosa cuidada y un fondo documental de consistencia.

En ese mismo año publicó, Sobre la marcha, para seguir produciendo en 1991, Bandera de algún viento; 1993, Voces del polvo y Sugerencias para el encuentro con Dios; 1995, La Máscara del tiempo; 2003, El apellido Bretón en la República Dominicana, 2007, Entre la Voz y el Fuego, 2008, Pasión Vital y en 2010 publicó La Siesta del Lagarto Verde y otras historias.

​Bretón ha producido numerosos artículos y ensayos​, ​difundidos sobre todo por medios católicos, impresos o digitales.

Su mayor reconocimiento lo obtuvo hace tres años cuando alcanzó el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2020, por su obra Los Entresijos del Viento (novela intencionalmente eólica), de la cual.

La crítica 

La escritora, crítica y museógrafa literaria Ilonka Nacidid Perdomo, escribió, el 30 de junio de 2021:

A nuestro modo de ver, es una novela de una indudable belleza, donde página tras página encontramos la aparición de una voz fecunda, emotiva e incorporada a la puesta en marcha de cada historia, en la cual la continuidad de los temas se basa en las tesis del viento/sobre el viento convertido en una «criatura literaria» desde la cual emergen las otras criaturas/personajes,  ya que  el autor  emplea su voz para no sólo re-crear la suerte o el azar que ha corrido en las experiencias de su vida sino, también,  para entender cómo se reacciona ante lo inesperado, ante lo que al principio no se comprende, ante lo que es incidental. Es como si  el ir y venir, de un lugar a otro, alado por el viento le prestara -de manera excepcional-  a este hombre, su «filosofía de existencia», pero de manera pura”.

Nacidit Perdomo, agrega:

“Bretón encarna al narrador legendario, ese que sabe por dónde ir con la barca de pescador; el que no se frustra ante las cosas que se muestran con rostros aniquiladores ni ante las vacuidades de los otros. Aún cuando creamos que, lo realista es lo no poético, considero que el fluir, el dejar fluir a las palabras con espontaneidad, con una aureola de quietud, es una metáfora de lo poético en la narrativa.  Y es, a nuestro modo de ver, éste el discurso verbal que se cumple en cada entresijo del viento cuando le habla y le cuenta, de manera ilustrada al autor, frescos/descripciones del antes, del ayer hecho hoy y, del presente/memoria”. Monseñor Bretón: «¿Nos pertenece lo que escribimos?» | Acento .

El Premio Nacional de Literatura, iniciado en 1990, ha sido recibido por:

  • Joaquín Balaguer y Juan Bosch (1990),
  • Manuel del Cabral (1992),
  • Pedro Mir (1993),
  • Manuel Rueda (1994),
  • Antonio Fernández Spencer (1995),
  • Marcio Veloz Maggiolo (1996),
  • Virgilio Díaz Grullón (1997),
  • Lupo Hernández Rueda (1998),
  • Mariano Lebrón Saviñón (1999),
  • Víctor Villegas (2000),
  • Carlos Esteban Deive (2001),
  • Hilma Contreras (2002),
  • Franklin Domínguez (2003),
  • Andrés L. Mateo (2004),
  • Diógenes Valdez (2005),
  • María Ugarte (2006),
  • Diógenes Céspedes (2007),
  • Bruno Rosario Candelier (2008),
  • José Alcántara Almánzar (2009),
  • Mateo Morrison (2010),
  • Jeannette Miller (2011),
  • Armando Almánzar (2012),
  • José Mármol (2013),
  • Tony Raful (2014),
  • Roberto Marcallé Abreu (2015),
  • Ángela Hernández (2016),
  • Federico Henríquez Gratereaux (2017),
  • Manuel Salvador Gautier (2018),
  • Manuel Matos Moquete (2019),
  • Juan José Jimenes Sabater (León David) (2020),
  • Manuel Mora Serrano (2021)
  • Soledad Álvarez (2022).

Cuando una poeta llora, el mundo detiene su ritmo. La entrega del Premio Nacional de Literatura 2022

SANTO DOMINGO. Cuando una poeta llora en público, la vida ordinaria se detiene.

Ante el llanto de una poeta cuanto debería ocurrir es el silencio respetuoso. Y el aplauso.

Tal cual fue ahora. Una voz entrecortada, reteniendo en llanto que afloraba desde la garganta, esa poeta estaba ante a 36 personas que se sobrecogieron.

Todas acudían a la entrega del Premio Nacional de Literatura 2022, pero nadie sospechó que sería una descarga de emociones, todas por la mágica fuerza de la palabra, por las fantasías y realidades engarzadas en la poesía, expresadas en lo que debieron ser solo discursos de protocolo establecido. El acto en total, duró 76 minutos.

La voz de Soledad Álvarez se quebró al leer uno de los poemas más difíciles de lograr, los premonitorios, esos que se adelantan a hechos que no se han producido, que están solo en el futuro y el pensamiento. Soledad, una personalidad literaria que no publica anualmente un libro, ni es figura de frecuente aparición en los medios sociales, fue expresión de poesía asentada sobre belleza de sus textos y compromiso de su actitud.

 

Era esta la segunda vez que se montaba allí, la entrega del PNL luego de la primera en 2021 con la entrega al escritor Manuel Mora Serrano.

Urgencias y agradecimientos 

“Urge una campaña nacional de la lectura. Urge una escuela comprometida con la creatividad y el juicio crítico por la vía de la lectura” dijo la galardonada.

Soledad agradeció a su madre el estímulo a leer desde niña, al escritor e inmigrante español Manuel Valldeperes, exiliado republicano que dirigía junto a María Ugarte el suplemento de El Caribe y a Manuel Rueda, que le transmitió excelencia, disciplina editorial y poética, que, publicaba el inolvidable suplemento cultural Isla Abierta, del periódico Hoy. Recordó agradecida a escritores de los que abrió normas y pautas, incluyendo a Freddy Gatón, Marcio Veloz Maggiolo, René del Risco y tantos otros.

 

El ambiente de la entrega

En la mesa principal, el presidente de Fundación Corripio, don José Luis Corripio Estrada, la ministra de Cultura, Milagros Germán, José Alcántara Almánzar, asesor de F.C. y la escritora Angela Hernández, Premio Nacional de Literatura 2016. El ceremonial se transmitió por plataformas digitales para quienes no podrían asistir debido a las limitaciones del espacio en Fundación Corripio.

José Alcántara Almánzar, asesor de Fundación Corripio, destacó la calidad y consistencia de la obra de la galardonada, para la cual la poesía ha sido instrumento de expresión y elaborada con calidad y cuidado extremos.

La Ministra de Cultura sostuvo: Hoy quiero  recordar  Soledad Álvarez que, en un momento difícil en la historia del país, a mediados de la década del 70, se lanzó a las calles, junto a sus queridísimos hermanos Sonia Silvestre y Víctor Víctor, de la mano  del grupo experimental Nueva Forma, a construir un canto de esperanzas para lo cual escribió “Para llenar la noche sola/ El silente paisaje/ Yo cantaré”. 

Y agrega: “Eso nos prometiste, y con tu inmensa obra se rompió el silencio, nos llenamos de luz y hoy somos un mejor país. En este día, públicamente, el Ministerio de Cultura te agradece. No tengo méritos para hablar de tu literatura, tus aportes como poeta, tus ensayos, tu sentido crítico, tu compromiso estético. Tu militancia en el grupo literario “La Antorcha”, en el movimiento “Joven Poesía Dominicana”, tu columna en el periódico El Nacional, tus trabajos en el suplemento “Isla Abierta” del periódico Hoy, junto al maestro Manuel Rueda”.

En primera fila, discreto y silente, Bernardo Vega, su esposo.   A pocos pasos Manuel Corripio, quien solicitó una mascarilla al personal de la Fundación. Cerca del pódium, Milagros Ortiz Bosch, gestora de cultura y de una trayectoria pública notable. En última fila, Fausto Rosario, director de Acento. En el resto de la sala Manuel Rueda de Fundación Corripio, familiares de la galardonada, directivos de la Fundación Corripio, jurados del Premio Nacional de Literatura y periodistas.

Un poema premonitorio

Soledad Álvarez reverdeció su conciencia social, se escapó de los lineamientos tradicionales para un discurso de este tipo, al leer un poema que escribió, dos días antes de iniciar la invasión rusa a Ucrania, a los refugiados del mundo. Soledad condenó la intervención armada rusa y el inicio de la guerra, la expresión más terrible de la estupidez humana.

El poema, Amor humanidad, cerró sus palabras….

“Se fue mi amor

el amor de mi alma de mis entrañas,

el otro que me habita.

Dejó atrás las sábanas planchadas

el café recién colado por la mañana

las cenas a la luz de las velas.

Abandonó, como Ulises a Calipso en Ogigia

     la isla que inventé para él,

y se fue al mar mi amor

al mar de la historia de siempre

en la balsa de los vencidos de siempre,

apretujado contra cuerpos que acaso barrerán las olas

o que morirán en la barriga del camión boqueando

        un sueño sin documentos,

mi amor que sabe leer las nubes y habla con los ángeles

perseguido por perros de caza enlazado como res

       en la frontera del Río Bravo

cruzan frente a sus ojos los cadáveres de Óscar Martínez,

guatemalteco, y su hijita Valeria de dos años,

cruza el látigo desgarra la espalda de los refugiados     

en campos donde no hay árboles ni crece la hierba

sino tiendas de plástico entre basura y charcos de espanto.

Mi amor entre las mujeres afganas que sueñan sin la burka

entre sirios refugiados de la guerra civil

imagina sus casas abandonadas con parras florecidas

      y fuentes en el jardín,

en Dollo Ado oye el llamado a la oración desde una mezquita

        construida de palos

se desgarra buscando agua entre piedras

con la muchacha somalí que huye de la guerra y del hambre,

llora frente al fuego encendido con la ropa de la familia africana.

Se fue por el mundo mi amor,

no cabe dentro del caracol su amor humanidad

todas las vidas rotas, los viajes sin retorno

el dolor de los refugiados”.

Angela Hernandez presento la semblanza de la nueva Premio Nacional de Literatura, Soledad Alvarez.

La otra emoción 

La semblanza presentada por Angela Hernández, produjo impacto y emociones.

La semblanza de la galardonada, sorprendió a los asistentes por la fina ilación de sus imágenes poéticas y recuento de los juicios sobre la obra de la galardonada. Era poesía pura. Fue la primera emoción intelectual del acto. La segunda, fue el discurso de la escritora premiada.

El discurso de la Premio Nacional de Literatura 2016, fue fiesta de la palabra poética, afirmada en un conocimiento y compartir de anos con la poeta premiada. Una belleza textual tal que ningún sonido se sintió mientras hablaba la mujer que, por equivocaciones de la vida, se graduó   Cum Laude en la UASD en Ingeniería Química, profesión que nunca ha ejercido.

“Su poesía aspira a mucho más que a un buen acabado. Persigue reunir lo vivido y el vivo deseo, el placer del presente, el dorado de la nostalgia, los dominios del amor con sus miradores en el porvenir, síntesis en las carnes de un fruto en sazón” dijo Hernández.