7 Mujeres

7 Mujeres: historias bien contadas desde la nueva oleada teatral dominicana

Cuando ya era imaginable que  la corriente teatral de género/denuncia sobre la situación de la mujer,  se había agotado, nos llega la  obra teatral 7 Mujeres, pieza de humor y sarcasmo que expone el imaginario femenino  de una forma nueva, lo que tiene relación con la fuente utilizada por sus dos dramaturgos mexicanos para producir un libreto que sobresale, sobre todo si es tomado por un joven equipo de dirección, producción y actuación en República Dominicana, para evidenciar, de paso, cuan trascendente puede ser el talento joven en escena.
La satisfacción interior que produce este trabajo viene de la certeza del poder de los nuevos rumbos del teatro, de la validez de las figuras recientes, las que no cuentan con trayectorias de años y aun así se atreven a sentar pasos firmes, a montar un proyecto, a venderlo dignamente a los mecenas del arte escénico que aun sin ley de mercenazgo, arriman el hombro para apoyar estos valores de reciente cuño.

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El elenco, diretor y productores de 7 Mujeres salen al final de la pieza para recibir la ovación del público en Sala Ravelo, Teatro Nacional.


Origen textual
Los parlamentos de 7 Mujeres, vienen directo desde mujeres ordinarias que  respondieron en 2014,  el gesto de  mercadeo social que hizo la crema corporal Lubriderm para que escribieran sus historias.
Lo que llegó a la mecánica del concurso fueron unos textos desgarradores, dolientes y esperanzados nacidos desde el sentir profundo. Esos deseos fueron la base para que Humberto Robles y Juan Ríos Cantó, (dramaturgos, directores y actores de notable sensibilidad ante la situación de la mujer y tremendo compromiso social)  para producir uno de los hitos más altos del teatro latinoamericano.
Los jóvenes productores  dominicanos Antonio Coronado e Ismael Amonte,  captan su potencial  – tras las exitosas funciones en México y otros países- quienes  se plantean montarla, contratan al igualmente joven Iván Mejía, y lo que resulta es un hito escénico que en general sobre sale  como teatro de concepto, envuelto en la mantilla del humor.
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Caminos nuevos
El montaje se percibe distinto desde que se entra a la sala y se encuentra el inocente espectador con una escenografía  multinivel (adaptada de la original por Lina Hoopelman y construida por Carlos Ortega),  que asalta la vista y deja saber que se tiene el previo de una producción que promete lo inusual.
Notable el uso de vestuario (Chabela Estrella); maquillaje (Lewanda Estética) e iluminación (Ernesto López) contribuyen con efectividad a a la experiencia estética integral.
DSC_6709Actuaciones
Actoralmente se siente con gozo el correr de sangres nuevas.
Johanny García (Lola) la novia a punto de casar, resulta una joya recién descubierta. Su desempeño y entrega al rol – que es el eje de la historia. Su monólogo de deseos final es la síntesis de la calidad del montaje. Una oración que deberán entonar todas las mujeres de su tiempo.
Sucy Aquino Gautreau (Sol), la adicta a las redes sociales, destaca por su proyección de su voz y la gracia de su corpóreo gestual. Es portadora de un talento accesible y su potencia se resuelve en una carga itnerpretiva que se agradece.
Rosa Aurora (Pamela) efectiva, oportuna y diestra, aun cuando en varios momentos nos deja esperando más de su hilo actoral. Es excelente de acuerdo con lo que le vimos antes Broadway Desencantada, haciendo  a Mulan y Pocahontas.
Katiuska Licairac (Margarita) buen ejemplo de multi-xpresividad  escénica. Más que una promesa, es una realidad talentosa de hoy día. Ha tenido buenas actuaciones secundarias en cine, sobre todo en Una breve historia de amor (Alan Nadal)
Chavela Estrella (Norma), la madre de la novia, con un desempeño que cumple con las directrices pero que pudo haber desplegado mucho mejor sus condiciones expresivas.
Elizabeth Chaín (Blanca), tiene estilo escénico y pisa actoralmente fuerte
con excepción de Yanela Hernández, provienen de la nueva vanguardia actoral dominicana, mujeres con estudios y experiencias relativamente recientes.
Patricio León (Chico Hola) probablemente por tener la referencia de sus trabajos previos, en los cuales su talento se ha desplegado con fuerza, Patricio se nos antoja de menor desempeño. Su papel tiene  sabor a lo ordinario en la comedia tradicional y él es mucho mejor que eso.
Yanela  Hernández, (Renata) se transforma en el giro más alto de comicidad penetrante y efectiva. Se destaca bastante, pero debe evitar que al público le resuenen algunos giros vocales con  recuerdesn a  Elvira Taveras.
DSC_673040 años
El montaje de 7 Mujeres fue celebración adicional de los 40 años que tiene de carrera Yanela Hernández, actriz, gestora cultura, comunicadora y maestra de ceremoniales.
Hernández, que hace el rol de la feminista abuela Renata, uno de los ejes hilarantes de la pieza teatral que tiene en el humor  y el sarcasmo, sus principales punta de lanza.
Yanela, quien es sobre todo actriz, reivindica este rol, haciendo las delicias de una abuela alcohólica con enorme resentimiento anti-masculino.
 
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Un púbico agradecido reconoce de pie las actuaciones.


En resumen
Lo que se tienen con el aplauso final, es una pieza que refiere de nuevo modo, realidades de antaño sobre la mujer y su aspiración de felicidad y esperanzada existencia, sin engaños ni duplicidades torcidamente masculinas. Su mensaje es estremecedor aun cuando la envoltura es el del humor, lo que convalida a sus autores originales, dos mexicanos que gestan un teatro arraigado en lo humano y prendado de lo sensible