La Feria en Lawrence

Editorial
Regresar al país, luego de haber participado en una gesta cultural tan singular, nacida de la necesidad de compartir nexos culturales entre países, deja una satisfacción única.
Y plantea tareas para mejorarla.
De entre los muchos nexos que pueden unir los pueblos, los que genera la cultura son irremplazables y dotados de la fuerza inevitable de la creatividad, que resultan únicos.

La idea inicial de José Balbuena, un gestor cultural que impulsó importantes proyectos educativos en la comunidad de Lawrence, uno de los cuales fue la Feria del Libro, que posteriormente llega a manos del equipo del reverendo padre Joel Almonó, quien le lleva hasta el grado de desarrollo, que muestra hoy día.
Fueron tres días de cita con las letras, el cine, la canción, la pintura de Colombia, México, Guatemala, Puerto Rico, durante los cuales sentimos la creatividad latina en un marco anglosajón que comienza a acercarse poco a poco, primero por medio de sus instituciones educativas que facilitan sus espacios para montarla y de sus profesores que ayudan.
La Feria debe crecer, buscar más respaldos, como los de los hoteles que alojan los invitados y las líneas aéreas que los traen del exterior para que ofrezcan sus servicios a cambio de aparecer como patrocinadores.
Igualmente, hay que separar los espacios de conferencias y talleres de los de venta de los libros,para que el público de ambas actividades pueda hacerlo sin limitaciones de tiempo o condiciones que le limiten la una a la otra.
Además hay que hacer mayor motivación,los mercadólogos le llaman a eso «advocacy»,hacía y desde los medios de comunicación, en especial los anglosajones, para que se apropien de la difusión del evento como encuentro multicultural.

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