Teatro

Pepe Sierra, la gran sorpresa en El hijo de P…del Sombrerero

El teatro…!oh…el teatro! que  vuelve a establecer sus puentes vivos  matizados de  sentimientos en una amplia paleta que va desde la risa irrefrenable y generada a partir de la vitalidad histriónica del elenco  seleccionado, hasta el dolor que generan la infelicidad con todos sus garfios crispados, incluyendo el drama miserioso , y casi sin salidas, de las adicciones y la esfera de falsías de la infidelidad cuando o con quien menos se espera.
El hijo de puta del sombrerero, más que el sórdido resonar  de las “malas palabras” como atractivo comercial,   es una pieza sobre sentimientos dramáticos  extremos, cuidadosamente escrita y admirablemente presentada en un ritmo histriónico ejemplar por cinco talentos de la escena criolla, en el marco de los cuales sobresale la emergencia de un talento a ser tomada en cuenta, la de Pepe Sierra.

Pepe Sierra se revela como el gran descubrimiento teatral de la escena en el presente 2017


El montaje de El hijo de puta del sombrerero, original del dramaturgo neoyorkino Stephen Adly Guirgis, ganador en   2015 del  Premio Pullitzer en teatro con la pieza «Between Riverside and Crazy», es un acontecimiento que hay que festejar.
El texto de la pieza no fue pensado por su autor como el gran montaje que ha sido y que ha triunfado en diversos paises
Primero por la acertada selección del texto dramático de humor negro y la labor de producción  (responsabilidad de Raúl Méndez y Lino Hernández), de ordinario poco reconocida.
Segundo por la cuidada dirección (sobre todo en lo referente al ritmo y tiempo teatrales (Manuel Chapuseaux) que cuenta con una experiencia en el arte de proporcionar al nivel profesional mas alto que ha sido posible.
Tercero, el triunfo escenográfico (Miguel Ramírez),   al lograr  tres  ambientes interiores de apartamentos de Washington Heights, sobre un gran mural de grafittis callejeros y definidos a partir de rápidos movimientos de las masas escénicas.
Su diseño lumínico que ha corrido por cargo de Bienvenido Miranda, ofrece el sustento tan fundamental para actuaciones, entradas y salidas.

El conjunto ha sido armónico. Han evitado la sobreactuación tan incidente cuando se trata de procesos parlamentarios tan intensos y en ascenso.


Las actuaciones
Y cuarto, el factor más trascendente: las  cinco actuaciones, enfiladas en una coordinación que logra una vida expresiva que genera risa, admiración y silencios dramáticos a partir de la gama de sentimientos que desfilan de modo incesante, sin pausa alguna.
El conjunto ha sido armónico. Han evitado la sobreactuación tan incidente cuando se trata de procesos parlamentarios tan intensos y en ascenso.
 
 

Kenny Grullón (Ralph,  “asesor-consejero”) reitera su veteranía y se procesa como un pez en aguas conocidas, dando las tonalidades precisas de voz. Su actuación confiere la fuerza y veteranía que se puede esperar de su trayectoria.


Hony Estrella (Victoria, la mujer de Ralfh),  con un papel no estelar, lograr transmitir el drama de la mujer abusada por la preconcebida dominancia masculina con todos sus efectos deletéreos de género. Resalta el manejo de su voz, que transmite esa angustia reprimida. Entregada a sus líneas, la Estrella, se deja disfrutar intensamente.


Irving Alberti vuelve a evidenciar una versatilidad digna del escenario teatral latinoamericano. Grácil, agudo, sensitivo y auténtico, este talento nos fascina con sus giros en escena y le va bien la responsabilidad en la vertiente del humor negro que destila a lo largo del montaje.
Naslha Bogaert, (Verónica), es la actriz con un proceso que ha ido perfeccionándola cada vez más,  pone toda la sensualidad y belleza y armonía de sus  proporciones físicas, para trascender en la capacidad histriónica. Se le vive con intensidad para el espectador que se sabe ante una artista irrenunciable a sus faenas.

Pepe Sierra es un diamante en desarrollo del escenario dominicano, dueño de una capacidad para el desarrollo del ritmo parlamentario


El Sierra
El caso de actuación sobresaliente es que  nos representa José (Pepe) Sierra,  (Johnny,), actor que nos sorprendió por el nivel que alcanzó al ser revelado en Pueto pa mí,  drama barrial  en que hizo de Cacheo, bajo la dirección de Iván Herrera en 2015.
Pepe Sierra es un diamante en desarrollo del escenario dominicano, dueño de una capacidad para el desarrollo del ritmo parlamentario, con acertadísimos movimientos escénicos, estampa muy propia bajo las candilejas. Reactivo y vivo al instante, es un regalo al espectador. Sabe provocar la risa   y permanecer en el momentum dramático, tiene un registro vocal limpio y a tono.
Sierra es responsable del punto interpretativo más alto del montaje y hay que ponerle atención y darle seguimiento. Tiene potencial para llegar a niveles insospechados de la interpretación tanto en cine como en teatro.
La actuación ha sido su pasión. Estudió teatro en la Escuela Nacional de Arte Escénico y hasta hace unos años era un desconocido de las grandes masas. Proyectos artísticos e menos incidencia y escala nos había ocultado este valor histriónico. Su papel en este montaje, es el punto más intenso que le hayamos visto, dramática con esa tonalidad de agridulce humor negrísimo. Hay que celebrar, con auténtica alegría, el descubrimiento.
Ficha Técnica
Título: El hijo de puta del sombrerero
Autor: Stephen Adly Guirgis
Producción: Raúl Méndez y Lino Hernández
Dirección: Manuel Chapuseaux
Diseño de sonido: Bienvenido Miranda
Escenografía: Miguel Ramírez
Talentos: Naslha Bogaert (Verónica); Pepe Sierra (Johnny); Kenny Grullón (Ralfh); Hony Estrella (Victoria) e Irving Alberti (Julio).

Raúl Méndez pone en escena El hijo de Puta del Sombrero 

​El hijo de puta del sombrero,  compuesta por un gran elenco conformado por Nashla Bogaert, Hony Estrella, Irving Alberti, Pepe Sierra y Kenny Grullón, dirigidos por Manuel Chapuseaux y producida por Raúl Méndez, serán los encargados de dar vida a la obra “El hijo de puta del sombrero”, que se presentará del 12 al 14 y 19 al 21 de mayo en el Palacio de Bellas Artes de Santo Domingo.
Durante un encuentro con la prensa celebrado la noche del miércoles en Meridian Events Center, el productor de la obra, Raúl Méndez, destacó que reunir los actores mencionados es formar un “elenco de ensueño con un gran director como Chapuseaux”, que de seguro se traducirá en disfrute para el público que asista. “Con El hijo de puta del sombrero el público gozará de un drama salpicado de humor negro. 
Es una pieza que aborda temas como el amor, el desamor, la droga, entre otros. Pero una cosa quiero aclarar: no se asusten por el nombre de la obra porque a veces queremos ser tan moralistas y hay palabras peores que puta y nosotros vamos a hablar las cosas como son, es una obra contemporánea”, expresó Méndez.
De su lado, el director Manuel Chapuseaux resaltó la calidad del texto escrito por Stephen Adly Guirgis:
“Cuando yo digo esto, hay gente que piensa que estoy exagerando, pero en mi opinión este texto teatral es el mejor que yo he leído en los últimos diez años.
Un escrito excelente, que he unido con esta cosecha de talentos que van a encarnar cada personaje, aseguramos que tendremos en escena un gran espectáculo”.
Mientras que los actores destacaron sentirse privilegiados y agradecidos de compartir juntos en “El hijo de puta del sombrero” y de ser dirigidos por Manuel Chapuseaux.

Lilli Jolie: formación y talento montan su más hermosa fiesta

Con el montaje de Un pedazo de muñeca Lilli Jolie, escrita y dirigida por  Licelotte Nin  Mojica en Sala Ravelo del Teatro Nacional,  la escena nacional  se felicita a si misma por el reconocimiento de un talento creativo  femenino sustentado en una formación internacional y un reconocimiento  académico parisino, condiciones que deben obligar una mirada a fondo de lo que representa.
Nadie que pueda hacerlo, debe dejar de ser testigo de este fenómeno teatral que respira aliento, fantasía y fuerza novísimas, para un escenario criollo.
Nos sorprende, desde la entrada a la sala, antes de iniciar las acciones,  la atmósfera  micótica y opresiva del sub-mundo laboral planteado, el de una fábrica de muñecas,  portador  de un lenguaje simbólico  y universal, al cual se la ha impreso un diseño de arte que se acerca, por sus vuelos de imagen, a lo apetecible para la pantalla grande, quehacer que en cine  fantástico,  que nadie se ha atrevido a acometer.
Lili Jolie es un teatro  que desafía las  facilidades  escénicas, marcadas por la previsible visión de explotar lo conocido y traquilleramente efectivo,  para mostrar un universo nuevo, con una impronta que no veíamos desde los principales trabajos de Waddy Jáquez, y de entre ellos, Perfectus Quórum.

Licelotte Nin  Mojica se  erige ahora como una figura alta y definida en la dramaturgia dominicana, junto a su juventud, al lado de la experiencia que logró en las aulas dela Escuela Nacional de Arte Escénico y lo que le representó haber sido dirigida por Haffe Serulle en  montajes, que le enseñaron a romper con moldes estrictos de la tradición teatral acartonada y limitante. Si alguien debe estar contento al extremo…es Haffe: !su semilla ha fructificado y de qué forma! Hay garantía de un relevo artistico generacional que agrega su propia marca al teatro por llegar.
En Lilly Jolie se disfrutan notables aportes teatrales que se inician por un texto escrito con alienante circularidad a conciencia y una caracterización de personajes, cinco femeninos y uno masculino, ofreciendo un universo interpretativo caracterizado por el trabajo histriónico logrado a fondo, con notable criterio .

El elenco completo de Lilli Jolie recibe el aplauso del público en Sala Ravelo. FOTO DE JOSE RAFAEL SOSA


Desde antes del inicio de la obra, con esta escena se va introduciendo al público el ambiente de la pieza. impresionista


La mano de la directora/autora  se  desliza  con enorme sentido y responsabilidad para lograr la entrega  actoral de sus seis personajes (las tres  obreras, el capataz y la “otra” obrera y la ejecutiva estilizada,  respaldada por los recursos  de vestuario, diseño de luces, universo sonoro (desarrollado con acierto excepto al final, en que hay tramos  ensordecedores.
Sobre la escenografía, que recuerda de trasluz la diseñada por Guillermo Cordero para El Último Instante (Carlota Carretero) por el rompimiento del espacio rectangular tradicional, pero usado con en el trabajo de  Nin Paniagua, con criterio propio.
Indiana Brito,  (inolvidable en La Casa de Bernarda Alba y Hasta el Abismo);  Johanna González; Clara Benoit Casanova; Cindy Galán, y Karina Valdez y Juan Manuel Gautier, todos con una impresionante interpretación de sus papeles.
La buena fortuna precede este montaje dado que el Centro Nacional de Teatro Francés, una de las principales instituciones francesas para la difusión del teatro contemporáneo, le otorgó a Licelotte Nin,  en mayo de 2015 el Premio Encouragements por su obra «Un morceau de poupée» de Lilli Jolie (Un pedazo de muñeca de Lilli Jolie), a través de su Comisión Nacional de Apoyo a la Creación de Textos Dramáticos con el propósito de dar a conocer a las casas editoras de la nación los nuevos talentos en la escritura teatral, Este certamen, de carácter abierto para toda Francia, cuenta con las categorías Texto Dramático, Traducción, Dramaturgias Plurales y Estímulo. La dramaturga dominicana ganó  en  esta última.
Ficha técnica
Puesta en escena y dramaturgia: Licelotte Nin – Cia. SangFauve.
Actuaciones: Cindy Galán, Johanna González, Indiana Brito, Karina Valdez, Juan Manuel Gautier y Clara Benoit-Casanova.
Escenografía, diseño de luces y creación sonora: Juan Manuel Gautier.
Diseño de vestuario: Margarita Mojica y Licelotte Nin.
Fotografía y diseño gráfico: Lizette Nin – Cia. Sin Plomo.
Video promocional: Iván Aybar.
Producción: Otro Teatro.
Sinopsis
Tres obreras que trabajan en una fábrica de muñecas, en el departamento de recolección y conteo de cabellos, quienes ante la sospecha de que “la nueva” en la fábrica ha tenido un accidente, se mantienen inmutables. Y es que les tienen prohibido moverse de su zona de trabajo antes de la hora de descanso. Cuando deciden ver qué sucede, ya es demasiado tarde.

Yago, un suceso teatral

El montaje bien celebra  71 años de actuación de la Compañía Nacional de Teatro. Imperdible en toda la extensión del adjetivo.
Desde que se anunció la presentación de Yago, yo no soy el que soy, el cartel hablaba de novedad y creación, de caminos distintos y específicos del escenario dominicano en el cual muchos talentos se han congregado para celebrar, tal cual se debe, el 71 aniversario de la fundación de la Compañía Nacional de Teatro.

La imagen gráfica de Yago, yo no soy el que soy, tenia implícito un discurso de impecabilidad,  por el diseño y la augusta armonía de colores y figuras, sobre aquel fondo negro y la sugerencia de un parcial rosto masculino que invitaba a descubrir que venía tras el anuncio. Y al efecto, el público vio que lo presentado, era bueno.
Era una historia larga e iniciada en 1946, cuando, por instrucciones de la dictadura trujillista (a nadie le agrada recordar ese crédito)  se creó  el Teatro Escuela de Arte Nacional, la Compañía Nacional de Teatro  y escuela oficial, dirigida por Emilio Aparicio,  un actor y director español, totalmente republicano que había escapado a las crueldades de la represión franquista, para exiliarse en el país.

La primera obra presentada por este grupo fue Prohibido suicidarse en Primavera, de Alejandro Casona, el 9 de octubre de 1946 en el Teatro Olimpia.
Lejos está hoy ese pasado, pese a lo cual sus fines se siguen reivindicando con trabajos de altísimo perfil escénico para celebrar tantos años de jornadas en el entablado.

Tras haber disfrutado con un deleite especial, la primera presentación de Yago, yo no soy el que soy (basada en el drama de fidelidad y pasión por el poder de Otelo, el Moro de Venecia (William Shakespeare), estrenada  1 de noviembre de 1604 en el Palacio de Whitehall, de Londres,  tiene sus éxitos en tres cuatro factores:

  1. La precisa  adaptación a la cultura dominicana (en la que solo sobran las alusiones innecesarias a la Sentencia 168, del Tribunal Constitucional).
  2. Las actuaciones del elenco que vimos (son dos cuerpos actorales), encabezado un sorprendente y juvenil  Wilson Ureña y  la veteranía de Johnnie Mercedes, junto al sustento interpretativo de  Wilson Ureña, Yorlla Lina Castillo, Wilson Ureña y Miguel Bucarelly.
  3. La dirección fiera y originalísima de Fausto Rojas, quien reafirma su consistente trayectoria, que hace tiempo dejó de ser una promesa.
  1. El espacio escénico (una gallera y otros rincones en varios planos) de Fidel López, a los que hay que agregar el estilísmo del vestuario imaginativo de Gromcín Domínguez y las luces de Bienvenido Miranda.

Haciendo un “teatro del gesto y el cuerpo”, revalidando los ritmos y cánticos populares del campo adentro, con una estructura musical simple y muy válida, actuando cara a cara con el público, Yago, yo soy el que no soy, arroja una certidumbre: la de lograr que nuestro quehacer en escena, adquiera el valor de lo montable en cualquier entablado del mundo.
El montaje tiene vida breve: del 21 al 26 de este mes de marzo en la sala Máximo Avilés Blonda, del Palacio de Bellas Artes, a un precio de entrada (sólo 150 personas por función) de 100 pesos, de martes a sábado a las 8:30 p.m.,  y el domingo 26 a las 6:30 p.m.
No leyó mal.  Son 100 pesos.
Peleen – hablo ahora a quienes optan por un quehacer teatral de primer orden- por sus boletas, porque se está frente a una de las más altas expresiones del teatro dominicano con vocación universal.
 
Ficha técnica
Yago, yo soy el que no soy
Adaptación dominicana de Othelo, el Moro de Venecia (W. Shakespeare)
Dirección: Fausto Rojas
Producción: Hensy Pichardo
Espacio escénico: Fidel López
Universo lumínico: Bienvenido Miranda
Vestuario y estilismo: Cromcin Domínguez
Dirección vocal: Nadia Nicola
Dirección Técnica: Nancy Vizcaíno,
Henssy Pichardo en la producción.
Elenco: Wilson Ureña, Orestes Amador, Johnnié Mercedes, Yorlla Lina Castillo Nileny Dipton, Wilson Ureña Cristela Gómez, Gilberto Hernández, Miguel Bucarrelly, Yaimilé Scheker, Pachy Méndez, Alejandro Moscoco y Maggy Liranzo.
Personajes originales: Othello, Desdémona, Yago, Michael Cassio, Brabazio, Graciano. Ludovico, Rodrigo, Montano, Emilia y Blanca.
 
 

Hotel Burlesque ofrece una generación artística nueva y atrevida

¿De qué forma agradecer a un  iluminado grupo  de jóvenes que, desde el arte y la producción, nos han hecho el regalo en escenario de un montaje de musical voudeville, del  que emanan suaves las oleadas de seducción, la  coreografías rítmica y precisa y  las actuaciones que nos dejan ver cuán grande es el universo que el talento criollo puede crear?
El paraíso tropical del Hotel Burlesque adopta sus más recientes jornadas en un espacio escénico nuevo y a cargo de un grupo de jóvenes productores, de talentos interpretativos que cantan con afinadísima tonalidades, bailan apoyados por un cuerpo de ocho bailarines (cuatro por cada sexo) y actúan interpretando de modo que resulta simultáneamente, sensual, seductor y de un nivel profesional que adorna el carácter de este espectáculo de cabaret, pensado para gente adulta.
Los responsables
El musical de variedades que inicia su temporada desde este viernes hasta el sábado 8 de abril próximo, es  idea y concepto de Marcos Malespín, la dramaturgia, montaje y dirección teatral de María Castillo, producción ejecutiva es  José Llanos, arreglos de Gustavo Rodríguez y María del Mar, quien hace además de productora general. La chispeante coreografía es de Natalie Borsos.

Lo que es


Hotel Burlesque es un espectáculo de una elevadísima facturación artística en lo musical, lo interpretativo, lo coreográfico, su vestuario bien logrado y en el cual resalta de forma rotunda, Tony Almont (la “conductora”  Madame Sahara Lamotte) quien impresiona desde su  monólogo inicial sobre el ser humano y la necesidad o fascinación de la pasión por el sexto.
Ver a este artista, a quien se le asocia con su enorme y admirable estatura de rockero, como compositor y vocalista de Toque Profundo, ataviado de mujer, sin relajar su personaje, produce al público una enorme sensación que oscila entre la admiración incondicional y el respeto merecido por un talento que da tantas muestras de diversidad.

Placer de escena
Tras la introducción de Almont, desfilarán ante el público puros talentos terminados en las actuaciones de  Estrella Tió, Cristal Jiménez, Javier Grullón, Techy Fatule, Carolina Rivas, Laura Lecrerc, Gabi Desangles, Rosene Jerez y Elena Castro.
Todas estas figuras se lucen, llamándonos la atención lo que logran: Carolina Rivas (Chiquita Havana),  por la sensualidad de su ritmo cubano, la precisión insinuante   de su cuerpo, a lo que agrega un manejo vocal que conocemos y disfrutamos desde hace tiempo.

Techy Fatule (la masoquista Uma Von Trappen)  se consagra por la dramática apariencia que logra de su personaje, apoyada por un diseño de luces pensado para tal efecto.
Javier Grullón, como figura  masculina, dignifica escenario expresivamente tímido, pero posteriormente se crece, sobre todo cuando actúa con Carolina, otro de los valores sobresalientes del Burlesque.

Lo mismo puede considerarse del resto del elenco: Gabi Desangles (Trixie Malone), Laura Leclerc (Dola Charity), Estrella Tió (Rocco Barroco), Rosene Jerez (Candi Coquette) y Elena Castro se lucen  en sus  solos o interactúan con los otros talentos y se apoyan en ese grupo danzario con una coreografía que  de Natalie Borsos, quien parece tener experiencia en esta especialidad escénica.
Hotel Burlesque, Tropical Paraise, proclamado por Almont en la introducción no hay límites para nuestras fantasías”, corriente en la que enmarcan el respeto da la diversidad sexual y a la expresividad del afecto íntimo.  Tras un bien interpretado monólogo, presenta la primera figura femenina del Hotel Burlesque: Crystal Jiménez Vicens (Vivienne Ingénue, una aritsta francesa embarazada), en un alucinante número en el cual el espectador se divierte ante lo inusual.

A esta le siguió un Javier Grullón colmado de actitud altanera encarnando a Sinatra Rubirosa, un típico mujeriego, quien dejo el escenario listo para Umma Von Trappen, una Techy Fatule dominatriz, sensual y amante de los placeres carnales.
Madamme Zahara interpreta “Bésame Mucho”, Doña Charity presenta su monólogo sobre flores y Sinarea Rubirosa reivindica el merengue de Wilfrido Vargas, “El jardinero” .

El trabajo es una puesta a la diversidad y libertad sexual se suma el show tropical de la cubana Chiquita Habana, en la piel de Carolina Rivas a cuya presentación se sumó la actriz Laura Leclerc como Doña Charity con sus ganas de aprender los ritmos tropicales de Cuba hasta que Trixie Malone decide imponerse y presentar su propuesta, una de las más sexuales de la noche.


Trixie, encarnada por Gaby Desangles, aparece con su vestimenta color piel y deslumbra con sus pasos acompañados de cuatro bailarines para luego enfrentarse con la cubana en un duelo de baile que involucró al público y puso  a bailar a más de uno.
 

VII Festival Teatro de Lawrence rendirá homenaje a Elvira Taveras

El VII Festival Latino de Teatro de Lawrence será montado del sábado 11 al domingo dos de abril, con ocho  representaciones de la dramaturgia de  México, Perú, Colombia, Guatemala y República Dominicana.
El director del Festival, padre Joel Almonó, párroco de la  Iglesia Episcopal de  Gracia,  dijo que las representaciones serán realizadas en el teatro,  ubicado en el número 198 de la  calle Garden.

Almonó  dijo que el Festival  está dedicado a la carrera de  actriz y directora dominicana  Elvira Taveras, quien además protagonizará el montaje de El Último Instante, con libreto de Franklin Domínguez, y quien está nominada a los premios  Soberano en Rep. Dominicana.
Explicó Almonó que el festival de Teatro es parte de una plataforma de formación y sensibilización mediante el arte, dirigida a la comunidad a fin de dar a conocer aspectos de la cultura de los latinoamericanos
La pieza de apertura del VII Festival, explicó el padre Almonó, se inicia el sábado 11 de Marzo a las 7 de la noche, con la  La Fábula de los cinco Caminantes, del dramaturgo Iván García. Posteriormente habrá una cena en homenaje de Taveras.
El domingo 12 se presenta Juicio a una Zorra, escrita por el director y dramaturgo español Miguel Del Arco con el protagónico de la actriz homenajeada.

La actriz Elvira Taveras es la artista homenajeada por el VII Festival de Teatro Latino, de Lawrence, que organiza en esa ciudad de Boston, el padre Joel Almonó, párroco de la Iglesia Episcopal Nuestra Señora de la Gracia.


Juicio A Una Zorra es un monólogo dramático  con  la historia de la humillada, vilipendiada, maldecida, la bella: Helena De Troya,  en la cual la gran actriz, expone todo su histrionismo, majestuosidad, experiencias y su maestría sobre las tablas.
Las acciones del Festival Latino de Teatro siguen el  Sábado 18 con la presentación del drama Segundo Tiempo, a cargo  de la compañía del  Comité Cultural Colombiano.
El domingo 19 se presenta La Última Cita, pieza teatral que trae el Comité del Desfile Dominicano, mientras que el sábado 25 se ofrece el drama El siguiente,  a cargo del Comité Cultural Peruano, sobre  los inconvenientes que sufrían las ciudadanos cuando tenían que realizar los exámenes para el Servicio Militar Obligatorio en los Estados Unidos en los años 60´s.
El domingo 26 se monta Yo soy Minverva, sobre la vida de  heroína de Salcedo Ojo de Agua, en su lucha contra la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo.
El sábado primero de abril, se presenta Perseguidos, en una producción del Comité Cultural Guatemalteco, con la historia de un grupo de cristianos perseguidos en Roma en la época que gobernaba el emperador Nerón.
Las presentaciones concluyen a las 4:30 de la tarde del domingo 2 de Abril, con Las Mil y una Noche, montaje de Las Mil y una Noche por  parte del  Comité Cultural Mexicano.

Un Cianuro que impulsa el relevo generacional en Teatro

Tras ver, en el ambiente intimista único de Las Máscaras, la comedia con tonos de sarcasmo Cianuro, sólo o con leche, queda la satisfacción de que hay garantía de  permanencia  y crecimiento del teatro dominicano.
En la pieza se encuentra el espectador con una gama variada de actuaciones nóveles (con la excepción de las tablas de la Aleja Jonhson), que oscilan entre la originalidad chispeante y las que requieren tan solo el consejo de seguir mejorando, insistiendo, ensayando y estudiando. Ninguna carrera se podría fundamentar tan solo en el deseo de ser bueno.

Cianuro, solo o con leche, es un montaje que recomendamos para disfrutar su humor oscuro y caras nuevas en el teatro dominicano. Está en Las Máscaras.


La pieza
Cianuro, sólo o con leche, es un exitoso texto dramatúrgico original de  dramaturgo español Juan José Alonso Millán, que fue estrenada el 7 de Junio de 1963 en Madrid, y que en el país, adapta a la realidad dominicana, el Teatro Las Máscaras, sirviendo de plataforma para la presentación de parte de la nueva generación de relevo en la escena criolla.
La pieza original sitúa las situaciones en Badajoz, (que en la adaptación se pasa a un caserón provinciano La Vega) durante en una fría noche de invierno de 1925,  en la que Laura y su madre Adela, postrada en una silla de ruedas, discuten la forma de terminar la vida del abuelo  de 92 años, cascarrabias y agonizante, se ven ante la posibilidad de acabar con la quejosa vida del abuelo cascarrabias que ronda ya los 92 años.
La labor escenográfica demandó un esfuerzo mucho mayor, bajo la responsabilidad de Noé Vásquez y en vestuario, (a cargo de Loren Peña), con musicalización (una de más elaboradas que hemos sentido en Las Máscaras) es de Henely del Rosario.

Cianuro, solo o con leche, es un montaje que recomendamos para disfrutar su humor oscuro y caras nuevas en el teatro dominicano. Está en Las Máscaras. FOTO JOSE RAFAEL SOSA


Las actuaciones
Valiosas por ser expresión de lo nuevo que llega, las actuaciones merecen un detallado examen que separe la paja del grano
Aleja Jonhson es caso aparte por tener una trayectoria extensa y sin necesidad de nada que demostrar.
Paola Ramos (Laura) es una de las interpretaciones resaltantes por su presencia, el manejo de la voz la versatilidad de sus iniciativas en escena. Logra estar a altura de Aleja Jonhson (Adela) como co.protagónicos que ubican al espectador en la trama.
Otro papel que impacto fue el de Kirsys Núñez (Justina), que destaca por la brillantez de sus salidas, su genial hiperactivismo y su gracia contagiante.
Los demás talentos hacen bien en aceptar los desafíos, pero requieren de seguir demostrando que tienen condiciones.
Hay personajes que pudieron ser mejor trabajados, pero todos merecen el reconocimiento por su resolución ante el desafío de este escenario, adorable, pero demandante de rendimiento.
Como pieza teatral, el texto se reivindica por parte de sus intérpretes y ciertamente que el público la pasa bien, siendo la falta de pericia de los nuevos talentos, parte admisible como telón de fondo.
Las actuaciones requieren de mayor visceralidad actoral y vocación instintiva, que reubique sus personajes a la altura necesaria.

Cianuro, solo o con leche, es un montaje que recomendamos para disfrutar su humor oscuro y caras nuevas en el teatro dominicano. Está en Las Máscaras.. FOTOS DE JOSE RAFAELSOSA


FICHA TECNICA
Cianuro ¿solo o con leche?
Teatro Las Máscaras
Directora: Lidia Ariza
Producción: Germana Quintana (Las Máscaras)
Autor: José Alonso Millán
Adaptación: Lidia Ariza/Germana Quintana)
Musicalización:  Hanely del Rosario
Vestuario: Loren Peña
Utilería: Emer Alvarado
Escenografía. Noé Vásquez
Talentos: Laura (Paola Ramos), Adela (Alexa Jonhson), Veneranda (Jisell Sánchez), Socorro (Sharina Hernández), Marcial (Angel Díaz), Justina (Kirsys Núñez); Enrique (Bryan Payano), Martha (Diana Moll); Llermo (Franklin Veloz); El Sátiro (Nelson  Fernández) y Don Gregorio (Jessi Rodríguez).

Banco de Parque: drama y humor, soledad y mentiras.

Banco de Parque  se resuelve en una experiencia imperdible, con una coloración interpretativa que se acerca más a la comedia que al drama, distante en enroque de los montajes  1986  y 1997, dado que constituye  una muestra de soberana actuación de sus dos protagonistas, directores y maestros de la escena nacional.

Cuando fue montada por María Castillo y Ángel Haché, el discurso escénico fue el del drama (siendo exactamente el mismo libreto)  cuando la contraparte masculina  y en honor de quien, homenaje fotográfico y hemerográfico incluido, se ha hecho el montaje en Sala Ravelo, en la que sigue el fin de semana  ofreciendo El texto del dramaturgo ruso Alexander Gelman (El premio (1974); Nosotros, los abajos firmantes (1980) y Zinulya (1986) sirve para tener oportunidad de disfrutar de dos actuaciones de colección  y un  premio actoral que nadie, en su sano juicio, debe perderse.
Actuaciones
Manuel Chapuseaux, que se ha consagrado como director, siendo su montaje más reciente Nuestras Mujeres, en la misma Sala Ravelo y que evidenció nueva vez sus dotes y visión de los recursos interpretativos de sus tres talentos (José Roberto Díaz, Francis Cruz y Henssy Pichardo), se adapta a las directrices de Castillo para entregar una versión fresca, actual y válida de la pieza de Gelman. Hace del mentiros, manipulador vendedor de esperanzas a cambio de orgasmos de ocasión, sustentado en mercancías de supermercado.
Chapuseaux tiene un evidente dominio de su personaje, de sus movimientos, de sus inflexiones y lo proyecta desde la directríz de humor porque se ha decantado la directora
María Castillo  regresa a la personalidad de la mujer esperanzada en encontrar el hombre con el que se pueda contar, y que vuelve a su vida con las mismas mentiras de siempre.
La maestra se luce en la gerencia de gestualidad y los matices  de su voz. Reproduce la carga emotiva de una soledad insoportable y se aferra a la esperanza de un amor que no lo es.
La pieza es una rotación simbólica de soledades, falsías, esperanzas desgarradas y pérdidas del sentido, dimensiones que explora con acidez y humor el dramaturgo europeo.
Banco de Parque, de uno de los dramaturgos rusos vivos fundamentales de la actualidad, Alexander Gelman, estremeció, con drama y carcajada, al público selecto que acude en la Sala Ravelo.
No es frecuente tener en escena a dos directores-maestros intérpretes de la talla de María Castillo, (Teatro Mandrágora) y Manuel Chapuseaux (Teatro Gayumba)  y menos cuando se trata de un montaje de texto imperecedero, sobrepuesto al tiempo, con parlamentos que hilvanan realidades que siguen frescas y sangrantes, esas que describen la soledad, la mentira, la manipulación, el sufrimiento femenino y la actitud manipuladora y abusiva del hombre buscador de consagrar el engaño.
Valida la reinterpretación de Banco de Parque que tiene origen en la necesidad de reinterpretación  y de adecuación a tres décadas llamadas a influir en el cambio del gusto y la percepción de la gente que sigue el teatro.
Ficha Técnica:
Dirección: Teatro Mandrágora
Producción general: María Castillo
Asistente Producción: Daniela Tovar
Voz en Off: José Antonio Rodríguez
Elenco      : María Castillo (Vilma)
Manuel Chapuseaux (Feria)

Nuestras Mujeres, teatro humorístico de la inteligencia y la sensibilidad

Cuando el dramaturgo y novelista franco-tunecino Eric Assous, decidió escribir Nuestras Mujeres, estaba –curiosamente – pensando sólo en hombres.
Lo que hacía en realidad  Assous era   un recorrido emocional, que retrata con humor y acidez, la soledad y la aspiración masculina de la felicidad,  la ética, la lealtad la solidaridad, la hipocresía de aparentar ser lo que no se es  y el   valor de la familia, gravemente lastimada por el rompimiento de sus canales  de comunicación.

Assous logró su cometido y el resultado es esta pieza de humor y pensamiento que vuelve a demostrar como el teatro, tiene tantas formas de concretar su magia y su poder inagotable para sorprender, encandilar y transformar desde la  inicial palabra escrita, en un acontecimiento escénico trascendente.
El autor cristaliza un texto en el cual un apartamento de soltero será el ambiente para la ocurrencia de circunstancias sorpresivas, incesantes, una tras otra, llevando la trama por caminos inesperados, dramáticos por instantes y divertidos siempre.

Cuando el teatro ofrece un espectáculo absolutamente divertido por el código cómplice desarrollado y por los giros sorprendentes de las situaciones que hilvanado, cuando encuentra los intérpretes adecuados, esos que se saben deslizar con gracia por sus pasillos  y entramados, cuando la representación crea un vínculo firme y fino que crea un puente entre las tablas y la platea, cuando su libreto cae en manos de un director de garra y conciencias, entonces el alto y noble objetivo del teatro, se ha vuelto a preservar.

Henssy Pichardo y José Roberto Díaz se lucen como actores veteranos en Nuestras Mujeres.


Acudir al estreno de Nuestras Mujeres, ganadora del título de Mejor Comedia del Año en Argentina el pasado año (interpretada  entonces por Guillermo Francella, – protagonista de la aclamada película El Clan- Arturo Puig y Jorge Marrale) fue una experiencia plena y satisfactoria  y que constituye una evidencia de la fuerza que habrá de tener el año teatral 2017.
La obra  en la que, a pesar del título, no aparece una sola mujer ni un segundo, limitando su recuerdo a las referencias que de ellas hacen tres protagonistas, tiene un valor artístico que excede el éxito de taquilla que le precede.
En Chile, Argentina y Madrid lleva meses de funciones ininterrumpidas, presentándose a casa llena. En cambio, en el país, sólo apareció un fin de semana – el que estamos viviendo- para ofrecer cuatro funciones, de las cuales solo restan las de hoy, mañana sábado y el domingo.

Guillermo Francella, – protagonista de la aclamada película El Clan- Arturo Puig y Jorge Marrale, en su interpretación de Nuestras Mujeres, en Buenos Aires.


La  pieza es una rica y alegre argamasa de humor inteligente, perfumado de los enfoques sobre valores, entre los cuales la calidad de la amistad entre hombres, la relación padres-hijos y  la creación de una aceitada vinculación en las parejas, conforman un panorama de temas a ser cuestionados y sobre los cuales el autor sabe trazarlos de tal forma que generan espontánea la risa.
Nuestras Mujeres  dirigida por Manuel Chapuseaux, con producción general de Dunia De Wint, es uno de los proyectos de teatro más formidablemente  reflexivo envuelto en las agradables hojarascas del humor de la inteligencia.

Cartel de la comedia Nuestras Mujeres en Madrid


Chapuseaux vuelve a mostrar sus visiones de director que no se impone, pero orienta por los pasos necesarios para que cada quien caracterice al máximo. Con su equipo de talentos trabajaron casi cuatro meses en el montaje para finalmente lograr tan solo cuatro funciones que suman ocho horas en escena en la sala Ravelo, este fin de semana.
Los intérpretes
Si un factor pesa en favor de Nuestras Mujeres, además del texto dramatúrgico, tremendamente producido en la escala y con la perspectiva de situaciones sucesivas, es la actuación de los tres protagonistas.
Francis Cruz (Carlos), Henssy Pichardo (Manuel) y José Roberto Díaz (Simón), tienen la virtud interpretativa de tejer una firme plataforma histriónica muy inter-conectada, con manejo de voz y cuerpo, con expresiones.
Francis Cruz es sin duda el eje que carga con el peso de las acciones actorales, manejándose con una gracia que ha cultivado cada vez con mayor  criterio.  Cruz traza un trayecto ascendente de pisadas fuertes que le proyectan como una de las grandes marcas masculinas de la actuación criolla, tanto en cine como en teatro.
Henssy Pichardo demuestra el valor de sus tablas, pero sobresale cuando realiza un monólogo-andanada sobre el personaje de Cruz, en uno de los episodios inolvidables de la escena dominicana. El impacto es tal que la gente interrumpe con aplausos. Sencillamente magistral.
José Roberto Díaz, reivindica el personaje determinante para que cristaliza el mensaje fundamental: el valor de la amistad entre hombres y la comunicación sana en la familia.

Henssy Pichardo y Francis Cruz en una excelente instantánea de Luis Dantes Castillo, el fotógrafo oficial del buen teatro dominicano.


Solo tres funciones
Nuestras Mujeres solo estará en escena este viernes, sábado y domingo, tras su estreno anoche en Sala Ravelo. Las funciones inician a las 8:30 pm. Salvo la del domingo que da inicio a las 6:30. Los productores no lograron más fechas disponibles para la representación.
Sinopsis: Tres amigos de toda la vida, con sus peculiares procesos de familia y pareja, quedan de reunirse, como siempre, a jugar cartas en el apartamento de soltero de uno de ellos. El tercero llega tardísimo por una razón inesperada y pretendidamente trágica, que dará pie a  sorpresas, eventos inusuales y confrontaciones de valores. La lealtad habrá de ponerse a prueba.
Ficha Técnica
Nuestras mujeres
Dirección: Manuel Chapuseaux
Producción: Dunia De Wint (DW  Comunicación)
Escenografía: Miguel Ramírez
Vestuario: Lola Catedral
Mobiliario: Home Galery y La Nacional
Sonido: Carlos Chapuseaux
Diseño de Luces: ND
Asistente Dirección; Felicia Guzmán
Talentos: Francis Cruz (Carlos), Henssy Pichardo (Manuel) y José Roberto Díaz (Simón).

Yeycy Donastorg debe ser Mujer del Año 2017

La doctora Yeycy Donastorg Cabral ha sido nominada, entre cantidad de gente dominicana valiosa, al título de Mujer del Año, que convoca Diario Libre,  en su condición de precursora de la investigación de la vacuna contra el virus del VIH, desde la Unidad de Vacunas del Institutito Dermatológico  y Cirugía de Piel Dr. Huberto Bogaert Díaz. Me gustaría votar por todas las candidatas, pero solo hay opción de un nombre. Creo que debe ser ella.

La doctora Donastorg es una médico investigadora y una madre soltera ejemplar que ha enfrentado y vencido todos los retos humanos, maternales y profesionales que la vida le ha planteado. Ella ha soportado tragedias familiares, afecciones de salud considerables en su entorno cercano, es una heroína de una dimensión  tan formidable.
Esta mujer, adornada con  una sonrisa que sólo Dios conoce la  fortaleza de su fuerza de ánimo, tiene cualidades humanas y profesionales de una magnitud imposible de describir con la fuerza de unos párrafos escritos con la sincera voluntad de que la sociedad pueda reconocerla.
Dotada de una sólida formación académica, es  una maestra formadora en los nuevos médicos (hoy estudiantes de varias universidades) de una conciencia social, Donastorg ha sido la responsable de que el país deje atrás su concepción de que los ensayos clínicos de vacunas contra el SIDA (que no deben ser llamados “experimentos”) dejen de ser llamados “conejillos de indias” debido a que ha sabido demostrar y poner en práctica los nuevos criterios científicos en los cuales estos otros héroes cotidianos, ofrecen lo que pueden (la prueba en sus organismos de las propuestas formulas clínicas inocuas –  es decir  no dañiñas-) para dar con grandes soluciones a afecciones de salud que cobran vida y salud de millares y millares de personas en todo el mundo y hacerlo en base al conocimiento exacto de las posibilidades de daños o efectos secundarios.

Aprecio mucho el valor de todas las demás candidatas al prestigioso título que auspicia el Diario Libre, en una de las acciones de responsabilidad social y justicia social, de ese importante medio de comunicación.
Mi voto es para Yeycy Donastorg Cabral, quien debía ser la Mujer del Año. Para votar ingrese a : http://hymdiariolibre.com/votar

Ave Negra, teatro de exquisito y casi indefinible y sabor

CRITICA Y FOTOS DE JOSE RAFAEL SOSA
El teatro es, ha sido, y siempre será un abanico de infinitas alternativas e innumerables maneras de disfrutarlo y concebirlo.
Habrá de seguir siendo un Universo que abre espacio a todas las actitudes, desde aquellas que procuran impactar desde sensibilidad que pende de los gustos, hasta  únicamente los resultados de boletería.

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Laura Lebrón, es Una.


T&M Proa Teatro  nació en 2009 de la pasión de dos hombres de la escena, buscando crear una trayectoria propia, con  un estilo que respetara el quehacer escénico, que premiara al público con proyectos de noble exigencia y que dejaran su huella en el entablado.
Teo Terrero y Mario Lebrón expresaban de esta forma la consistente relación que cultivaron desde años juveniles. Era el tiempo de proyecto propio.
Rompieron fuente en 2009 con El Método Gronholm,  del dramaturgo barcelonés Jordi Galcerán, entente de competitivos trazos psicológicos que jugaba con las apetencias de ocupar un cargo corporativo importante. Una recordable actuación coral de José Roberto Díaz, Amauris Pérez, Giamilka Román y Ernesto Báez.
El paso  de Proa afirmó el sentido buscado en 2015 con La venus de las pieles” en Sala Ravelo con  Josué Guerrero y Laura Lebrón, oportunidad en que el teatro fue estreno verdadero para el inicio real de una carrera, la de Laura. Era claro que un tesoro se comenzaba a concretar, ese que comportaba el talento de una profesional con sentido de que carrera.
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Francis Cruz, es Ray


Ave Negra
Teatro desgarrante, maldito y de autor, es el tipo de piezas que puede marcar tanto la vida de sus intérpretes y el gusto del público por la traumática relación entre un adulto y una menor de edad, lo cual genera marcadas tonalidades emotivas  que plantean desafío para cualquier pareja de actores por la cuidadosa entrega y la  exigencia que  plantea a la construcción de sus personajes.
Laura Lebrón ofrece un concierto interpretativo en el brillan su gestualidad natural y precisa, los requiebros de su voz en el que destaca su identificación con el traumatizado personaje, por cuya memoria y cuerpo, hicieron raíz los  tormentosos momentos de utilitarismo erótico de que fue la víctima, tal cual ocurre con tantas mujeres, y no solo en el teatro.
Con una entrega actoral fresca, limpia y sacada desde lo más profundo de sí misma, Lebrón, ya no depende ni de apellidos ni de las indulgencias por su juventud ante los arrebatos que con gracia le podría dispensar la crítica. Quién está allí es una mujer que sabe con certeza el tamaño de la responsabilidad aceptada ante un tema tan actual y tan decididamente disimulado socialmente, a pesar de la trascendencia que mediáticamente ha adquirido la violencia sexual. Sus lágrimas no son el producto de ningún retruécano técnico para impresionar.
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El elenco y los productores


De Francis Cruz, a quien vimos por vez primera  en julio 1998, cuando, en esta misma Sala Ravelo, con la dirección de Germana Quintana , hizo de Lorenzo en Vamos a contar mentiras, comedia del inolvidable Alfonso Paso, podemos decir ahora, casi lo mismo que escribimos entonces: “ Cuando se siente el talento, brillan un millón de estrellas a plena luz del día, y las aguas de los océanos se hacen mansas”, para entonces un tanto exagerado,  pero a la cual  su dedicación y desempeño, le hacen ahora merecedor de tan idealista criterio. (Vamos a contar mentiras…y verdades, El Nacional, sección Que Pasa).
Cruz, quien debe su carrera a la maestra domínico/venezolana, se inició en 1994 montando luces y conectando cables para el Teatro del Club Arroyo Hondo (al cual no se le ha hecho nunca el homenaje que merece por su labor de formador de talentos escénicos), tuvo su primera actuación 1997 cuando hizo un papel la comedia Monja o detective, para desarrollar una extendida carrera que tiene, antes de este papel para Proa Teatro.
Inolvidable el cuidado con que construyó su personaje Pep, en Toc-Toc, hilarante comedia sobre los curiosos Trastornos Obsesivos Compulsivos de seis personajes (el cubanoOrestes Amador (Camilo),  Gianni Paulino (Blanca), Exmin Carvajal (Fred), Patricia Muñoz (María) y la argento-dominicana Lorena Oliva (Lili), escrita por el francés el francés Laurent y dirigida aquí por la misma Quintana de siempre, uno de los logros de producción más atinados de Atrévete, de Gianni Paulino. En el marco de una actuación coral a seis figuras, Cruz supo establecer un sello de impecabilidad con que nos hizo reír a carcajadas tanto en la Ravelo como en el auditorium del Domínico-americano, a donde acudimos a seguir su rastro.
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Francis Cruz alcanza con el rol de Ray, el punto más alto de su carrera como actor y uno de los roles masculinos más significativos del teatro en 2006.


Francis Cruz alcanza con el rol de Ray, el punto más alto de su carrera como actor y uno de los roles masculinos más significativos del teatro en 2006.  Centrado en su papel de hombre abusador inveterado frente a quien era una menor cuando los hechos ocurrieron, logra transmitir el sentido de culpa por su irresponsable arrebato y el abandono quien le entregó sin reservas lo mejor que podía darle.
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Laura Lebrón ofrece un concierto interpretativo en el brillan su gestualidad natural y precisa, los requiebros de su voz en el que destaca su identificación con el traumatizado personaje.


Sinopsis:
A muchos años de los traumáticos hechos, Una  para entonces era una menor de edad, se encuentra con Ray, el hombre maduro su abusador sexual y quien no apreció la entrega de su víctima. Descarga y culpas en un episodio emocionalmente intenso.
Ficha técnica:
Autor: David Harrower,
Dirección artística: Mario Lebrón
Asistente director: Nancy Espínola
Productor general: Teo Terrero
Elenco: Laura Lebrón (Una); Francis Cruz (Ray) y Avril Renée Lazala Guerrero
Escenografía: José Miura
Regiduría de Escena: Dolly Martínez
Realización de Utilería: José Enrique Rodríguez
Iluminación: Lilyana Díaz
Traducción Eduardo Villanueva
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Je, je, je, reír y reír cuando no han muerto los actores

TEXTOS Y FOTOS JOSE RAFAEL SOSA.
El final del año ha conspirado bondadosa y sorpresivamente  para que se pudiera disfrutar de del mejor  teatro  producido en República Dominicana en este período.
Los atisbos de teatro conceptual consistente se iniciaron con El Último Instante (Franklin Domínguez/Guillermo Cordero, Director/Carlota Carretero) y ha continuado con La Vida es Sueño (Calderón de la Barca/Teatro Guloya/Claudio Rivera); El diario de Ana Frank (Ana Frank/Antonio Melenciano); Ave Negra David Harrower/ Mario Lebrón/Proa Teatro) y ahora con Je, je, je cuando la risa es poesía, que se monta para reiterar una  muestra el múltiple talento  artístico y docente de Haffe Serulle, creador de una escuela  teatral,  superior tanto a un estilo personal escritural o de dirección personal  como a  una corriente  escénica alternativa.
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De lo que se trata cuando se enfoca el trabajo de Serulle, más allá de una crónica que evalúa una entrega más de su  alucinante  estilo, sino de enfocarlo en cuanto representa un factor diferenciable del teatro local de cara al movimiento de la escena en América Latina.
Se hace necesario ubicar este trabajo en un marco más amplio, menos isleño y de perspectivas que conjuguen, al juzgar una trayectoria de la cual es Je, je, je cuando la risa es poesía,  el empeño escénico más reciente, el acto de justicia al apreciarlo y  la caída de todos las ventas que han limitado el reconocimiento pleno de un trabajo
Serulle es un buscador de formas expresivas y en su labor se ha hecho acompañar de una serie de talentos jóvenes, de aquellos capaces de comprometerse con la ruta difícil, la que no es tan mercadeable como otras, oportunamente encontrado en la ruta del docente teatral que procura afirmar el futuro de sus prendas de aula.
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Serulle hace tiempo que apostó por la validez de un teatro al que no importan las  grandes masas haciendo filas en la boletería,  anhelantes de la risa fácil  o el sensacionalismo escénico en la cual actuar obedece a pautas pre-establecidas.
Lo que hizo Serulle, desde todos sus proyectos, fue demandar  y lograr de sus actores y actrices un desempeño histriónico superior, agotador, elevado  hasta el extremo de las fuerzas internas, las que piden  una organicidad que se cruza roles con habilidades del circo,  la acrobacia,  y textualmente perfumadas  de comedia negra, sarcasmos y un marcado acento creativo sobre todo en escenografía, vestuario e iluminación.
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Cuando muere el actor
Agotando un ángulo de “teatro en el teatro”,  el director nos lleva a las honduras existenciales de la reacción humana ante la muerte y en particular cuando quien fallece es el intérprete, justo antes de comenzar su actuación, a lo que agregan la  egoísta apetencia por el dinero y la permanencia del valor de lo poético en medio del caos, factor este último que es una constante en  lo “Haffafiano”.
El texto, aspecto en el cual se hace poco énfasis al evaluarlo, es literatura cultivada con un enorme sentido poético y documental, reflexión sobre las densas dimensiones que pupulan cuando es la muerte la que toca a las puertas.
Actoralmente, el discurso de acciones actorales  abre un mundo de acciones impresionistas que captan atención y coloca en vilo total a espectadores ante el dinamismo visual, el cambio de las masas de utilería mayor, en las 69 posiciones distintas  en que son colocados  añaden seis cuerpos, conformando una masa  escenográfica fascinante y lúdica.
Resaltan el perfeccionamiento de la capacidad de interpretación  actoral que ha sustituido el grito por la interjección gutural adecua mente modulada, sostenida la risa en matices que  desgranan un texto cuidado y provocador.
Haffe, que deja ahora los vestuarios reciclados  de múltiple uso  para dar oportunidad a que disfrutemos de una  Gromcim Domínguez, quien  deja ver su arte en las prendas de estos seis personajes,  acertados y adecuados a la visión del espectáculo, que excede la noción seca y simple de montaje teatral.
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FICHA TECNICA
Je,je,je cuando la risa es poesía
Producción General: Otro Teatro
Dramaturgia y dirección: Haffe Serulle
Productor ejecutivo: Santiago Vásquez
Vestuario: Gromcim Domínguez
Diseño escenográfico y línea gráfica: Lalí Guzmán
Maquillaje Taina MakeUp
Relaciones públicas: Nodalia Arias
Elenco: Karina Valdez (La productora), Stuart Ortiz (El poeta), Camilo Landestoy (El Joven), Yariris Báez (La boletera),. Johanna González (La pelo blanco), Robelitza Pérez (La bella mulata)
Sinopsis:
La supuesta muerte de dos actores que trabajan en el espectáculo  de amplio repertorio, pone en vilo al público. La productora se vale de mil triquiñuelas  para entretener a los asistentes, que se comienzan a inquietar. La risa asoma a la atmósfera teatral.

El diario de Ana Frank: nobleza del teatro

El teatro es un largo viaje, a veces indefinible en sus meandros, sorprendentes, ya geniales o veleidosos,  o puede ser, como al efecto ha sido,  monstruo insaciable que demanda cada vez más de esperanzas y esfuerzos,  o. también puede tornarse en un campo fértil en el que  vuele la imaginación, a partir de talentos y recursos acertadamente seleccionados.
En oportunidades, como ahora, hace de las suyas, y entrega experiencias que dejan al público sembrado en los asientos, tras el discurso del parlamento, tras la música y la luz, luego que las cortinas han cubierto la impecable escenografía.
Uno de los acontecimientos sorpresa que nos reserva el teatro, es El Diario de Ana Frank, una presentación histriónicamente multigeneracional, que concentra talentos conocidos y aplaudidos y figuras juveniles, desconocidas hasta el momento presente.
principalHay que confesar que al ver la pieza, nos resultó nostálgico y referente  el quehacer teatral de los años 80´s que hacían, en esta misma sala dos directores (uno de los cuales ha dado nombre a este espacio): Máximo Avilés Blonda y Rafael Villalona. Fue un fresco recuerdo.
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El montaje producido y dirigido por Antonio Melenciano supone, en primer término, la entrega estética más elevada que ha aportado a la escena dominicana, debido a la densidad del tema y a los recursos que despliega y que  se concretan en  un elenco que aceptó la responsabilidad,  una acertada selección de quienes fueron responsables de la dirección de arte y recreación de época, la escenografía de multiniveles y  la iluminación.
La experiencia de El diario de Ana Frank es un precedente en el teatro criollo que revela la valentía de un hombre y el arrojo de un grupo de artistas.
Gloria Brown
Una señora judía, superviviente del Holocausto, acompañó todo el proceso de montaje asesorando en ciertos detalles.
Gloria Brown fue presentada al final del montaje por Antonio Melenciano, y utilizó los minutos de su alocución al público para solicitar que nunca más se repita en la humanidad, un episodio de matanza colectiva, motivada en el racismo, como la de los nazis de la Alemania  supremamente Aria.
Está presentándose en el Palacio de Bellas Artes.
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Judith Almonte y Fifi Almonte ponen sello de calidad A 2.50 Cuba Libre

Asistimos a la que se planteaba como la última función de temporada de la pieza teatral hiperrealista A 250 el Cuba Libre, escrita por el dramaturgo venezolano Ibraim Guerra, la pieza  de esa nacionalidad más representada fuera de Venezuela, en cuyo montaje hemos encontrado novedades.

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Las actrices dominicanas Judith Rodríguez  (Eneida, alias La Sabrosa ) y Fifi Almonte (La Enredada) , dos de las cuatro mujeres que trabajan en un prostíbulo, explotadas por una quinta, Doris Josefina, alias La Caimana (Olga Bucarelli),  dando visibilidad a dar una sub-cultura de explotación sexual, opresión social, violencia psicológica, física y social  y  levantando el clamor existencial ante una vida tan triste como la vivida por las llamadas “mujeres de vida alegre”.


 
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Judith Rodríguez y  Fifi Almonte ingresaron al elenco en sustitución de Lumy Lizardo y Liz Soto, estableciendo su marca en escena, en tanto que Fausto Rojas es director del montaje que estrenó  Johnnié Mercedes.


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El elenco anterior de a 250 el Cuba Libre


A  Olga Bucarelli, Yorlla Castillo, Hony Estrella ya las habíamos disfrutado en el montaje inicial de Mercedes, pese a que se nota ahora una renovación, una vida adicional de estos sórdidos personajes, a pesar de que sus historias, dolientes y dramáticas, están  matizadas por el coloquial tiempo del humor, aderezado con las “malas palabras” y los insultos agresivos de ese sub-mundo.
Judith Rodríguez  muestra su valor y desenfado al hacer un personaje que introduce al público en las miserias y angustias, canalizadas con un excesivo discurso, agreste y popular, que la gente disfruta, con el único peligro de no percibir que se encuentra ante un texto social de poderosa denuncia.
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Judith Rodríguez Yajaira, alias La Enrollada.es fresca, atrevida, contestataria, advertida de las reacciones del instante del público, para aprovechar  improvisando con efectiva rapidez, expresiones que  generan hilaridad y reflexión.
 
Fifi Almonte, que acaba de despojarse de la peluca de la Lupe, en un monólogo en el cual mostró valías escénicas recordables, recrea a una Lourdes Coromoto, alias La Güevona, víctima de una sociedad que sub-valora e invisibiliza a estas mujeres, canal de desahogo sexual de reprimidos y represores hombres capaces de mal pagar por servicios sexuales.
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El elenco actual de A 250 el Cuba Libre


Drama real
De las otras intérpretes, Hony Estrella, se nos lleva las palmas por su capacidad dramática de la alcohólica Carmen Alicia, alias, Blanca Rosa, escapando del esquema del humor amargo, para dar una nota de denso entramado que dibuja un lúgubre y pesaroso ambiente, jugando entre verdades y mentiras. Estrella vuelve a justificar todo lo bueno que de ella se pueda decir.
Aguas arriba, la Bucarelli deja sentir el imperio de la experiencia. Manejo de voz, desplazamientos rápidos que dejan sentir su postura de mando, sus expresiones a voz en cuello, pronunciadas a distancia, todo apunta a que es la veteranía disfrutada, la que tiene el turno en escena.
Yorlla Castillo (Lourdes Coromoto, alias La Güevona) sigue siendo ejemplo de superación profesional. Decidió trascender desde cuando era recepcionista de la Dirección de la Feria del Libro, mientras estudiaba a fondo actuación, se integraba a la Compañía Nacional de Teatro para ser hoy uno de los talentos que muestra consistencia y calidad. Ahora logra convencer.
Habrá  otras  funciones
A 2.50 el Cuba Libre, pese a que oficialmente cerraba su temporada el pasado domingo 30 de octubre, abrirá otras fechas para el público que no la ha visto y que así lo ha pedido, dijo Juancito Rodríguez, productor del montaje.
“Volveremos al Bar del Teatro Nacional, debido a que es mucha la gente que nos pide reponer esta pieza venezolana  de hiper-realismo teatral, escrita de Ibraim Guerra y que es la obra más representada de la Patria de Bolívar” afirma.
LIBRETO DE A 250 EL CUBA LIBRE

Guloya eleva con tono caribeño al Calderón y sus sueños de vida

Cierto que ya Claudio y Viena, no son  la joven pareja enamorada de si misma y su pasión esencial  y que , llegados de Cuba  nos hicieron un alto a la atención por  la meticulosa gesticulación de un desempeño escénico que clamó por la atención de todos. Han pasado, inexorables y enriquecedores, los años.
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También es cierto que ambos han demostrado esa virtuosa capacidad de hacer de sueños, realidades palpables, tanto como haber completado 25 años de representaciones  y hacerlo con un clásico complejo, barroco y demandante, a la cual imprimir el colorido acento de caribe: La  vida es sueño, de un tal Pedro Calderón la Barca, transformado en un clásico continuador de la dramaturgia de Lope de Vega.
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Cierto que ya no son dos muchachos y que ahora tienen responsabilidades mayores, una familia que les ha tomado el tono del arte, un proyecto, el mismísimo Teatro Guloya como expresión una actitud de desafío al desaliento y la rutina en lo teatral, y cierto que decidieron festejarlo con el mayor de sus desafíos: el montaje de un clásico que enseñorea la existencia, saca el filo necesario a su planteamiento existencial sobre la libertad como opción fundamental de la humanidad y del ser.
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Acertada la adaptación de La Vida es Sueño, de Teatro Guloya de una pieza exigente, estrenada inicialmente  en el verano de estrenada en 1635. Es teatro barroco.
El montaje
La vida es sueño, de entrada, es uno de los más elevados proyectos teatrales del 2016. Sin duda alguna.

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Claudio Rivera debió haberse tomado su tiempo  tras la decisión de conmemorar 25 años de teatro, con un montaje trascendente, quien hizo  la selección adecuada  de los talentos. Segismundo (Vic Contreras), personaje principal, y que muestra un proceso de evolución desde un alma reprimida y reflexiva, condicionada por su prisión en la torre, en procura de venganza pero piadoso cuando debe serlo. Contreras es un diamante en proceso de pulimiento escénico, al cargar con el peso de las directrices argumentales.


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Astolfo/Alí Baba (Jahnel Calizan) otro nuevo valor (para nosotros) que evidencia entrega y gracia. Su verbalización y su lenguaje facial se ganan el público, además del aditamento de sus brazos adicionales operados con el protocolo marionetero de vista al público.
Clotaldo (Ramón Candelario), Lacayo de Basilio. Representante de la superstición, es el único, aparte del rey, que puede ver a Segismundo, es uno de los puntos de luminosidad escénica ineludibles del trabajo de montaje  y caracterización.
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Rosaura y Astrea (Viena González), principal personaje femenino, une fuerzas con Segismundo para impedir que Astolfo se convierta en rey y así evitar que se case con Estrella. Es el personaje exacto para el talento preciso. Efectiva y lúcida, Viena da sentido al Teatro.
Basilio (Claudio Rivera): Rey de Polonia, incapaz para los dones de gobierno y padre de Segismundo, de carácter dubitativo. Una lección de teatro acometido con sentido de drama  gracia, rítmico, acompasado en las coreografías, de sentada presencia por el paso y la caracterización.
Estrella: (Yerlin Guzmán).  Nueva promesa del teatro seriamente asumido y no por bella sino por el rendimiento que alcanza, la ductilidad del expresivo corporal y su integración al conjunto.
Clarín (Noel Ventura): Compañero de Rosaura. Diseñado por el dramaturgo original de una gracia  e ingenio de contagiante empatía, logra con ese muchacho de 121 libras, un altísimo peso histriónico, mayor incluso que el de algunos figuras cómicas televisivas de alto “rattings”.
Algunos directores de cine deberían acercarse a Teatro Guloya (si extienden las funciones ya que la última era este domingo 30 de octubre), si desean encontrarse con caras y talentos nuevos para proyectos futuros.
 
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Ficha Técnica:


La vida es Sueño
Producción General: Teatro Guloya
Dirección: Claudio Rivera
Producción Ejecutiva: Viena González
Dramaturgia: Pedro Calderón de la Barca
Espacio Escénico: José Miura
Vestuario y utilería: Lenín Paulino
Realización vestuario: Vera Bertuzzi y Sephanie Gautreaux
Títeres e iluminación: Ernesto López
Arreglos musicales: Vic Calderón
Talentos: Clarín (Noel Ventura), Estrella: (Yerlin Guzmán), Basilio (Claudio Rivera), Rosaura y Astrea (Viena González), Astolfo/Alí Baba (Jahnel Calizan) y Segismundo (Vic Contreras).

Jackeline Estrella con su Lupe eleva buenamente su talento

Hacer un teatro de calidad, despojado de las herencias de lo previsible, alejándose del facilismo escénico, arriesgando la faja  y afrontando una empresa  artística compleja, fue el desafío que enfrento esta mujer, cuya carrera había estado  mucho más cerca de la televisión que del teatro biográfico, con excepción hecha de su montaje sobre María Montes, que vimos en Sala de la Cultura (hoy Aida Bonelly de Díaz).
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Jackeline Estrella  entregó en el Palacio de Bellas Artes, con la presentación de La Lupe, conversión de una Diva, la que parece ser su mejor producción, y para cuyo montaje – a diferencia de lo que se acostumbra en los proyectos comerciales para la escena-  tomó algunos años de investigación, ensayos para dominio de la voz, de control de la gestualidad de esta artista cubana, con una vida digna de ser llevada, además del teatro, al cine.
Provoca mucha alegría que la Estrella haya decidido montar un trabajo conceptual, alejado del facilismo  del “gag” televisivo, un quehacer demandante y absorbente.

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Jackeline Estrella logra una buena actuación.


La mujer que se entrega allí, en las tablas, al mundo de ficciones y realidades mezcladas, hace un papel digno, a pesar de que acusa algunas discontinuidades y trazos que se sueltan (sobre todo cuando tiene que doblar canciones), pero evidencia una entrega a la labor de tomar la piel de un ser y un talento excepcionales.
Estrella muestra que puede ser muy buena en teatro de concepto y que está en capacidad de incrementar su  vertiente expresiva  de una actriz, pese a algunas  sincronías  en el montaje
Johnnié Mercedes sale airoso en la tarea como director que debió re-educara una artista que le llega condicionada por sus estándares de actuación masiva.
Jackeline Estrella escribe el libreto tras una labor de seguimiento a la vida de la diva cubana, y logra líneas verdaderamente brillantes.
El homenaje a La Yiyiyi, la legendaria cantante cubana fallecida en el 1992,  ofrece una vida que  planteaba, para poder ser representada, una reconversión escénica que tenía exigencias consistentes  a la cual había que echar mano mediante  fuera  fuerte, agresiva, descarada, alegre, dramática, teatral. La misión era representar eso en escena.
utf-8foto176La Lupe
Nació un 23 de diciembre del 1936 en San Pedrito un pequeño pueblo ubicado en las afueras de Santiago de Cuba y murió el 29 de febrero del 1992 en la ciudad de New york.
Lupe había crecido fascinada con la espectacularidad de Olga Guillot, Edit Piaf y Lola Flores, a quienes imitaba. Cuando  la vida le dio la oportunidad, se lanzó a los escenarios, con tanta pasión y desparpajo que comenzó a crecer su fama, como una cantante fuera de lo común que hipnotizaba al público;  su éxito fue tan abrumador que Fidel Castro le exigió que saliera de Cuba.
la-lupe-laberinto-de-pasionesFuera de su país recorrió muchos puertos, asentándose en New York en donde desarrolló su carrera artística.
No fue casualidad que en la gran urbe también le sonriera el éxito. Muchos cuentan que ella se quitaba los zapatos, golpeaba a los músicos, se quitaba la ropa, la peluca, los accesorios y gritaba de forma violenta o sensual.
La fama la llevó a niveles inimaginables,  gastaba mucho dinero en la compra de una mansión, lujosos carros, exquisitas joyas, costosas y extravagantes actividades de la santería, los vicios y las malas compañías, los mismos que tiempo después fueron mermando su reputación y su fortuna hasta quedar en la total miseria.
A todo esto se suma la quema de su apartamento y su invalidez por una caída, calamidades que la condujeron a buscar de Dios, y en un culto de adoración encontró la salud física y del alma, iniciando a partir de ahí una nueva vida llena de bendiciones y de testimonios.
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Mi ex lo hace mejor, cuando hay risas sobre un drama de fondo

Franklin Domínguez es el monumento teatral viviente merecedor del mayor respeto por su extendida comprometida carrera con lo escénico, sea que sea el autor de una obra teatral antitrujillista, con unas Espigas Maduras,  presentadas en 1957 en plena Era de Trujillo, o el mismo que es capaz de escribir y actuar en una comedia de notable compromiso social, cuando dio la orden de búsqueda de un nombre honesto (en 1963), cuando Juan Bosch era la muestra de que esa personalidad era posible.
Domínguez transpira teatro en todas sus formas, vive por las tablas y estas se reivindican en él, tal cual ocurre ahora que toma el texto dramatúrgico de Carlos Vega Abreu, (nacido en Isabela)  con el que  provoca un festín de risas incesantes en la sala Máximo Avilés Blonda, del Palacio de Bellas Artes, como producción de Jenmarip, de los periodistas Pedro Jiménez y Anaibelca Rosario.

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 La comedia, que se regodea  en un chispeante doble sentido, y bajo el título muy dominicano de Mi Ex lo hace mejor, (que no es el original) comedia oportuna cura para escapar, por el camino de la risa incesante, a las terribles noticias de estos días. 


En realidad lo que ofrece es un tema dramático, a pesar de su tono de chiste la  obra teatral toca un tema tan real como sensible: el hastío conyugal de las parejas, -status que invariablemente y silenciosamente afecta a la mayor parte de las parejas, aun cuando nadie lo reivindique. Ese es su valor y ése su mensaje.
Phillip Rodríguez, Hony Estella,  Iván Camilo y Evelyna Rodríguez,  lograr desempeñar sus papeles con soltura y profesionalidad, dando matices precisos, produciendo  un resultado que se gana al público por la gracia de sus giros interpretativos. Evelyna tiene una página web que es un modelo para mucha gente del medio.
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Phillip Rodríguez se ve con la oportunidad de mostrar más detalladamente sus condiciones, ahora alejado de los breves segmentos de humor televisivos.
Hony Estrella se sabe en situación de mostrar su instrumental para la comicidad e Iván Camilo, se hace acreedor de un reconocimiento por su excelente rol secundario.
Iván Camilo nos premia con una actuación teatral en la que se adapta perfectamente al resto del elenco, tiene gracia y efectividad. Debería estar con más frecuencia en el teatro.
Evelyna Rodríguez nos resultó una sorpresa más allá de lo agradable. Ella es una artista que evidencia su deseo de crear una marca de respeto en la actuación, alternativa profesional  que junto con la comunicación, conforma su oferta más impactante. Ella hace en este montaje hace una evangélica sorprendente y es la que logra ganarse el favor de la gente debido al impacto de su personaje, sus parlamentos sorpresivamente irreverentes y el sub-tema de la autenticidad de la fe, tan frecuentemente obviado cuando de evangelismos se trata.
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El mensaje
Mi ex- lo hace mejor en realidad de  un llamado a revisar la dinámica de las parejas, invariablemente marcadas – luego de cierto tiempo- por el hastío y  cansancio conyugal, elemento que se aprovecha histriónicamente  al máximo, con este montaje de situaciones duales, auto-denuncia marital y rejuegos de realidades.
Mi Ex lo hace mejor se ocupa, en tema de broma e hilaridad, de enfocar una realidad que genera tanta tensión, incomprensión y pasiones torcidas, como es el asesino del amor: los celos, sobre todo cuando se enfocan en retrospectiva.
La pieza de humor, vista en proyección, puede considerarse como un rayo de esperanza para una tragedia de muchos: ese declive pasional que, casi invariablemente, afecta a todas las parejas.
Ficha técnica
Mi ex lo hace mejor
Director: Franklin Domínguez
Asistente dirección: Canek Denis
Autor: Carlos Vega Abreu (Puerto Rico)
Producción general: Pedro Jiménez y Anaibelca Rosario
Escenografía: Gutiérrez Rodio Workshop
Luces: Roberto de León
Maquillaje: Patricia Lantigua
Elenco: Hony Estrella (Yoli); Phillip Rodríguez (Jimmy); Iván Camilo (Rafa) y Evelyna Rodríguez (Lorena).

El último instante, teatro exquisito y señal de un gran retorno

¿Se merecerá el país, el teatro exquisito  que ha vivido en los años recientes?  Frente a la barahúnda de desgracias y carencias, hay un área humana, afortunadamente artística,  que recompensa esta nación con la bondad de trayectorias y valores por la  calidad y condiciones  de excelencia del teatro que estamos viviendo.
Cuando no hemos salido del estremecimiento de Juicio a una Perra, con una Helena de Troya, revivida por la Elvira Taveras, sube a un escenario simbólico impecable y oloroso de un estilo fresco y nuevo en escenografía,  Noemi, la loca, borracha, drogadicta y destemplada mujer, para que el teatro vuelva a hacer de las suyas, haciéndonos  vivir la carga intensa de El Último Instante.
En la interpretación del texto dramático de Franklin Domínguez, Carretero  logra una de las transformaciones más radicales y significativas que hemos visto en los últimos años. Una fiesta del teatro criollo de vocación internacional.
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La actuación
La artista, bajo la novedad de una dirección de Guillermo Cordero, logra ese aliento mágico que comportan la sorpresa, el entrenamiento y la genialidad interpretativa. Lo que logra representar no es un personaje dramático más. Lo que logra es un giro que reafirma la fuerza de  su carrera y que nadie, en su sano juicio teatral, debía perderse, en la Sala Ravelo este fin de semana y el siguiente.
El flujo interpretativo de esta mujer, su capacidad corporal de transmisión de contenidos, en tono y los giros dela voz, la expresión tan significativamente lograda (y que hace notable distancia de la belleza física de la artista) hacen de esta actuación una referencia a ser vista, disfrutada y reinvindicada como un hito del arte nacional de la escena.
Elementos técnicos embriagan. La escenografía de Yeimy Díaz, para nosotros un nombre nuevo que impregna frescura y  creatividad precisa, trabajando sobre el concepto de Cordero) y el diseño de luces, que  produce en personajes que se sienten y actúan a partir de la imaginación del público y la impronta del creativo Bienvenido Miranda, La Carlota Carretero, exigente en la aceptación de papeles, no tuvo duda en aceptar el reto de la transformación. La estética visual resultante es un gesto  para la historia del teatro hecho en el lar nativo.

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El concepto
El libreto del maestro Franklin Domínguez rompe del marco temporal en que se produjo, el asfixiante clima de opresión del trujillismo, para producir – a nuestro juicio-  una de las más importantes piezas feministas más representativas de la dramaturgia nacional, texto que además supera su circunstancialidad porque resultó  premonitorio de la dolorosa segunda intervención norteamericana de 1965. El autor apuntó hacia una sociedad que no discriminara con prejuicios y tabúes a las mujeres. Premonición y la capacidad del concepto, danzando al mismo tiempo.
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El gran retorno
Guillermo Cordero logra un retorno de gloria con El Último Instante, un regreso al calor del afán creativo, con un emotivo aplauso extendido y sincero, de un público, incluyendo decenas de artistas, directores y productores teatrales. Las funciones al público inician hoy viernes.
Cuando la pieza finaliza con uno de los finales más sorprendentes que hemos visto, y llega el protocolo de la presentación del director, las palabras de agradecimiento se quiebran al indicar que han pasado siete años sin sentir ese aplauso del público.
Para rematar, Franklin Domínguez, invitado especial en tanto autor de la pieza, también sube. Besos emotivos de verdad, aplausos, llanto contenido de artistas y espectadores.
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Bianto y su Señor, magia del expresionismo corporal en Teatro Haffiano

Haffe Serulle, teatralmente, no deja a nadie indiferente.  Y nunca deja de sorprender.
Su labor  de 15 años como maestro formador de talentos es brillante y rompedora de los hitos tradicionales de la docencia especializada, su papel como director escénico es desafiante, su capacidad como narrador y poeta de una textualidad  de un sello radical. Es un artista, valorado de   muchas formas, variadas en sus tonos, incluyendo a quienes le objetas, pero que nunca llegan al extremo de renegar de sus atributos como aportador al nuevo escenario dominicano.
Han pasado 45 años desde que se  montó la versión original se montó en abril de 1970 en el auditorio de  Politécnico Femenino Nuestra Señora de las Mercedes, en Santiago. La nueva llega ahora enriquecida por la  trayectoria escénica creativa de un artista que ha delineado un estilo  y enmarcado un espacio teatral único.

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Fotos: José Rafael Sosa


Bianto y su Señor, pieza que escribió a los 20 años en España y con la cual demostró  en  el teatro Corral de Comedias de Almagro,  en 1969, en España,  se presenta  ahora en Bellas Artes,  a partir de un texto revisado por Margaret Sosa y con una puesta escénica renovada,  y que  ofrece una expresionista experiencia de teatro corporal/acrobático que ha fomentado este director, apoyado en el  notable esfuerzo personal de sus protagonistas, el maestro de escuela y actor Javier Suero (Boroto) Layatac Javier (Bianto).
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La pieza ofrece dos magníficos campos de análisis: por un lado el texto, que entrecruza los temas del poder, la autoridad, la inocencia, la tiranía  y  lo crucial del proceso creador del arte literario, de una parte, y la actuación marcadamente física y e intrincadamente vocal de sus intérpretes.
El hecho escrito introduce al espectador a un panorama que reflexiona sobre el vínculo humano con el poder  y el acto creador, tema que va desgajando  a trazos firmes cual si fuera hendido por un estilete que aprecia las esencias más profundas, aladas en el puente de las figuras poéticas del paralelismo que crea el autor. Rico en enjundio textual, con belleza formal que le distingue.
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La actuación sigue la trayectoria de entrega física extrema, de ritmo propio. Javier Suero (Boroto) y Layatac Javier (Bianto), pasan a un primer plano del escenario teatral dominicano, en la continuación de un teatro Haffeano, que ha definido sus valores, que no concilia con el facilismo comercial, al que no importa no contar con un programa de mano cargado de patrocinadores. Precios por pagar o ineficacia de mercadeo/mercenazgo frente a una obra artística hacia la cual hay que mirar por su valor precursor.
Un teatro basado en la actuación vocal y corporal y en que no resultan necesarios ni los complejos diseños de luces ni efectos especiales. Sigue la línea de la utilería simple, en este caso papel que adquiere una expresividad altamente impresionista, sobre todo cuando, al ser movilizada, adquiere la categoría y la forma de  un nuevo personaje.
Hay en Bianto y su Señor el disfrute de un espectáculo teatral de firmes raíces para la sensibilidad y la percepción. Sus funciones restantes en Bellas Artes, deben ser objeto de atención de quienes gustan del teatro bien hecho y de quienes estudian esta carrera tan fascinante como  necesitadas de nuevas referencias.
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Juicio a una zorra equivocada : Helena de Troya

Vuelve el Teatro, de nuevo y con fuerza sorprendente,  a ejecutar su obligado  viaje de emociones, acontecimientos, ficciones y existencias.
Retorna ese teatro auténtico y difícil de manipular, esta vez a la Sala Ravelo  que sigue siendo digno escenario, amigable, cómplice e intimista, a iniciativa de un Juancito Rodríguez que supo de este montaje comercialmente cargado de riesgos y premiado por sus características estéticas y de mensaje.

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Imagen cortesía del  director y actor Luis Dantes Castillo.


Viene de nuevo ese teatro, ahora con las riendas tomadas por un joven director  (que es una realidad y no promesa de nada ni de nadie), a transitar  por la misma senda de quereres y esperanzas, del talento en sus variadas formas de expresión para ser vía y marco de vidas imaginadas o perdidas, encontradas o reconstruidas con nuevas maneras de ver lo que siempre fue tenido como versión oficial e irrefutable.
Vuelve el Teatro, con Elvira, la única al punto de que su apellido resulta accesorio,  a subvertir versiones y creencias, tomado de la mano de quienes abrazaron este quehacer escénico,  en una actitud de vida que convoca personajes reales, mitológicos, imaginados y, simplemente inexistentes, en toda dimensión.
Juicio a una Zorra, monólogo del director, actor, productos y libretista español Miguel del Arco, tiene sobre sus signos, el germen de la subversión contra las versiones tradicionalmente conocidas y que ubican a esta mujer en perspectiva de mujer de muchas camas, de entrega fácil a los placeres de la carne y  proclive a la traición de su patria. Es uno de esos montajes a los que nadie, en condiciones de hacerlo, debería obviar este encuentro de arte de primer nivel sobre un entablado que desafía con la convocatoria. La crítica al montaje en Madrid, debe ser leída.
Del Arco  produce ficción sobre ficción, con teclado de una óptica marcadamente femenina, la historia de estos hechos de la mitología  desde perspectiva de esta mujer, que para ser mejor disfrutada requiere de conocer el universo fascinante de personajes  del pasado heleno/romano. Parte de la tragedia escrita por Eurípides, Helena de Troya, montaje original pendiente en los escenarios dominicanos.
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Representación de época de la imaginada Helena de Troya. DR/Wikipedia.


La oportunidad de ver Juicio a una Zorra, permite una incursión en el universo de personajes, desde Menelao, hermano de Agamenón, embajador griego llegado a Troya para reclamar la entrega de la mujer más bella a la vista de ojos humanos; el amante y poderoso Paris (el único hombre que realmente amo la griega tenida por troyana), Tindáreo  quien eligió como marido de Helena; Antenor, anciano consejero troyano, sustentador de reflexiones verdaderas y Partenio de Nicea, testigo de los sufrimientos de amor por los que pasaron los que aspiraban al amor de Helena.
El de estos personajes La pieza se disfrutará mucho más si se tiene manejo de sus personajes: Helena, quien  hizo estallar pasiones: Menelao mató a Deífobo y a punto estuvo también de matar a Helena, pero quedó deslumbrado y enamorado de nuevo por su hermosura y la perdonó. Algunos autores antiguos cuentan que fue la propia Helena la que mató a Deífobo y que Menelao perdonó a Helena cuando vio sus pechos desnudos. Helena y Menelao fueron padres de Nicóstrato, para referir solo a partes de ellos.
El concepto
El libreto  con un  parlamento subvertidor, de esos no llamados a fascinar a todos ni a tenerse como monedita de oro, refiere a Helena, (ésa, la de Troya)  cuyo nombre que en griego  quiere decir «luz que brilla en la oscuridad»; y que para los troyanos esa sinónimo de ser “antorcha”,  a pesar de que su recuerdo pasa a la historia  más vinculado a los  epítetos “zorra”, traidora, infiel, seductora y otras lindezas del estilo.
Los valores y perspectivas gerencia Miguel del Arco, exponen la inutilidad de la guerra, la doble moral de los poderosos, la miseria que radica en sus ejecutorias motivadas o por el poder, o por la ambición o por el sexo. Buenas las contabilidades de la intención humana que se nos ha vendido tanto por medio de la culpabilización de la mujer como culpable de las muertes y desastres que ella no ha provocado. Es ése es el valor textual de montaje.
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Magnífica instantánea de Luis Dantes Castllo que captura en plenitud el desborde de expresión escénica de Elvira Taveras.


La actuación
Elvira Taveras es una marca teatral en sí misma y su vocación por hacer personajes femeninos de altos registros, contradictores de los patrones tradicionales, ha sido más que una trayectoria de coherencia estética.
Ha sido tanta y tanta la mentira vertida sobre las mujeres, que para ella ha sido misión aportar una visión que desmitifique criterios  y eleve dignidades y percepciones.
En este montaje, nos seduce por su  colorida paleta de requiebros vocales, el matiz que alcanza en sus giros del drama a la expresión cómica, fina en su sarcasmo.
Su  polifonía es rica forma de ubicar la imaginación del público ante esa nueva desafiante versión de la Helena, logrando establecer un vínculo muy firme con su público, a pesar de lo rompedor de rituales y esquemas en que se resuelve.
Esta mujer toma lugar en el mundo de la mujer retratada teatralmente, hace de su cuerpo un instrumento de efectiva comunicación, físicamente se adueña Recorre aquel entablado, con firme actitud.
director, elvira y juancito

Richardson Díaz, director, Elvira Taveras, actriz y Juancito Rodriguez, productor.


La técnica
El vestuario,( Gromcin Domínguez)  rico en  verosimilitud, acento de época, elegancia  y la efectiva  simpleza ;el diseño de las luces (Roberto de León) que destacan la protagonista de la historia al momento de sus ires y venires; el universo de sonidos (del director), el aporte de los tocados y el valor de utilería simbólica (no acreditados en el programa) ; el diseño sobrio y elegante del espacio escénico por parte de Fidel López, el maquillaje de (Francis de la Cruz); los efectos especiales (Ernesto Báez).
Juicio a una Zorra a pieza imperdible. No se atreva a vacilar.
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