Claudio Rivera

El vendedor de arte, lección y ejemplo para el cine dominicano

Antes de comentar El Vendedor de Arte (Marcel Andrés Fondeur Méndez, 2023) es de justicia resaltar la importancia del XV Festival de Cine Global Santo Domingo, dejando de lado prejuicios partidarios, sociales y los tabúes o enjuiciamientos racionales que usted quiera, es  gran acontecimiento cinematográfico del inicio del 2023.

Baste ver su oferta en (https://tamoencine.org/en-competencia-2/). Un festival que ha logrado establecer su marca y que es parte de la Federación Internacional de Productores de Festivales de Cine (FIAPF)

Esta décimo quinta entrega del FCGSD, ha transformado a la ciudad de Santo Domingo en la capital internacional del cine hecho con aspiraciones de superar el entretenimiento y con el expreso deseo de fomentar una educación cinematográfica, capacitar los nuevos talentos y ser un muestrario de lo mejor que ha hecho el cine independiente a nivel mundial, con entrada libre, en Palacio del Cine Blue Mall.

Una lástima que ya termine, pero albergamos la esperanza, como es costumbre, que una selección de las cintas más destacadas y aplaudidas por el público, puedan permanecer en cartelera regular en Palacio del Cine.

La cartelera seleccionada por Luis Rafael González, director de programación y, del ingeniero y gestor del cine dominicano Omar de la Cruz, es la mayor oferta cinematográfica de calidad que se exponga al público y sería muy positivo que haya oportunidad para ver en sesiones ordinarias, muchas de las joyas integrantes de esta cartelera.

Veamos una de sus sorpresas del cine dominicano: El vendedor de arte, (Marcel Andrés Fondeur Méndez) un ingeniero industrial que se dio cuenta, luego de graduarse en INTEC, de que lo suyo era el cine, y de éste, el guión como esfera creativa.

Su objetivo fue entonces la creación de conceptos para el arte audiovisual, siendo el guionista de la aplaudida cinta dramática de trasfondo social La otra lucha de (Hans Garcia) y coguionista de Biodegradable (Juan Basanta, 2013), una cinta a la cual la crítica cinematográfica local trató con desdén, a pesar de la singularidad de su producción, que supera incluso el pésimo título que le puso Basanta.  Fondeur Méndez fue supervisor creativo de La Gunguna (Ernesto Alemany, 2015) y Voces de la Calle (Hans García,2017).

Anderson Mojica,

Las muchas miradas

El vendedor de arte es un drama que expone un abanico desafiante de ópticas: las corrientes estéticas del arte visual, el mercantilismo, modas y modismos, los curiosos criterios de los merchandises y galerías y galeristas, el drama del arte verdadero). A este enfoque agrega una temática humana desafiante y actual:  el discrimen, racismo, prejuicios y la condena social a comportamientos sexuales.

El director no se plantea un diseño de producción costoso y se vuelve hábil para representar los dos ambientes sociales contrapuestos: el mundo finísimo de los espacios de comercialización y la creación del arte visual y el universo marginal, con residencia a las orillas del Ozama, y sus respectivos pobladores de cada uno.

El director seleccionó actores   generalmente los vemos como actores de reparto o de relleno, para mostrar cuánta capacidad puede emanar de la zona histriónica no preferencial.

El ahora irreconocible Gerardo Mercedes (El Cuervo) en una lección actoral memorable,

Lo actoral

Las actuaciones son dignas, intensas.  rompedoras de patrones para sus protagonistas. Interpretaciones guerrilleras y precisas

Gerardo Mercedes (El Cuervo) fue (al fin) sacado de sus personajes marginales que ya lo estereotipan como el marginal pobre poblador, urbano o rural, envejecido y golpeado socialmente, para demostrar que puede representar a un ejecutivo de galería con todo el glamour que comporta esa función. Empoderado de su personaje, Mercedes es uno de los aportes cruciales.

Claudio Rivera, al fin, en cine ofrece una nota fresca que debe ser estudiada como modelo de antagonismo en la pantalla.

Anderson Mojica y Francis Cruz, en sus protagónicos, nos entregan sendas actuaciones dignas de reconocimiento, por la fuerza con que asumen sus roles, la emotividad en instantes cruciales, alejados de la sobreactuación y del expresivo que se limita a lo primario y previsible.

Antonio Melenciano nos convence plenamente en su rol de reparto. Claudio Rivera es responsable de una actuación impecable como antagonista. Acentoh asume con seriedad un papel que le amplía sus posibilidades expresivas en el cine, Pachy Méndez, esta justa y correcta en sus minutos en pantalla, la actriz haitiana Cindy Lundy (que los encandiló en Perejil (José María Cabral) nos impresionó con su bien logrado cambio de rol y edad. Ahora es irreconocible pero adecuada a los fines de la producción. Los actores haitianos, Merionne Toussaint Derby Guerrier, aportan naturalidad al espectro binacional del drama.

¡Que vuelva a verse!

Él vendedor de arte toca un tema universal: el valor del arte y las emociones que cruzan tanto a sus creadores como a sus traficantes, a partir de historias individuales sentidas y bien trabajadas desde su concepto.

Es el tipo de cine que dignifica nuestra industria audiovisual y que abona el trayecto hacia una marca fílmica sostenida y digna de ser tomada en cuenta para la historia de la industria audiovisual iberoamericana. Ojalá el público tenga pronto la oportunidad de recibir el impacto del cine cuando es belleza creada y concepto compartido. Trascendencia a partir de lo simple y expresión de un compromiso, ese que cuenta historias que nos pueden transformar en mejores seres humanos.

Ficha Técnica

Título                   El Vendedor de Arte

Dirección              Marcel Fondeur

País                      República Dominicana

Año                      2021

Duración              90 Minutos

Género                 Drama

Productora  Razante Films

Guión                   Marcel Fondeur

Productor   Hans García / Ingrid Cruz

  1. Fotografía        Jaime Gómez

Productor en Línea        Ingrid Cruz Espinal

Edición                 Isaac Morantus, Leslie García, Marcel Fondeur

Casting                Héctor Then

Vestuario              Elizabeth Jiménez

Reparto

Anderson Mojica, Francis Cruz, Gerardo Mercedes (El Cuervo), Claudio Rivera, Acentoh, Pachy Méndez, Antonio Melenciano, Cindy Lundy, Merionne Toussaint, Derby Guerrier

Formato: 35 mm. Digital (Cam. Arri Alexa XT)

Sinopsis: Un vendedor de artes en ruinas ve en un nuevo talento la salvación de su negocio y la redefinición de su vida, pero primero debe convencerse a sí mismo y a la vez cambiar su visión del arte.

29 años y 26 éxitos escénicos de Teatro Guloya

Teatro Guloya  es el tipo de empeño artístico que evidencia la fuerza de la idea inspiradora para llevar a escenarios las diversas expresiones de la vida y que ha recogido  en  26 montajes que recorren personajes y circunstancias y que, durante años, han formado un publico fiel que acude cada vez a la intimista sala Otto Coro, en el templo teatral ubicado en el número 205 de la calle Arzobispo A Portes, de la Ciudad Colonial.
A partir de una sólida formación teatral en el país y el extranjero, Claudio Rivera y Viena González  han operador como gestores del arte teatral, con los montajes que conforman la trayectoria de Guloya. Sus dos líderes consideran que, aun cuando han recibido apoyo del Ministerio de Cultura y el de Obras Públicas que remodeló su infraestructura escénica en 2018, que el Teatro Independiente merece mucho mayor apoyo debido a que hoy día el teatro y otras formas de arte, se consideran un servicio público.

Los 26 montajes
“Hemos hecho teatro venciendo dificultades, recibiendo mucho apoyo de teatristas, maestros y público. Así arribamos a este 29 aniversario” dice Rivera.
Esos montajes son:  Cuentos en Familia 1991; La Nadie, Está solo 1992), Flor de mayo 1994;4. Crucita Yin, 1994;5. Bochinche 1995; Platero y Yo 1997; Naturaleza Muerta 1997; Frankenstein, Vuelve la Bestia, 2000; Otelo Sniff, 2002;11. David y Goliat 2004 y Jauja 2007; Otros montajes originales de Guloya: Nuestra Señora de las Nubes 2008;  El 28, 2009; Madres de la Patria 2009; Tureiro 2010; El Tsunami, 2011; El mejor de los regalos 2012; La Peste 2012; El Monte Fantástico 2010; Todo Está Bien, 2014 ;La vida es sueño 2016 y No se culpe a nadie de mi muerte 2017. Los montajes más recientes son: El Banquete 2018; Guanín y su macuto mágico 2018 y 26; Pinocho 2019.
El gran éxito
La victoria principal de Teatro Guloya es haber persistido en sus sueños escénicos, que están cum 29 años haciendo teatro independiente, manteniendo abierta una sala teatral (en dos etapas) en las cuales han montado 26 espectáculos que incluyen adaptaciones clásicas, creaciones colectivas, shows infantiles, adaptaciones de obras literarias internacionales. Claudio Rivera  y Viena González resumen los cinco hitos más importantes acontecidos en estas casi tres décadas: 1- Estudios de Teatro en Cuba; 2- El retorno al país a instalarse y hacer teatro como acción fundamental de sus vidas; 3- Abrir en 2006 su primera sala de teatro en Gascue, creando un precedente en esa parte de la capital y lo demandante era el proceso, en trabajo y recursos; 4-El tener que clausurar esa sala; 5- Persistir en su objetivo al abrir, hasta el día de hoy, la sala Otto Coro, en la calle Arzobispo Merino de Ciudad Colonial y el respaldo recibido en el proceso de Freddy Ginebra, de Casa de Teatro.
Los dos teatristas expresan a ¡Que Pasa! que tienen muchas personas a las que agradecer, comenzando con las orientaciones de los maestros Oto Coro (Teatro) y Eduardo Villanueva (en danza), a Teatro Gayumba que le ofrecieron un ejemplo magnífico de trabajo, al director de Nuevo Teatro, Rafael Villalona, por la perspectiva y experiencias compartidas sobre teatro independiente.
Agradecidos de la formación
De sus enseñanzas en el exterior agradecen a Vicente Revuelta (de Teatro Buen Dia), a Flor Alaustren y Raquel Carrión (profesoras de teatro en Cuba), a Santiago García (del Teatro La Candelaria), Eugenio Barba (de Perú) – todos por sus enseñanzas- y a Los Guloyas de San Pedro de Macorís, en cuyo nombre bautizaron su grupo teatral, por el entusiasmo que tienen para entregar su arte a la gente en las calles de la ciudad del Este y otros puntos.
La compañía fue iniciada en 1991, cuando Viena González, que pertenecía al grupo de Danzas de INTEC y Claudio Rivera participaba en el Grupo de Teatro Proyecciones, hizo clara conciencia de que debían crear un proyecto teatral propio que fuera expresión de sus aspiraciones artísticas.
En la pandemia
Sostienen que la emergencia sanitaria hizo suspender todos los espectáculos de cara al público, pero que se ha hecho un trabajo de intercambios y conversar con artistas de teatro y núcleos de público, a fin de mantener en entusiasmo las artes escénicas.
Explican que como artistas del teatro no tiene opción para entrar en ninguno de los programas de asistencia del Estado (Fase I y Fase II, Quédate en Casa y Pa tí).
Consideran que el Estado debe apoyar mucho más el teatro en la medida en que es un servicio cultural público.
“Auspiciar el arte es una responsabilidad del Estado y por eso deben sensibilizarse para estimular la creación de espectáculos y sostener las salas independientes de teatro” dice Claudio Rivera.
Viena González indica que esperan con ansiedad el momento del reencuentro con el público, porque con la masa de espectadores se crea una conexión que es única.
 

Crónica de Teatro: Frankenstein, de Teatro Guloya

El teatro, siempre el teatro. Presente como recreación de vida, como reiteración de los hechos y la gente, sus sucesos y retorcimientos. Un teatro que avanza paralelo a la historia y que nos recrea la argumentación que la literatura aporta.
Volver de nuevo al ahora ampliado Teatro Guloya, es siempre venturoso. Cuando al año que le quedan dos meses y se pensaba que en teatro, que este año ha sido mucho y muy bueno, ya había pasado todo lo trascendente, tan solo para decirnos que el teatro termina cuando haga mutis el último de sus personajes. Y nos sorprende con Frankenstein, tomando por completo la perspectiva inesperada.
Frankenstein es la tropicalización de la historia clásica combina drama, comedia, danza y títeres en una formula fresca e impecable.
La historia
Cuando comenzó a circular en Londres en 1918, la novela de ciencia ficción Frankenstein,  de Mary Shelley que sugería el poder humano de crear vida cual moderno Prometeo, la autora no tenía la menor idea de la plataforma que estaba sirviendo para que una compañía teatral independiente de República Dominicana, casi doscientos años más tarde,  utilizara mediante su trama inicial,  para llevan un mensaje existencial y social, utilizando simultáneamente el drama, el humor, el baile, el teatro del objeto, el acrobático, actuación de farsa, canción  y los títeres  y marionetas.
La pieza discurre escénicamente con pasajes variados de expresión y logra llevar un mensaje que abarca desde la perennidad de la vida humana hasta la corrupción en un imaginario país del Caribe.

Frankenstein tiene su principal atractivo en la combinación de expresiones y modos teatrales que alucina la percepción de quienes llenaron, función tras función, el Teatro Guloya.
Teatro Guloya, bajo la dirección de Claudio Rivera, ubicó con precisión como última presentación de su temporada, a Frankenstein, seleccionó con buen criterio a Orestes Amador, que había representado este papel hace 17 años, (y que luego fue hecho por Vicente Santos), sorprendió el ambiente escénico local, al lograr una producción intensa, divertida y dramática, en la cual adquieren un valor especial recursos técnicos como el maquillaje realista y la escenografía.
Es este un Frankenstein discurren te, nuevo, socialmente valiente y realizado con una impecabilidad teatral, por la que debe quedar en el buen recuerdo del público que asistió a sus nueve funciones en el remodelado escenario (gracias a Ministerio de Turismo que ha remozado ésta y otras salas de teatro de la zona colonial).
Un montaje para ser tomado en cuenta al momento de evaluar lo mejor que escénicamente ha ocurrido en 2017.
SINOPSIS:
Creación del teatro Guloya basada en la novela original de Mary Shelley donde una monstruosa criatura trató de hacer el bien y sólo recibió rechazo y castigo. Cuál Prometeo moderno, nuestro Frankenstein grita su ira indomable y aferrado al espíritu del rock nos recuerda que todos somos el monstruo.
¿Por qué Frankenstein?: El sueño tiene su reverso, la pesadilla: el descubrirse como una media isla que flota sobre cuerpos mutilados, almas desmemoriadas y derechos negados. Los doctores que operan desde los quirófanos de nuestra economía experimentan con la vida sin autorización de los muertos que aún no descansan. Nos niegan el derecho a ser felices hoy, por lo que la urgencia nos acorrala. La violencia, no es el medio, no es el fin, es simplemente la respuesta. Nada ha cambiado, solo que estamos más viejos. La resistencia también es recordar. Por eso Frankenstein.
FICHA TECNICA
Título: Frankenstein
Dramaturgia y dirección: Claudio Rivera
Asistente dirección: Mary Paniagua
Basada en la novela homónima de Mary Shelley
Banda Sonora. Josué Santana (EPD), Pavel Núñez y Víctor Contreras
Producción Ejecutiva: Viena González
Música Original; Josué Santana
Utilería: Lenín Paulino
Iluminación: Ernesto López
Escenografía: Miguel Ramírez
Vestuario: José Miura y Veras Vertuzzi
Maquillaje: Ana María Andrickson y Yeifri Ramírez
Coreografía: Orestes Amador
Fotografía: Luis Dantes Castillo
Diseño Gráfico: Olga Valdez
Talentos: Orestes Amador, Claudio Rivera y Viena González.
 
Enlaces relacionados:
http://elcaribe.com.do/2017/09/08/teatro-guloya-26-anos-fomentando-la-dramaturgia-dominicana/

 
 
 

Guloya eleva con tono caribeño al Calderón y sus sueños de vida

Cierto que ya Claudio y Viena, no son  la joven pareja enamorada de si misma y su pasión esencial  y que , llegados de Cuba  nos hicieron un alto a la atención por  la meticulosa gesticulación de un desempeño escénico que clamó por la atención de todos. Han pasado, inexorables y enriquecedores, los años.
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También es cierto que ambos han demostrado esa virtuosa capacidad de hacer de sueños, realidades palpables, tanto como haber completado 25 años de representaciones  y hacerlo con un clásico complejo, barroco y demandante, a la cual imprimir el colorido acento de caribe: La  vida es sueño, de un tal Pedro Calderón la Barca, transformado en un clásico continuador de la dramaturgia de Lope de Vega.
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Cierto que ya no son dos muchachos y que ahora tienen responsabilidades mayores, una familia que les ha tomado el tono del arte, un proyecto, el mismísimo Teatro Guloya como expresión una actitud de desafío al desaliento y la rutina en lo teatral, y cierto que decidieron festejarlo con el mayor de sus desafíos: el montaje de un clásico que enseñorea la existencia, saca el filo necesario a su planteamiento existencial sobre la libertad como opción fundamental de la humanidad y del ser.
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Acertada la adaptación de La Vida es Sueño, de Teatro Guloya de una pieza exigente, estrenada inicialmente  en el verano de estrenada en 1635. Es teatro barroco.
El montaje
La vida es sueño, de entrada, es uno de los más elevados proyectos teatrales del 2016. Sin duda alguna.

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Claudio Rivera debió haberse tomado su tiempo  tras la decisión de conmemorar 25 años de teatro, con un montaje trascendente, quien hizo  la selección adecuada  de los talentos. Segismundo (Vic Contreras), personaje principal, y que muestra un proceso de evolución desde un alma reprimida y reflexiva, condicionada por su prisión en la torre, en procura de venganza pero piadoso cuando debe serlo. Contreras es un diamante en proceso de pulimiento escénico, al cargar con el peso de las directrices argumentales.


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Astolfo/Alí Baba (Jahnel Calizan) otro nuevo valor (para nosotros) que evidencia entrega y gracia. Su verbalización y su lenguaje facial se ganan el público, además del aditamento de sus brazos adicionales operados con el protocolo marionetero de vista al público.
Clotaldo (Ramón Candelario), Lacayo de Basilio. Representante de la superstición, es el único, aparte del rey, que puede ver a Segismundo, es uno de los puntos de luminosidad escénica ineludibles del trabajo de montaje  y caracterización.
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Rosaura y Astrea (Viena González), principal personaje femenino, une fuerzas con Segismundo para impedir que Astolfo se convierta en rey y así evitar que se case con Estrella. Es el personaje exacto para el talento preciso. Efectiva y lúcida, Viena da sentido al Teatro.
Basilio (Claudio Rivera): Rey de Polonia, incapaz para los dones de gobierno y padre de Segismundo, de carácter dubitativo. Una lección de teatro acometido con sentido de drama  gracia, rítmico, acompasado en las coreografías, de sentada presencia por el paso y la caracterización.
Estrella: (Yerlin Guzmán).  Nueva promesa del teatro seriamente asumido y no por bella sino por el rendimiento que alcanza, la ductilidad del expresivo corporal y su integración al conjunto.
Clarín (Noel Ventura): Compañero de Rosaura. Diseñado por el dramaturgo original de una gracia  e ingenio de contagiante empatía, logra con ese muchacho de 121 libras, un altísimo peso histriónico, mayor incluso que el de algunos figuras cómicas televisivas de alto “rattings”.
Algunos directores de cine deberían acercarse a Teatro Guloya (si extienden las funciones ya que la última era este domingo 30 de octubre), si desean encontrarse con caras y talentos nuevos para proyectos futuros.
 
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Ficha Técnica:


La vida es Sueño
Producción General: Teatro Guloya
Dirección: Claudio Rivera
Producción Ejecutiva: Viena González
Dramaturgia: Pedro Calderón de la Barca
Espacio Escénico: José Miura
Vestuario y utilería: Lenín Paulino
Realización vestuario: Vera Bertuzzi y Sephanie Gautreaux
Títeres e iluminación: Ernesto López
Arreglos musicales: Vic Calderón
Talentos: Clarín (Noel Ventura), Estrella: (Yerlin Guzmán), Basilio (Claudio Rivera), Rosaura y Astrea (Viena González), Astolfo/Alí Baba (Jahnel Calizan) y Segismundo (Vic Contreras).