Cannes: de escándalos y confrontaciones

Grandes titulares del escándalo enmarcan el estreno en el recién finalizado 69 Festival de Cannes,  de la  más reciente película del maestro del cine Woody Allen, Café Society,  a raíz de un artículo publicado por su hijo, Ronnan Farrow, en The New York Times, en que recrea la denuncia contra el director norteamericano, de que abusó sexualmente de su hija de 7 años, Dylan.
Cannes-Allen¿Es algo nuevo el elemento de escándalo y controversia, en Cannes?
Muchas veces, el Festival como tal no genera escándalos pero  les crea un marco para que otros lo aprovechen.  Es consustancial con la industria, el conflicto de la celebridad. Nada es casual. Todo se calcula milimétricamente en sus consecuencias y sus posibilidades de impacto en el mercadeo y las marcas. Cannes es sinónimo de escándalo.
El  mismo festival nació de una confrontación nada agradable para los franceses.
Creado en 1938 por iniciativa de Jean Zay, ministro de Educación Pública y Bellas Artes, en reacción contra la decisión injusta del Festival de Venecia que en su edición de 1937,  despojando del primer lugar a  la película francesa La Gran Ilusión, de Jean Renoir, estéticamente muy superior a la alemana Olimpia,  dirigida por Leni Riefensthal, un pálido director de tendencia tan fascista como el régimen que la auspiciaba y la italiana y la italiana De una misma sangre, de Goffredo Alessandrini, de la que hoy  nadie recuerda nada. Francia fue despojada del premio y decidió crear su propio Festival, rompiendo lanzas con el de Venecia.
Es decir, el origen de Cannes, fue una confrontación a partir de un escandaloso veredicto.  Y ello es más premonitorio cuando se recuerda que el día  17 de septiembre de 1939, en que se comenzó a montar la primera entrega del Festival, Hitler invadía a Polonia.

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Esta Santa Cena montada con pordioseros en la película española Virdiana, fue causa de una protesta de la Iglesia Católica.


El lado gris
Mas, ver la trascendencia y virtud del Festival como institución vitrina mundial que consagra nuevos directores, que ratifica la calidad de los veteranos, siempre actuando en base a criterios casi siempre justos, no impide ver sus miserias.
Durante su celebración, cuando la población se incrementa de 74 mil a  200 mil personas, cuando las fiestas luego de las proyecciones (formales, reglamentadas o del “can” entre iguales) generan una proclividad al consumo de alcohol y a la compra y venta de sexo, prostitución en su más alto nivel y tarifas.
Pero esa es una culpa que no se puede atribuir a los organizadores del evento, sin duda que sería una injusticia.
Y no mencionemos las drogas que irresponsablemente consumen algunos, incluyendo algunas luminarias, y aspecto del que nadie nunca quiere hablar.
La cantidad de gente borracha que deambula en las calles, establece un sello distintivo. Es ése un aspecto del Cannes sorprendente y controversial del que pocos quieren hablar.
2013
No fue un año de grandes escarceos mediáticos. Amat Escalante. (Sangre, Los bastardos y Helim),  director  nacido en Barcelona y nacionalizado mexicano, provocó un impacto inusual en 2013 cuando expuso Helí un drama sangriento y excesivamente morboso que generó reacciones del público, una parte del cual abandonó la proyección por la crudeza de sus escenas. Pero ello no puede ser culpa del festival.

Otro escándalo de Cannes fue de baja intensidad: en este año se proyectó Grace de Mónaco, cinta que provocó el desagrado del vecino  Pincipado del mismo nombre, al exponer la vida de la noble dama con unos tintes bastante terrenales.
2014
Los escándalos llegaron son sabor a celuloide:

. Un filme, sin estar en programación de exhibición o competencia del Festival, aprovechó el evento para ser presentado en sesiones contratadas por pantalla y para verse en servicio de video prepagado (screeming)  fue Welcome New York, del director Abel Ferrara, protagonizada por  sobre lo sucedido el 11 de mayo de 2011 en la suite 2806 del Hotel Sofitel de Nueva York que aprovechó Un viento de escándalo volverá a soplar sobre Cannes este sábado, cuando al margen del programa oficial se proyecte la película inspirada en los desplantes sexuales y la caída del director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, protagonizada por Gerard Depardieu.
Machismo enzapatado
En este año, una decisión del protocolo del vestir, que prohibió a las mujeres desfilar por la alfombra roja con tacones demasiado bajos.  Posteriormente, por la reacción creada, los organizadores aclararon que no existía ninguna disposición específica sobre la altura de los tacones de las mujeres.
La disposición, patriarcal a toda prueba, fue resistida por mujeres que la criticaron y que incluso desfilaron por la alfombra, descalzas. Un tema que saltó incluso a la principal rueda de prensa del día en el festival, la del filme «Sicario», del canadiense Denis Villeneuve, protagonizada por Benicio del Toro, Josh Brolin y Emily Blunt. La actriz británica opinó que «todo el mundo debería llevar zapatos planos».
2015
Gaspar Noé, director argentino radicado en Francia, fue consciente del escándalo que produciría con la exhibición de Love, una pornografía de baja monta, nada menos que en 3D  y que llevó a tanta gente a perder el glamour por los empeyones para entrar a sala, con todo y los smokings de reglamento.  Basura filmica vestida del oropel de Cannes. Escándalo barato en  un festival caro.
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Fotograma de Love, de Gaspar Noé, un desperdicio de material filmico.

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