¿Qué tan seguro es ir a hoteles de turismo? Una experiencia dice que sí

PUNTA CANA.  Los protocolos de prevención de la pandemia en los hoteles turísticos de los principales destinos, se están aplicando y ofrece la anhelada seguridad sanitaria de sus huéspedes, criollos o extranjeros.

Desde el anuncio de los protocolos de seguridad turística anunciados por el Ministerio de Turismo (Gestión de Francisco Javier García), tan temprano como el 24 de junio, se crearon expectativas sobre el resurgir de la industria.

Iniciado el proceso con el traspié: el grave error cometido el último fin de semana de septiembre por el hotel Riu Bambú, al permitir el tumultuoso multitudinario en torno a su piscina, delatado o gracias a la magia de los celulares con sus tomas procurando visitas en las redes sociales, y que le costó una multa de un millón de pesos y su inscripción en el primer punto del negativo listado de los hoteles que no asimilaron las instrucciones de prevención sanitaria.

Tras la proclamación de los muy completos protocolos preventivos para los Hoteles, y el paquete de medidas adicionales que incluían (hasta el 31 de diciembre) un seguro médico para todos los turistas internacionales que pudieran resultar afectados por Covid 19, en la mente de todos radica​ba​ la interrogante: ¿Serían estas medidas adoptadas por la hotelería para garantizar una reapertura lo más distante de la pandemia?

La respuesta, tras los reportes y el trabajo de 150 inspectores del Ministerio de Turismo que recorren, ojo avizor, todos los hoteles  que no cumplan los protocolos, es que si.

Pero un asunto es el reporte informativo que afirma que si  y otro, el verificarlo a ojos vista, en la realidad. El enorme y justificado temor asociado a la pandemia Covid 19 a la visita a hoteles de los destinos dominicanos, ha comenzado a disiparse al comprobar los turistas, que los protocolos para manejo de alimentos y flujo de huéspedes, garantizan una estadía segura y un disfrute pleno de las facilidades, a pesar de cambios en los procesos que pueden demorar un poco más de tiempo, aspectos esenciales como el servicio de alimentación y acceso a bebidas.

Tras una estadía de fin de semana (del 18 a 19 de diciembre) en los hoteles Royaltón Splash y Royalton Punta Cana Resort, el convencimiento es total: el turismo resurge con seguridad y aplica los protocolos establecidos para garantizar la salud tanto de los huéspedes como de los miembros de los equipos de servicio.

Y como decimos Royalton, por ser el que verificamos personalmente, proclamamos  que las mismas políticas de prevención se aplican en todos los destinos, de acuerdo con las informaciones que hemos recabado de parte tanto de hoteleros, de huéspedes, en especial, los dominicanos y de los inspectores de Mitur. El turismo como industria en el país, ha tomado en serio su responsabilidad frente a la pandemia.

En este destino (Punta Cana), como en otros de Este (Cap Cana, Bayahibe, La Romana -Casa de Campo- por citar algunos y en los del norte: Santiago, Puerto Plata, Cabarete, Sosúa,  y los de otras zonas: María Trinidad Sánchez, Samaná y otros puntos, tienen las mismas medidas que reportamos ahora por estar sus hoteleros muy conscientes de que el descuido frente a la pandemia puede generar un impacto irrecuperable, justo ahora cuando se relanza la industria.

El gerente general 

Ernesto Andrades, general Manager, nos establece:  “En Royalton Punta Cana & Royalton Splash somos conscientes de que para crear experiencias memorables y hacer realidad las vacaciones soñadas, debemos garantizar su bienestar físico y emocional asegurando que nuestras instalaciones son un lugar seguro y libre de enfermedades y para lograr este objetivo, nuestra empresa ha acogido los protocolos establecidos por los organismos nacionales y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y ha implementado un sistema de 360° Clean, Health and Safety diseñado para proporcionar una mayor importancia a la limpieza, higiene y salud y seguridad”.

Andrades explica que se ha trabajado muy de la mano con los organismos gubernamentales (Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Trabajo, entre otros) para garantizar que sean aplicados estos procesos, con excelente cumplimiento nuestro, tras las, inspecciones y auditorías realizadas por los entes involucrados.

Y concluye: “La implementación del sistema ha permitido el desarrollo de actividades adaptadas para crear un entorno seguro para el disfrute de nuestros visitantes y colaboradores. También nos ha permitido no solo prevenir, sino también controlar los riesgos existentes en el desarrollo de nuestras operaciones diarias y entendiendo que en estos momentos es de máxima importancia poder garantizar que los procesos son seguidos con la rigurosidad”.

 

Lo que siente el huésped

Algunos procesos han cambiado respecto de la velocidad y las condiciones en que se sirven. La alimentación ya no es libremente masiva, con la opción de la gente, una encima de otra, cogiendo lo que quiere para comer y beber en los restaurantes.

Hay que formar fila a distancia marcada en el piso y esperar a ser ubicado en el lugar de consumo. La capacidad de los restaurantes ha sido reducida a cerca del 50 % de mesas, para permitir una distancia entre una y otra.

A la entrada, se toma la temperatura corporal por medio de un dispositivo digital infrarrojo, tras lo cual el huésped, al llegarle su turno, es llevado a la mesa indicada.

Es obligatorio el uso de mascarillas para huéspedes y miembros de los equipos de trabajo, excepto para el momento de comer o beber.

Los restaurantes y sus tres zonas:

  1. Área de las mesas para consumo
  2. Área de las estaciones para acceder a ensaladas, postres, jugos, avenas, bebidas, agua, etc.
  3. Área de entrega de la comida (plato fuerte)’

El huésped (en el caso del desayuno) puede hacer un recorrido por las estaciones y tomar las porciones de frutas, o avena o lo que sea, que está puesto en porciones individuales y selladas con papel celofán estéril.

Para el plato fuerte hay que hacer una de las varias filas de acuerdo con lo que se desee comer: pastas, huevos, carne, pescado entre otras ofertas gastronómicas. En esas filas se marcan los puntos de distanciamiento. El huésped no se puede servir directamente.

Se hace la fila junto a una división de cristal o plástico a través de la cual indica a quienes sirven, que desea comer y en qué proporción. No hay contacto directo porque la pantalla lo impide. El plato lo toma dentro quién sirve y lo pasa al huésped por unas ranuras en la base de las pantallas. Esta es la parte de mayor lentitud, pero la gente sabe que es necesario y no hay otra opción, si se desea un servicio seguro.

Los letreros de información preventiva se encuentran a la vista en todos los espacios: pasillos de los edificios de apartamentos, lugares de encuentro (discoteca, piscina, parque de diversiones, recepción y tiendas). No se le sirve a nadie que no tenga su mascarilla. Y la gente misma se cuida al preservar sus distancias entre sí.

Experiencia Royaltón

Los dos hoteles son toda una experiencia, son dos hoteles de ensueño. Amplios y bien diseñados espacios, tanto comunes como de uso individual o familiar en las habitaciones.

El rasgo distintivo es la actitud de su personal, que exhibe una enorme motivación en lograr que la experiencia del visitante sea inolvidable, y el tratamiento no se nota de libreto. Es gente que vive lo que trabaja. Se nota que no persiguen sólo su salario. El servicio técnico para cuando hay alguna falla en las habitaciones es rápido y eficiente.

Ambos hoteles ofrecen espacios de ensueño, habitaciones con las facilidades modernas: televisión de última generación, baño con aguas a diversas temperaturas, una comodidad en sus camas y delicioso cuidado en la disposición de los espacios, muebles y accesorios del lavamanos. Se ha eliminado el uso de cafeteras y de alimentos crudos en las habitaciones.

La recepción del Royaltón Punta Cana Resort apuesta al deleite visual: obras de arte enormes, muebles cómodos inspirados en el ambiente del Caribe.

Su arquitectura es la feliz confluencia de las expresiones locales con un sello arquitectónico de lujo de primer nivel, y el cuidado del detalle, aspecto en que tantas propiedades deberían insistir en no descuidar. La experiencia invita a volver a hacer turismo porque proporciona las dos p: placer y protección.

Royalton Punta Cana Resort & Casino combina la encantadora cultura dominicana con un producto global de lujo, servicio excepcional y una asombrosa atención a los detalles para ofrecerle las vacaciones soñadas.

Los huéspedes de Royaltón Punta Cana disfrutan de acceso a los restaurantes y las áreas de la piscina de Royalton Splash Punta Cana.

También puede llevar a todo el grupo para un día en el parque acuático, situado en las instalaciones, para aumentar la diversión y reducir el calor.

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